sábado, 16 de abril de 2011

El trasfondo ideológico de la coyuntura (2)


En el post anterior sobre este tema nos referimos a la mayoritaria tendencia "pro-estatista" entre la opinión pública argentina, detectada en estudios realizados por la Universidad Torcuato Di Tella y la Universidad de Vanderbilt, y concluido que ese trasfondo era pertinente para interpretar los efectos a largo plazo de medidas como las reestatizaciones llevadas a cabo desde el 2003.

Con todo, especialistas como Sebastián Etchmendy y Candelaria Garay sostienen que el enfoque del actual gobierno nacional no es tan estatista, sino más bien pragmático, acotando la lista de intervenciones a la rescisión de las concesiones en el servicio postal (Correo Argentino, antes en mano del grupo Macri) y en el suministro de agua (Aguas Argentinas, antes en manos de la francesa Lyonnaise des Eaux), y también reestatizó Aerolíneas Argentinas (antes en manos del grupo español Marsans y antes todavía manejada por Iberia).

Esos autores, sin embargo, no consideran otras formas de intervención estatal que durante este gobierno se han vigorizado, como por ejemplo la obra pública o la asistencia social con el programa de Asignación Universal por Hijo.

En este contexto, existe, podría decirse, un predominio de la posición más favorable a un estado intervencionista y regulador que a un estado liberal en el sentido del laissez-faire (reducido al mínimo) en función de los indicadores que vimos en el post en cuestión, lo que deberían ser tenido en cuenta para la planificación del discurso y la campaña electoral.

Por ejemplo: hace unos días, el subsecretario de Inversiones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el macrista y ex UCEDE Carlos Pirovano, en sendos twits postuló que la "educación pública está muerta" y que hay que transformar "a los docentes en empresarios". "¿Y si asumimos que la educación pública está muerta y con esa plata le pagamos a los chicos una escuela privada?” twiteó. "Le regalamos las escuelas públicas a los maestros que dejarían de ser empleados públicos y podrían ser empresarios", aventuró el exponente del PRO.

Amén de la concepción ideológica que se desprende de estos mensajes (que no comparto en absoluto) a la luz de las tendencias que estamos revisando, es evidente que se trata de un discurso desfasado del pensamiento mayoritario de la sociedad y sólo puede encontrar eco en segmentos (nichos) particulares del electorado.

En una columna reciente, el economista Manuel Solanet (de orientación neoliberal, incluso fue funcionario del menemismo) planteó que "la visión estatista-intervencionista del kirchnerismo se encuentra también presente en una proporción mayoritaria de la oposición. El test que sustenta esta afirmación puede hallarse en los discursos de los líderes partidarios y en algunas votaciones claves en el Congreso Nacional. La contrarreforma previsional con la estatización del sistema de capitalización fue tal vez la prueba más importante (...) en nuestro país gran parte de la dirigencia política (...) manifestó estar filosóficamente de acuerdo con lo hecho. Si por razones tácticas algunos votaron negativamente, se apresuraron a aclarar que lo hacían por la sospecha que se utilizarían indebidamente los fondos, pero no por estar en desacuerdo con la cuestión de fondo. Lo mismo ocurrió con la estatización de Aerolíneas Argentinas y con otras múltiples decisiones que han llevado el gasto público desde un 30% del PBI a un 40%. (...) Todo el espectro político opositor pelea hoy por demostrar que fue el autor de la iniciativa de la asignación universal por hijo, un hito que el gobierno nacional expone como de su autoría (...) También resulta notable encontrar que en la campaña política que ya se ha iniciado, prácticamente todos los aspirantes manifiestan que sostendrán el “Fútbol para Todos”. El populismo se sobrepone a la pregunta de porqué el estado debe hacerse cargo de esta operación y de su alto costo".

En esa línea de análisis, Solanet recalca que hay un segmento importante de la oposición que aboga por más estado y más intervención e incluso pretende colocarse a la izquierda del kirchnerismo: "en esa situación están el Proyecto Sur de Pino Solanas, el GEN de Margarita Stobitzer y el Partido Socialista. Pero resulta que estos partidos son cortejados y buscados por la Unión Cívica Radical y por gran parte de los adherentes del Acuerdo Cívico y Social. De hecho, quien parece con más probabilidades de ser el candidato a presidente por el radicalismo, Ricardo Alfonsín, se propone constituir un “frente progresista" dice el economista.

Solanet cierra su análisis remarcando que ningún partido con representación parlamentaria se declara abiertamente "de centro derecha, ni tampoco liberal. Ni siquiera el Pro" para finalmente despacharse con una crítica a la izquierda "anacrónica" que campea, según él, en las universidades nacionales, desde su cuerpo docente hasta las agrupaciones estudiantiles. Interesante punto para polemizar.

2 comentarios:

  1. Daiana Foropon (cup)18 de abril de 2011, 16:12

    El gobierno es intervencionista en muchos sectores, y obviamente muchos quedan por intervenir.
    En época de campaña electoral, la oposición busca argumentos para bajar imagen al gobierno, entonces trata de imponer como algo de real importancia la poca intervención en la educación pública y busca un discurso que perjudique.
    En mi opinión, la intervención del gobierno es adecuada y cada persona decide por donde empezar a intervenir, es algo muy subjetivo; No se puede en todos los sectores a la vez, y no se puede conformar a todos, porque cada uno, tiene un política distinta y elige que camino empezar a rcorrer.

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