viernes, 14 de mayo de 2010

Gobiernos "exitosos" con sucesiones problemáticas


Chile, 2009-2010. La presidenta Michelle Bachelet finaliza su mandato con 80% de popularidad en las encuestas de opinión. El éxito que acompaña el fin de su gestión coexiste, sin embargo, con el hecho de que no la sucede un presidente de la Concertación, coalición a la que pertenece: el mandatario electo es el millonario centroderechista Sebastián Piñera, elegido en segunda vuelta, que batió al candidato oficialista Eduardo Frei, ex presidente. El oficialismo llega al poder debilitado por el desgaste de casi 20 años en el poder, pero también porque no pudo resolver de manera exitosa el proceso interno de elección de candidatos, lo que generó la aparición de un disidente, Marco Enríquez-Ominami, quien decidió postularse como independiente. El efecto de esa candidatura disidente en las chances de la sucesión para el oficialismo quedó puesta de manifiesto en el resultado de la primera vuelta electoral: Piñera obtuvo el 44,02% de los votos, Frei 29,62% de los votos y Enríquez-Ominami 20,12%.

Colombia, 2010. Pese a la alta aprobación que recoge su gestión, el presidente Álvaro Uribe observa con preocupación que su candidato a la sucesión Juan Manuel Santos, una figura clave en la implementación de la política de seguridad uribista y ejecutor de los operativos militares contra las FARC, registra un "empate técnico" en la intención de voto con el candidato verde Antanas Mockus: mientras algunas encuestas le adjudican a Santos una ventaja de dos puntos sobre su contrincante, otras muestran a éste último en punta por diferencias similares. Mockus, un independiente de meteórico ascenso en las encuestas, podría forzar una segunda vuelta con pronóstico reservado para el oficialismo.

Brasil, 2010. El presidente Lula da Silva, de enorme popularidad en su país (80% de aprobación en las encuestas) y de reconocido liderazgo regional, eligió a Dilma Rouseff como su sucesora, pero aunque el mandatario llegó a ser multado por usar el estrado presidencial para hacer campaña a favor de su candidata, le cuesta transferir su popularidad. Durante meses, el opositor José Serra (PSDB) se mantuvo en punta para ganar las elecciones presidenciales del 3 de octubre próximo, y recién en el último sondeo del Instituto Vox Populi Rousseff logró situarse tres puntos porcentuales (38%) por encima de José Serra (35%), escenario de empate técnico. Tercera se ubica Marina Silva, del Partido Verde, quien alcanza un 10% de los votos. Silva se distanció del oficialismo, a quien le critica haber privilegiado el desarrollo económico por encima de preservación de la ecología en regiones del país ricas en biodiversidad, y a partir de allí plasmó una candidatura independiente. El 10% de intención de votos que la ex ministra de Lula obtiene hasta el momento perjudican claramente más al oficialismo que al PSDB.


Estos tres ejemplos nos ilustran sobre algunas claves: 1) una gestión exitosa no garantiza por sí sola la sucesión 2) los oficialismos deben resolver bien sus procesos internos, so pena de sufrir sangrías electorales a manos de disidentes.

1 comentario:

  1. Muy claros tus comentarios,nos permite ver los aconecimientos de América Latina desde la óptica de un observador.También nos puede servir como dstos a tener en cuenta para las próximas elecciones de nuestro país. Norma y Néstor

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