viernes, 2 de julio de 2010

Otra vuelta de tuerca más sobre el mundial y estado de ánimo


Siguen apareciendo datos relativos al mundial: en una encuesta telefónica a 839 personas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires para conocer el nivel de interés y expectativa sobre el Mundial de Sudáfrica 2010 realizado por la universidad Tres de Febrero, el 75 por ciento de los entrevistados dijo creer que la selección dirigida por Maradona jugará la final del Mundial de futbol de Sudáfrica. Además, el 67 por ciento piensa que la albiceleste ganará la Copa y sólo el 10 por ciento estima que perderá en cuartos con Alemania, y un 80 por ciento considera que es buena la tarea de Maradona al frente del equipo.

Por otro lado, quiero compartir algunos fragmentos de un análisis de Manuel Mora y Araujo publicado recientemente, que coincide con varios de los conceptos planteados en las dos últimas entradas del blog.
Los interesados pueden leer la nota completa en el siguiente link:
http://www.infolatam.com/entrada/la_copa_del_mundo_y_la_politica_argentin-21679.html

EL ANÁLISIS DE INFOLATAM
Manuel Mora y Araujo
La copa del mundo y la política argentina

"No sorprende entonces que cuando a la selección argentina empieza a irle bien en una Copa del Mundo, los analistas políticos y no pocos ciudadanos comunes se pregunten cual será el impacto político del desempeño argentino en esa lid. Algunos creen que si Argentina culmina exitosamente su desafío en Sudáfrica, el gobierno de Cristina de Kirchner se verá beneficiado. Hay quienes creen que el efecto podría ser decisivo, que llevaría al kirchnerismo a ganar la elección presidencial de 2011. Hasta circulan ya imágenes donde no falta ni la escenografía: Argentina gana la Copa del mundo, Maradona recupera el sitial de ídolo nacional y, de vuelta de Johannesburgo, Cristina y Maradona saludan al pueblo desde los balcones de la Casa Rosada y definen el futuro político".

(...) "lo cierto es que hay mucha gente, y sobre todo muchos comentaristas, que casi no duermen estos días ante la disyuntiva de dejar volar a su corazón y alentar -simbólicamente, claro- a su selección nacional, o desear que fracase para que el gobierno de Cristina no reciba ese regalo del cielo".

(...) "Hoy coexisten en la Argentina dos aspectos de la realidad que hasta ahora son independientes entre sí. Por un lado, como cada vez que la Argentina disputa una Copa Mundial, millones de personas viven pendientes de ese acontecimiento y en buena medida la actividad del país se resiente, cuando no se paraliza. Hasta en las escuelas los directores disponen que se instalen televisores para que los estudiantes puedan ver los partidos -lo hacen, entre otras cosas, para evitar que falten a clase-. Eso no es nuevo. No sólo la gente vive pendiente de los acontecimientos en Sudáfrica; además, ha cambiado el humor público con respecto al multifacético Diego Maradona. Este pasó de ser vilipendiado por la mayor parte de la población -las encuestas de opinión registraron ese hecho no mucho tiempo atrás- a ser restituido al sitial de los héroes" (...) "El seleccionado argentino en Sudáfrica despierta euforia colectiva".

"Por otro lado, en la política, el gobierno nacional y Néstor Kirchner han repuntado en las encuestas y no hay comentarista que día a día deje de analizar ese fenómeno. El lugar más común es "al gobierno le va bien, a la oposición no tan bien". Juntando ambos aspectos, se dibuja un escenario comprensible: al gobierno, que está mejorando en la estima pública, le irá mucho mejor gracias al desempeño del equipo argentino en la Copa del Mundo, y eso definirá las tendencias electorales".

Esos análisis no son correctos, aunque ambas cosas están ocurriendo. Aunque la Argentina gane la Copa del Mundo, o llegue a las semifinales, el gobierno podría no seguir tan bien, y aunque la Argentina pierda en la próxima ronda el gobierno podría seguir mejorando. Que esto suceda no dependerá del fútbol en Sudáfrica, ni de Maradona y el cambiante humor de la sociedad argentina, sino de cómo siga la economía. A los argentinos les cuadra mejor que a los norteamericanos aquella famosa expresión de Bill Clinton, "es la economía, estúpido" (o sea, "no es el fútbol"). La idea de que los ciudadanos argentinos carecen de preferencias políticas articuladas y son completamente sensibles a los acontecimientos circunstanciales es de vieja data. En 1978 muchos suponían que el triunfo argentino en el mundial de fútbol beneficiaría definitivamente al régimen militar; pero eso no sucedió. En 1982, en medio de la guerra de Malvinas, Argentina se preparaba para el mundial en España, y para desesperación de muchos patriotas eso enfervorizó a multitudes. En 1986 la Argentina ganó la Copa en México, con repercusión cero para el ya alicaído gobierno de Alfonsín".

(...) "El comportamiento político de una sociedad entera puede ser difícil de entender. Pero no es tan volátil ni antojadizo. Si a los Kirchner les va mejor, si les siguiera yendo mejor, no es ni será por los resultados del mundial de fútbol. Es porque en el país, en la percepción de muchísima gente, las cosas no están tan mal, y porque los opositores al gobierno no son capaces de ofrecer opciones atractivas".

2 comentarios:

  1. ¿Qué expectativas teníamos para este mundial?

    Quizás gran parte de éstas se veían expresadas en la euforia popular que cantaba dominante y esperanzado un “Vamos Argentina” en el Patio Olmos con nuestro triunfo frente a Nigeria. Tal vez estas mismas expectativas paralizaban una hora y media los servicios y la producción de nuestro país, en épocas donde la vorágine socio-económica compra, vende, construye y destruye en un solo segundo, un solo parpadeo o en un solo clic.
    Considerar que un partido de futbol no son solo 90 minutos de emoción, es saber que no son solo los jugadores lo que corren detrás de la pelota; y no es solo un equipo el que festeja el Gol. Los intereses económicos son un equipo fantasma que juega en cada partido, y las presiones que viven los profesionales de este deporte muchas veces trascienden el AMOR por la camiseta.
    Poner en un pedestal al gobierno por el triunfo de nuestro país en el mundial es algo ilógico; pero el discurso mediático que manejarían los demás países, ante un hecho tal, provocaría indudablemente diversos cambios a nivel social, político y económico. Grandes marcas y empresas a nivel mundial llegarían para sponsoriar al “mejor equipo” y ser el representante del “sentimiento argentino”.
    Al mismo tiempo que cruzamos los dedos, rezamos o respetamos cábalas con el solo objetivo de ver a nuestra selección en el primer lugar; ciertas personalidades elevan su posición jerárquica dentro de una empresa, dentro de los medios y dentro del Gobierno. Sorpresivamente, gane o pierda la selección, al final nos encontramos con desconocidos sujetos que se unen al plantel de la selección del gobierno.
    Como futuro periodista deportivo y formador de opinión me planteo lo siguiente ¿Es acaso el mundial un suceso esperanzador que llena de expectativas a los fanáticos de cada país? ¿Es un tamiz que selecciona a los mejores jugadores que con mucho esfuerzo propio y con mucho talento, jugando desde chicos en pequeños equipos y creciendo paulatinamente, llegan a ser exponentes de grandes equipos nacionales? ¿Es el país elegido para jugar el mundial un territorio que necesita un apoyo y una nueva imagen? ¿Es una expresión y un símbolo de crecimiento del país? ¿Es una muestra de la calidad deportiva de los mejores jugadores de un país?
    ¿O es acaso una excusa para publicitar una marca? ¿Es una forma de generar figuras que dejan de lado es espíritu grupal del deporte? ¿Es acaso el país elegido un nuevo lugar de venta y marketing de una marca conocida? ¿Es usado este mundial para encubrir la llegada de nuevas caras a las cámaras de diputados y cenadores?

    Finalmente, ¿Es el mundial una esperanza y un entretenimiento para todos o es el gran negocio de algunos pocos?

    Atentamente
    Lisandro Cravero
    Estudiante de Periodismo deportivo del Instituto Quality ISAD.

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  2. Hola Lija, gracias por el aporte. Respecto a las repercusiones de la eliminación, no he visto hasta ahora ninguna encuesta metodológicamente consistente (representativa de toda la población) que muestre qué apoyo tendría la continuidad de Maradona como DT.

    De todos modos, una referencia es la de Olé, según la cual Maradona cuenta con un 40% de apoyo, mientras que sólo un 17% quería que Bielsa continuara en el cargo en el 2002; en el caso de Pekerman, luego de caer en cuartos de final ante Alemania el 2006 (nos tienen de hijos) el apoyo era del 32%.

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