Del laberinto del fauno al laberinto del FAUnen (1)

Destacábamos en el post anterior un elemento que atravesaba tanto las encuestas de Poliarquía como las de Aresco, más allá de sus matices: el papel relegado de los referentes del Frente Amplio panradical-socialista, Hermes Binner, Julio Cobos y Elisa Carrió. La consultora Poliarquía ubicaba a Binner (9%) y Cobos (8%) en situación de paridad, seguidos de cerca por Carrió (6%). Aresco perfilaba una situación de empate técnico: Binner con 5,6%, Cobos con 5,4% y Carrió con el 5%. Concluíamos entonces que la pelea mayor (por ahora; toda encuesta es una foto), se daba entre dirigentes del espacio que orbita alrededor del kirchnerismo y el PJ disidente (Scioli y Massa). Asimismo, Macri, del PRO, aparecía en tercer término, en tanto que el espacio del panradicalismo, socialismo y aliados (ahora FAUnen) quedaba relegado a disputar el tercer puesto pero detrás de Macri, justo en medio de una creciente discusión interna en ese espacio respecto a si el frente debía abrirse o no para incluir al PRO y reforzar así una propuesta de “coalición ganadora mínima”.

Esto permite algunas lecturas preliminares para darle un contexto a la presentación del Frente Amplio-Unen en el teatro Broadway esta semana: ese lanzamiento parte de una situación inicial en el que ese espacio político viene peleando desde atrás el posicionamiento de cara a la elección del 2015. Esto se da a partir de una situación que ya reconoce antecedentes en la historia política argentina, que es la capacidad del peronismo de constituirse como régimen político, es decir, generar dentro de sí mismo tanto el oficialismo como la principal oposición. Así, hoy las figuras con mayor visibilidad política y expectativa de cara al 2015 están o han estado asociadas al oficialismo: son Daniel Scioli (actual gobernador bonaerense, ex vice de Néstor Kirchner y aspirante a heredero del oficialismo, pese a ser resistido por su núcleo duro) y Sergio Massa (ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández). Esto tiene el efecto de relegar a las propuestas opositoras, de las cuales, en la actual coyuntura, sólo Mauricio Macri, líder del PRO y jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, logra una inserción prometedora, ubicado en tercer lugar y con ventaja sobre el frente en cuestión, pese a tener una inserción territorial mucho menor a la del FAUnen como espacio político.  

Otra lectura clave es que la foto de Broadway no ofrece, al menos desde los sondeos conocidos hasta ahora, 5 figuras presidenciables "expectables" (como se ha escrito en abundancia), sino en rigor tres: ni en los sondeos de Poliarquía ni en los de Aresco aparecían en la intención de voto a nivel general “Pino” Solanas (de Proyecto Sur) ni tampoco el radical Ernesto Sanz. En cambio, esos dirigentes sí aparecían cuando se indagaba intención de voto entre potenciales participantes de la interna de ese espacio político, pero relegados respecto de las primeras figuras citadas. Entre los encuestados que dijeron que podrían participar en las primarias del Frente Amplio-Unen, un 26% eligió a Binner y a Cobos, un 21% a Carrió, un 12% al diputado Ricardo Alfonsín, un 7% al senador Fernando "Pino" Solanas y un 5% al senador Ernesto Sanz. Desde esta premisa, las chances de Solanas de hacerse con la candidatura a presidente para 2015 por ese frente son bajísimas, dado que la estructura con la que cuenta Proyecto Sur no puede competir ni remotamente con la que tienen el radicalismo y el socialismo, que en una interna abierta harían jugar el peso de sus respectivos aparatos para tratar de imponer a sus candidatos. 

Sanz merece otro tratamiento, dado que el centimetraje de prensa que obtiene tradicionalmente ese dirigente jamás se tradujo, hasta ahora, en intención de voto, como quedó crudamente expuesto en la campaña preelectoral del 2011, en la que finalmente el mendocino desistió de competir, con lo cual Ricardo Alfonsín quedó ungido como candidato sin necesidad de interna. Eso no quiere decir que la historia vuelva a repetirse, pero de las encuestas conocidas deviene evidente que su figura es más débil que la de Cobos (también mendocino, y categórico triunfador en su provincia en las legislativas del 2013) e incluso que Alfonsín (h). A favor de Sanz podrían jugar dos elementos: a) que Ricardo Alfonsín desista de competir por la presidencia en 2015 b) que la desconfianza de muchos sectores del radicalismo por Cobos (recordemos que fue vicepresidente de CFK) haga que la estructura del partido se vuelque por Sanz contra el dirigente que hizo historia con su voto “no positivo” en la pelea por las retenciones, luego de haberse inscripto en la "Concertación" armada por Néstor Kirchner para las elecciones presidenciales del 2007.  

Punto aparte para Elisa Carrió, quien a priori mide más que Sanz y Solanas; es la dirigente que más abiertamente fogonea la incorporación del PRO y Macri al espacio, y también la más dispuesta a hacer estallar ese frente desde adentro si el armado político o la ingeniería electoral no encuadran con su visión de "lo que debería ser" para el 2015. La presencia de la chaqueña y la eventual canibalización interna que insinúa la competencia de varios dirigentes por la misma silla es una de las amenazas que enfrenta la supervivencia de este frente hasta las próximas presidenciales; la otra, cómo evitar ser asociada por el electorado a la fallida Alianza de 1999 (que resultó victoriosa en las urnas, pero fracasó en el gobierno).