domingo, 11 de agosto de 2019

Lecturas del 11-A (1): una reivindicación de las encuestas presenciales


La mejor aproximación al resultado nacional del 11 de agosto (47,36% de los Fernández vs 32,24% de Macri Pichetto; ver datos arriba, click para agrandar) fue la reportada por la consultora Clivajes a fines de julio: 44,38% vs 32,24% (ver datos abajo; click para agrandar), una brecha de 12,17 puntos porcentuales que está en el orden de magnitud de los 15,12 pp que señala el escrutinio provisorio con el 88,84% de las mesas escrutadas. 



Otra aproximación razonablemente buena fue la de CELAG: 42,5% vs 33,4%, 9,1 puntos porcentuales de diferencia (ver datos abajo; click para agrandar). Como clave, hay que destacar que estas dos mediciones fueron presenciales, que en esta elección probaron ser un termómetro más fiable que las telefónicas en sud dos variantes (CATI y sobre todo IVR, las que tuvieron el mayor error). 





Otras dos mediciones también lograron aproximaciones buenas al resultado y a la diferencia: Hugo Haime, cuya encuesta domiciliaria diagnosticó una situación de elección muy estable en el tiempo y cerró julio con 13,7 pp de brecha (44,4% vs 30,7%; ver datos abajo, click para agrandar).  



También fue buena la aproximación al resultado de la consultora Diagrama Social, que a fines de julio reportó una brecha de 10,2 pp (41,3% vs 31,1%; ver datos abajo, click para agrandar). 



La aproximación de estas cuatro mediciones fue incluso superior a la reportada el viernes 9 de agosto (dentro del período de veda) por la consultora Raúl Aragón & Asociados, que planteó una brecha de 6,3 puntos porcentuales (42,2% vs 35,9%; ver datos abajo, click para agrandar). Por otro lado, las cinco comparten como mérito haber detectado que el Frente de Todos perforaba el umbral del 40%, mientras que otras mediciones (muchas de ellas fogoneadas por el sistema de medios afìn al oficialismo) subestimaron sensiblemente el caudal de la fuerza opositora, hablando de un escenario de paridad que era desmentido rotundamente por el promedio de encuestas: de hecho, nuestro promedio del viernes 2/8 previo a la veda de publicación de datos le daba a los Fernández una diferencia de casi 6 pp, que claramente se quedó corta pero que aun así desmentía el "empate técnico" que se pretendió vender. Asimismo, veníamos siguiendo otro promedio para hacer  seguimiento como dato de control y consistencia: una media aritmética construida a partir de encuestas distritales (con ponderación a partir del peso electoral de cada provincia). Esta arrojaba, antes de la veda de datos, 42,32% para el Frente de Todos vs 34,98% para Juntos por el Cambio, una brecha de 7,34 pp, mayor a los 6 pp estimados en el promedio nacional de la misma fecha. 


Durante la veda de publicación de datos circuló otra medición, en este caso de la consultora Synopsis, que sí se quedó muy corta: casi 4 pp de diferencia (42,3% vs 38,4%; ver datos abajo, click para agrandar). Claramente, la CATI de Aragón tuvo una performance muy superior al IVR de la consultora dirigida por Lucas Romero, con lo cual podríamos rankear la calidad de aproximación con las mediciones presenciales en primer lugar, las CATI en segundo lugar y las IVR en tercer término. 



La abultada diferencia hace que resulte pertinente un artículo escrito por Alejandro Radonjic antes de la elección. En él, planteaba 3 escenarios, tal como usualmente hacemos en este blog siguiendo la línea de analistas como Nate Silver. Descartados los dos primeros, vayamos al tercero: "Las aguas turbulentas son un Alberto arriba de 40 y con más de 3 puntos de ventaja. Entonces, dicen desde BNP, la dolarización subirá su ritmo, se fugarán los capitales, volverán los temores por la dinámica de la deuda, la tenue recuperación se pausará y la inflación subirá. Todo eso, lógicamente, ayudará “electoralmente” a Alberto y generará un suerte de círculo vicioso", apuntaba Radonjic. Finalmente, citaba a Adrián Yarde Buller del Grupo SBS: “una victoria clara del kirchnerismo llevaría a una fuerte dolarización, una aceleración de la inflación y un cierre completo del financiamiento. Allí, el BCRA estaría obligado a endurecer su programa monetario y tal vez intervenir en el mercado cambiario para mantener cierta estabilidad mientras que se correría peligro de ingresar en un círculo vicioso que pueda dejar al oficialismo fuera de partido” (...) “El mercado parece estar valuando una derrota manejable del oficialismo en las primarias que deje a Argentina en alguno de los dos primeros escenarios”. En este marco, el rally o "boosting" preelectoral del viernes 9-A puede generar una sobrerreacción en los mercados esta semana, habiendo quedado de manifiesto todo el humo que se vendió respecto a un escenario de paridad en la PASO.  

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