viernes, 23 de noviembre de 2012

La construcción del sujeto media-mediático


Estábamos debiendo una entrada sobre la discusión detonada a partir de la categoría “clase media”, su constitución mediática como sujeto “opositor” al gobierno nacional y si es viable que pueda configurarse como un eje electoral para las legislativas del 2013 (como el sujeto “el campo” fue un eje de las legislativas del 2009). Lector@s del blog problematizan, con agudas observaciones, que ese “sujeto” sería “fácilmente fagocitable por parte del oficialismo; ya que si el problema se reduce a una demanda de un sujeto "clase media", es cuestión de tomar medidas que permitan más acceso al consumo a dicha clase, para lograr cautivar a este sujeto y conservar gran parte del terreno ocupado por el kirchnerismo (…) si la oposición piensa pivotear en un sujeto “clase media”, se la da en bandeja al kirchnerismo”.

Nos parece una conjetura muy valiosa, que hay que considerar en el análisis; con todo, plantearemos cuál es la línea interpretativa (no deja de ser una hipótesis) que tenemos en esta coyuntura. 

Desde el punto de vista de los datos duros, el efecto del modelo K en la clase media, al menos hasta el 2009, creemos que fue positivo: por caso, el informe del Banco Mundial (no precisamente una entidad cooptada por el oficialismo) titulado El informe, “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, revela que la clase media en el país aumentó en ese periodo de 9,3 millones a 18,6 millones de personas, aumento de más de 9,3 millones que representa un 25% de la población total de Argentina (el mayor porcentaje de crecimiento de la clase media en toda la región durante la última década, seguido por Brasil con 22% y Uruguay con 20%) . Por lo demás, en este blog hemos citado recientemente estudios sobre la estructura social (tanto de entidades alternativas al Indec como de organismos privados como la Asociación Argentina de Marketing) que confirman la positiva recomposición del tejido social luego de la recesión sufrida a partir de 1997-98 y del estallido de la convertibilidad en la crisis de 2001-2002.

Sin embargo, y pese a esa mejora que podríamos llamar “objetiva” entre 2003 y 2009 (de 2009 para aquí quizá se plantea otra discusión) el kirchnerismo en 2009 hizo una mediocre elección (un 30% de votos a nivel nacional, conservando la posición de primera minoría pero muy lejos del 47% obtenido por Cristina Fernández en las presidenciales de 2007). Es cierto, 2009 fue un mal año: espiral del silencio negativa para el oficialismo, resaca de la crisis del campo, crisis global… no todo puede explicarse por la emergencia de un “sujeto agromediático opositor”.  Aun así, creemos que ese sujeto jugó un protagonismo fuerte en la campaña electoral de esas elecciones legislativas.

Y esto nos lleva a la cuestión de la constitución de un nuevo sujeto opositor. Si el kirchnerismo tuvo una floja elección en 2009 pese a haber mejorado la condición de la clase media hasta ese año, ¿por qué no podría repetir una floja elección en 2013? (no digamos catastrófica, para evitar profetismos apocalípticos que en los últimos años se han revelado invariablemente erróneos).  

Es cierto que la construcción del sujeto “media-mediático” no está aún, digamos, suficientemente madura y que tampoco ninguna figura de la oposición parece haber capitalizado el desgaste oficialista; pero no olvidemos que la elección de 2013 es legislativa, no ejecutiva, por lo cual es una coyuntura más apta para el “voto protesta” que la de 2011 (donde la gobernabilidad era un eje).

Y vamos a otro punto, también captado por el aporte que citamos antes: más allá de los datos duros (es decir, en qué medida el kirchnerismo benefició o perjudicó a la clase media) está la cuestión simbólica, es decir la construcción de significantes en plena efervescencia, de una realidad dentro del relato oficial y de los discursos que se constituyen como opositores. No se trata sólo de sustancias, sino también de estilo: por así decirlo, puede que un segmento electoral comparta el concepto o contenido de una medida (o de una gestión) pero le molesten los modos o las formas del mismo; o también puede que deje de acompañar una gestión que antes le resultó favorable, simplemente por eso mismo, porque se elevó el nivel de sus exigencias. Existe en opinión pública e investigación de mercado un concepto que se llama el aspiracional, que en palabras simples es aquello a lo que quiero llegar, lo que pretendo, a partir del lugar donde estoy.  Ese aspiracional también puede mover actitudes, no sólo la activación de reflejos conservadores.

La lucha por la capitalización del significante “clase media” (o por su constitución como eje electoral) puede ser una clave de cara al 2013. En esa línea, Diego Reynoso, politólogo e investigador del Conicet, plantea que el discurso presidencial de CFK la semana pasada en el que se reivindicó orgullosa de pertenecer a la clase media es posible leer una “cierta corrección” del rumbo presidencial, a contramano de la extendida creencia que reza que el kirchnerismo reacciona ante la adversidad y la crítica redoblando la apuesta. “Ante el 20N, el Gobierno reaccionó anticipando la jugada con la exención del pago de ganancias para el medio aguinaldo a los trabajadores. De alguna manera, están tratando de desactivar la demanda”, afirmó ese investigador del Conicet.

4 comentarios:

  1. Comparto esto, me parece pertinente: Un sujeto en plan de nacer, por Pablo Semán, en Página/12.
    http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-208310-2012-11-22.html
    ...el 8N es algo mucho más complejo que golpismo (..) Respecto de la cantidad: debe haber sido una de las diez manifestaciones más importantes desde que retornó la democracia en 1983. No dejaría de decir que había muchos jóvenes que, tal vez, pueden significarle a la oposición lo que los jóvenes de 2008 fueron para el kirchnerismo. Algo más: la oposición ganó la calle y opera contra el Gobierno en la misma lógica que lo hizo el peronismo en los ’80, mientras nosotros nos quedamos en la reivindicación del porcentaje legitimante.
    (...) Organizar y conducir políticamente es la tarea que cuando se cumple con éxito tiene por resultado la emergencia de un sujeto político que posee, en este caso, una particularidad: es una movilización/sujeto. El espíritu de oposición al Gobierno ha dado un paso importantísimo: salió a la calle, salió de su posición defensiva. Se reconocen entre ellos, tal como nos pasó a nosotros, por ejemplo, en la salida de 2008. Aun cuando sólo fueran cualitativa y socio-demográficamente los mismos de siempre, ya no son lo mismo de hasta hace unos meses por las relaciones que han establecido. Han puesto algo en común entre ellos y en eso reside la posibilidad a futuro de articular una voluntad más definida. Su grado de confusión decrece y no hay que hacer de la confusión supuesta un standard tan claro: ¿en qué sentido el kirchnerismo, el peronismo, el centroizquierda, en su conjunto, son “claros”? En ese mismo paso, no hay que negarlo, ese mismo espíritu se ha extendido y se regocijado con esa extensión.
    (...)
    Entre las políticas del Gobierno que provocan el 8N (desde las correctas e inevitables hasta los errores no forzados y los automatismos –muy necesarios de evitar–) y las propensiones de las diversas vertientes del 8N surge un “frente amplio por la libertad” con el que habrá que disputar y competir. No me caben dudas: ese sujeto –aún cuando no tenga hoy una articulación partidaria o electoral– la tendrá.

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  2. En principio tengo ciertas dudas técnicas de cómo se miden cosas como el anunciado crecimiento de la clase media, intriga que no es lugar para evacuar, pero que comparto tenerla. Estoy de acuerdo con que si tomamos ese dato como un indicador de crecimiento nos equivocamos al pensar que el mismo tiene peso político para una elección legislativa, en ese orden, comparto ampliamente la lectura del peso de lo aspiracional en votaciones legislativas, las cuales suelen ser mucho más experimentales, sino De Narvaez no estaría en su banca.
    Me gustaría ampliar lo de Reynoso, creo que hay en este autor algunos nuevos hilos para pensar las maniobras a futuro del oficialismo para lograr darle estatuto de agenda a los significantes flotantes, o seguir resquebrajándose por lugares predecibles.
    Por último, la nota de Semán es muy interesante y compleja, es cierto que la puesta en común de la experiencia de los cacerolazos refuerza la emergencia de un sujeto político dotado de un sistema autoorganizativo y legítimo en su demandas; si nos ponemos a pensar cualquier experiencia grupal (grande o chica) puede permitir la emergencia de un sujeto político: los indignados en España lo son, los que van a la marcha de la gorra en Córdoba también, los del orgullo gay, los anti abortistas, etc. etc. En conclusión, hablar de estas formaciones antropológicas y sociales no están en línea directa con los cambios ni recambios de ningún poder ejecutivo, en ningún lado del mundo o al menos no en Argentina; de repente considero poco feliz la comparación con las marchas del 83 ya que creo que ésta y los cacerolazos sólo tienen coincidencia numérica pues los ánimos de las convocatorias no son equivalentes, en todo caso, si de algo me sirve la cita, es para recordar que las cosas tienen que estar bastante peor para “algo pase”.
    Quiero ver, para que “algo pase”, al opositor que logre sincronizar estas voluntades bajo su candidatura, quiero ver cómo le va, ¿de dónde saldrá?, capaz que en vez de tratar de buscar compatibilidades entre los aspirantes es más fácil empezar a "crearlo desde cero” pero en ese caso la capacidad organizativa de los caceroleros no da para tanto y creería que tampoco hay tanto presupuesto ni tiempo.
    Entonces, la pregunta que queda en el tintero es "hacia dónde van", porque si a donde van es a hacer catarsis hasta lograr una "reacción" política del mismísimo kirchnerismo entonces todo este "crecimiento" puede llegar a madurar demás sin ser cosechado políticamente hablando: pudrirse en el árbol, digámoslo simple. En ese sentido, no me sorprende que la convocatoria para el próximo cacerolazo, planeado para el 6 de Diciembre dice “el 13S nos vieron, el 8N nos sintieron, ahora queremos que NOS ESCUCHEN".

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  3. Anónimo y Marina, gracias por sus aportes, muy apropiados para la discusión en curso! En breve la seguimos...

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