miércoles, 6 de abril de 2016

Escenario de crisis económica e impacto político (1)

En la última serie de entradas repasábamos los datos de un estudio de la consultora Ibarómetro según el cual 2 de cada 3 entrevistados califica negativamente la situación económica en la zona metropolitana, conglomerado que en términos electores implica alrededor del 34% del padrón nacional. En los sucesivos posts profundizábamos en el análisis de ese escenario de percepción de crisis inminente, que implicaba un cambio cualitativo respecto a lo que se venía percibiendo antes, cuando campeaba el optimismo, y rastreábamos en diversos datos económicos y de consumo señales para explicar y enmarcar ese punto de quiebre perceptivo. Completado ese recorrido, luego de entender cómo se pasó de la euforia de fines de 2015 a un escenario de crisis en la “zona núcleo” de la política nacional, corresponde analizar las implicancias políticas de ese cambio de clima, dado que una de las premisas conceptuales de nuestra mirada de la opinión pública es que siempre subyace una conexión entre las actitudes y el comportamiento del consumidor y las creencias y conducta del ciudadano-elector. Por lo tanto, si pasamos del optimismo a una percepción de crisis en Capital y Gran Buenos Aires, eso debe tener una traducción política. 

La consultora Dicen viene realizando estudios sistemáticos en el área metropolitana desde diciembre de 2015; el último reporte se cerró a fines de febrero. Ese relevamiento en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y 24 partidos del conurbano bonaerense recolectó datos telefónicamente con tecnología IVR (respuesta de voz interactiva), que utiliza preguntas pregrabadas que los entrevistados responden por medio del teclado. La selección de hogares se realizó a partir de una muestra aleatoria de teléfonos fijos; posteriormente, los resultados fueron ajustados por parámetros censales de municipio, sexo, edad, nivel educativo y voto anterior en el balotaje del 22 de noviembre de 2015. La cantidad de casos efectivos rondó los 1.000 casos (entre 990 y 1.114) en cada medición. El margen de error estimado (para P=0,50 y bajo un nivel de confianza del 95,5 %) no supera el +/- 3%. De acuerdo al sondeo, un 44,7% rechaza la gestión presidencial, contra un 41% que la aprueba y un 14,3%  que se decantó por la opción "no sabe/no contesta" (ver arriba, click para agrandar). El punto de quiebre, según el tracking de la empresa que dirige Hilario Moreno, se dio a mediados de febrero, cuando, por primera vez, la aprobación quedó por debajo de la desaprobación.

La encuesta, que mide la imagen de los principales dirigentes en Capital Federal y el conurbano, destaca que Macri cosecha más adhesiones en la Capital Federal (distrito que el PRO gobierna desde 2007) que en el conurbano bonaerense, aunque el apoyo en el primer caso descendió casi 10 puntos porcentuales en un mes. En CABA (distrito que apoyó contundentemente a Macri en las primarias, la primera vuelta presidencial y el ballotage del 22-N en 2015) siguen siendo mayoría quienes se expresan a favor del ex jefe de Gobierno, situación que se revierte notablemente en el Gran Buenos Aires (cordón cuyo resultado electoral fue muy disputado entre Daniel Scioli, el ex gobernador de ese distrito, y el ex jefe de gobierno porteño) . Asimismo, Macri cosecha más rechazo entre los jóvenes, las personas de ingresos bajos y los que tienen bajo nivel educativo: estos dos últimos sesgos tienden a confirmar la hipótesis del “componente clasista, que hemos desarrollado antes en este blog a partir de otra encuesta de Ibarómetro, según la cual casi un 45% de los argentinos percibe que el macrismo favorece a la clase alta más que a la media o a la baja. 

Así, de acuerdo a la lectura de la consultora Dicen, la imagen de Mauricio Macri experimentó un fuerte descenso y por primera vez desde que llegó a la Casa Rosada quedó por debajo de la negativa, en medio de un fuerte descontento por la actualidad económica del país. En este marco, la explicación al desgaste presidencial está pasando centralmente por el impacto de la coyuntura económica en la cotidianidad de los argentinos, como marcaba la encuesta de Ibarómetro sobre la percepción de la coyuntura en esta materia y como confirma el estudio de Dicen que citamos en este post, ambos realizados en la “zona núcleo” en términos político-electorales. Como anticipamos entonces, ya están convergiendo los indicadores de consumo con los políticos, que hasta hace un tiempo atrás mostraban un desempeño más favorable que los primeros; la divergencia entre ambos, como veníamos señalando, no puede mantenerse a largo plazo. Esa percepción de deterioro de la coyuntura económica también está permeando las actitudes y el comportamiento del consumidor en otros distritos de gran gravitación electoral: una reciente encuesta de la consultora Delfos en la provincia de Córdoba muestra que entre tres y cuatro cordobeses ya se predisponen a achicar o resignar gastos familiares; la TV por cable o satelital, la telefonía celular y los gastos con tarjeta de crédito integran el podio de los primeros a ser considerados como variable de ajuste, entre los servicios y productos de más alcance y penetración (click para ver video debajo). Eso contribuye a explicar por qué también en este distrito donde Macri recibió un contundente apoyo electoral en las presidenciales de octubre y la doble vuelta de noviembre los indicadores de apoyo político a su gestión tienden a ajustarse a la baja, entrando en la “zona de riesgo” de Morris. 


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