viernes, 19 de diciembre de 2025

Cómo impacta la inflación en las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó que los precios al consumidor aumentaron 2,5% en noviembre de 2025 respecto de octubre y 31,4% interanual. Así, acumularon un alza de 27,9% en 11 meses. Como se aprecia en el gráfico arriba, desde mayo pasado no hay desinflación: al contrario, luego de un bimestre estancada apenas por debajo del 2% mensual, en el último trimestre la suba de precios volvió a acelerarse a un ritmo de 0,2 puntos porcentuales por mes, aun con los problemas de ponderación que presenta el índice por falta de actualización (la suba sería mayor si esas distorsiones de medición fueran corregidas). 

Ese proceso ya venía repercutiendo a nivel de expectativas en las mediciones nacionales: como muestra la serie evolutiva de Consultora Delfos (gráfico arriba), a partir de agosto el pesimismo en materia de reducción de la inflación superó al optimismo, que en noviembre pasado se ubicó en el nivel piso de los últimos 7 meses. Ese dato “blando” de la encuesta resulta consistente con el dato “duro” del Indec, que ubicó a la inflación de ese mes como la más alta desde abril pasado. 

Ese mismo mes de noviembre, la encuesta de Atlas Intel-Bloomberg reportó que la inflación percibida para los últimos 6 meses alcanzó 28,1%, vs un alza “real” de casi 28% en 11 meses. El “descalce” se explica en el hecho de que la expectativa inflacionaria para los próximos 6 meses está amesetada en torno al 9% desde septiembre pasado, lo que implica que tampoco se espera una desaceleración del aumento de precios. Eso choca contra las previsiones del presupuesto presentado por el Gobierno nacional, que prevé apenas 10,1% de inflación para todo el año 2026.  

En la misma línea, la última encuesta nacional de Equipo Mide reportó que apenas 27% de los electores argentinos espera que la inflación en los próximos meses sea más baja que la actual, vs 37% que espera una inflación más alta (gráfico arriba). Eso arroja una brecha desfavorable (más pesimismo que optimismo) de 10 puntos porcentuales. Por otro lado, otro 27% espera una inflación igual que ahora, lo que confirma una perspectiva que oscila entre el pesimismo y el estancamiento, más que en torno a expectativas de desinflación. 

En este marco, los altos precios y la inflación vuelven a crecer entre los principales problemas en varias de las últimas mediciones nacionales: según Atlas Intel-Bloomberg pasaron de 31% a 35% entre octubre y noviembre, consolidándose en el top 3 (gráfico arriba).

En la misma línea, según la última encuesta de D´Alessio/IROL la inflación creció 9 puntos porcentuales entre los temas que más preocupan, al pasar de 37% en octubre al 46% en noviembre (gráfico arriba). Al igual que en el informe de Atlas Intel-Bloomberg, el problema se confirma en el top 3 de las principales preocupaciones. En ese marco, esta semana el Gobierno nacional anunció una modificación de la política cambiaria, por la cual las bandas de flotación del dólar dejarán de ajustarse al 1% mensual (lo que conducía a una apreciación real del peso) y pasarán a moverse igual que la suba de precios pasada, lo que agrega un elemento de inercia inflacionaria y potencial indexación justo en medio de un bimestre de alza de precios (al 2,5% registrado en noviembre pasado se sumaría una inflación similar para este mes). Consultoras como Eco Go apuntaron que si bien el anuncio fue positivo en la medida en que le permitiría al Banco Central comprar dólares y acumular reservas, al mismo tiempo, “al ser backward looking (es decir, ajusta por la inflación pasada), es probable que la desinflación sea más lenta que la buscada originalmente y las tasas de interés, más elevadas”. Dado que, en rigor, no hay desinflación desde hace un semestre, el desafío abierto a partir de este cambio no es menor.

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