lunes, 4 de noviembre de 2019

Lecturas del 27-O a la espera del escrutinio definitivo: resultados y proyecciones


Por ahora, el avance del escrutinio definitivo en 11 de 24 distritos va estirando la ventaja a favor del Frente de Todos en 0,8 puntos porcentuales, lo que lleva su caudal a 48,8% respecto del 48,10% estimado en el escrutinio definitivo. Eso podría llevar la brecha a entre 9 y 10 pp sobre Juntos por el Cambio, colocando el resultado de la elección del 27-O en la zona que antes de los comicios había establecido otra de las mediciones que tuvo una buena aproximación pero que, al igual que la encuesta de Trespuntozero, se dio a conocer a posteriori. Se trata de la consultora Marketing y Estadística (ver datos arriba; click para agrandar),  que había proyectado 50% para el Frente de Todos (con mínimo-lower- de 47% y máximo -upper- de 53%), vs 37% para Juntos por el Cambio (con mínimo de 34% y máximo de 40%). Esa proyección tiene en cuenta el margen de error hacia arriba y hacia abajo y el efecto de covarianza asociado. 



Esa es una manera de presentar estimaciones bien compatible con el postulado de Nate Silver que citamos a menudo, el cual plantea que mientras el erizo tiende a jugarse todo a un pleno, el zorro piensa en términos de escenarios con grados de probabilidad. “Casi todas las predicciones que publico, sean sobre política o sobre otro campo, son probabilísticas. En lugar de escupir un número y fingir que sé exactamente qué va a suceder, presento diversos resultados posibles". Otra alternativa metodológicamente consistente, aunque quizá más ambigua, es la que vimos al repasar las proyecciones de Udesa (ver datos arriba; click para agrandar). En ese caso, la buena aproximación del segundo escenario (proyección de indecisos y voto oculto en forma proporcional) al resultado final se basa en que la intención de voto cruda ya muestra una brecha de 8 pp entre Alberto Fernández y Mauricio Macri (38% vs 30%), que luego se replica en el escenario 2 y suma un punto porcentual adicional. El procedimiento fue más o menos el siguiente: el crudo deja un 12% que "prefiere no contestar", 5% de indecisos y un 2% de voto en blanco. En el segundo cuadro se quita el voto en blanco y se hace una proyección de los indecisos y los que prefirieron no contestar proporcional a la intención de voto. Allí, la pelea entre Fernández y Macri pasa a un 47% a 38% (diferencia de 9 pp). En cambio, cuando los indecisos y los que no contestaron se proyectan "según el criterio de similitud (esto es, asignar a los votantes de acuerdo a su probabilidad de voto)", la brecha aumenta a 17 puntos: 51% contra 34%, similar al promedio de las otras encuestas revisadas en este blog.


Por lo demás, la elección, conforme al escrutinio provisorio confirmó un escenario de polarización muy intensa, aunque la asimetría que habían arrojado las PASO (con el Frente de Todos en casi 50% de los votos y Juntos por el Cambio en 33%) se corrigió parcialmente, hacia un escenario 48%-40% (ver datos arriba; click para agrandar). Ese movimiento se dio básicamente por la suba de la participación y el drenaje relativo de las terceras fuerzas entre ambas elecciones. 

Respecto al incremento de la participación en relación a las PASO, claramente benefició más a Juntos por el Cambio, aunque sin llegar en términos de volumen al pico de la primera vuelta de 2015, cuando superó el 80% (ver datos arriba; click para agrandar). Gran parte de las expectativas del oficialismo pasaban por ese movimiento, que hace 4 años le permitió forzar un ballotage, al achicar la brecha con el Frente de Todos a unos 3 pp. Ahora, la brecha no sólo fue mayor, sino que además la fuerza que condensó el caudal del espacio pan-justicialista unificado superó el 45% de los votos, de manera que aun con una ventaja menor se hubiera impuesto de todos modos. En cambio, sí llegó a un récord desde el 2003 la polarización, que rozó el 85% y puso en evidencia la disolución de las terceras fuerzas. 


En síntesis, completando el arco narrativo, que el FPV llegó al poder en 2003 en un escenario de máxima dispersión electoral (la suma de las dos fuerzas más votadas no llegaba al 50%, con Nestor Kirchner en torno al 22% y Carlos Menem en torno al 24%), el Frente de Todos llega al poder a fines de 2019 en un panorama de máxima polarización (ver datos arriba y abajo; click para agrandar). 



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