lunes, 27 de enero de 2020

Del impacto de las medidas a la evaluación de imagen y aprobación (3)


Las recientes mediciones de Circuitos y Zuban Córdoba/Focus Market coinciden en ubicar al congelamiento de tarifas y al bono para jubilados como las medidas más valoradas del nuevo gobierno por la opinión pública: según Circuitos, con 28,4% y 14,3% de las respuestas, respectivamente (ver gráfico abajo; click para agrandar), mientras que en la medición de Zuban Córdoba/Focus Market ambas iniciativas alcanzan 3,9 puntos de valoración en una escala del 1 (nota mínima) al 5 (nota máxima; ver gráfico arriba, click para agrandar). Cerca de ellas, se destacan Precios Cuidados (3,8 puntos) y el Plan contra el hambre (3,7 puntos). Un poco detrás, la Tarjeta Alimentaria alcanza 3,3 puntos, mientras que las demás medidas testeadas de manera guiada quedan por debajo de los 3 puntos; sólo una, el "congelamiento de las jubilaciones por 180 días (que en rigor no es tal, ya que se suspendió la fórmula la de movilidad por aumentos vía sumas fijas) queda por debajo del nivel de los 2,5 puntos (intermedio en la escala del 1 al 5 con la cual las consultoras midieron la variable). 



Sin embargo, cuando se pasa de la evaluación de medidas en particular a la  calificación de medidas económicas en general de manera guiada, el acompañamiento cede: casi 41% opina que son correctas para sacar al país adelante, vs 21,5% que las ve incorrectas y 28,4% que cree que no lograrán terminar con la crisis (9,6% ns/nc; ver gráfico abajo, click para agrandar). Así, el aval a las medidas económicas del gobierno está casi 8 puntos porcentuales por debajo del resultado obtenido por el Frente de Todos en octubre pasado (48,24%), no tanto porque se perciban incorrectas (menos del 22% tiene esa opinión), sino porque casi un tercio no tiene confianza en que logren terminar con la crisis.


  

Esto marca la distancia que existe hoy entre el acompañamiento al rumbo del nuevo gobierno en general y el aval que registra el paquete de leyes económicas en particular como dato blando (perceptivo), pese a que, en conjunto, los datos duros indican que las medidas impulsadas para revertir la crisis son las de mayor peso relativo sobre el PBI en los últimos años, bien por encima de los antecedentes del gobierno de Cambiemos: 0,5% del producto bruto interno entre enero y abril de 2020, vs 0,3% del PBI entre mayo y agosto de 2019 (antes de las PASO del año pasado en las que el Frente de Todos venció a Juntos por el Cambio por 49,49% vs 32,94%) y 0,2% del PBI entre abril y junio de 2017 (antes de las PASO de ese año, en las que Cambiemos se impuso sobre Unidad Ciudadana por 41,7% a 28,4%). Los datos surgen de una elaboración propia de la Universidad de Avellaneda (Undav) a partir de información oficial (Ministerio de Hacienda y otros; ver gráfico abajo, click para agrandar).



Así, los datos duros implican que el paquete anticíclico del actual gobierno medido por el esfuerzo fiscal como porcentaje del PBI para reactivar la economía es superior a los paquetes preelectorales del gobierno anterior para las elecciones de medio término del 2017 y las generales de 2019. Con todo, es razonable la duda de la opinión pública respecto a si serán suficientes para el objetivo de salir de la crisis. Por supuesto, esto tiene que ver el punto de partida (la situación inicial): en la encuesta de Circuitos de este mes que venimos repasando, apenas se insinúa una mejora de 5,1 pp en la calificación de la situación del país, menor a la caída de 18,4 pp que se ve en el pesimismo, lo cual implica que parte de las respuestas negativas pasaron al ns/nc (incertidumbre) en lugar de virar a la zona de mejoría (ver gráfico abajo; click para agrandar). En cambio, las expectativas mejoran más rápido: +13,7 pp de octubre de 2019 a enero de 2020. Esto parece prometedor, pero también puede ser un riesgo, dado que si las expectativas positivas crecen más rápido que las chances de mejorar la situación, podría haber una desilusión a la vuelta de la esquina, al menos mientras esas expectativas no permitieran, a su vez, traccionar una mejora de la actividad (lo que sería el caso si el cambio de ánimo generara, por ejemplo, una suba del consumo interno, que es parte de la apuesta de la nueva gestión).   


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