martes, 21 de diciembre de 2010

Arrecia la crisis europea


Irlanda aceptó ayuda financiera internacional por 120.000 millones de dólares, pese al rechazo social al ajuste drástico que implica, pues primó el temor al efecto dominó que podría haber arrastrado a otros países de Europa que también enfrentan serios problemas financieros. Ese país está recortando sueldos y subsidios familiares, con su Producto Bruto Interno (PBI) en franco descenso, mientas que en los 90 se dejó llevar por una burbuja especulativa que se formó con la combinación de factores explosivos: sobrevaloración de las propiedades (de la mano de tasas de interés irresponsablemente bajas y bancos poco regulados), atraer multinacionales ofreciendo un muy bajo impuesto a las sociedades (lo que le valió ser calificada como “paraíso fiscal”), achicar otros tributos y liberar mercados. La economía creció un promedio del 7 % anual entre 1990 y 2006, pero el tiempo mostró que ese crecimiento inflado no era sustentable en el tiempo.

Según el premio Nobel de Economía Paul Krugman, el plan de rescate europeo a Irlanda tiene pocas chances de funcionar, ya que lo que realmente necesita ese país (y, por transición, también Grecia, Portugal y España) es el alivio de la deuda real, no devolver la confianza: Irlanda tendría que pagar muy cara la financiación en el mercado, por el costo de rescatar a sus bancos y el daño que el plan de austeridad está infligiendo en su economía, por lo que es muy difícil que el gobierno del país pueda cumplir con los compromisos tomados. De hecho, la agencia de calificación Moody’s rebajó la credibilidad crediticia de Irlanda en cinco niveles, pasando de ‘Aa2‘ a ‘Baa1‘, y advirtió de la posibilidad de nuevas decisiones en el misma sentido si ese país no controla su deuda en un período razonable (la nota ‘Baa1‘ se ubica sólo dos niveles por encima de la considerada sin credibilidad o ‘basura‘).

El gobierno irlandés presentó un plan de ajuste para de cuatro años, que prevé recortes por 3.000 millones de euros, el ahorro de 1.200 millones con la eliminación de 24.750 puestos de funcionarios y suba generalizada de impuestos. Además, el gobierno encarecerá las tasas del sector educativo, con una suba de entre 500 y 2.000euros de las tarifas universitarias anuales y elevará la edad de jubilación (a 66 años en 2014, a 67 en 2021 y a 68 en 2028). Con esas y otras medidas, el Ejecutivo de Dublín apuesta a reducir el déficit público hasta el 9,1% del PBI en 2011, tras llegar este año al 32%, como consecuencia de los 35.000 millones de euros inyectados en el sector bancario. El paquete es resistido por los sindicatos y agentes sociales a través de marchas y manifestaciones.

Algo similar (aunque hasta ahora menos dramático) sucede en España, también afectada por una burbuja inmobiliaria, que ocultó hasta donde pudo la baja competitividad de la economía ibérica, pero ahora revela un panorama de desempleo (más de 4 millones de "parados", en la jerga) y caída de la producción. Para peor, Portugal también está en la mira y puede contagiar fácilmente a España: hay 1.400 empresas de capital español que facturan 16.000 millones de euros anuales (un 9% del PBI de Portugal) y compañías energéticas (como Repsol), de servicios públicos, constructoras y distribuidoras con fuertes inversiones en ese país. Ni hablar de los bancos españoles (Santander, BBVA y Popular), los más expuestos al riesgo portugués, ya que controlan gran parte del sector financiero lusitano, pues compraron grandes entidades allí y no sólo acumulan acreencias del sector privado, sino también del sector público. A eso se suma la tenencia de bonos de Grecia, Irlanda e Italia, lo que implica que la banca española tiene en cartera una exposición por valor de unos 118.000 millones de euros (equivalente al 1,2% del PBI).

Se estima que un posible rescate español rondaría los 500.000 millones de euros (el problema es que los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal dejarían al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera con muy poco margen para encarar un salvataje de España, una economía mucho más grande). De ahí que el riesgo-país de España haya tocado niveles récords hace pocas semanas. El gobierno español avanza en una serie de reformas, entre ellas el sistema de pensiones (el proyecto pretende ampliar en dos años la edad de jubilación), la eliminación de subsidios por desempleo y privatizaciones. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) informó que España emergió en el primer semestre de 2010 de una profunda recesión, pero su crecimiento será "flojo" a causa de los ajustes que aún debe realizar el sector de la construcción y del elevado nivel de la deuda privada: "como consecuencia de ello, el desempleo permanecerá elevado", diagnostica el organismo, previendo un retroceso del PBI de España de 0,2% este año, antes de recuperarse con un crecimiento de 0,9% en 2011.

La agencia de calificación Moody's ha advertido que podría rebajar la calificación "A1" de la deuda soberana de Portugal en uno ó dos escalones, tras una revisión que tardaría hasta tres meses, a causa de sus débiles perspectivas de crecimiento y altos costos de endeudamiento. El mercado (y buena parte de los especuladores) creen que ese país de la eurozona será el próximo en pedir un rescate (después de Irlanda y Grecia). Ese panorama hace que su calificación 'A1' no aparezca como consistente por mucho tiempo más, si bien los bancos portugueses son considerados más sólidos que los de Irlanda. La calificación de Moody's para Portugal está dos escalones por encima de la de Standard and Poor's, que puso a ese país en panorama negativo el 30 de noviembre, pero sólo un escalón por debajo de la nota de Fitch.

En el Reino Unido, las universidades de Oxford, Birmingham, Cardiff, University College London (entre otras grandes instituciones) han visto sucederse protestas de estudiantes contra los planes para elevar la matrícula anual de 3.000 a 9.000 libras (13.000 dólares), una de las medidas de la coalición de centro derecha incluidas en el severo paquete de ajuste que el ejecutivo del primer ministro conservador David Cameron aplicará sobre la Educación (el Reino Unido también teme que Irlanda se desbarranque, ya que su vecino le debe a los bancos británicos al menos 80.000 millones de libras).

Por su parte, en Italia, agrupaciones estudiantiles, profesores, académicos, intelectuales y científicos también han realizado protestas contra los ajustes que el gobierno de Silvio Berlusconi planea implementar en ese país (cuyo déficit se ubica entre los mayores de la eurozona) entre los cuales se destaca la reforma del sistema educativo, que contempla para el 2011 recortes de 700 millones de euros sólo en la educación secundaria.

Hace pocas semanas, el riesgo de deuda italiana (al igual que el español) alcanzaron sus niveles más altos, y la agencia de riesgos Moody's anunció que estudiaba una nueva baja en la calificación de la deuda soberana española, por la vulnerabilidad del país a nuevas tensiones derivadas de sus necesidades de refinanciación en 2011 (en el pasado mes de septiembre pasado, Moody's había rebajado la calificación de su deuda desde "AAA" -su máximo rating- a "Aa1", tras haberla puesto en junio bajo vigilancia). Las otras dos agencias de medición de riesgos, Standard and Poor's (S&P) y Fitch, también retiraron su máxima calificación a la deuda española a largo plazo, en abril y mayo del 2010, respectivamente.

Grecia sufre periódicamente medidas de protesta de los sindicatos que afectan el transporte público y marítimo, además de la actividad en las oficinas públicas. La agencia de calificación Moody's anunció oportunamente que considera rebajar una vez más la nota de Grecia -situada en "Ba1"- a raíz de las dificultades que tiene ese país para reducir su deuda.

En todos los países del continente afectados por la crisis es visible la resistencia colectiva a que la crisis financiera se afronte con recortes del gasto social, pero ese movimiento choca con el rechazo de los habitantes de países ricos y económicamente más sólidos (principalmente Alemania) a tener que pagar con sus impuestos la “irresponsabilidad” de otros. Incluso los países sumidos en plena crisis han mostrado un corrimiento ideológico hacia posiciones menos tolerantes. En este contexto, algunos analistas plantean que la ruptura de la ruptura de la unidad económica ya no se vea como una posibilidad descabellada, al punto que la propia canciller alemana, Angela Merkel (expuesta a las presiones políticas de los votantes contrarios al rescate de los países débiles) remarcó recientemente que, cuando surgen los problemas, los bancos e inversores no deben ser rescatados sin más por los contribuyentes sin soportar parte de las pérdidas: "estamos en una situación extraordinariamente seria en lo que concierne al euro", afirmó la jefa de Gobierno con sede en Berlín.

En la pelea por los efectos sociales de la crisis, Europa parece estar mostrando que se activan con más fuerza los resortes reaccionarios y conservadores que los solidarios: según el psicoanalista Jorge Alemán, consejero cultural de la Embajada Argentina en España, "Europa tiene el sentimiento de haber sido muy importante y de que todo lo que va a venir puede empeorar el asunto. Entonces, se ha vuelto muy conservadora. A la vez, la crisis económica ha generado nuevas formas de racismo, ya pronosticado por el propio Lacan cuando decía que ni siquiera iba a ser necesaria una ideología explícita para ser racista (...) Hay como una metamorfosis política que tiene mucho que ver con la presencia de lo extranjero y los fenómenos racistas. (...) En Europa, la política está cautivada por su dimensión gerencial y administrativa, no aparece la invención ni la posibilidad de construir un relato emancipatorio. No aparece el problema de la justicia ni el de la igualdad, porque se suponía que esto estaba superado (...) a la vez, se ha producido un desmantelamiento de la experiencia política, la crisis la están pagando los inmigrantes, los trabajadores, que no disponen del arsenal teórico, crítico ni simbólico para afrontarla, porque hubo muchos años de despolitización. Por ejemplo Italia, que tiene uno de los partidos comunistas más importantes del mundo, en este momento está bajo el fenómeno Berlusconi. Es una catástrofe moral la de Italia (...) Pero, para no tener sólo una visión oscura del asunto, pienso en la contingencia, otra gran enseñanza del psicoanálisis (...) Puede ser que la contingencia introduzca algo imprevisible que ahora nosotros no podamos pensar".

Crisis también puede ser entendida como oportunidad. ¿Saldrá algo bueno de la europea?

2 comentarios:

  1. En la web del Cronista se publica hoy un artículo del FT que incluye esta reflexión: "Europa está en malas condiciones. Lo que comenzó como una crisis del sector bancario privado se ha convertido en una crisis de deuda del sector público. La eurozona está bajo asedio de los mercados. La verdadera amenaza es política. El impacto económico de la relativa declinación del continente frente a una Asia emergente se unió a las consecuencias políticas de la caída del muro de Berlín hace dos décadas.
    Una Alemania unida, más nacionalista, ha puesto patas arriba el equilibrio político de la Unión Europea. La Unión funcionaba cuando el liderazgo era compartido entre Francia y Alemania. Ahora Alemania quiere llevar la voz cantante. Se puede rescatar la moneda única, pero no estoy seguro de que haya gran entusiasmo por una Europa alemana".

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  2. Gracias por el aporte, Anónimo! Nobleza obliga, agradezco también a Marina que me envió en su momento la entrevista a Alemán. Aprovecho para compartir data nueva: la agencia de calificaciones Moody's ha colocado en revisión para una posible rebaja la calificación de 30 bancos españoles después de que la agencia decidiera poner en revisión el 15 de diciembre el rating de la deuda soberana española de Aa1 para una posible rebaja.

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