lunes, 4 de abril de 2016

Del optimismo al escenario de crisis (3)

Cerramos el post anterior concluyendo una elevada probabilidad de que el primer año de gobierno de Mauricio Macri termine en estanflación (es decir, recesión con inflación): 7 de 8 estimaciones prevén caídas y el promedio de las 8 arroja una contracción del PBI de 0,8%. Contra un 2015 en el que la economía creció 2,1% (según el “nuevo” Indec dirigido por Jorge Todesca), este desempeño resulta francamente desfavorable y podría profundizar el malestar de raíz económica que ya se percibe en encuestas como la de Ibarómetro, que citamos en el primero de esta serie de entradas dedicadas a analizar por qué diversos estudios dan indicios del tránsito de una situación de optimismo a una percepción de crisis.

Esa percepción de crisis económica descripta en el estudio de Ibarómetro respecto a la “zona núcleo” de la política argentina (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires) va permeando las actitudes de consumo a nivel nacional: respecto a marzo de 2015, la confianza de los consumidores cayó 8,4%, según el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTD). Es decir, cae la percepción de que este es un buen momento para consumir y con ello desciende la predisposición de comprar e invertir en diferentes bienes. Como datos de antecedente, en enero de 2015 cayó 8% el consumo de la canasta básica hogareña, según la consultora Kantar Wordpanel. Por su parte, el volumen de ventas en comercios minoristas relevado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) profundizó su caída, al pasar de -2,3% anual en enero a -4,5% en febrero, cuando en 2015 había evidenciado una leve suba (+2,1%). También según CAME, las cantidades vendidas en los comercios minoristas sufrieron una reducción del 5,8% en marzo de 2016, comparadas con marzo de 2015. Las principales caídas se sintieron en las ventas de productos que requieren decisiones de gastos más importantes, como electrodomésticos y artículos electrónicos (-10,2%) y materiales para la construcción (-9,1%). Como dato de referencia para bienes durables: la Cámara de Comercio Automotor (CCA) informó que la venta de autos usados en el primer bimestre del año registró 235.893 ventas, lo cual marca una baja del 11,45% en comparación con el mismo período de 2015.

Así, el bajón perceptivo-actitudinal y “subjetivo” tiene su traducción “objetiva”: según CAME, la bajada se debe al “menor poder adquisitivo de la población frente a los incrementos que vienen teniendo los precios de la economía”. Hasta mediados de febrero pasado, los datos de los gobiernos porteño y de San Luis (sustitutos oficiales de los del Indec), lo mismo que las mediciones de las consultoras privadas resumidas en el reflotado índice Congreso mostraban que en los primeros 100 días de gobierno de Macri el poder adquisitivo del salario se redujo no menos de un 10% (ver arriba el cálculo de pérdida de poder adquisitivo de los hogares según IPC CABA desagregado por niveles de ingreso realizado por Equis). Se trata de un recorte drástico para tan corto tiempo, que en lo inmediato se agudizará por el impacto del aumento en las tarifas de electricidad y otros servicios públicos. En esta línea, Maximiliano Schwartz (de consultora Nielsen) puntualizó: “El consumo estará fuertemente influenciado por la evolución del (des)empleo, los ajustes salariales, los aumentos en las tarifas de los servicios y la incertidumbre general de transitar el primer año con un nuevo gobierno"

La recuperación de consumo es clave para el crecimiento y para la sustentabilidad económico-social del programa del gobierno. Dos tercios de la actividad económica en el país están ligados al mercado interno, que hasta ahora no se ha visto beneficiado de manera palpable por ninguna de las medidas de política económica de la nueva administración, sino más bien al contrario: acusa impactos de ajuste. Si se efectivara de una manera eficaz la devolución del IVA para productos de la canasta básica podría corregirse parcialmente esta tendencia a la contracción; en el mismo sentido, la introducción de tarifas sociales podría mitigar en parte el impacto de las subas en servicios básicos. Para el gobierno del presidente Mauricio Macri, el problema es que el 2016 se aleja la hoja de ruta de “un primer semestre duro, seguido por uno de recuperación”: a tenor de los datos disponibles y estimados, todo el año podría ser recesivo. Según Juan Manuel Primbas, director de la consultora Kantar Wordpanel para el Cono Sur, en 2016 el mayor desafío será que el consumo no caiga, tras un 2015 con niveles estables en términos comparativos. Esto implica un cambio sensible: el nuevo gobierno planteaba que el objetivo era volver a crecer, pero la realidad está planteando que el reto ahora es no caer. 

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