viernes, 13 de febrero de 2015

Discusión: las candidaturas al interior del FPV (1)

Las encuestas nacionales de Fara y González-Valladares desmienten la hipótesis de afectación del desempeño de Daniel Scioli como candidato del FPV por impacto del caso Nisman: las cifras de intención de voto del gobernador bonarense en estos estudios no difieren significativamente (28% y 25%, respectivamente) que las registradas por Management & Fit antes de la muerte del fiscal (27%). Sin embargo, existe una discusión interesante planteada por algunos analistas acerca de la candidatura de Scioli por el FPV, asociada a la resistencia que su figura recoge en algunos sectores de ese espacio y entre especialistas que profundizan en el perfil discursivo, ideológico y ejecutivo del gobernador bonaerense.

Artemio López (de Consultora Equis), quizá el analista que ha expuesto con mayor claridad esa discusión, sistemáticamente vuelve sobre este tema. En este post y en los siguientes, lo citaremos brevemente para ilustrar su posición, sin pretender agotar su argumento (quien quiera verlo en extensión puede consultar su blog, rambletamble), y plantearemos a su vez nuestra posición. Veamos su análisis: “Existe una vasta campaña comunicacional de medios opositores y oficialistas que sitúan a Daniel Scioli como la inevitable alternativa del kirchnerismo. Ya es un lugar común que la de Scioli es una candidatura ´natural´ y esta es la idea que intenta instalar el propio Scioli y su entorno, para quienes el principal mérito comunicable del candidato es ser ´el que más mide´. Los fundamentos de esta ´certeza´son en general tres: 1) Ganó las dos elecciones a gobernador de manera muy contundente: 48% en 2007 y 55% en 2011, aunque un par de puntos por debajo de CFK.  2) Tiene el mayor nivel de popularidad y de caudal electoral: ´mide más´ que el kirchnerista ´puro´ mejor posicionado”. Para ilustrar este punto, López presenta 4 gráficos de intención de voto (ver arriba) en los cuales se aprecia que Scioli era (la encuesta es de diciembre de 2014) el único de 4 candidatos medidos del FPV que aventajaba a los opositores: 28,5%, contra 25,5% de Massa, 23,9% de Macri y 9% de Cobos. En los escenarios alternativos, Florencio Randazzo con 18,2% queda por detrás de Massa (30,6%) y Macri (24,3%), aunque por delante de Cobos (10,7%). Cuando el candidato del FPV es Sergio Urribarri (7,5%) y Julián Domínguez (5,7%), el FPV queda incluso por detrás de Cobos. 

Hasta el punto 2, las cifras de Equis confirman que efectivamente Scioli es la figura del espacio FPV que más mide (al menos, comparado con Randazzo, Urribarri y Domínguez; no fueron medidos, o al menos no se los reporta, Aníbal Fernández, Jorge Taiana ni Agustín Rossi, otros precandidatos K. Arriesgamos aquí una hipótesis: ninguno mide más que Randazzo, que está 10 puntos porcentuales por debajo de Scioli). Sin embargo, López introduce otro elemento en el debate, para atacar precisamente el atributo de Scioli de ser “el que más mide”. Plantea lo siguiente: “Cuando compiten entre sí todos los candidatos posibles de todas las fuerzas, en Buenos Aires el distrito que Daniel Scioli gobierna por segunda vez, se ubica 6 puntos por sobre Randazzo y bien por debajo de Macri y Massa, mostrando de manera transparente el desgaste que ya le propicia al Gobernador su segunda gestión bonaerese, con una evaluación positiva de apenas el 38%”. Para ilustrar este punto, presenta sendos gráficos, uno con la intención de voto en formato de PASO (con más de un candidato por el FPV, ya no escenarios) y otro con la imagen de gestión (ambos pueden verse en su blog). 

Haremos abstracción del segundo dato (imagen), pues para nuestro argumento lo que importa son las cifras de intención de voto en formato de PASO en provincia de Buenos Aires. El resultado que presenta López es obvio: deviene evidente que al incorporar otros candidatos del espacio, el desempeño de Scioli tiende a descender (mientras que, contrario sensu, Massa y Macri no tienen competidores en sus respectivos espacios, con lo cual salen beneficiados). Es exactamente lo mismo que vimos en la encuesta de Carlos Fara citada en un reciente post de nuestro blog (donde Scioli medía, en zona metropolitana, alrededor de 19%, y eso después del caso Nisman; más que en la medición de diciembre de Equis). Pero, en nuestra opinión, el punto es que aun en ese formato de competencia abierta Scioli se impone sobre la intención de voto de los otros precandidatos del espacio pan-oficialista (por caso, Randazzo roza el 9%, contra casi 15% de Scioli, quedando también muy por detrás de Massa y Macri). Eso deja al gobernador bonaerense en óptimas condiciones para captar, una vez pasado el filtro de las PASO, si no todo, gran parte del caudal electoral de los otros candidatos del FPV, toda vez que esos son votos “oficialistas” que difícilmente migrarían después de las PASO a un candidato opositor (sin Randazzo, es mucho más probable que los votos de ese candidato en las PASO se transfieran a Scioli a que se trasladen a Massa, Macri, Cobos u otro opositor; y lo mismo puede decirse de Urribarri y Domínguez, ciertamente). Eso explica por qué, medido en los escenarios “mano a mano” de Equis, Scioli se proyecta hasta rozar el 29% de intención de voto, cifra cuya brecha con el núcleo duro del FPV (alrededor del 33%) no es estadísticamente significativa. Por lo tanto, de esos 4 candidatos, es ciertamente el que más se acerca al caudal teórico del kirchnerismo. No obstante, continuaremos con esta discusión en la siguiente entrada.  

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