viernes, 29 de mayo de 2020

La imagen del gobierno nacional al cierre del mes de mayo (columna publicada en CBA24N)



El 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumía la presidencia, luego de obtener 22,25% de los votos en primera vuelta vs 24,45% de Carlos Menem, quien se bajó del ballotage. El aniversario 17 de ese hecho encuentra a quien fue su jefe de gabinete, Alberto Fernández, como presidente, cuya gestión del tema coronavirus es calificada positivamente por alrededor del 80% (con negativa en torno al 20%). Según consultora Plebs, el 85% califica positivamente el accionar del gobierno nacional respecto al Covid-19 (apenas 12% de negativa; ver gráfico arriba); para  Pulso Social, la calificación positiva es del 80%, vs 19% de negativa (ver gráfico abajo).



En tanto, la imagen del gobierno nacional según Rouvier & Asociados es 68% positiva vs 30% de negativa (ver gráfico abajo).



Ese estudio muestra el mismo patrón en la imagen presidencial: casi 67% de positiva vs casi 31% de negativa (ver gráfico abajo).



La encuesta de Celag, en cambio, muestra registros similares a los de Pulso Social y Plebs, en torno al 80% de positiva (ver gráfico abajo).



Sólo la encuesta de Synopsis se desvía notoriamente del resto: casi 52% de imagen positiva vs 28,2% de negativa. 

Un promedio de las mediciones comparables da al gobierno nacional una imagen positiva del 69,2% vs una negativa de 23,2%. Ese 69% está en el mismo orden de magnitud del porcentaje que votaría a Fernández: 65%, según Celag (ver gráfico más arriba). 

Otra medición vinculada a la variable electoral fue la realizada por Reale-Dalla Torre: arroja 51,4% para el actual presidente y muestra que Macri retrocedería del 40,24% que obtuvo el 27-O-2019 al 21,5%, confirmando que el oficialismo mejoró y que Juntos por el Cambio empeoró (ver gráfica arriba; click para agrandar). El retroceso de Macri pasa fundamentalmente por electores que votaron por el ex presidente y que ahora se muestran indecisos y, en segundo término, por algunos puntos porcentuales cedidos hacia Fernández, Espert y el voto en blanco, en este caso dentro de variaciones estadísticamente no significativas. La última vez que una consultora hizo la misma pregunta fue en la medición veraniega de Rouvier & Asociados: el resultado había sido 51,1% para Fernández y 31,2% para Macri con 3,2% de voto en blanco/impugnado (ver gráfico abajo; click para agrandar), por lo cual restando del cálculo esa proporción para calcular sobre voto positivo (como sucede con los datos oficiales electorales), Fernández quedaba en 52,7% y Macri en 32,2%. De esa manera, se puede ver que el ex presidente y candidado de Juntos por el Cambio cedió casi 10 puntos porcentuales desde aquella medición y casi 19 pp en relación al 27-O-2019.


Por otra parte, según Analogías, casi el 70% aprueba el gobierno de Alberto Fernández, vs apenas 16,5% que desaprueba (ver gráfico abajo).


El estudio de Zuban Córdoba reporta una aprobación aún mayor: 82,1% vs apenas 17% de desaprobación (ver gráfico abajo). 


Según ese estudio, la imagen favorable de Alberto Fernández roza el 78%, con casi 19% de negativa (ver gráfico abajo). Hay una merma de 6,5 puntos porcentuales respecto al anterior estudio, estadísticamente no significativa, pues el error muestral del estudio es de +/-2,83%.


En tanto, según CB Consultora, el presidente Alberto Fernández posee una imagen positiva superior a la negativa en todas las provincias; la más alta se da en La Pampa (75,5%) y la más baja en Córdoba (53,7%). Asimismo, en 17 de los 24 distritos su imagen es mejor que la del gobernador provincial, en 6 provincias está en el mismo orden de magnitud y sólo en una (Mendoza) tiene una imagen positiva menor a la del mandatario provincial. En síntesis, el presidente cierra mayo con un acompañamiento alineado en torno al 72,6% si hacemos un promedio entre la variable imagen y aprobación; esto es, casi 24,4 puntos porcentuales por arriba del resultado obtenido por el Frente de Todos el 27-O-2019 (48,24%). Son cifras inéditas de apoyo en un marco también inédito, el de la pandemia global, y el oficialismo se beneficia por el consenso social respecto a que gestionó el tema Covid-19 mejor que los gobiernos de otros países y mejor de lo que lo hubiera hecho el gobierno anterior (ver gráfico abajo). Por eso mismo, son cifras difíciles de sostener en el tiempo. 



martes, 26 de mayo de 2020

El impacto del Covid-19 en el trabajo (1)



Sin duda, el efecto pandemia no sólo tiene un impacto en la política, la economía y el consumo de medios (dimensiones que usualmente repasamos en este blog), sino también en otros ámbitos, como el trabajo. Camino a los 70 días de cuarentena, amerita un repaso de las tendencias en ese nivel. Apenas arrancó la medida, la Consultora Proyección MyC realizó un estudio sobre una muestra de más de 1.100 bonaerenses residentes mayores de 16 años en el Área Metropolitana de Buenos Aires, entre el 21 y el 23 de marzo. Aunque el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) recién comenzaba, el impacto ya era visible: el 25% de los trabajadores en relación de dependencia estaba de licencia y el 21,1% de los independientes se encontraba en la misma situación; el 17,3% empleaba la modalidad de teletrabajo, y sólo el 11,5% concurría de manera normal a su trabajo (ver gráfico arriba; click para agrandar). Poco después (entre el 30 de marzo y el 1° de abril), la consultora Aresco también relevó el mismo conglomerado (Ciudad Autónoma de Buenos Aires/CABA y el Gran Buenos Aires/GBA), con una muestra de 2.116 casos. En ese estudio, el 46,1% estimó que el trabajo seguiría, pero con dificultades, mientras que menos de un tercio esperaba un regreso a la normalidad y un 7,5% veía riesgos en lo relativo a la continuidad laboral (ver gráfico abajo; click para agrandar). 



Por su parte, la consultora Quidditty realizó en abril (el primer mes pleno de cuarentena) una encuesta nacional sobre una muestra de 800 casos. Según el informe, el 25% de los trabajadores no puede realizar su trabajo en la modalidad home office (a distancia, o teletrabajo en el hogar), tendencia que se agrava en el interior del país y en el nivel socioeconómico (NSE) D1, es decir, el que corresponde al Bajo Superior en la nomenclatura de la Asociación Argentina de Marketing-AAM (ver gráfico abajo, click para agrandar). 



Por otro lado, 7 de cada 10 de quienes sí pudieron adaptar sus tareas laborales a la modalidad home office dijo trabajar más o igual que antes (ver gráfico abajo; click para agrandar). 



La consultora Proyección realizó para la Secretaría de Medios y Comunicaciones de la Universidad Nacional de La Matanza (Buenos Aires) un estudio sobre una muestra de 1.250 casos reclutados de forma online durante los días 18 y 20 de abril en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires). El teletrabajo como forma de práctica laboral alcanzó una valoración positiva del 65,7%, destacando como ventajas el manejo de los horarios y el ahorro de tiempo o gastos. Las dificultades tienen que ver con trabajar más de lo habitual (en la misma línea de la tendencia que mostró el estudio de Quiddity), dificultades para concentrarse, los problemas de comunicación y el acceso o calidad de la red, y las incomodidades propias de la falta de infraestructura adecuada en el hogar. En ese marco, se plantea que, a los efectos de mejorar la experiencia de home office, sería importante un mayor acceso y mejor calidad de la red (59,4% de las respuestas múltiples) y mejores plataformas (50%); luego, hay un triple empate técnico en lo relativo a recibir mayor capacitación como trabajadores (32%), la disponibilidad de la información (casi 31%) y la capacitación de los jefes (casi 27%; ver gráfico abajo, click para agrandar). 



Sin embargo, pese a la valoración mayormente positiva de la experiencia, sólo un 32,5% considera que se debería implementar esta modalidad de manera total en el futuro. Por otra parte, apenas 24,1% considera que el teletrabajo permitirá reducir la jornada laboral. En síntesis, los datos sugieren que el teletrabajo creció a partir de la cuarentena, que la modalidad es calificada de manera positiva pero, a la vez, no genera una menor carga laboral, sino la misma o incluso más que antes, y que incrementar su implementación requiere mejoras en el acceso y calidad a las herramientas digitales, modificar la infraestructura del hogar para generar ámbitos acordes a las diferentes actividades y revisar la organización de los usos del tiempo en el nuevo contexto.

domingo, 24 de mayo de 2020

La imagen y aprobación del oficialismo al cierre de mayo (1)



El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner asumía la presidencia, luego de un proceso electoral atípico en el cual había obtenido el 22,25% de los votos, por detrás de Carlos Menem (24,45%). Como el ex presidente desistió de competir en ballotage, el ex gobernador santacruceño fue consagrado sin necesidad de segunda vuelta. El día de mañana se cumplirán 17 años de ese hecho, que abrió un período de 12 años de kirchnerismo en el poder, con un mandato de Néstor (2003-2007) y dos de Cristina Fernández (2007-2001 y 2011-2015); 17 años después, quien fue jefe de gabinete de ambos, Alberto Fernández, es el presidente en funciones, luego de batir al ex presidente Mauricio Macri en primera vuelta (por 48,24% de los votos vs 40,28%), mientras que CFK es vicepresidenta. En el posteo anterior, sobre un promedio de 4 encuestas comparables, vimos que la imagen positiva del gobierno y del presidente oscilan en torno al 80%, con una negativa que ronda el 20%, lo cual marca un nivel de legitimidad muy alto en el marco de una coyuntura también inédita, como es la pandemia global del Covid-19. En general, las demás mediciones realizadas en mayo confirman estas tendencias: según la encuesta nacional de consultora Plebs, el 85% califica de manera positiva el accionar del gobierno nacional en relación a la crisis sanitaria del coronavirus (43% como muy buena y 42% como buena), mientras que apenas 12% lo califica de manera negativa (ver gráfico arriba; click para agrandar). 



Asimismo, la imagen positiva del presidente Alberto Fernández alcanza el 67% en este informe, con apenas 27% de negativa y 6% de ns/nc. Mientras en marzo, antes de la cuarentena, la calificación favorable era de 56%, ahora trepó 11 puntos porcentuales (ver gráfico arriba; click para agrandar). La imagen de CFK no muestra variaciones estadísticamente significativas en el mismo período. El estudio fue realizado entre el 4 y el 6 de mayo de manera telefónica (CATI), sobre una muestra de 980 casos, con un margen de error de +/- 3,2%. 



En este punto, una medición alternativa, realizada por Zuban Córdoba & Asociados, arroja mejores resultados para CFK: casi 50% de imagen positiva, vs 45,3% de negativa (ver gráfico arriba; click para agrandar). El estudio se realizó del 16 al 19 de mayo, sobre una muestra de 1.200 casos relevados en plataforma web, con un error muestral de +/- 2,83%. A su turno, la consultora Analogías realizó un relevamiento nacional el 8 de mayo, sobre una muestra de 2.845 casos efectivos contactados de manera telefónica (IVR) en 24 distritos del país, con un error muestral de +/-2%. Casi el 70% aprueba el gobierno de Alberto Fernández, vs apenas 16,5% de desaprobación; casi 14% ns/nc. La aprobación es transversal por sexo, edad y nivel educativo, con picos de casi 71% entre mujeres, electores de 30 a 44 años (73,2%) y de nivel primario (72,9%; ver gráfico abajo, click para agrandar). 


El estudio de Zuban Córdoba reporta una aprobación aún mayor: 82,1% (54,4% aprueba totalmente y 27,7% aprueba algo), vs apenas 17% de desaprobación  casi 1% de ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar). Si hacemos un promedio con estas dos mediciones de la variable aprobación del gobierno nacional, tenemos 75,9% de aprobación vs 16,8% de desaprobación. 



Finalmente, al igual que advertimos respecto al mes de abril, la medición de la consultora Synopsis, realizada entre el 7 y el 11 de mayo sobre 1.343 casos relevados online con un error muestral de +/-2,8%, se desvía notoriamente del resto de las encuestas que repasamos: casi 52% de imagen positiva vs 28,2% de negativa (ver gráfico abajo). Si actualizamos el promedio de mediciones comparables con 4 encuestas que no emplean la categoría de respuesta regular sino sólo positiva vs negativa, tenemos que la imagen positiva del gobierno nacional es de 69,2% vs una negativa de 23,2%. Esto implica un acompañamiento alineado en torno al 72,6% si tomamos el promedio de la variable imagen y aprobación, esto es, casi 24,6 puntos porcentuales por arriba del resultado obtenido por el Frente de Todos el 27-O-2019. 

viernes, 22 de mayo de 2020

La deuda externa en la opinión pública interna (columna en CBA24N)




Mayo es un mes crítico para la renegociación de la deuda externa. El gobierno nacional presentó su oferta de pago a mediados de abril, y un mes después comenzaron a llegar las contraofertas de los acreedores. Casi un 56% de los argentinos está de acuerdo con renegociar la deuda, con lo cual el aval al proceso en curso es mayoritario, mientras que casi un cuarto plantea la postura más extrema de exigir el perdón de la deuda, según la encuesta de Celag (ver gráfico arriba). La consultora Poliarquía muestra un acuerdo de igual magnitud respecto a cómo el gobierno lleva el tema: 55% (ver gráfica abajo).





Según Poliarquía, el 60% está a favor de acordar con los acreedores y evitar el default; apenas 17% prefiere el repudio de la deuda y entrar en cesación de pagos. Tanto entre los votantes del Frente de Todos como entre los de Juntos por el Cambio la postura negociadora es mayoritaria (ver gráfico arriba), ratificando las tendencias de la encuesta de Celag.





Esa actitud a favor de la negociación se explica por el impacto negativo que se asocia a un eventual default: casi 60% responde en esa línea, aunque en este caso el temor es mucho más marcado entre quienes votaron por Macri el 27-O-2019 (ver gráfico arriba). Sin embargo, hay un dato no menor: la creencia de que hay que acordar con los acreedores para evitar la cesación de pagos cayó desde que comenzó la pandemia del Covid-19, según el Índice de Voluntad de Pago (IVP) elaborado por D´Alessio/IROL-Berensztein: pasó de registros en torno a los 57 puntos en el trimestre diciembre 2019-febrero 2020 a guarismos alrededor de 52 puntos en marzo y abril (ver gráfico abajo).





El IVP surge de un promedio de cinco variables: creencia de que se deben cumplir los pagos (59,86), aversión al default (59,88), tolerancia al ajuste (31,84), percepción de los riesgos del impago (75,21) y prioridad en el gasto público (30,00). Cayó fuerte la aversión al default: en diciembre pasado rondaba los 71 puntos, y en abril rozó los 60 (ver gráfico abajo).





Los votantes del Frente de Todos muestran menos voluntad de pago que los de Juntos por el Cambio: 33,48 vs 69,50 (ver gráfico abajo). En síntesis, los argentinos apoyan la renegociación con los acreedores y prefieren evitar el default, pero desde que llegó la pandemia tienen menos aversión a esa posibilidad.




Finalmente, como dato contextual, casi el 60% se siente muy o bastante informado del tema, vs 33% que se siente poco o nada informado, según Poliarquía (ver gráfico abajo). La encuesta de Poliarquía se realizó de manera telefónica (vía IVR) sobre una muestra nacional de 914 casos a fines de abril, mientras que la del Celag se realizó a fines de abril y principios de mayo sobre una muestra de 2.000 casos relevados de manera telefónica y presencial, y el estudio de D`Alessio/IROL-Berensztein se hizo online en abril.




https://www.cba24n.com.ar/opinion/la-deuda-externa-en-la-opinion-publica-interna_a5ec7da85f5bd154ab0eef9d3

miércoles, 20 de mayo de 2020

Actualización de la imagen del oficialismo a dos meses de cuarentena


La última actualización de la imagen presidencial sobre la base de 4 encuestas nacionales comparables arrojaba una imagen positiva de casi 77%, lo cual implicaba una estabilidad respecto al reporte de abril. Veamos qué sucede con las encuestas más recientes que indagan esa variable u otras afines. Según el informe más reciente de la consultora Pulso Social, el 80% de los electores argentinos califica de manera positiva el accionar del gobierno nacional en torno al Covid-19 (38% como muy bueno y 42% como bueno), vs apenas 19% que lo califica de manera negativa; 1% ns/nc. Entre los votantes de Alberto Fernández el 27-O-19, el 96,1% califica positivamente el accionar del gobierno, mientras que entre los electores que se inclinaron por Macri lo valora positivamente el 68,8%, confirmando que en este "issue" se diluye la grieta (ver gráfico arriba; click para agrandar). El estudio se realizó entre el 12 y el 15 de mayo, sobre una muestra de 1.200 casos relevados vía plataforma web. Como podemos apreciar, esta medición trabaja sin la variable regular: mide de manera polar, positivo vs negativo. La imagen positiva de Alberto Fernández, según el mismo estudio, es de 79% (35% de muy buena y 44% de buena), vs apenas 15% de negativa y 7% de ns/nc. 



Vemos el mismo modo de medir en la encuesta nacional más reciente de Zuban Córdoba & Asociados, según la cual la imagen favorable del presidente Alberto Fernández roza el 78%, con casi 19% de negativa (ver gráfico abajo; click para agrandar). En este caso, hay una merma de 6,5 puntos porcentuales respecto al anterior estudio, que resulta estadísticamente no significativa si se considera que el error muestral del estudio es de +/-2,83%. El estudio se realizó del 16 al 19 de mayo, sobre una muestra de 1.200 casos relevados en plataforma web. Por lo tanto, si hacemos un promedio sobre estas dos encuestas que trabajan con las mismas categorías de respuesta, obtenemos una positiva del 78,9% y una negativa del 18,9%; redondeando, 79% vs 19%. Si bien el promedio anterior estaba calculado sobre mediciones que trabajaban con la respuesta regular como intermedia y este no, en principio los datos sugieren estabilidad en la imagen del oficialismo. 


En ese marco, hay que retroceder hasta la última semana de abril para encontrar datos discrepantes con esta sintonía: son los de Synopsis, que para ese momento reportaba una imagen positiva de 53,1% para el presidente (ver gráfico abajo; click para agrandar). Se puede apreciar que el registro es notoriamente más bajo que el de todos los demás estudios citados, y además  está muy desviado del promedio de abril, que era de 76,1%. Si sumáramos ese dato a la serie anterior, construida sobre encuestas que trabajaban con la respuesta "regular", el promedio de abril se ajustaría en una imagen positiva del 70,4% y una negativa de 10,4%.



Por otro lado, hay estudios que no son estrictamente comparables a los anteriores, dado que en lugar de la categoría de respuesta "regular" trabajan con dos matices, "regular buena" y "regular mala". Es el caso del realizado por la consultora Rouvier & Asociados: arroja casi 67% de imagen positiva vs casi 31% de negativa, sin variaciones estadísticamente significativas respecto de la medición anterior (ver gráfico arriba y abajo; click para agrandar). Esta encuesta fue realizada del 25 de abril al 3 de mayo sobre una muestra nacional de 1.200 casos relevados de manera telefónica, con un margen de error de +/-2,8%. 



La imagen del gobierno nacional según este estudio presenta el mismo patrón de distribución: casi 68% positiva vs 30% de negativa (ver gráfico abajo, click para agrandar).




Otro estudio que también trabaja con la respuesta regular en sus dos matices ("regular bien" y "regular mal") es la de Celag, que ya hemos repasado en este blog. Reporta casi 80% de positiva (muy buena+buena), 18,1% de regular y apenas 2,4% de negativa (ver gráfico abajo; click para agrandar). Se realizó entre fines de abril y principios de mayo sobre una muestra de 2.000 casos relevados de manera telefónica y presencial. 


La imagen presidencial es aún más alta en este estudio: casi 84% de positiva y apenas 14,3% de negativa (ver gráfico abajo; click para agrandar). Por lo tanto, si hacemos un promedio de estas dos mediciones que trabajan sobre los mismos parámetros de respuesta, sumando la regular positiva a la positiva y la regular negativa a la negativa, obtenemos 80,2% de imagen favorable para el oficialismo y 18,9% de desfavorable. 
En síntesis, el promedio encuestas comparables arroja para el oficialismo una imagen positiva que ronda el 80% y una negativa que ronda el 20%. Sólo una medición nacional se desvía fuertemente de esa convergencia de datos en el último mes, y es la de Synopsis, que se realizó a fines de abril. En el peor de los casos, el promedio de cierre del mes anterior incorporando ese estudio queda en una imagen positiva del 70%, con lo cual las mediciones nacionales conocidas hasta ahora muestran que el oficialismo logra, de mínima, sostenerse en el promedio de encuestas; en algunas mediciones, incluso se ubica por encima de aquellos promedios del mes anterior, y en otras apenas registra mermas estadísticamente no significativas. 

lunes, 18 de mayo de 2020

Columna en CBA24N: 18-M, a un año de la decisión de CFK que cambió la política




El 18 de mayo de 2019, CFK anunciaba que Alberto Fernández lideraría la fórmula presidencial y que ella sería candidata a vice en las PASO de agosto. La decisión, comunicada un sábado a través de un video, movió el tablero y demolió la estrategia de Cambiemos, basada en confrontar con ella. El sacudón se palpó rápidamente en las encuestas: sobre 20 estudios realizados entre abril y mayo, el promedio daba a Unidad Ciudadana/CFK 34,7% vs Cambiemos/Macri 27,3%; brecha de 7,4 puntos porcentuales. La primera medición con la nueva fórmula la hizo Nueva Comunicación en el Área Metropolitana de Buenos Aires, con datos recabados del 18 al 19 de mayo, le daba a los Fernández una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre Mauricio Macri (ver gráfico arriba).



En la semana siguiente aparecieron tres mediciones nacionales, que daban un promedio de 34,7% para Unidad Ciudadana y 23,7% para Cambiemos. Respecto al promedio antes del 18-M, la diferencia se había ampliado de 7,4 pp a 11 pp. La medición más cercana a ese guarismo fue la de Circuitos (ver gráfico arriba). Al terminar mayo, la actualización del promedio daba 37,2% para los Fernández y 26,1% para Macri: una brecha de 11,1 pp.


Casi un mes después, el 12 de junio, fue el cierre de listas para las PASO. El promedio de 11 encuestas nacionales realizadas después del cierre daba 42,2% para AF-CFK y 31,8% para Macri-Pichetto: la ventaja del Frente de Todos sobre el oficialismo era de 10,3 pp. La mejor aproximación del mes fue la del CEOP (ver gráfico arriba). En julio, sobre 25 mediciones nacionales de todo tipo, el promedio daba 40,5% al Frente de Todos y 34,5% a Juntos por el Cambio: 6 pp de brecha, menor a los 10 pp de junio. 


Sin embargo, en julio comenzó a ponerse en evidencia una sensible diferencia en las tendencias según el tipo de medición. El caso más notorio lo aportó una consultora nueva, Clivajes, que midió de manera presencial entre el 25 y el 28 de julio: arrojaba 44,38% para Fernández-Fernández vs 32,24% para Macri-Pichetto, una brecha de 12,14 pp (ver gráfico arriba). 



Otra aproximación notable fue la de Hugo Haime, que cerró julio con 13,7 pp de brecha a favor del Frente de Todos (ver gráfico arriba).  



La actualización en agosto, antes de la veda de publicación de encuestas, daba 41% para el Frente de Todos y 35,3% para Juntos por el Cambio: brecha de 5,7 pp. Un promedio alternativo, construido sobre el agregado de tendencias distritales parciales, daba 42,3% vs 34,9%; una ventaja de 7,4 pp, 1,7 pp mayor al promedio nacional. La aproximación más cercana a ese guarismo era la de Federico González & Asociados: 7,9 pp (ver gráfico arriba). Seguía siendo nítida la diferencia entre encuestas presenciales y las realizadas por vía telefónica o plataformas digitales: las domiciliarias daban brechas en torno a 10 pp, como en el estudio de Celag (ver gráfico abajo). 



Finalmente, el resultado de las PASO de agosto fue 49,49% para el Frente de Todos y 32,94% para Juntos por el Cambio: 16,55 pp de diferencia, la segunda más abultada en la historia electoral desde que existían las primarias en el país. En 2011, CFK había sacado 38 pp de brecha sobre el segundo (50% a 12%). El resultado confirmó lo acertado de la estrategia de unidad definida por la ex presidenta y abrió el camino al triunfo de la fórmula opositora en la primera vuelta de octubre. 

https://www.cba24n.com.ar/opinion/18m--a-un-ano-de-la-decision-de-cfk-que-cambio-la-politica_a5ec1b3247f8cfc5a18ac9498

domingo, 17 de mayo de 2020

“La imagen positiva de Alberto Fernández subió de un 29% a un 64% por la extensión de la cuarentena” (columna radial de Córdoba Primero)

El especialista Norman Berra actualizó los datos sobre las estadísticas en la provincia sobre el aislamiento social en el primer programa del año de Córdoba Primero.
“Alberto Fernández en la provincia creció muchísimo en la consideración popular, antes su imagen positiva replicaba el caudal de votos que había obtenido. En marzo su imagen positiva rondaba el 29%, pero luego de la extensión de la cuarentena y la efectividad reconocida por los cordobeses llegó a un pico de 64%.”, señaló.
Paralelamente, como resultado obtuvo que “los opositores que son mejores visto son los que están actuando en el marco de la emergencia sanitaria con una cierta sintonía de gestión con el gobierno nacional. Claramente es el caso de Larreta que en varias encuestas superó la imagen de Mauricio Macri.”
Explicó además,  que hay un reconocimiento primero al presidente, luego gobernadores y en tercer término los intendentes y detalló que a nivel provincial la aprobación de la gestión trepa al 70%.
Sobre la opinión de los cordobeses en torno a la extensión del aislamiento social, preventivo y obligarorio, expuso que el 34% decantó por la respuesta de mantener la cuarentena en las mismas condiciones después del 10 mayo, mientras que un 54% eligió la flexibilización del aislamiento, y sólo un 7% sostiene que debe liberarla totalmente.

sábado, 16 de mayo de 2020

Efecto cuarentena en Córdoba: el impacto en la economía doméstica (2)


La actualización de tendencias sobre el tema cuarentena en Córdoba confirma el reconocimiento de los electores de la provincia respecto a la efectividad de la medida para frenar la pandemia: según la consultora Delfos, casi 90% considera que es efectiva (36% mucho y 53% bastante), vs apenas 9% que no la considera efectiva (7% poco y 2% nada; ver gráfica arriba; click para agrandar). La encuesta se basa en una muestra de 496 casos relevados en mayo de manera telefónica (vía sms -mensaje de texto- y CATI, es decir, asistida con encuestador), con un margen de error de +/-4,4%. Ese reconocimiento de efectividad del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) en torno al 90% se corresponde con una proporción similar que se inclinaba por la extensión de la medida después del mayo: 88% de acumulado, con un tercio que prefería la extensión de la cuarentena en las mismas condiciones en que se perfilaba antes del 10 de mayo, y un 54% que prefería extenderla para algunos grupos y actividades de riesgo y liberar al resto. Apenas 7% se pronunciaba en favor de levantarla totalmente y volver al ritmo normal de actividad, con 5% de ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar). 



Así, es visible cómo las dos variables replican el orden de distribución de respuestas favorables a la medida, con 34-36% de máxima intensidad y 53-54% de intensidad media (vs menos de 10% desfavorables). La serie longitudinal evolutiva muestra claramente cómo en el tiempo crece la respuesta a favor de una progresiva flexibilización de la medida, llegando a un pico del 54% en la medición más reciente (una suba de 8 puntos porcentuales), en tanto que la modalidad más estricta de cuarentena, luego de llegar a un pico del 46% en la última medición de abril, cede hasta el 34% en la primera de mayo (una baja de 12 pp); la respuesta de liberar la cuarentena se mantiene por debajo del 10% a lo largo de toda la serie (ver gráfico abajo; click para agrandar). 



Para tomar un parámetro nacional de comparación, según la encuesta nacional de Rouvier & Asociados realizada entre el 25 de abril y el 3 de mayo, el 43,1% se muestra a favor de mantener la cuarentena (34% en Córdoba) y 50,5% de flexibilizarla (54% a nivel local), vs apenas 5,2% que se decanta por levantarla definitivamente (7% en Córdoba). Pese a los matices en los porcentajes, la distribución replica el 1-2-3 de ordenamiento de las preferencias.  Este estudio nacional se realizó sobre una muestra de 1.200 casos relevados de manera telefónica, con un margen de error de +/- 2,8% (ver gráfico abajo; click para agrandar). 



Las variaciones ilustran cómo las dificultades económicas asociadas a la medida, reconocida como exitosa en lo sanitario, comienzan a generar de manera creciente una actitud favorable a una flexibilización del ASPO. Algunas de esas dificultades se ponen de evidencia en la economía doméstica de los argentinos: la deuda total de las familias alcanzó 1,7 billones de pesos, afectando a 11,1 millones de hogares del país, que equivalen al 80,8% del total; el 15,5% no tiene deudas, y casi un 4% ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar). El guarismo surge de cruzar los datos del Banco Central (BCRA) con una encuesta entre 5.890 hogares realizada por la consultora CERX entre el 17 y 24 de abril pasados. Según el relevamiento, en promedio cada familia adeudaba a esa fecha $ 149.406; ese monto no incluye los costos asociados a moras y retrasos, que fueron en incremento con los días en cuarentena y podrían hacer trepar en más de 50% el stock de deuda.



En el stock de deuda de las familias se reconocen dos grandes componentes: por un lado, la deuda "no bancaria", que desde CERX estiman en $ 503.574 millones (ver gráfico abajo; click para agrandar). Unos 10,8 millones de hogares tenían algún tipo de esas deudas al 24 de abril pasado (78,4% de los hogares del país). Dentro de esa deuda, lo más frecuente en abril fueron los atrasos en servicios como luz, gas, agua, teléfono, cable, internet o expensas, que afectaron al 70% de los hogares. Con una deuda promedio de $ 10.585 por familia, eso explicó el 20,3% de la deuda no bancaria ($ 102.207 millones). Claramente, este segmento de cuentas estuvo entre lo primero que se dejó de pagar con la crisis. El incumplimiento de impuestos es el segundo componente: 100.433 millones de pesos. Lo que más se dejó de pagar en abril fueron los  impuestos inmobiliario y las patentes, que explican el 19,9% de la deuda no bancaria. Se estima que unos 6,3 millones de hogares adeudaban algún tributo (nacional, provincial o municipal) al 24 de abril, un promedio de $ 15.845 por hogar (muchas familias ya acumulaban deudas de ese tipo antes de la cuarentena; de ahí lo alto del stock). El tercer endeudamiento de magnitud fue el mantenido con prestamistas y financieras, estimado en $ 93.805 millones (18,6% de la deuda no bancaria). Afecta a casi 1,5 millones de hogares, con un monto promedio de $ 62.539 cada uno.


Otros ítems que conforman la deuda no bancaria familiar son gastos vinculados con el auto (seguro y cuota), con atrasos muy frecuentes en abril ($ 70.904 millones) deudas con familiares y amigos ($ 64.720 millones); alquileres impagos ($ 42.889 millones), educación (cuota de jardines, colegios y universidades principalmente, por $ 23.364 millones) y deudas directas con los comercios por ventas en la modalidad "fiado" ($ 5.251 millones); las más mencionadas fueron deudas con farmacias, almacenes, zapaterías y servicios profesionales. Finalmente, la deuda "bancaria" alcanzó, según datos del BCRA al 22 de abril pasado, $ 1.159.933 millones (casi $ 1,2 billones; ver gráfico arriba, click para agrandar)). Los principales componentes son: tarjetas de crédito y personales (un stock de $ 535.881 millones), préstamos personales ($ 404.919 millones) y créditos hipotecarios y prendarios. Según el BCRA, el 81% de los hipotecarios y el 63% de los prendarios van a familias y suman $ 218 mil millones.