viernes, 16 de mayo de 2014

Construir una coalición ganadora mínima (3)

Si profundizamos en los otros dos candidatos del podio, surge que Sergio Massa aventaja a Mauricio Macri en todos los sondeos conocidos hasta ahora y también se insinúa un dato clave: ambas figuras compiten como candidatos opositores al oficialismo por segmentos electorales similares. En parte, hay un juego de suma cero entre ambos, es decir, si uno sube el otro tiende a bajar, y viceversa. De hecho, no obstante el primer lugar adjudicado a Massa, según el consultor Raúl Aragón, “los números del referente del Frente Renovador están estancados en su territorio”. 

La principal amenaza mutua que enfrentan el tigrense y el jefe de gobierno porteño es la candidatura del otro como contendiente y competidor directo. Massa recela de Macri porque ambos ensayaron estrategias de acercamiento a sectores del PJ contrarios al oficialismo (con éxito relativo, aunque en los últimos meses el líder del Frente Renovador crece en armado político territorial más a costa del PRO que en detrimento del PJ). En segundo término, ambos tienen una inserción similar en segmentos del electorado independiente desencantados con el kirchnerismo (un capítulo del estudio de Haime expresa el cambio en la tendencia de voto desde las últimas presidenciales: de quienes en 2011 votaron a Cristina Fernández a presidente, un 26% cambiaría su voto hacia Sergio Massa) o bien francamente opositores al gobierno. En tercer lugar, ambos tienen necesidad de proyectarse fuera de Buenos Aires y la zona metropolitana para alimentar las chances de ser presidentes en 2015.  Como vemos, en todos estos objetivos, Massa y Macri compiten; a ellos puede aplicarse la célebre frase de guerra del rey Carlos V: "Mi primo Francisco y yo, en el fondo, estamos de acuerdo: los dos queremos Milán". 

Massa es consciente de que si la candidatura de Macri se sostiene o crece, complica sus propias posibilidades en la carrera electoral. Macri sabe lo mismo; aquí está la clave de por qué el gobierno nacional (y Scioli, alineado en el mismo sentido) hacen gestos hacia Macri: una mayor visibilidad del líder del PRO funciona como obstructor de un crecimiento de Massa, y facilita las chances de que el peronismo filo K (con Scioli como figura más fuerte, al menos por ahora) conserve el poder en 2015. Esta lectura pragmática nos resulta mucho más plausible que aquella, un tanto retorcida, que especula con que el kirchnerismo duro quiere a Macri presidente para poder liderar la oposición desde el 2015. Raúl Kollman lo expresó claramente hace pocos días: “Cristina Kirchner compartió escena con el jefe de Gobierno Mauricio Macri y reveló una reunión que habían tenido un tiempito atrás. Los gestos catalizan un análisis que está de moda: la Presidenta eligió a su adversario predilecto. Algunos se ensueñan más y auguran que Cristina anhela la victoria de “Mauricio”. Este cronista desconfía de esos dibujos en mesas de arena. Elegir perder no es muy peronista, manipular a la opinión pública para que escoja a un contrincante es algo que frisa lo imposible. Es cierto que el presidente Néstor Kirchner quiso imaginar un sistema político con dos fuerzas preponderantes: el FpV y una alternativa de derecha. Pero entre los deseos y la realidad hay un abismo que cualquier político de raza sabe discernir”.

Ese juego de suma cero relativo explica por qué la “alianza” Frente Renovador-PRO en provincia de Buenos Aires (en las legislativas de 2013 varias figuras del "submarino amarillo" se integraron dentro de las listas del massismo) fue aún más efímera que la entente entre Francisco de  Narváez y Macri (victoriosa en las legislativas del 2009, frente a la lista que por entonces encabezaba Néstor Kirchner, secundaba Daniel Scioli e integraba también Massa, ahora devenido opositor). Macri, con un débil armado en la provincia de Buenos Aires (distrito clave en cualquier elección nacional, por su peso) definió una estrategia frentista en el 2013, pero sabe que de cara al 2015 necesita diferenciarse de Massa si quiere tener chances. De hecho procura hacerlo presentándose como un opositor más franco e “histórico” que Massa (aludiendo al pasado del tigrense como jefe de Gabinete de Cristina Fernández) y planteando que en la elección del 2015 el electorado debería darle una oportunidad a figuras que nunca estuvieron en el oficialismo (una manera de decir que es mejor elegir un candidato no vinculado al peronismo, algo que no sucede desde aquella "interna abierta" entre Menem, Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá que derivó en la llega al poder de NK). 

El problema para Macri es que, en ese punto diferenciador, el desafío cambia de naturaleza, ya que el jefe de gobierno pasa a competir con otra fuerza opositora que hace de su “no-peronismo” un elemento identitario: el frente FAU. En términos de campos semánticos, Macri pelea en dos frentes: contra Massa como “figura nueva”, y contra el FAU en carácter de “referente del no-peronismo”. O sea, por arriba, Macri tiene un techo dado por la figura de Massa (que limita el despliegue electoral del líder del PRO, a la vez que es limitado por él; una dialéctica apasionante) y, por debajo, enfrenta la amenaza del FAU, que también tiene como eje diferenciador competitivo su carácter de fuerza “no peronista”. Esa amenaza se corporiza en algunos sondeos, como el recientemente difundido por la consultora Management &Fit, sobre la base de una muestra de 1.600 personas (encuesta realizada entre el 28 abril y el 8 mayo, en Capital Federal y 11 provincias). Ese estudio es el primero de los conocidos que muestra a Macri (9,5%) en situación de empate técnico con Binner, del FAU (10,3%) en términos de intención de voto. En cuanto a la pelea por la punta, la encuesta confirma lo que venimos señalando en el blog: Massa primero (20,6% seguido de cerca por Scioli (17,3%).

2 comentarios:

  1. En este artículo se utilizó el método cuantitativo, ya que se expresaron datos sobre el comportamiento electoral de los entrevistados. La información proporcionada tiene como fin, plasmar la situación electoral de la actualidad, al dar un pronóstico o estimar la conducta de los votantes con respecto a las elecciones presidenciales de 2015. Es decir, se mide la imagen e intención de voto a los eventuales postulantes. Pero también aparece el fin estratégico porque como detallé anteriormente, el sondeo del escenario político puede influir en la opinión pública, beneficiando o perjudicando a algún candidato.
    Otra característica importante es que se trata de una investigación no experimental, las variables no se aíslan del entorno ni se controlan, sino por el contario, no se manipular y se observan los hechos y fenómenos tal como se da en situación real. Además, tiene un diseño longitudinal porque estudia la evolución de variables y recolección de datos a lo largo de tiempo, determinando sus circunstancias y posibles progresos o consecuencias.
    Por consiguiente, resulta conveniente decir que eso depende de la situación y el tiempo determinado en que se tomen las encuestas. Sabemos que en el ámbito político, la imagen de la sociedad sobre los candidatos va cambiando constantemente de acuerdo a los dichos o acciones que desempeñan día a día.
    Aquí también interviene la Teoría De Espiral Del Silencio ya que los medios y las personas, buscamos insertarnos en la sociedad, muchas veces siguiendo a la “multitud” por miedo a quedar fuera del sistema. Por esa razón es importantísimo el concepto de opinión publica debido a que desde sus comienzos se ha mostrado como un cuarto poder, al que no hay que dejar de olvidar y de tener en cuenta.
    Las opiniones de cada uno de los miembros de la sociedad pesan muy fuerte y es necesario realizar en el período pre-electoral estas de encuestas de opinión que permiten conocer el panorama por el que se está viviendo.
    Comparto de que el candidato Macri, deberá rever su estrategia para mejorar su performance con miras a las elecciones presidenciales del 2015 porque el perfil de sus seguidores es similar a quienes gustan de las ideas de Massa. A su vez creo que ve acotado su proyección en el resto del país por no contar en la mayoría de las provincias con una estructura sólida para encarar un proyecto nacional, mientras que el tigrense va tejiendo nexos con los gobernadores de las provincias peronistas que no comparten el espacio K. Por su parte, el FAU si bien tiene armados en provincias importantes del territorio nacional, hoy los números en el conurbano bonaerense no le son tan alentadores y disminuyen muchísimo sus chances para alcanzar un buen porcentaje en las encuestas que lo puedan depositar a algún miembro del frente en el sillón de Rivadavia.

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  2. Hola Pía, gracias por tu aporte! Una observación: no hay que confundir el fin estratégico (asociado a modificar el diagnóstico inicial) con el propagandístico (que es para favorecer a un candidato, pero implica la difusión de las encuestas, algo que no necesariamente se da en el uso estratégico propiamente dicho). Saludos!

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