martes, 28 de agosto de 2018

El dólar sigue buscando techo, Macri sigue buscando piso: continuidad de la crisis

"Mientras el dólar busque su techo, Macri buscará su piso", escribimos al desatarse la corrida cambiaria de mayo pasado. Esa corrida funciona como síntoma de una crisis socioeconómica más amplia, que desde hace meses barre todas las certezas con las que el oficialismo creía contar después de la euforia poselectoral de octubre de 2017. La primera medición en detectar que la imagen positiva de gestión presidencial de Mauricio Macri perforaba el umbral del 30% fue Synopsis en junio pasado, cuando ese registro alcanzó el 29,1%; en julio, fue de 28,8%, y en agosto de 28%, con casi 51% de imagen negativa (ver datos arriba; click para agrandar). Se trata de variaciones estadísticamente no significativas entre mediciones, pero insinúan que el desgaste en goteo continúa e implican un trimestre completo con la imagen favorable de gestión por debajo del 30%. Ese desgaste también lastra a la figura presidencial: Mauricio Macri registró en agosto su peor nivel de los últimos 27 meses, haciendo un pico de 48% de imagen negativa y un mínimo de 32% de positiva (ver datos abajo; click para agrandar). En ambos indicadores, el declive comenzó en diciembre de 2017 con la reforma de la movilidad jubilatoria. La gestión cedió 20 puntos hasta agosto y la imagen casi 19 puntos en el mismo lapso, lo que muestra que ambas caídas están acompasadas.





El deterioro también coincide con la inestabilidad cambiaria y tiene un empalme muy aproximado a la caída de la economía, que fue de 0,2% interanual en abril y se aceleró en mayo (5,2%)  y en julio (6,7%; ver datos abajo; click para agrandar). Si bien hay que esperar las estadísticas oficiales de agosto, la expectativa es negativa: según los datos preliminares, la tendencia para el mes indicaría que la inflación se ubicaría ya en un 3,5% de piso avanzando hacia el 4%, la devaluación podría superar el 13% (del 66,6% acumulado hasta ayer en 2018) y la caída interanual de la actividad estaría nuevamente en torno al 6%, con un retroceso mensual de más de 1%. 





Si pasamos a otra de las mediciones recientes, se puede apreciar que los números de la consultora Ricardo Rouvier y Asociados son algo diferentes a los de Synopsis (matiz que pasa por la diferente forma de medir, ya que esta segunda consultora polariza entre opiniones positivas y negativas, sin la categoría de respuesta "regular"), hay coincidencia en que continúa la tendencia descendente en la imagen de la gestión nacional: la positiva tocó un piso de 31,9% en agosto (contra 28% de Synopsis) y la negatividad respecto a su gestión y su figura siguen acentúandose (63,1% de negativa en la gestión, contra casi 51% en Synopsis; ver datos abajo; click para agrandar). 





Siguiendo nuestra premisa analítica central de que son los efectos socioeconómicos los que a mediano y largo plazo construyen las tendencias de opinión pública (más allá de los vaivenes de la coyuntura), esos descensos que se perciben acompasados con expectativas económica e inflacionarias que no logran mostrar recuperación y que contribuyen a explicar por qué el oficialismo no logra salir de esta crisis, algo que sí pudo hacer en anteriores coyunturas desfavorables (ver datos arriba; click para agrandar). Desde fines de 2017, la imagen presidencial perdió 17 puntos y hoy 6 de cada 10 argentinos tienen una imagen negativa del presidente. Numeros similares se observan en la evaluación de la gestión de gobierno: 63% de los electores argentinos tiene una opinión negativa, cuando a fines del 2017 ese segmento oscilaba en torno al 44%. 




El punto de quiebre tiene consenso entre los analistas: los cambios previsionales en diciembre pasado, que detonaron una enorme movilización e inauguraron una nueva fase perceptiva en Cambiemos, aquella que el oficialismo había procurado evitar desde el inicio de su gestión por sugerencia de su consultor estrella, Jaime Durán Barba: el cambio entendido como ajuste. En la misma línea, entre diciembre de 2017 y agosto de 2018 se deterioraron 14 puntos porcentuales las expectativas económicas, al punto que ya el 53% tiene una perspectiva negativa a futuro (ver datos arriba; click para agrandar).





La medición más reciente de la consultora Query Argentina también arroja números rojos: la imagen positiva de la gestión es de 29% contra 61% de negativa, lo que resulta en un diferencial desfavorable de -31% (la diferencial  con el resultado lineal de -32% se debe a decimales no expresados; ver datos arriba; click para agrandar). En este caso, el registro positivo, pese a que la forma de medir no es la misma, coincide con el de Synopsis en ubicarse por debajo del umbral de los 30 puntos. En las mediciones de esta consultora, es la primera vez en la serie evolutiva que se perfora ese umbral; al mismo tiempo, se rompe el pico de 60 puntos en la imagen negativa, de lo cual resulta un salto en el diferencial negativo, que supera por primera vez los 30 puntos en la serie evolutiva (ver datos abajo; click para agrandar). En síntesis, con apenas matices, todas las mediciones convergen en un dato estructural que ya venimos señalando: el oficialismo se repliega sobre su núcleo duro, esto es, en el orden de magnitud del 30,12% que obtuvo en las PASO del 2015 y bien por debajo del 42% logrado en las legislativas del 2017, tanto en términos de imagen como de acompañamiento electoral, al punto que si hoy hubiera elecciones vería comprometida su posición de primera minoría. 



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