martes, 27 de mayo de 2014

Imágenes e intención de voto en la “horse race” (2)

Decíamos en la última entrada que Massa ostenta una posición ambigua de cara a las elecciones del 2015: por un lado, estar fuera de responsabilidades ejecutivas lo hace menos vulnerable frente a la coyuntura (que suele acarrear a los gobernantes problemas de gestión); por otro, eso mismo limita su capacidad de instalar agenda y transmitir liderazgo, máxime teniendo en cuenta que el año que viene sería candidato a presidente, el mayor cargo electivo a nivel ejecutivo (escenario muy diferente al de elecciones legislativas como las del 2013, en las que se juegan otros atributos a la hora de elegir los candidatos).
Esa posición resulta un desafío para el tigrense, dado que lo obliga a un gran esfuerzo para sostener la iniciativa política desde un lugar de menor visibilidad (como es el Congreso) y sin los beneficios (aunque tampoco las contras) que da estar al frente de una gestión (como es el caso de otros precandidatos para el 2015, como Daniel Scioli, Mauricio Macri y Florencio Randazzo, por sólo mencionar algunos). En ese marco, el “hit” postelectoral que en términos de opinión pública logró Massa con su rechazo al proyecto de Reforma de Código Penal fue seguido en el tiempo por un mucho menos eficaz (en términos de rendimiento de opinión pública) proyecto para limitar las reelecciones en cargos ejecutivos como el de intendente, iniciativa poco pregnante, dado que en la idiosincrasia electoral argentina se pondera más la eficacia percibida en las gestiones (el “es”) que las ventajas de la alternancia en el poder en términos de ciencia política (el “deber ser”).
Esa falta de eficacia también se pone de manifiesto en la inconsistencia del proyecto, toda vez que varias de las figuras que acompañan a Massa son intendentes que llevan varios mandatos consecutivos (entre otros, Jesús Cariglino, peronista disidente de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires, y Raúl Otacehé de Merlo, reciente incorporación al armado político massista y adherente K hasta el 2013). En este contexto, Massa corre el riesgo de ir desinflándose en una “carrera de caballos” de largo aliento hasta el 2015: “El empuje inicial de Massa, capitalizando el triunfo electoral de 2013, se va enfriando. Ahora se lo ve a Scioli consolidándose; lo beneficia en parte su posicionamiento bien definido en ese eje de ‘continuidad y cambio’ demandado por un amplio segmento del electorado –descontando, también, que cuando el Gobierno navega en aguas más tranquilas él tiene más para ganar–. En la medida en que una parte del electorado demanda poca conflictividad y algo de continuidad, Scioli encuentra un terreno propicio. Massa, en cambio, si bien en principio cultiva un perfil similar y gestó su éxito electoral el año pasado desde ese lugar de la no confrontación, se ve exigido a jugar ahora más cartas opositoras, moviéndose a un territorio donde encuentra mucha competencia”, interpreta el sociólogo Manuel Mora y Araujo.
Precisamente, mientras en las elecciones de 2013 Massa llegó posicionado como un cóctel de opositor con algunas reminiscencias K (al punto que un segmento de votantes creyó que estaba ligado al kirchnerismo hasta bien avanzado el proceso electoral, una suerte de "residual de marca" de su paso por el Anses y como jefe de gabinete y candidato testimonial de Cristina Fernández en las legislativas del 2009), de aquí al 2015 el líder del Frente Renovador debe sumar nitidez a su posicionamiento opositor, con lo que pasa a navegar en océanos más rojos (o sea, competitivos con figuras en algo similares a la suya): “Allí están también las otras ofertas de este proceso electoral: el PRO, que se siente cómodo en el perfil que encontró –una mezcla adecuada de ‘gestión’ e indefinición programática, cuyo mensaje llega a muchos votantes, pero no infunde mucho entusiasmo–, y los partidos de la UNEN, convencidos de que potenciarán sus fortalezas si efectivamente se unen, pero no terminan de definir los límites de esa unión. La teoría es que la unión de lo que es parecido suma, la unión de lo diferente resta; acá el problema es que hay muchas definiciones de lo que es similar o diverso y, además, que algunos dirigentes anteponen sus propias definiciones, y otros, las que piensan que prefieren los votantes”, agregaba Mora y Araujo al análisis antes citado.
En ese marco, el liderazgo natural de Massa dentro de su espacio le allana el camino a una candidatura, pero insinúa el riesgo de ponerlo en desventaja de cara al proceso de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) previsto para el 2015: mientras que el oficialismo parece avanzar hacia un panorama de varios candidatos y otro tanto hace el Frente Amplio Unen (FAU), Massa no tiene contendientes que hagan “atractivo” al votante participar de una “interna” de ese espacio (en ese sentido, está en la misma situación que Macri). Asimismo, no es sencillo que el tigrense encuentre un precandidato dispuesto a oficiar simplemente de “sparring” de su figura (dado que a priori es difícil que otra figura pueda derrotar al tigrense en una interna “abierta” del Frente Renovador, aunque por momentos José Manuel De la Sota amaga con la posibilidad de participar en un ensayo de ese tipo). Por otro lado, esa condición de líder natural de su espacio que tienen Massa (y Macri, por añadidura) podría beneficiarlos respecto de la otra fuerza opositora, el FAU, si las múltiples precandidaturas de ese frente generan una alta dispersión del voto. Esa amenaza de dispersión también es latente en el espacio pan-oficialista, pero con el matiz de que el peronismo filo-K no juega en el campo semántico de la oposición y con el aditamento de que allí aparecen dos elementos de los que carecen las otras fuerzas: una suerte de “gran electora” en la figura de CFK (si será “neutral” o no en la definición del candidato oficialista en 2015 está por verse) y una figura (Scioli) que, sin ser líder natural, puede ser un “primus inter pares”, a tenor de lo que sugieren varias encuestas.

domingo, 25 de mayo de 2014

Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

TENDENCIAS 

Selfie o no selfie, esa es la cuestión

A “full”. La autofoto se transformó en una moda global. Impacto en hábitos, dispositivos y aplicaciones de una tendencia no exenta de polémica. Lo que se viene.

Por Norman Berra (Especial)

Como en una epidemia, las selfies (o autofotos) proliferan: desde la que Ellen Degeneres se tomó con celebrities como Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Meryl Streep (entre otros) durante la entrega de los Oscar, pasando por las tomadas por famosos de nuestro país hasta llegar a las capturadas a nivel doméstico por cualquier hijo de vecino.

http://www.lavoz.com.ar/tendencias/selfie-o-no-selfie-esa-es-la-cuestion

miércoles, 21 de mayo de 2014

Imágenes e intención de voto en la “horse race” (1)

En la jerga del marketing político, el término “horse race” (carrera de caballos) se utiliza para ilustrar el protagonismo de las encuestas en las campañas, que trasladan el foco desde las propuestas y los contenidos a las imágenes e intenciones de voto medidas por las consultoras. En estos términos, Argentina hoy está en una “horse race” de larga duración, que en este blog venimos repasando a través del análisis de diversas encuestas publicadas. En las últimas semanas, nos referimos a las difundidas por Aresco, Haime y Aragón y Asociados, resaltando las convergencias y matices que presentan, y en el post anterior agregamos al análisis la última encuesta difundida por la consultora Management & Fit, que hoy pondremos en contexto también con un sondeo de Ipsos-Mora y Araujo.
Realizada entre el 28 abril y el 8 mayo, en Capital Federal y 11 provincias, sobre la base de una muestra de 1.600 personas, la encuesta de M & F confirmaba, en líneas generales, lo que ya mostraban estudios anteriores citados en el blog: Sergio Massa primero en intención de (20,6%) seguido de cerca por Scioli (17,3%). Es decir, una situación de empate técnico por la punta de una carrera electoral de largo aliento (dado que las elecciones se prevén para octubre de 2015, con una parada en las primarias de agosto, las Paso). Este estudio se desmarcaba un tanto de otros, sin embargo, por plantear también una situación de empate técnico en el segundo pelotón de precandidatos: muestra a Macri (9,5%) en paridad con Binner, del FAU (10,3%), mientras que otras encuestas le daban una luz de ventaja al líder del PRO.
Otros precandidatos que aparecían en esta encuesta del tipo “todos contra todos” (dado que permite que compitan varios referentes del mismo espacio político, a diferencia de los escenarios Pos-Paso que testean ya una situación de candidatos definidos al interior de cada uno de ellos) son Julio Cobos (FAU,  con 7,6% de intención de voto) Florencio Randazzo (FPV, 5,7%), Elisa Carrió (FAU, 4,3%), José Manuel de la Sota (PJ no K, 2,6%); Jorge Capitanich (FPV, 1,9%); y Ernesto Sanz (1,3%). Estos datos agregan información a hipótesis ya esbozadas en análisis previos del blog, a saber: 1) dentro del espacio PJ-FPV, el mejor ubicado de los precandidatos es Scioli, con una nítida ventaja sobre otros referentes; si la misma crece, se mantiene o se reduce es la clave para la definición de la candidatura oficialista; 2) dentro del espacio FAU, la pelea es más pareja, pero a priori se reduce a tres candidatos: Binner, Cobos y Carrió, con Sanz y Solanas prácticamente sin chances. En entradas posteriores profundizaremos en análisis sobre el posicionamiento de los precandidatos en la “interna” de cada espacio (donde su intención de voto es distinta a la que presentan las mediciones generales del tipo “todos contra todos”).
La encuesta de M& F también indagó la imagen de los precandidatos. Massa resultó el dirigente con mejor diferencial de imagen (diferencia entre positiva y negativa, en su caso del 20,8%), seguido por Binner (19,6%). En tercer lugar se ubica Scioli (16,5%). Cobos, en tanto, tiene un diferencial de imagen del 5,4% y Macri del 2,9%. De la Sota alcanza 0,5% de diferencial positivo y Sanz un 0,3%. En cambio, otros dirigentes tienen un diferencial negativo, según esta encuesta: Florencio Randazzo (-4,5%), Carrió (-10%), Capitanich (-32%).
Por su parte, un estudio de la consultora Ipsos-Mora y Araujo coincide en ubicar a Massa como el candidato mejor posicionado, pero señala que su inmediato perseguidor, Scioli, comienza a achicar la diferencia: según esta encuesta nacional (realizada para Perfil) la imagen del ex intendente de Tigre retrocedió lentamente: su negativa subió un 4% más que la de Scioli, en tanto que la imagen positiva del tigrense cayó 1% más que la del gobernador (si bien en rigor esta variación no es estadísticamente significativa). En el evolutivo, los datos señalan que en diciembre del 2015, con el eco de su victoria en la provincia de Buenos Aires en octubre, la imagen positiva de Massa era de 59% y la negativa de 28%, mientras que ahora tiene 55% de positiva, pero 37% de negativa. Una clave de lectura de estos datos pasa por el hecho de que el desafío de Massa es conversar protagonismo, iniciativa y manejo de agenda desde su cargo de diputado nacional en una “horse race” a largo plazo, que implica una presencia distinta a la que se ostenta desde cargos ejecutivos: desde esta perspectiva, las propuestas de Massa para cambiar los niveles del impuesto a las ganancias y el rechazo a la reforma del Código Penal le permitieron sostenerse en el centro de la escena, pero su reciente iniciativa de limitar las reelecciones de los intendentes parece haber tenido un éxito mucho menor en términos de opinión pública. Profundizaremos estos puntos en sucesivas entradas.

lunes, 19 de mayo de 2014

Entrevista publicada en suple Tendencias de La Voz

PERSONAJES 

“Los fierros y los mecanismos son mi alma”

Pasión por las estructuras. Raúl Cabrera definió tempranamente su vocación por la Ingeniería y los proyectos, lo que contagia su relación con casas y autos. Con la tecnología, su vínculo es muy funcional. 

Por Norman Berra (Especial)

De profesión ingeniero, a Raúl Cabrera lo apasiona involucrarse en los proyectos: “Mi vocación me lleva a participar en cada diseño y desarrollo; me resisto a dejarlos sólo en manos de terceros, ya se trate de una máquina, un puente grúa o una vivienda”, destaca.
http://www.lavoz.com.ar/personajes/los-fierros-y-los-mecanismos-son-mi-alma



Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

TENDENCIAS 

El Mundial es tendencia

Omnipresente. La cada vez más cercana Copa Mundial de Fútbol impregna novedades en todos los campos. 
Por Norman Berra (Especial)

El Mundial de Brasil 2014 invade todos los ámbitos. Veamos novedades y tendencias ligadas al evento. 

http://www.lavoz.com.ar/tendencias/el-mundial-es-tendencia


viernes, 16 de mayo de 2014

Construir una coalición ganadora mínima (3)

Si profundizamos en los otros dos candidatos del podio, surge que Sergio Massa aventaja a Mauricio Macri en todos los sondeos conocidos hasta ahora y también se insinúa un dato clave: ambas figuras compiten como candidatos opositores al oficialismo por segmentos electorales similares. En parte, hay un juego de suma cero entre ambos, es decir, si uno sube el otro tiende a bajar, y viceversa. De hecho, no obstante el primer lugar adjudicado a Massa, según el consultor Raúl Aragón, “los números del referente del Frente Renovador están estancados en su territorio”. 

La principal amenaza mutua que enfrentan el tigrense y el jefe de gobierno porteño es la candidatura del otro como contendiente y competidor directo. Massa recela de Macri porque ambos ensayaron estrategias de acercamiento a sectores del PJ contrarios al oficialismo (con éxito relativo, aunque en los últimos meses el líder del Frente Renovador crece en armado político territorial más a costa del PRO que en detrimento del PJ). En segundo término, ambos tienen una inserción similar en segmentos del electorado independiente desencantados con el kirchnerismo (un capítulo del estudio de Haime expresa el cambio en la tendencia de voto desde las últimas presidenciales: de quienes en 2011 votaron a Cristina Fernández a presidente, un 26% cambiaría su voto hacia Sergio Massa) o bien francamente opositores al gobierno. En tercer lugar, ambos tienen necesidad de proyectarse fuera de Buenos Aires y la zona metropolitana para alimentar las chances de ser presidentes en 2015.  Como vemos, en todos estos objetivos, Massa y Macri compiten; a ellos puede aplicarse la célebre frase de guerra del rey Carlos V: "Mi primo Francisco y yo, en el fondo, estamos de acuerdo: los dos queremos Milán". 

Massa es consciente de que si la candidatura de Macri se sostiene o crece, complica sus propias posibilidades en la carrera electoral. Macri sabe lo mismo; aquí está la clave de por qué el gobierno nacional (y Scioli, alineado en el mismo sentido) hacen gestos hacia Macri: una mayor visibilidad del líder del PRO funciona como obstructor de un crecimiento de Massa, y facilita las chances de que el peronismo filo K (con Scioli como figura más fuerte, al menos por ahora) conserve el poder en 2015. Esta lectura pragmática nos resulta mucho más plausible que aquella, un tanto retorcida, que especula con que el kirchnerismo duro quiere a Macri presidente para poder liderar la oposición desde el 2015. Raúl Kollman lo expresó claramente hace pocos días: “Cristina Kirchner compartió escena con el jefe de Gobierno Mauricio Macri y reveló una reunión que habían tenido un tiempito atrás. Los gestos catalizan un análisis que está de moda: la Presidenta eligió a su adversario predilecto. Algunos se ensueñan más y auguran que Cristina anhela la victoria de “Mauricio”. Este cronista desconfía de esos dibujos en mesas de arena. Elegir perder no es muy peronista, manipular a la opinión pública para que escoja a un contrincante es algo que frisa lo imposible. Es cierto que el presidente Néstor Kirchner quiso imaginar un sistema político con dos fuerzas preponderantes: el FpV y una alternativa de derecha. Pero entre los deseos y la realidad hay un abismo que cualquier político de raza sabe discernir”.

Ese juego de suma cero relativo explica por qué la “alianza” Frente Renovador-PRO en provincia de Buenos Aires (en las legislativas de 2013 varias figuras del "submarino amarillo" se integraron dentro de las listas del massismo) fue aún más efímera que la entente entre Francisco de  Narváez y Macri (victoriosa en las legislativas del 2009, frente a la lista que por entonces encabezaba Néstor Kirchner, secundaba Daniel Scioli e integraba también Massa, ahora devenido opositor). Macri, con un débil armado en la provincia de Buenos Aires (distrito clave en cualquier elección nacional, por su peso) definió una estrategia frentista en el 2013, pero sabe que de cara al 2015 necesita diferenciarse de Massa si quiere tener chances. De hecho procura hacerlo presentándose como un opositor más franco e “histórico” que Massa (aludiendo al pasado del tigrense como jefe de Gabinete de Cristina Fernández) y planteando que en la elección del 2015 el electorado debería darle una oportunidad a figuras que nunca estuvieron en el oficialismo (una manera de decir que es mejor elegir un candidato no vinculado al peronismo, algo que no sucede desde aquella "interna abierta" entre Menem, Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá que derivó en la llega al poder de NK). 

El problema para Macri es que, en ese punto diferenciador, el desafío cambia de naturaleza, ya que el jefe de gobierno pasa a competir con otra fuerza opositora que hace de su “no-peronismo” un elemento identitario: el frente FAU. En términos de campos semánticos, Macri pelea en dos frentes: contra Massa como “figura nueva”, y contra el FAU en carácter de “referente del no-peronismo”. O sea, por arriba, Macri tiene un techo dado por la figura de Massa (que limita el despliegue electoral del líder del PRO, a la vez que es limitado por él; una dialéctica apasionante) y, por debajo, enfrenta la amenaza del FAU, que también tiene como eje diferenciador competitivo su carácter de fuerza “no peronista”. Esa amenaza se corporiza en algunos sondeos, como el recientemente difundido por la consultora Management &Fit, sobre la base de una muestra de 1.600 personas (encuesta realizada entre el 28 abril y el 8 mayo, en Capital Federal y 11 provincias). Ese estudio es el primero de los conocidos que muestra a Macri (9,5%) en situación de empate técnico con Binner, del FAU (10,3%) en términos de intención de voto. En cuanto a la pelea por la punta, la encuesta confirma lo que venimos señalando en el blog: Massa primero (20,6% seguido de cerca por Scioli (17,3%).

martes, 13 de mayo de 2014

Construir una coalición ganadora mínima (2)

El repaso de las últimas encuestas muestra siempre el mismo podio: Sergio Massa y Daniel Scioli alternándose el primer y segundo puesto, Mauricio Macri en el tercer lugar. Al estudio de  Aresco (ver post anteriores) que mostraba un retroceso de Massa en empate técnico con Scioli, desde el entorno del tigrense reaccionaron citando un informe de Hugo Haime & Asociados (sobre 1.100 casos a nivel nacional; en rigor, realizado en fechas anteriores al de Julio Aurelio/Aresco, ) en el que Massa alcanzaba 24,5%, Scioli 16,7% y Macri 11,9%. Como en otros sondeos citados antes en este blog, también el de Haime mostraba un poco rezagados a los referentes del FAU: Hermes Binner alcanzaba 10,2% y Julio Cobos un 5,5%. En este caso, un matiz es que la distancia entre Macri y Binner es más estrecha que en otros, siendo prácticamente un empate técnico.
En tanto, según el consultor Raúl Aragón & Asociados, Sergio Massa  encabeza la intención de voto con 24,77% de las preferencias, seguido por el gobernador bonaerense Daniel Scioli (17,95%); Mauricio Macri alcanza 15,92%, y los precandidatos Julio Cobos y Hermes Binner quedan en empate técnico entre sí: el radical logra  intención de voto de 10,08% y el socialista 10,06%. En este estudio, el margen entre Scioli y Macri es más estrecho que en los anteriores; sin embargo, fuera de esos matices, coincide con los anteriores en dejar al PRO y al FAU fuera del ballotage. Decíamos en post recientes que esa debilidad relativa era la “necesidad con cara de hereje” que explicaba las discusiones en torno a si el FAU se abría o no para dar lugar al PRO y a Macri, en un ensayo de coalición ganadora mínima.

Decíamos también que la ventaja relativa de Macri pasaba por contar con un voto que, sin estar alineado, se “constelaba”, por así decirlo, detrás de una sola figura, algo que no sucede con el FAU, que cuenta con varios precandidatos (aunque, ya lo dijimos, sólo tres miden realmente, al menos por ahora: Cobos, Binner y Carrió. “Pino” Solanas y Ernesto Sanz no mueven el amperímetro). La apuesta del FAU es recrear en un escenario de elecciones presidenciales una sumatoria aritmética lineal entre las intenciones de voto de sus distintos referentes: en ese caso, el FAU podría, siguiendo las cifras de Haime, rondar el 16% (y alrededor del 20% de acuerdo a otros estudios). Sin embargo, en rigor esto es forzar las tendencias: la intención de voto está aquí medida a nivel de candidatos, no de sellos. Por eso mismo, tampoco pueden sumarse las intenciones de voto de los diversos candidatos del espacio filo “K”: Scioli ronda el 17% en el estudio de Haime, Jorge Capitanich alcanza un 4,3% y el ministro Florencio Randazzo un 3,9%. Sin embargo, de ello no se desprende que el Frente para la Victoria como sello obtenga un 25%. Los potenciales electores de los diversos candidatos no son cautivos de los sellos, y esto vale tanto para el FAU como para el FPV.
Hoy, puede hacerse respecto a los tres precandidatos que comparten, con matices, el podio en las diversas encuestas un ensayo sobre su posicionamiento. Scioli es, de los tres, el más cercano al kirchnerismo (de hecho, fue vicepresidente de Néstor Kirchner, gobernador bonaerense desde el 2007 y jefe de campaña del FPV en las legislativas de 2013): la coalición que Scioli apunta a construir de cara al 2015 tiene como base el FPV, pero se amplía hacia sectores del PJ no kirchneristas puros y también hacia electores independientes que no son opositores natos al oficialismo, sino que buscan una propuesta del tipo “continuidad con cambio” que Scioli quiere encarnar y que ha expresado además explícitamente.
El bonaerense es, de los dirigentes del espacio PJ filo-K, el que tiene más avanzado el armado territorial (mucho más que Sergio Urribarri, Jorge Capitanich, Florencio Randazzo, Juan Urtubey o Agustín Rossi, otros potenciales candidatos del espacio), pero es también el más resistido por el kirchnerismo duro. La apuesta de Scioli es ser el heredero: que el proceso de sucesión del oficialismo decante en una especie de candidatura inevitable, y mejor si es legitimada por las PASO al interior del espacio PJ-filo K; en ese sentido, el Congreso partidario de la semana pasada resulta funcional al gobernador bonaerense, porque lo pone en un plano de reconocimiento partidario, “alambra” parcialmente el partido y contiene fugas (al massismo, centralmente) y deja abierta la posibilidad de validarse como “primus inter pares” si ninguno de los demás precandidatos puede vencerlo en las PASO.  

domingo, 11 de mayo de 2014

Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

TECNO 

La persistencia de la memoria

Aguante. Contra pronósticos agoreros, la clásica computadora de escritorio resiste en el mercado. Claves de una exitosa sobrevivencia. 
Por Norman Berra (Especial)

“Tantas veces me mataron…”, podría decir la PC que, con la persistencia de la cigarra de la canción resiste el embate de los nuevos formatos y dispositivos. La clásica computadora de escritorio todavía resulta cómoda para trabajar en casa. Además, muchas veces funciona como dispositivo de entretenimiento (es ideal para archivar fotos familiares y videos). Asimismo, es más fácil actualizarla o repararla.
Aun cuando las portátiles (notebooks y tablets) lideran las ventas, las PC desktop dan pelea desde sus pantallas más amplias y teclados más cómodos.
http://www.lavoz.com.ar/tecno/la-persistencia-de-la-memoria



martes, 6 de mayo de 2014

Construir una coalición ganadora mínima (1)

Toda estrategia de campaña, según Hugo Haime, tiene que definir un público objetivo: dentro del electorado, existen segmentos específicos a los que hay que apuntar para alcanzar los objetivos electorales trazados. En la jerga, hablamos de  público objetivo para referirnos al que es actual o potencialmente permeable a un candidato, a sus propuestas y promesas.  La lógica del marketing político, siguiendo a Fara (2001) indica que un candidato (o partido) debe concentrar sus mensajes en algunos sectores de la sociedad, típicamente aquellos en los cuales tiene más posibilidades de recoger votos: así se le  saca el mayor rédito  a los esfuerzos comunicacionales. 
La tarea de determinar el público objetivo forma parte de un proceso más amplio que es el de identificar la coalición ganadora mínima: la elección se gana con una suma de sectores de la sociedad que adhieren a la propuesta o se identifican con un candidato. Para esto, hay que saber a qué sectores es necesario atraer para poder ganar la elección o, al menos, sacar la mayor cantidad posible de votos. No basta con conocer cuál es el público objetivo, sino que también hay que identificar aquellos grupos a los que se debe captar aunque por el momento no comulguen con el perfil del candidato en cuestión.
Decíamos en el post anterior que la discusión respecto a si el PRO se integraba al Frente Unen o no, más allá de la polémica ideológica, se planteaba porque por sí solos ni el PRO ni el Frente están logrando hoy entrar a segunda vuelta, contra las afirmaciones de Jesús Rodríguez, quien como parte de la pirotecnia de campaña afirmaba que las encuestas ubicaban al FAU en situación de entrar al ballotage. A esa misma línea discursiva a contrapelo de las encuestas conocidas se sumó después la diputada nacional de Libres del Sur e integrante del Frente Amplio Unen (FAU) Victoria Donda, advirtiendo que "nadie puede subestimar" a la nueva alianza "cuando hoy aparece claro en las encuestas como candidata al balottage" para las elecciones presidenciales del año próximo.
Lo cierto es que hasta ahora (cuando falta una eternidad, hay que decirlo) las encuestas muestran que ni Macri ni el FAU entrarían al ballotage. Desde el reconocimiento de esa debilidad recíproca, la discusión sobre la apertura o no del Frente tiene sentido en términos de construir una coalición ganadora mínima, aunque eso pueda ser infructuoso por incompatibilidades ideológicas (que son más visibles si comparamos a Macri con “Pino” Solanas, pero no tanto si lo comparamos con el radical Ernesto Sanz, por ejemplo, por no hablar de Oscar Aguad, uno de los referentes de la UCR que más fogonean la posibilidad de un acuerdo con el jefe de gobierno porteño) o bien por incompatibilidad de bases o segmentos electorales (aquí la discusión es más fina y compleja, pero está claro que en estrategias electorales no siempre 2 + 2 es 4, como lo demostró la “alianza” entre Francisco de Narváez candidato a gobernador de Buenos Aires y Ricardo Alfonsín candidato a presidente en 2011).
El punto es que si las encuestas siguieran mostrando lo mismo que hasta ahora, el ballotage del 2015 sería entre un candidato-ex-ministro-disidente- del oficialismo (Massa) y un candidato-del-PJ-filo-K (Scioli), aun cuando no es un dato menor que el gobernador bonaerense es resistido por el ultrakirchnerismo. Este debate es fogoneado por aquellos referentes que tratan de competirle a Scioli desde un posicionamiento más “K puro”, como el gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri. Esto es clave, porque Scioli hasta ahora jamás rompió con el kirchnerismo, pese a las múltiples tentaciones y oportunidades que se presentaron en ese sentido; hemos dicho en entradas anteriores que su apuesta es heredar al oficialismo desde la continuidad con cambio, ya que su figura siempre acompañó los procesos políticos hasta el final; aquí también pesa su certeza de que él puede mantener su candidatura desde el amplio espacio del oficialismo SIN la bendición de Cristina (es decir, sin ser “ungido” como tal, sino después de pasar por una elección del formato de las Paso compitiendo contra otros referentes), pero que difícilmente pueda mantenerla con chances de éxito CONTRA CFK  (es lo que le pasó a Eduardo Duhalde con Carlos Menem, aunque después el bonaerense llegó a la presidencia por el fracaso de la Alianza).

sábado, 3 de mayo de 2014

Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

TENDENCIAS 

Pasado y presente

Onda retro. La tecnología trae de vuelta juegos y personajes del ayer. En tanto, los coleccionistas rescatan autos clásicos.

Por Norman Berra (Especial)

El refrán “Todo tiempo pasado fue mejor” podría actualizarse así: “Todo tiempo pasado vuelve”. Este “finde” largo bien amerita un rescate de juegos, personajes y autos para disfrutar el tiempo de ocio.
http://www.lavoz.com.ar/tendencias/pasado-y-presente