miércoles, 25 de enero de 2017

Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

¿La disrupción digital encuentra sus límites?

Por Norman Berra (Especial)

El avance de los modelos basados en la colaboración y el intercambio entre usuarios plantea interrogantes respecto a la competencia desleal y su sustentabilidad a largo plazo. 


http://www.lavoz.com.ar/tecno/la-disrupcion-digital-encuentra-sus-limites



martes, 24 de enero de 2017

La imagen del gobierno en distritos clave (2): Rosario


Retornamos esta serie de entradas donde repasamos datos de opinión pública de distritos clave. Empezamos por Córdoba y seguimos por Rosario. En este caso, nos basamos en dos estudios. El primero de ellos fue realizado por el Centro de Mediciones sobre Opinión Pública (CeMOP), que midió en noviembre pasado, entre otras variables, el desempeño del gobierno nacional, a partir de una encuesta domiciliaria basada en una muestra aleatoria de 408 casos. Sobre lo realizado por el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, el 55% evaluó que la tarea fue negativa, el 39% positiva y el 6% prefirió no responder (ver datos arriba; click para agrandar). En este marco, el acompañamiento a Macri se ubica más 10 de puntos porcentuales por debajo del porcentaje de votos que obtuvo en esa ciudad en el ballotage del 22 de noviembre de 2015, que fue del 51,85%; por el contrario, la reprobación supera en casi 7 puntos al caudal de votos que obtuvo Daniel Scioli como candidato del FPV en la misma instancia (48,15%). 

Adicionalmente, el CeMOP también reportó calificación, dimensión que muestra apenas matices (al parecer, eliminando de los datos aquellos que no evaluaron, esto es, un 6% del total). En este caso, el 19,3% de los encuestados dijo que el trabajo del presidente fue muy malo, el 21,1% malo y el 18,5% regular malo, de lo que resulta una calificación desfavorable del 58,9%. En tanto, el 21,7% lo calificó como regular bueno, el 17,2% bueno y el 2,1% muy bueno, acumulando un 41% de calificación favorable. En ambos niveles, el acompañamiento al oficialismo está por debajo del orden de magnitud de los votos obtenidos por Macri en la segunda vuelta presidencial del 22-N. 

Ese desgaste a nivel de opinión pública puede leerse también en clave de consumo, gracias al índice de Confianza del Consumidor para la ciudad de Rosario (ICC) del Cuarto Trimestre de 2016 elaborado por  la comisión de Economía del Centro de Estudios Igualdad Argentina: ese indicador alcanzó en diciembre de 2016 un valor de 41,7, casi tres puntos por debajo del 44,7 registrado en septiembre del mismo año. Ante la pregunta “¿Cómo considera la situación económica del país en este momento comparada con la de un año atrás?”, el 59% por ciento de los rosarinos mayores de edad (esto es, casi 6 de cada 10) consideró que está peor y sólo el 11% respondió mejor (el resto considera que está encuentra igual); esos fueron los valores negativos más altos registrados durante todo el año 2016 a esa pregunta, lo que pone en evidencia un mal cierre del año para los rosarinos
(ver datos abajo; click para agrandar).

También hubo un retroceso en las comparaciones hacia atrás y de cara al futuro. La visión de una mejoría de la situación respecto a 12 meses atrás retrocedió de 27,8 a a 26,2 puntos (merma poco significativa en términos estadísticos) mientras que las perspectivas de mejoras de un año hacia adelante lo hicieron de 67,6 puntos en setiembre a 58,8 en diciembre (este descenso sí resulta estadísticamente significativo, si bien puede ponderarse que la expectativa sigue siendo elevada). Por otro lado, mientras el indicador general de expectativas retrocedió en el último trimestre (cayó 8 puntos porcentuales, de 67,8 a 59,8), la valoración de las condiciones presentes se mantuvo estacionaria (creció una décima, de 32,6 a 32,7, una variación estadísticamente no significativa). El retroceso de las expectativas se registra al evaluar la situación personal, con una caída trimestral del indicador de casi 5 puntos porcentuales (de 51,9 a 47,1) y también en la situación macroeconómica (con un retroceso de 47,7 a 42,5 puntos). Por contrapartida, aparece una mejor valoración en las decisiones de compra de artículos de consumo (como electrodomésticos) que subieron de 36,1 a 45 puntos porcentuales. Sin embargo, ese optimismo no alcanzó para contagiar la compra bienes durables como autos y viviendas, cuyos indicadores retrocedieron de 30,5 a 25,9 puntos. En síntesis, una lectura transversal y contextual de los datos confirma que las dimensiones políticas no están aisladas de las del consumo, y el desgaste del presidente Macri en los indicadores de imagen tiene su correlato en un consumo golpeado en ese distrito clave. 



viernes, 20 de enero de 2017

En el segundo semestre de 2016, el pesimismo sobre la situación del país superó al optimismo


El segundo semestre de mejoría que nunca llegó impactó en el estado de ánimo de los cordobeses: luego de que Cambiemos cumpliera un año en el poder, el acumulado de sensaciones o emociones negativas respecto a la situación del país superó a las positivas 51 por ciento a 42 por ciento. El dato surge de la última encuesta realizada por la consultora Delfos en Córdoba Capital y 13 ciudades del interior provincial, que componen una muestra representativa de toda la provincia con 1.800 casos y un error muestral de +-2,3%. La serie evolutiva arroja que en diciembre de 2015 el optimismo alcanzaba 70%, lo que implica una caída de 28 puntos porcentuales, mientras que el pesimismo se duplicó, pasando del 25% al 51% en el mismo lapso (ver datos arriba; click para agrandar). 

El punto de inflexión se dio en junio de 2016; desde ese mes, las sensaciones negativas superaron a las positivas (52% a 42%). A partir de allí, el optimismo no se recuperó y quedó siempre por debajo del pesimismo. Las menciones positivas incluyen como sensaciones y emociones a la esperanza, el optimismo y la confianza, mientras que las negativas abarcan la bronca, la desilusión, la angustia y la indiferencia. Individualmente, a fines de 2016 la primera respuesta que dieron los cordobeses a la pregunta “¿Cuál de las siguientes sensaciones o emociones representa mejor su estado de ánimo respecto a la actual situación del país?” fue “Esperanza” (30% de menciones); luego, “Bronca” (18%), “Desilusión” (15%) y Angustia (12%). Es decir, después de una primera respuesta positiva, se encadenaron tres negativas. En quinto término apareció “Optimismo” (7%), seguida por “Indiferencia” (6%). Cerró la lista de respuestas “Confianza”, con 5%.

Si se comparan las respuestas de los cordobeses con mediciones nacionales de estado de ánimo respecto a la situación del país, se confirma que en todos los casos el pesimismo superó al optimismo al finalizar el 2016. Así, según la última medición del Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en diciembre pasado el pesimismo superó al optimismo 55,5 por ciento a 41,3 por ciento. En ese estudio, los sentimientos (en orden decreciente de menciones) fueron “Preocupado” (26,6%), “Esperanzado” (24,5%), “Enojado” (22,7%), “Optimista (12%), “Resignado” (6,2%) y “Feliz” (4,8%).

Del mismo modo, según la encuesta más reciente del CEOP, los sentimientos negativos a fines de 2016 alcanzaron un 58,6 por ciento, contra 24,8% de los positivos. Entre los primeros, fueron mencionados “Preocupación” (38,8%), “Bronca” (13,4%) y “Miedo” (6,4%). Entre los segundos, se mencionaron “Optimismo” (12%), “Confianza” (11,3%) y “Tranquilidad” (1,5%). En una posición intermedia se ubicó “Incertidumbre” (14,3%).

martes, 17 de enero de 2017

La imagen del gobierno en distritos clave (1): Córdoba


La gestión del presidente Mauricio Macri terminó diciembre de 2016 con sólo el 36% de opiniones favorables en Córdoba Capital, el distrito en el que más votos recogió como candidato a presidente (74,9% en el ballotage ). Los datos (click en la imagen para agrandar) muestran que hoy su calificación positiva está en un orden de magnitud de la mitad del acompañamiento que tuvo en la segunda vuelta, mientras que el primer nivel de malestar (imagen regular) trepa al 36% (tanto como la positiva) y la negativa alcanza el 26%. Se trata del registro más bajo de imagen positiva en Córdoba de todo el año y 25 puntos porcentuales por debajo del inicio de 2016, cuando Macri tenía 61% de imagen positiva; la negativa, en tanto, es la más alta en el mismo lapso (a principios de 2016 era de sólo 11%). 

“El primer año de gestión el que parece marcar a los períodos presidenciales, al menos a los que se sucedieron en los últimos 20 años de democracia. Particularmente, en la suerte con la que corren para las elecciones legislativas de medio término o la posibilidad de dar continuidad al mismo signo político en el poder. Esta conclusión surge de un análisis de datos históricos de encuestas realizadas bajo la misma metodología en la ciudad de Córdoba por la Consultora Delfos, durante los mandatos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri. En todos los casos, se utilizaron muestras probabilísticas, polietápicas por conglomerados poblacionales, entre vecinos mayores de 18 años y contacto domiciliario. El primer dato a destacar es que, cuando la evaluación de gestión de su primer año de gobierno no superó los 40 puntos de opinión positiva, los oficialismos perdieron o lograron una escasa primera mayoría en los comicios de medio término o de recambio presidencial siguientes. Cristina Fernández, quien marcó ese guarismo (40%) en diciembre de 2011, vio cómo su fuerza fue derrotada en Provincia de Buenos Aires y obtuvo un magro 33,6% en 2013. Peor suerte corrieron Carlos Menem y Fernando de la Rúa, quienes en diciembre de 1996 y diciembre de 2000 obtuvieron 13 por ciento de opiniones favorables, respectivamente, y perdieron las elecciones”, apunta Luis Dall´Aglio, director de Delfos. 

Si esta teoría se confirma, el magro dato de imagen positiva de Macri (36%) sugiere que Cambiemos tendrá problemas para imponerse en los comicios de octubre de este año. Por el contrario, cuando el presidente en ejercicio terminó el primer año por encima del 40%, el oficialismo pudo sortear las elecciones legislativas de medio término sin sobresaltos, como sucedió en el 2005, cuando el Frente para la Victoria obtuvo el 40% de los votos, con el antecedente de que Néstor Kirchner había marcado el valor más alto del período analizado: cerró en mayo de 2004 (había asumido el 25 de mayo de 2003) con un 47% de imagen positiva. 

Está claro que no hay un efecto lineal entre imagen positiva y voto ni tampoco entre el orden distrital y los resultados a nivel del agregado nacional, pero los datos tienen, aún así, interés ilustrativo. Por otro lado, confirman el desgaste del oficialismo que ya veíamos en un post del mes de diciembre de 2016, a un día de que se cumpliera el primer año de gobierno Cambiemos y con datos de una encuesta provincial de diciembre. Decíamos por entonces “el segundo semestre de mejoría que el gobierno de Cambiemos prometió y no se produjo impactó en la evaluación de gestión de la presidencia de Mauricio Macri: en Córdoba, la imagen positiva de la gestión presidencial alcanza el 38%. Casi la misma proporción de cordobeses (36%) tiene una opinión regular de ella, mientras que un 25% tiene una opinión francamente negativa de la gestión Macri”. Con los datos de cierre de diciembre, el desgaste se profundizó, ya que la positiva cayó al 31%, la regular se mantuvo en 36% y la negativa trepó a 29%. Así, hay un empate técnico entre la imagen favorable y la desfavorable, dado que la brecha de 2 puntos porcentuales entre ambas no es estadísticamente significativa. 

viernes, 13 de enero de 2017

El plexo de tendencias de cara al test electoral del 2017 (3)


Recordemos nuestra premisa analítica principal (explicitada oportunamente por el consultor Carlos Fara): a mediano y largo plazo, los efectos socioeconómicos son los que construyen las tendencias de opinión pública, más allá de los vaivenes de la coyuntura. En ese marco, resulta pertinente evaluar cómo esos efectos se traducen en las percepciones y actitudes para completar esta serie de entradas introductoria al año electoral en curso. Para ello, tomaremos los datos de la más reciente encuesta nacional realizada en diciembre pasado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la consultora que dirige el sociólogo Roberto Bacman, basada en una muestra total de 1.200 personas que respeta  las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia y realizada en la semana en la que Mauricio Macri cumplía su primer año como presidente. 

Según el estudio, 7 de cada 10 electores (69,6%, ver datos arriba; click para agrandar) califican como negativa la situación económica del país y apenas un 28,5% la califica como positiva (guarismo que está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo Macri en las primarias de agosto de 2015, 24%). En la misma línea (¿coincidencia o potencial regularidad estadística?), 7 de cada 10 argentinos consideran que o Macri no cumple nada o cumple muy poco las promesas electorales (25,8% cree que cumple mucho o bastante, lo que, nuevamente, está en el orden de magnitud de los votantes de Macri en las PASO). Asimismo, un 60% considera que ya se agotó el discurso que achacaba los problemas actuales a la “pesada herencia”. En ese marco, al cumplirse un año de gobierno la aprobación de Mauricio Macri cayó 13 puntos comparada con la que tenía un año atrás, de acuerdo a esta encuesta. 

Lo que Macri tiene todavía a su favor son las expectativas, pues se mantiene relativamente elevada la proporción de ciudadanos que piensa que las cosas van a mejorar y que hay que tener paciencia. Sin embargo, esa expectativa también aparece en descenso y el cierre del año 2016 arrojó un panorama de malhumor social muy presente (ver datos abajo; click para agrandar), con una franja (que es la primera minoría) que se siente preocupada (38,8%), sectores en los que aparece nítido el malestar (no ya sólo malhumor social: el sentimiento de bronca suma 13,4% y el de miedo 6,4%). En síntesis, hay un pesimismo mayoritario (58,6%) que obliga a distinguir la expectativa (muy atravesada por pensamiento desiderativo y por el sentimiento de esperanza) de la confianza, algo que está en crisis (sólo 11,3% se identifica con ese sentimiento), no sólo a tenor de estos datos anímicos y sociopolíticos sino de la caída del consumo general que arrojan todos los datos duros (tanto oficiales como privados), lo que habla de un consumidor/elector golpeado y asustado. 

Según Roberto Bacman, director del CEOP, “la esperanza, que se había instalado con gran firmeza un año atrás, en la actualidad, de alguna u otra manera, está puesta en tela de juicio. Se percibe en los sentimientos de los encuestados. Cuando les preguntamos qué sensaciones o sentimientos les despierta la actual situación del país, el 60% se volcó a sentimientos negativos: casi el 40% habló de preocupación, 13% de bronca y hasta hay un 6% que tiene miedo. En una dimensión un poco menos negativa, pero no tanto, está el 14% que siente incertidumbre. Del otro lado, entre los que tienen sensaciones positivas, hay una franja mucho más chica, del 24%, que está optimista, confiada o tranquila”. Nuevamente, ese 24% está en el orden de magnitud de los votos que Macri obtuvo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de agosto de 2015, por lo que se puede entender que ese es el núcleo duro de adherentes.




miércoles, 11 de enero de 2017

Nota publicada en suple Tendencias de La Voz

Conducción asistida: así es la tecnología al servicio del manejo

 • Autos > Tecnología aplicada

Aplicaciones y desarrollos que ganan protagonismo tanto en la industria como en las preferencias de los consumidores. 

Las nuevas tecnologías que ofrecen una experiencia más dinámica y personalizada son aprovechadas por la industria para atraer a los conductores. Al mismo tiempo, los avances en entretenimiento y conectividad del auto se combinan con mejoras en seguridad y conducción asistida. 

http://www.lavoz.com.ar/autos/conduccion-asistida-asi-es-la-tecnologia-al-servicio-del-manejo


martes, 10 de enero de 2017

El plexo de tendencias de cara al test electoral del 2017 (2)


La medición del Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que citamos en el post anterior no sólo nos permite actualizar nuestro promedio de encuestas nacionales en lo relativo a imagen, sino también en términos de actitud electoral de cara a las elecciones de medio término de este año. Recordemos que, a fines de 2016, según OPSM, un 37,1% tenía intenciones de votar en las legislativas, contra un 53,2% que tenía intenciones de votar a algún partido de la oposición y un 9,7% que se mostraba indeciso. En tanto, según Synopsis, 37,8% tenía intenciones de votar al oficialismo, 42,3% a la oposición y 19,9% se mostraba indeciso. De estas dos mediciones, surge un promedio de intención de voto a Cambiemos de 37,5%, contra 47,8% para la oposición y 14,7% de indecisos. 

Con esa distribución de actitudes, la clave es saber cuán fragmentado estaría el voto opositor, dado que con un 37,5% Cambiemos podría ser la primera minoría electoral y por lo tanto ganar las elecciones de medio término de 2017, siempre y cuando el 47,8% de voto opositor estuviera lo suficientemente disperso para que ni el Frente para la Victoria (FPV) ni el Frente Renovador (FR) fueran capaces de alcanzar ese 37,5%. En cambio, si se repitiera de manera aproximada la distribución de preferencias de la primera vuelta del 2015, las chances oficialistas estarían en riesgo: el 37,5% de Cambiemos en este promedio se ubica en el orden de magnitud de los votos obtenidos por ese frente en octubre de 2015, y en esa misma instancia el FPV obtuvo 37%. De recrearse esa partición, estaríamos en una situación de empate técnico. 

Cabe remarcar que, en este nivel de análisis, hablamos a nivel de agregados nacionales; otra cuestión es el resultado en provincia de Buenos Aires, puesto que una eventual derrota de Cambiemos en ese distrito (frente al FPV o el FR) tendría, como sucede tradicionalmente con PBA, capacidad de impregnar la decodificación general del resultado electoral (como le sucedió al FPV en 2009 y 2013, cuando perdió en PBA y quedó debilitado, pese a haber ganado la elección a nivel nacional como primer minoría). Este es, hoy, quizá el principal riesgo para Cambiemos, puesto que la mayoría de las encuestas en PBA muestran al oficialismo en segundo o tercer lugar en términos de intención de voto, ya sea por detrás del FPV (con la ex presidenta Cristina Fernández como principal precandidata) o del Frente Renovador (con el líder de ese espacio, Sergio Massa, como principal figura). 

Volviendo al marco nacional, la encuesta del Copes ofrece una aproximación alternativa a las 2 anteriores. En primer lugar, la distribución de preferencias baja tanto para el oficialismo como para la oposición. De acuerdo a ese estudio, el 30% votaría a Cambiemos y el 24% a la oposición, pero un 19% se muestra como votante táctico (es decir, son electores interesados en la política, pero que no se decantarían por una u otra alternativa sino hasta bien avanzado el proceso electoral), en tanto que un 27% se muestra indeciso (ver datos arriba; click para agrandar). Claramente, en este caso el resultado electoral está abierto, puesto que la ventaja del oficialismo sobre la oposición es de sólo 6 puntos porcentuales, habiendo 46 puntos por distribuir. 

viernes, 6 de enero de 2017

El plexo de tendencias de opinión pública de cara al 2017 electoral (1)


Cerrábamos el año 2016 citando el informe del Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), titulado "Balance del año y perspectivas para el 2017 - Informe Final". Recordemos los datos: la evaluación del gobierno nacional en el marco del primer año de gestión del presidente Mauricio Macri arrojaba un 4,9% de “muy bueno”, un 22,5% de “bueno”, un 27% de "regular", un 23,1% de “malo” y un 19,7% de "muy malo" (19,7%) (ver datos arriba; click para agrandar). Hay dos datos clave a destacar: primero, el acumulado de imagen positiva da 27,4%, contra un 42,8% de imagen negativa, de lo que resulta, como ya decíamos en ese último post, un saldo neto desfavorable de 15,4 puntos porcentuales, estadísticamente significativo. 

El segundo dato clave para el análisis de tendencias es que el núcleo de desfavorable de máxima intensidad (esto es, la peor respuesta negativa, que es “muy malo”) supera en mucho al núcleo favorable de mayor intensidad (la mejor respuesta positiva, que es “muy bueno”): 19,7% a 4,9%. Esto implica que los detractores máximos superan a los adherentes máximos en una proporción 4/1. Otro dato de interés en el estudio de Copes tiene que ver con la calificación de la gestión presidencial del 1 al 10, ilustrativa luego de la autoevaluación del presidente Mauricio Macri, quien se calificó con un 8. El resultado de la consulta de Copes fue que un 22,9% calificó a Macri con un 1 (la nota más baja), un 16,5% le puso entre un 2 y un 4, un 7,8% lo calificó con un 5, un 16,6% le otorgó un 6, un 10,8% le puso un 7 y un 15,1% consideró que merece un 8 (es decir, coincidió con la autoevaluación presidencial). Más todavía, un 10,3% le colocó entre 9 y 10 puntos como síntesis del primer año de gestión. De todo esto surge un promedio de 5,08 (ver datos abajo), bastante por debajon de la estimación del presidente. 

Se podría considerar que el núcleo duro de adherentes a Macri se identifica con las notas que van del 8 al 10, es decir, quienes evaluaron al presidente con la misma nota que se puso él o una más alta: esto abarca un 25,4% de las respuestas, un guarismo que está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo Macri en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de agosto del 2015, que fue un 24%. En sentido contrario, el núcleo de detractores sería el de aquellos que lo calificaron con notas que van del 1 al 3, lo que suma un 32% de las respuestas, un guarismo apenas por debajo del orden de magnitud de los votos que obtuvo Daniel Scioli, el candidato presidencial del FPV, en esa misma instancia (38%). 

La medición del Copes nos permite además actualizar nuestro promedio de encuestas nacionales. A esos efectos, incorporamos la más reciente de Elypsis, que citamos en el último post y eliminamos la anterior de esa misma consultora; a falta de nuevas mediciones de ellas, mantenemos las de OPSM, Management & Fit y Synopis, e incorporamos la de Copes, con lo cual tenemos 5 mediciones en total, de las cuales obtenemos un promedio de imagen positiva para el oficialismo de 34,7%, con 23% de regular y 39,1% de negativa. Esto implica un saldo neto desfavorable de 4,4 puntos porcentuales. Asimismo, la calificación positiva está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo Macri en la primera vuelta presidencial del 2015 (34%), mientras que la negativa está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo Scioli en la misma instancia (37%).