miércoles, 26 de febrero de 2014

Debate: giro o profundización del modelo. Capitanich-Fábrega-Kicillof=CFK (1)

Un tema central del actual debate es si asistimos a un giro o viraje en el gobierno o, por el contrario, estructuralmente se trata de una profundización del “modelo”.  En este sentido, el politólogo Ernesto Laclau ensayo recientemente una nueva reivindicación del gobierno nacional. "El futuro del proyecto popular pasa por profundizar las políticas distributivas que se aplican desde 2003", y arriesgó, en términos prospectivos,  que el actual gobierno produjo cambios y generó políticas “que difícilmente puedan ser revertidas si una opción de derecha se impone en las elecciones de 2015". En esa línea, Laclau planteó que no cree que "si Mauricio Macri tiene la suerte de convertirse en presidente se anime a terminar con la Asignación Universal por Hijo, por citar un caso".

Laclau argumenta que para impulsar el desarrollo del país es necesario que el Estado se apropie de buena parte de los recursos que generan las exportaciones para impulsar la industrialización y corregir las desigualdades. Así, el profesor de la Universidad británica de Essex remarcó que "el kirchnerismo aún representa la izquierda real" del país, ya que -a su entender- es "la única fuerza que se encuentra en condiciones de confrontar con el poder corporativo (… ) En término de política real, el kirchnerismo sigue siendo lo que está más a la izquierda, pues tiene vocación de confrontar con el poder. Claro que eso no quiere decir que todos los actores que componen ese espacio sean de izquierda", evaluó.

El núcleo del argumento de Laclau (al que hemos dedicado anteriores entradas en este blog) es que la democracia conlleva una idea de confrontación y conflicto que deben ser procesados en el marco de un juego institucional y del debate de ideas. "Sigo creyendo en una sociedad donde existen visiones a la izquierda y a la derecha. En la democracia eso se resuelve en el marco de las elecciones, donde se desenvuelve la lucha ideológica", explicó. En ese marco, el académico consideró que el modelo que lidera CFK libra "una guerra de posiciones, y que para salir bien de ella debe profundizar el sentido de las políticas que implementa". "Cuando hablo de 'guerra de posiciones' me refiero a un proceso cuyos resultados se verifican en el largo plazo. Por eso, para asegurar esta etapa de la contienda de ideas, el gobierno debe animarse dar pasos audaces. Creo que la creación de una Junta Nacional de Granos sería una buena medida en el contexto actual", afirmó (tener en cuenta que el concepto de guerra de posición, originado en el lenguaje militar, es a su vez resemantizado por Gramsci, autor al que también acudimos recientemente en este blog para ensayar interpretaciones del proceso político actual).

En las palabras de Laclau se advierte, junto con la “defensa del modelo”, una invitación a “ir por más”, es decir profundizarlo (de ahí el énfasis en reforzar el rol estatal). Esto está en el núcleo de la discusión actual: para algunos, desde la asunción del trípode Capitanich-Fábrega-Kicillof (jefe de Gabinete, titular del Banco Central y ministro de economía, respectivamente; adviértase que sus iniciales forman las siglas CFK) hay señales evidentes de profundización del modelo: más intervencionismo, controles de precios, nuevos programas sociales (como el Progresar). Otros, en cambio, ven señales ortodoxas: un ajuste (si bien no tradicional), devaluación, suba de tasas, restricción monetaria, acercamiento a los organismos internacionales de crédito y (aún en estudio) posibles recortes a los subsidios de  servicios públicos. Continuaremos con esta discusión en una próxima entrada.

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