viernes, 2 de febrero de 2018

Indicadores y lecturas del malestar con el “reformismo permanente”

Cerrábamos el post anterior mencionando que desde el lanzamiento del “reformismo permanente”, las medidas de ese paquete no son generadoras de legitimación sino, por el contrario, erosivas del acompañamiento que Cambiemos había logrado en el turno electoral del 2017. Ese desgaste queda patente en las cifras de Ipsos, que arrojan que la aprobación de Mauricio Macri se ubicó en 50% en el 3º trimestre de 2017, subió un poco en el 4º y tuvo un descenso de 10 puntos porcentuales a principios de 2018, registrando así el punto más bajo de la serie desde que es presidente: 44%, esto es, unos 7 puntos porcentuales por debajo del caudal electoral obtenido en el ballotage del 2015 (ver datos arriba; click para agrandar). Con todo, sigue siendo un resultado que está en el orden de magnitud de los votos de Cambiemos en el total país en 2017, suficientes para situarlo como primera minoría electoral nacional. El desafío para el oficialismo reside en que, cuando se evalúan 5 medidas claves del gobierno, como vimos en el post anterior, todas tienen niveles de acuerdo menores al 40%. Si eso se mantiene en el tiempo, es probable que la agenda “reformista” siga lastrando la imagen y aprobación del oficialismo. Como apuntó Luis Bruschtein, “la ola de malestar social que puede producir el desorden económico todavía está en proceso de formación. Si se produce, marcará la suerte de este gobierno y no habrá blindaje mediático que valga”. Desde una mirada más técnica, el sociólogo Ignacio Ramírez evaluó que “algo de lo que se está hablando todavía poco es de la imagen del presidente: su relación con la sociedad va a llegar bastante desgastada al 2019. Está pasando algo que todavía no se está articulando en forma de análisis, pero estoy convencido de que el gobierno lo está viendo en los focus (…) El problema de perder 10 puntos de imagen no es ese, es que se siga agudizando, que sea síntoma de una ruptura que se siga agrandando". 



A ese malestar socioeconómico, que permea en segmentos electorales que acompañaron a Macri en 2015 y 2017, se suman los “errores no forzados” de enero: un experto en comunicación que conoce la lógica de funcionamiento de Cambiemos aseguró al medio digital LPO “que el affaire Triaca sí afecta el contrato electoral del macrismo, ya que golpea de lleno en el discurso de transparencia”. Así, el oficialismo viene acusando impactos en su línea de flotación. En ese marco, la observación del sociólogo Ignacio Ramírez que citamos en el post anterior de que el gobierno leyó mal el triunfo electoral si creyó que el mismo podía borrar el subsuelo de valores preexistente refuerza la hipótesis de que el apoyo a Cambiemos subyace en un clima de opinión (y, como tal, volátil), no en un clima de época más estable. “En general el macrismo es muy habilidoso para leer los contextos y muy deficitario para leer las historias. A veces Cambiemos desconoce que sus votantes no nacieron en 2003 ni en 2008-2009, cuando apoyaban al campo; los trata como si sólo fueran antikirchneristas. Puede ser que una parte de la sociedad esté cansada del kirchnerismo, pero eso no implica desconocer que el kirchnerismo y el peronismo han representado una serie de políticas públicas, de valores, que están muy conectadas con rasgos distintivos de la cultura política argentina”




Ese núcleo de valores contribuye a explicar el desacuerdo mayoritario respecto a las medidas del paquete de “reformismo permanente” y plantea un desafío de cara al 2019 electoral. “Dada la fuerte gravitación de elementos ideológicos en la opinión pública hay un sector de la sociedad, por lo menos una mitad, que no va a acompañar este proceso político, ni aunque tenga éxito en la economía, porque tiene distancias culturales, simbólicas, ideológicas”. Respecto a las chances de la oposición, el sociólogo apunta que sí tiene una oportunidad si empieza a hacer un recorrido por un mismo objetivo que es vencer a Cambiemos, aunque el oficialismo sigue beneficiándose de que “ese archipiélago opositor todavía está perforado por un conjunto de contradicciones interiores muy fuerte”En ese marco, las chances del espacio opositor pasan por construir puentes o vasos comunicantes entre las expresiones que hoy funcionan como archipiélagos y a la vez apostar a que el desgaste del oficialismo “derrame” en favor de las figuras opositoras. 





Algo de eso se insinúa en encuestas recientes, como la última medición de la consultora Elypsis. Según el sondeo, la imagen del Gobierno y de la mayoría de los referentes de Cambiemos continúa a la baja pero a menor ritmo que en el final del año pasado. En el caso de Macri, cae un punto en el último mes y se sitúa en el 37%, su nivel más bajo desde finales de julio de 2017. En provincia de Buenos Aires también cae la imagen positiva de los principales referentes de Cambiemos: Macri se ubica en 32%, en su nivel más bajo desde fines de junio pasado, y Vidal en 47%, en el nivel más bajo desde mediados de julio (ver  cuadro 2 de imagen positiva y 3 de imagen negativa; click para agrandar). El estudio en PBA fue realizado entre el 15 y el 28 de enero del año 2018. Se basa en una muestra relevada de manera telefónica compuesta por 1.376 casos de personas mayores de 16 años, en la primera, segunda y tercera sección del Gran Buenos Aires (GBA), Bahía Blanca, La Plata, Mar del Plata, Campana, San Nicolás, Tres Arroyos y Tandil. Al mismo tiempo, según Elypsis, dentro de la oposición CFK es la figura que mejor mide (ver cuadro 4 de imagen positiva y 5 de imagen negativa; click para agrandar). La imagen positiva de la ex presidenta en provincia de Buenos Aires muestra una leve recuperación, con 34% (al alza en el último mes), mientras que su imagen negativa se ubicó en 39%, 3 puntos porcentuales por debajo de su registro de un mes atrás. Por su parte, Margarita Stolbizer se ubica segunda con 29%; las imágenes positivas de Florencio Randazzo y Sergio Massa se sitúan en 20% y 15% respectivamente. Respecto a la calificación negativa de los opositores, si bien sigue en niveles altos, tienden a disminuir en el último mes. La imagen negativa de Massa se ubicó en 47%, disminuyendo en comparación con 51% hace un mes; la negativa de Randazzo se encuentra en 37%, por debajo del 41% hace un mes, mientras que Stolbizer se encuentra en 35%, todavía en el nivel más bajo dentro de la oposición. La consultora Giacobbe & Asociados también reportó que CFK sigue siendo la dirigente opositora que más mide, con 30%, si bien la actual senadora nacional también es la figura de mayor imagen negativa (65%). Además, Cristina Fernández de Kirchner o un candidato que ella apoye registran el 32% de potencialidad de voto, en el sondeo de Ágora: en este caso, la cifra de apoyo subió unos 11 puntos porcentuales entre noviembre de 2017 y enero de 2018.



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