lunes, 22 de abril de 2013

Cacerolazos y elecciones (1)


La principal diferencia en términos de articulación política entre las marchas y cacerolazos del 18-A y sus antecedentes del 13-S y 8-N pasa menos por el hecho de que en esta manifestación participaron políticos opositores que por otro hecho, que superficialmente parece un detalle pero de ninguna manera lo es: ninguna de las figuras visibles durante estas protestas tiene responsabilidades de gestión de gobierno. En cambio, prácticamente todas ostentan un perfil nítidamente legislativo en un año en el que se renovarán, precisamente, cargos de senadores y diputados nacionales.

Es natural que no participara de la protesta ninguna de las figuras del oficialismo gobernante a nivel nacional en sus dos principales vertientes (kirchnerista y sciolista) pero no es menor el dato de que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, convocara y prestara estructura política al armado de la protesta pero sin dejarse ver por la misma. Ese “esquivar el cuerpo” del líder del PRO lo pone, junto con Cristina Fernández y Daniel Scioli, en el lugar más incómodo para quienes tienen, por su cargo, responsabilidades de gestión: exponerse a la muchedumbre hubiera sido un riesgo demasiado alto para un dirigente que, siendo opositor a nivel nacional, es oficialismo en su distrito y comparte, con matices, responsabilidad político-funcional con CFK y el gobernador bonaerense ante la reciente tragedia de las inundaciones (como el intendente de La Plata, Pablo Bruera, otra figura invisibilizada de motu propio en estas semanas luego de su estelar auto-incineramiento vía Twitter).

En términos de posicionamiento político, Macri comparte también con CFK y Scioli el destino de tener que resolver procesos de sucesión interna (o buscar planes “B” al respecto) dado que carece de posibilidad de reelección en su cargo. Sin embargo, aun teniendo como horizonte probable su candidatura presidencial de 2015, Macri prefirió resignar la figuración que podría haberle dado marchar junto con los caceroleros para conjurar el riesgo de que el desgaste post-inundación le hiciera mella dentro de un electorado que, por su postura anti-K, sería por naturaleza un segmento objetivo de su figura en tanto que presidenciable.

En cambio, otras figuras opositoras de neto perfil legislativo (o, simplemente, contradictoras del gobierno nacional sin tener responsabilidades de gestión) sí procuraron capitalizar o al menos ganar alguna visibilidad durante la protesta, entre ellos el sindicalista anti-K Gerónimo "Momo" Venegas, el rabino Sergio Bergman (del PRO), el ex ministro Roberto Lavagna (probable candidato en Capital Federal en alianza con el PRO), la diputada del FAP Victoria Donda, el diputado Francisco de Narváez (Unión Celeste y Blanco), la senadora María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica, CC) y la diputada Patricia Bullrich (ex CC, hoy cercana al PRO y quien se autoerigió como una de las principales convocantes de la protesta), el líder de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas y referentes del radicalismo como Ricardo Gil Lavedra, entre otros.

Aquí aparecen cambios en dos sentidos: en primer lugar, es más que evidente la pérdida relativa de “espontaneidad” de los primeros cacerolazos (13S y 8N)al último (dato que, de todos modos, consideramos no central ya que prácticamente en toda manifestación política de cierto relieve hay una dimensión espontánea y otra de "armado", y la segunda no le resta legitimidad política ni importancia en términos de opinión pública a la primera). En segundo término, la manifestación del 18-A exacerbó su carácter anti-gobierno y suavizó su perfil de movimiento anti-político (que antes había hecho evocar en algunos análisis el "que se vayan todos" del 2001).

2 comentarios:

  1. Me parece interesante el desarrollo de esta nota ya que establece una directa relación entre el suceso y la opinión publica.
    En lo antes descripto, se analiza la posición que toman los principales representantes de la sociedad, en el momento en que se lleva adelante la protesta social y se destaca este análisis como de vital importancia, ya que define de cierta forma como estos representantes seran aceptados (o no) por la opinión publica, y la sociedad misma que reclama.
    Me parece interesante lo que se afirma acerca de que "ninguna de las figuras visibles que se acercaron a las protestas en todo el pais tiene responsabilidades de gestión de gobierno, y solo lo hicieron aquellos opositores de neto perfil legislativo". Es decir, ninguno de los representantes opositores al gobierno nacional, pero que hoy cumplen funciones de gobierno, se acercó a interactuar con la gente e intentar conseguir algun tipo de apoyo complementario, y esto es asi debido a que también llevan adelante funciones comunes con el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner. Lo cierto es que Mauricio Macri prefirio resignar la figuración que de cierta forma podria haberle dado estar junto con la gente que reclama, y no lo hizo. Lo que si hacen ciertos miembros de la oposición, es salir a hablar despues de la misma, ya sea en conferencias de prensa o a través de twitter, avalando las protestas, deslegitimizando al gobierno y queriendo obtener votos de estas multitudes que forman parte de una sociedad insatisfecha.
    Sin embargo, hay un aspecto que me gustaria destacar, afirmando que a la gente no le interesa que politico va o deja de ir al cacerolazo, lo que a la gente le interesa es que de una vez por todas se deje de mirar para otro lado cuando se esta reclamando sobre temas como la inflación, la inseguridad, el dolar o la crisis energética.
    Gerardo Perez - Turno Mañana

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