martes, 19 de noviembre de 2019

Lo que se viene: coalición oficialista vs coalición opositora (1)

El resultado de las elecciones del 27-O deja configurado un panorama similar al "ditelliano" que el ex presidente Néstor Kirchner imaginó en su momento: dos coaliciones, una de centro-popular con anclaje en el peronismo y el kirchnerismo con aliados en el campo pan-justicialista, como el Frente Renovador de Sergio Massa, y otra de centro-derecha con centro de gravedad en el PRO y aliados en el radicalismo y otras fuerzas como Coalición Cívica. La primera ganó la presidencia con la fórmula del Frente de Todos, liderada por Alberto Fernández y CFK como vice, con el 48,24% de los votos, mientras que la segunda alcanzó el 40,24% de los votos y se aseguró una importante representación parlamentaria, además de generar una expectativa respecto a la continuidad de Mauricio Macri en la política. Según el último estudio realizado por la consultora Raúl Aragón & Asociados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), casi el 66% de los electores de ese distrito (bastión del PRO desde 2007) cree que Macri va a continuar en política, contra casi un 24% que cree que no; un 10,2% ns/nc (ver arriba; click para agrandar). La encuesta se realizó entre mayores de 16 años residentes en CABA en condiciones de votar, sobre una muestra de 600 casos efectivos relevados telefónicamente con encuestador (sistema CATI) del 13 al 16 de noviembre. El error muestral es de +-3,9%. 



Se prevé que ambas coaliciones, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio,  funcionen en el Congreso como interbloques, lo que propiciaría una agenda legislativa con debate para la gestión que se inicia el 10 de diciembre. Quizá el principal desafío aquí para la oposición es mantenerse en esa condición, ya que además de la voluntad de las partes integrantes de la alianza electoral, el resultado desfavorable podría llegar a estimular los movimientos de dispersión de cara al turno electoral del 2023, habida cuenta de que este año, a diferencia del 2015 (cuando el radical Ernesto Sanz compitió en las primarias), la Unión Cívica Radical no compulsó por la candidatura presidencial. A nivel de la opinión pública general, las opiniones están divididas: un 43% cree que la UCR debe permanecer dentro de la coalición, mientras que un 40% cree que debe romper la alianza para volver a ser independiente; un 18% no sabe (ver gráfico arriba; click para agrandar). Los datos surgen de la encuesta realizada por la consultora Reyes Filadoro entre el 12 y el 15 de noviembre, sobre una muestra nacional de 1.200 casos relevados telefónicamente; el error muestral es de +-2,8%.   

Más allá de esa incógnita, es un dato no menor que Argentina volverá a vivir un cambio de signo político en el gobierno, tal como sucedió hace 4 años, consolidando la recuperación institucional inaugurada con la vuelta de la democracia en 1983 y reafirmando la posibilidad de alternancia en el poder. 
La posibilidad de esa alternancia se basa a su vez en la competitividad electoral. Que la coalición ganadora en octubre pasado haya alcanzado superado el 48% y, a su vez, la segunda minoría electoral haya llegado al umbral del 40% perfila, en principio, una situación de competitividad de cara al turno del 2021, correspondiente a los comicios de medio término. La performance en esas elecciones estará cruzada por el desempeño de la gestión presidencial de Alberto Fernández, pero también por el comportamiento de la oposición. Uno de los problemas constantes de la democracia argentina ha sido la falta de una fuerza de centroderecha competitiva, lo que hizo que los bloques conservadores recurrieran sistemáticamente a los golpes de Estado para hacerse con el poder que no podían conseguir en las urnas. 

Vista la situación regional que vive hoy Latinoamérica, resulta central que la oposición fuera del poder mantenga un perfil institucionalmente responsable, para evitar que las tentaciones autoritarias que han caracterizado a gran parte del siglo 20. Teniendo a la vista la interrupción del orden constitucional en Bolivia, existen algunas claves a tener en cuenta. 1) en ese país, la gestión de Evo Morales ha logrado palpables progresos socioeconómicos macro y también en materia de inclusión 2) sin embargo, Morales no ha logrado conformar un cuadro político en condiciones de reemplazarlo en su liderazgo en el MAS y la presidencia, lo cual decantó en una nueva candidatura que previamente había sido rechazada en un referéndum, generando cuestionamientos a la institucionalidad del proceso 3) esto derivó en una crisis de legitimidad luego de la elección presidencial, que fue aprovechada por los sectores reaccionarios para precipitar un golpe de Estado 4) la falta de competitividad electoral de los sectores opositores también ha sido crítica en el proceso. Por lo tanto, el comportamiento tanto del oficialismo como de la oposición son claves para la salud institucional de una democracia, aunque visto el curso de los acontecimientos en el país del Altiplano está claro que la responsabilidad de los sectores conservadores en Bolivia es mayor que la del presidente Morales. 




En el caso argentino, el espacio pan-justicialista ha procesado su competencia por el poder de una forma institucionalmente más sana. En 2015, el FPV con Cristina Fernández en el poder definió la candidatura presidencial de Daniel Scioli, quien se impuso en las primarias de ese año y en la primera vuelta, pero sin poder eludir un ballotage, en el que fue derrotado por escaso margen a manos de Mauricio Macri (48,66% a 51,34%). En 2019, la líder del kirchnerismo, CFK, le propuso Alberto Fernández la candidatura presidencial y se corrió al lugar de candidata a la vicepresidencia, en lugar de buscar una nueva reelección, eludiendo así la tentación del personalismo y favoreciendo la reunificación del espacio que se había dividido en 2013. De esa manera, el espacio pan-justicialista vuelve al poder luego de un período de 4 años de gobierno de Cambiemos/Juntos por el Cambio, coalición a la que ahora, desde el llano, le toca administrar su funcionamiento como oposición fuera del poder. En ese marco, una de las cuestiones clave es cómo se procesará la competencia por el liderazgo en ese frente. El presidente saliente, Mauricio Macri, ha dado señales de que intentará mantenerse al frente de esa coalición. Sin embargo, además de su voluntad política, eso requerirá también contar con el acompañamiento de una parte de la opinión pública. Como vimos en el posteo anterior, según el más reciente estudio nacional de la consultora D`Alessio IROL/Berensztein, un 37% cree que Mauricio Macri será el principal representante de la oposición, mientras que un 29% le asigna más chances a Horacio Rodríguez Larreta; el gobernador saliente de Mendoza, Alfredo Cornejo, alcanza 11%, y la derrotada gobernadora de PBA, María E. Vidal, 8%. ¿Qué dicen otras mediciones? Una encuesta realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano (COPUB) en la Ciudad de Buenos Aires, sobre una muestra de 620 electores, arroja que el 51% cree que Mauricio Macri no volverá a presentarse en las elecciones de 2023, contra un 36% que sí lo hará; el 13% no tiene opinión formada al respecto. De acuerdo al mismo estudio, un 62% cree que la gobernadora Vidal sí será candidata ese año, lo cual llevó a Orlando D`Adamo, director del COPUB, a plantear que "una mayoría cree que ella relevará a Macri en el liderazgo de Cambiemos". Si bien esta medición no es nacional, introduce un matiz importante respecto a la citada en el posteo anterior, en la cual la disputa por el liderazgo aparecía acotada al Macri y al reelecto jefe de gobierno de la CABA. Por su parte, el estudio nacional más reciente de la consultora Reyes Filadoro arroja que, sobre el total de los electores, el 28% cree que Macri tiene más chances de liderar la oposición, mientras que un 16% deposita esa expectativa en María E. Vidal y 13% en Horacio Rodríguez Larreta; empate técnico por la disputa en el segundo lugar. El gobernador saliente de Mendoza, Cornejo, alcanza 6%. Cuando el análisis se hace entre votantes de Juntos por el Cambio, la ventaja de Macri se estira: 50%, vs 22% de Vidal y 13% de Rodríguez Larreta (ver datos arriba; click para agrandar). En síntesis, los datos de tres mediciones marcan, en principio, que Macri corre con ventaja de cara a la disputa por el liderazgo opositor.  

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