miércoles, 1 de julio de 2015

Haciendo la “Gran Nate Silver”: Capital Federal (1)


Nuestro ensayo a la “Nate Silver” en Mendoza logró una aproximación aceptable al resultado clave: 5 puntos entre Cornejo y Bermejo, contra una diferencia en las urnas de 7 puntos. Vamos a aplicar ahora la misma prueba para las elecciones de Capital Federal del próximo domingo, sobre la base de las encuestas que tenemos. Concentraremos el ensayo en los guarismos de los tres principales candidatos, al igual que en Mendoza; en esa provincia, la oferta estaba concentrada sólo en esas listas, mientras que en Capital Federal también participan dos fórmulas de izquierda, pero a los efectos del análisis estadístico los agruparemos junto con la categoría ns/nc, ya que las mediciones ubican a esos candidatos demasiado cerca de los márgenes de error muestral como para poder hacer una aproximación fiable.

Repasemos los datos. La consultora Management & Fit se basó en una muestra de 1.000 casos telefónicos para su encuesta realizada del 22 al 25 de junio. en ese estudio, la fórmula Larreta-Santilli (PRO) suma 42,2% de intención de voto; Lousteau-Sánchez (ECO), 24,5% y Recalde-Santoro (FPV) 19,7%. En tanto, las dos fuerzas de izquierda suman 7 puntos: Autodeterminación y Libertad, de Luis Zamora, 4,3%, y el FIT de Myriam Bregman (2,8%). Estas tendencias de Management & Fit son similares a las que difundió recientemente la consultora Aresco, de Julio Aurelio, que dio una proyección de voto del 45,4% para Larreta, de 26,5% a Lousteau y de 20,6% a Recalde. A diferencia de estas dos mediciones, un sondeo de OPSM (del consultor Enrique Zuleta Puceiro) arrojó mayor polarización para los dos principales candidatos: 46,9% a Larreta y 30,2% para Lousteau, con Recalde rezagado (16,3%). A su turno, según Poliarquía, el delfín de Mauricio Macri alcanza una intención de voto del 43,3%, Lousteau del 24,8% y Recalde del 19,7%, seguido por Bregman, del FIT, con el 3,2%, y Luis Zamora (AyL), con el 2%. 

Hay otros dos estudios que arrojan matices bien diferentes: uno de ellos ubica a Recalde más cerca de Lousteau y es de la consultora Analogías (Analía del Franco), según la cual Larreta encabeza con un 40,9%, a 16 puntos de Lousteau (24,9%), pero seguido de cerca por Recalde (22,6%). En esta medición, la diferencia entre Lousteau y Recalde no es significativa, mostrando un escenario de empate técnico entre ambos, que no permite descartar que Recalde pase a segunda vuelta. A su turno, una encuesta de Raúl Aragón se distingue por arrojar la brecha más baja entre Larreta (41,9%) y Lousteau (30,4%), con Recalde en 21,1%.

Por otra parte, un estudio de la consultora Circuitos ubica a Larreta con una intención de voto del 43,9%, seguido por Martín Lousteau con el 26,7%. En tercer lugar aparece el camporista Mariano Recalde, con 20,4% por ciento. El cuarto puesto sería para Myriam Bregman con el 3,5% y el último para Luis Zamora, con el 2,6%. La encuesta se realizó del 27 al 29 de junio sobre 1.054 casos en las 15 comunas porteñas y arroja que apenas 1,8% aún no sabe a quién votará. Recordemos que Circuitos fue la consultora que tuvo peor pronóstico en las elecciones de Mendoza (le adjudicó a Cornejo una ventaja de casi 15 puntos porcentuales, cuando obtuvo 7), pese a ser la que tenía el error muestral más bajo; nuestra hipótesis, expuesta oportunamente en ese caso, fue que la metodología de IVR que utilizó subestimó el voto oficialista. 

En cualquier caso, a tenor de las encuestas, las elecciones porteñas se encaminan a resolverse en la segunda vuelta, como ha sido hasta ahora, en la medida en que el candidato del PRO sigue sin alcanzar los 50 puntos para evitar el ballotage, lo que el propio Mauricio Macri reconoció recientemente como “prácticamente imposible”. El ballotage se realizará el 19 de julio. Allí, las tendencias preliminares coinciden en que se impondría Larreta, aunque sin llegar al 62% que consiguió Macri en el anterior balotaje. Esto se debe a que Lousteau captaría más votos de la tercera fuerza, el FPV (y también de la izquierda), de los que recibiría Larreta. Esto augura un final más reñido que el de los últimas dos segundas vueltas, en los que Macri (PRO) se impuso a Daniel Filmus (FPV), por más de 20-25 puntos, pero suficiente como para darle al PRO un tercer mandato consecutivo al frente de la Ciudad y preservar a Macri de un revés que sería potencialmente devastador para su carrera presidencial.

Habiendo citado los estudios de base, hagamos la “Gran Nate Silver”: si hacemos un promedio de las encuestas revisadas (y eliminamos los decimales, como marca la ortodoxia estadística), obtenemos que Rodríguez Larreta alcanzaría 44%, Lousteau 27% y Recalde 20%, con casi 10% entre indecisos duros y otras opciones. Esto arroja una ventaja para el PRO (oficialismo en ese distrito) de 17 puntos sobre la segunda fuerza, bien por encima de los errores muestrales reportados. Esto favorecería la continuidad, al igual que en las elecciones provinciales de Salta, Santa Fe y Neuquén, y a diferencia de las elecciones que consagraron un cambio de signo político o alternancia (Mendoza y Tierra del Fuego). Es decir que el balance quedaría 4-2 a favor de la continuidad. Si ahora reemplazamos el algoritmo predictivo de Silver por “algo de ritmo” a manera de valoración propia, podemos decir: 1) las encuestas arrojan un panorama donde la elección está localizada más que nacionalizada. El PRO gobierna el distrito y ECO es una fuerza cuya configuración no se replica en ningún otro distrito del país 2) esa configuración electoral dejaría afuera al FPV de la pelea por entrar a la segunda vuelta; la diferencia promedio entre Lousteau y Recalde no es abrumadora, pero sí estadísticamente significativa 3) la única esperanza para Recalde es que en los días que faltan la elección se “nacionalice”, es decir, reposicionar al comicio como una disputa entre dos modelos (el FPV y el PRO). Pese a encuestas que muestran una mejoría relativa del FPV, esa polarización no se detecta en los números y, salvo un imponderable o "cisne negro", el kirchnerismo paga el precio de la errónea estrategia de ir a las primarias de ese distrito con múltiples precandidatos, lo cual dejó a Recalde en posición de cuarto candidato en cantidad de votos (lección que, a nivel nacional, dio lugar primero al “baño de humildad”, y luego a la lista única Scioli-Zannini) y lejos del PRO y ECO.

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