viernes, 17 de septiembre de 2010

Metodologías de protesta


Esta semana, la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba conmemoró el Día de la Industria, oportunidad en la que su titular, Emilio Etchegorry, criticó el proyecto gremial para redistribuir ganancias de las empresas y "la falta de políticas dirigidas a combatir la inflación y la pérdida de rentabilidad".
En un almuerzo con destacados disertantes -entre ellos la consultora Graciela Römer, quien entre otros datos planteó que "no es descabellado que los K alcancen el 40%de los votos en 2011" -la institución pidió “cordura” a las autoridades nacionales para construir “un país que nos incluya a todos”. El actual contexto político y gremial preocupa a la Cámara, por el impacto que tiene en la actividad la incertidumbre originada en el conflicto entre Siderar y el gremio de los camioneros que conduce Hugo Moyano y la iniciativa sindical para distribuir el 10 por ciento de las ganancias empresariales.

En ese sentido, Etchegorry reveló que algunos colegas del sector asociados a la Cámara –integrada mayoritariamente por Pymes– le sugirieron “salir a cortar calles y rutas” si volvían los bloqueos a la proveedora de chapa y acero. El titular de la entidad planteó entonces hasta qué punto un sector, en este caso el sindical, tiene derecho “a poner en jaque la producción de todo un país” para defender sus intereses, dijo.

Es un lugar común criticar a los sindicatos y más a los afines al moyanismo. Sin embargo, en 2008, con el conflicto de las retenciones, el lock out agropecuario incluyó el bloqueo de rutas por 21 días, con piquetes que operaron filtrando las cargas de camiones, obstruyendo el transporte de alimentos e insumos, afectando múltiples actividades (no sólo económicas: por caso, la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba registró niveles de inasistencia de alumnos del 40% durante los cortes). En ese caso, la metodología de protesta consistió en que un sector que se sintió perjudicado por una medida oficial –las retenciones móviles- empleó resortes coercitivos de una escala inédita, excediendo el derecho constitucional de peticionar a las autoridades; con el agravante, además, de que al mismo tiempo el agro siguió trabajando “tranqueras adentro” (no detuvo su producción, pero sí impidió la de muchos otros). Sin embargo, en ese caso, la metodología fue convalidada no sólo por las cámaras empresarias sino por importantes medios de comunicación del país, configurando un clima de opinión favorable a la protesta del llamado "campo". Éste es un tema que ya hemos tocado antes en el blog.

Para completar el aggiornamiento de la discusión, algunas cifras: el sector agrícola argentino invertirá en la campaña que se avecina 70.156 millones de pesos para cosechar 95,4 millones de toneladas, cifra que surge del primer estudio global de este tipo, realizado junto al movimiento Aacrea por las entidades que conforman la Mesa de Enlace. Ese monto incluye inversiones en fertilizantes, semillas, agroquímicos, labores, cosecha, fletes, almacenajes, comisiones, gastos de estructura y administración, financiamiento, seguros, arrendamientos, maquinarias, mejoras, camionetas y salarios. Sin dudas, este es un aporte sustantivo del sector a la economía nacional y como tal debe ser reconocido.

Según dicho estudio –financiado por el Fondo Nacional Agropecuario– el sector obtendrá en la presente campaña unos 4.000 millones de dólares de ganancias, aun con el nivel actual de retenciones a las exportaciones. El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, explicó que “los ingresos obtenidos por esa producción serían a valor FOB (de exportación) unos 36.400 millones de dólares” (es decir, si no hubiera retenciones). Sin embargo, precisó que “por retenciones y deformaciones de mercado, los ingresos reales del sector estarán en el orden de los 21.600 millones de dólares”. “Si le restamos los 17.600 millones de dólares de inversión, quedan 4.000 millones de dólares”, indicó Llambías. Un rápido cálculo: 4 mil millones de dólares, sobre una inversión de 17.600 millones, nos da un 22,7% de retorno de la inversión. Una buena cifra, que no muchos negocios en el país deben ostentar. A la luz de estas cifras -que son macro, por supuesto- no parecen justificadas las quejas que usualmente se escuchan desde la Mesa de Enlace y distintos referentes del agro.

Como cierre, tentados a coincidir con Etchegorry, vamos incluso más alla: si una metodología de protesta está "mal", está mal independientente de quién la haga (sino, estaríamos aplicando un doble rasero). En ese sentido, discrepo totalmente con la posición de Santiago Kovadloff, que sostiene que "el sindicalismo pelea intensamente por sostener su protagonismo fragmentario. Mientras el campo es una corporación que comprende que debe integrarse a la República, el sindicalismo convencional que representa Hugo Moyano aspira a concentrar poder a expensas de las instituciones. Lo que quieren es liderar el país con total exclusión de los otros factores de poder".. No veo por qué sería "republicana" una metodología si la aplica "el campo" y por qué no la misma metodología si la aplican los sindicatos. Inconsistente por donde se lo mire, el planteo de Kovadloff.

5 comentarios:

  1. Hola! si bien no voy más al curso (empecé un proyecto de radio ese día y horario), sigo pasando por acá. Muy interesante el artículo y para discutir. Lo subí al face. Saludos!

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  2. Coincido con Norman en que se mide con el doble rasero. Y más aún, me hace ser pesimista la miserable e innoble actitud de las cámaras empresarias. Recuerdo en el 2002 cuando el país se estaba incendiando, se reunían no para ver como podían ayudar sino para reclamarle a los seudo gobiernos que teníamos, por que ellos ano podían seguir así, sin ganar. Recuerdo los comentarios irónicos del inolvidable Adolfo Castello y Petinatto. Entiendo que -por razones políticas- no quieran darle mas plata al gobierno, yo tampoco (aun que mas por que no tengo sencillamente). Pero ellos, son una gran aspiradora de nuestra plata y de nuestro esfuerzo y toman su posición privilegiada como un hecho natural, incluso necesario.
    Esta idea de repartir el 10% de las ganacias es del mas puro sentido común de justicia, incluso yo diría de un cuarto de la justicia que los trabajadores esperamos desde hace al menos un siglo. Deberían estar prontos a aceptarla, no sea que volvamos a poner la lupa sobre esos delicados asuntos y "mostremos las bicheras ande naides creiba que hubiera gusanos" como decía Don Ata con la voz de Cafrune

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  3. Hola María, gracias por mantenerte en contacto y ojalá te veamos seguido por aquí! Fabián, estoy de acuerdo contigo con el hecho de que se "naturaliza" la apropiación privada de la producción, cuando en realidad es un hecho social e histórico. Por otro lado, me parece que el campo abusa de su perfil opositor: Roulet, por ejemplo, se opone al Plan Agroalimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, una iniciativa que
    Rafael Llorente, presidente de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) y productor agropecuario (al que no se puede "sospechar" de kirchnerista) está apostando y participando y aportando: "creemos que es una acción muy importante para todos y nadie puede decir lo contrario" expresó recientemente este dirigente. Saludos!

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  4. Hola mi opinion es que no estoi de acuerdo en la forma que protesta que utilisan los piqueteros k usando biolensia. SI ESTOI DE ACUERDO EN QUE HAYGA DIIALOGO DE LAS PARTES.
    ANDRE MARTIN GERBEAUD

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  5. Hola Andrés, gracias por participar! Y qué opinás si los cortes no los hacen piqueteros sino otros sectores, por ejemplo, productos agropecuarios?

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