jueves, 29 de enero de 2015

De Lola a Nisman: evaluando las repercusiones en la opinión pública (2)

En el anterior post, repasamos la evaluación del consultor Carlos Fara sobre las repercusiones políticas y electorales del caso Nisman. En este, citaremos y comentaremos lo que aportó el colega Artemio López (Consultora Equis), quien plantea una visión bien diferente a la de Fara. “Más allá del ruido de medios opositores y su "cadena fiscal", no habrá el más mínimo impacto electoral por el episodio Nisman, esto es no habrá impacto estadísticamente significativo, claro. No tiene el affaire Nisman ningún efecto sobre la opinión pública, más que afirmar la adversión previa de aquellos que ya definieron su oposición al gobierno y abigarrar la defensa de quienes sostienen al oficialismo. Sí se observa tras el caso Nisman y el tratamiento de los medios, efectos notables sobre la dirigencia política en general”. Es decir, las repercusiones son más ordenadoras del discurso dirigencial que estructuradoras de actitudes y comportamientos electorales de los votantes, según López. 

Profundicemos en su argumento: “Es tradicional la escisión entre episodios trágicos y efectos electorales. Revisemos el pasado reciente, muy rápidamente y con sucesos incomparablemente más graves que el episodio Nisman. No juzguemos, observemos lo ocurrido. Ni el atentado a la Embajada de Israel, ni a la AMIA, ni la voladura de Río Tercero, hicieron retroceder electoralmente al menemismo. Más aún, recordemos que solo 8 meses después del tremendo atentado a la AMIA - similar período resta para llegar a las elecciones de octubre -  se realizan las elecciones nacionales donde Menem obtiene el 49,7% de los votos, dos puntos porcentuales más que en 1989. Puede haber habido producto de los atentados efectos de deterioro electoral en el margen, es probable aunque de difícil comprobación objetiva (los datos duros electorales no indican eso), pero el plexo electoral del menemato se quiebra solo con la crisis socioeconómica que se instala tras el llamado efecto Tequila a mediados de los años 90”

Como vemos, si en Fara el impacto asociado al tema era de refuerzo de las tendencias preexistentes en términos de consolidar la demanda de cambio (entendida como adversa al kirchnerismo, o en sentido más amplio al espacio pan-oficialista), según López el hecho no sólo no modifica el escenario previo (apenas reafirma las actitudes y predisposiciones que ya existían, tanto las favorables como las contrarias al gobierno), sino que mantiene inalteradas las chances oficialistas para las elecciones, ya que para el sociólogo las mismas están determinadas por condiciones de sustrato mucho más profundas que el caso Nisman, aunque este resulte gravitante en la coyuntura. Si las reflexiones de Fara nos hacían recordar por momentos el planteo de los efectos de Joseph Klapper, las de López nos remiten a las palabras que Félix Lazarsfeld escribió originalmente en 1953: “La campaña es como el baño químico que revela las fotografías. La influencia química es necesaria para que surjan las imágenes, pero sólo pueden aparecer aquellas imágenes ya latentes en la placa”. Aunque suene retorcido, el caso Nisman se ha transformado en un issue de campaña.

Agrega López: “Sucede que las preferencias electorales mayoritariamente están echadas y la carta decisiva para imaginar el escenario consolidado de octubre, será nuevamente la coyuntura socioeconómica. Complementariamente la estrategia de polarización electoral y el candidato que sea capaz de encarnarla en un contexto de percepción de mejoras socioeconómicas en especial sobre el 50% más pobre de la población, el electorado oficialista predominante, resultará - o no-  la plataforma para que el FPV acceda - o no- a superar el 40% de los votos y obtenga una distancia mayor a diez puntos respecto a la segunda minoría triunfando en primera vuelta, su escenario electoral más propicio. Polarización, candidato kirchnerista a la altura y mejoras socioeconómicas diferenciales - empleo e ingreso - sobre la mitad más pobre de la población y lo demás no importa (casi) nada”, sintetiza el consultor. 

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