miércoles, 23 de marzo de 2011

La dimensión económica de una coyuntura favorable al gobierno (2)


Completemos el análisis del post anterior con las razones de por qué el gobierno cree (y apuesta a) que la inflación no amenaza seriamente el panorama económico, y por lo tanto no puede complicar las chances de una buena elección en octubre:

1) la previsión de que se mantendrá el crecimiento: la actividad industrial, adelantó Cristina, creció un 9% en febrero último respecto del mismo mes de 2010, según el INDEC. En cuanto a la dinámica económica, hay coincidencia entre datos oficiales y privados: de acuerdo a un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), la actividad manufacturera registró una expansión del 13% por ciento en enero, comparado con el mismo período de 2010, manteniendo así el ritmo positivo de los últimos meses. Los tres sectores que lideraron el crecimiento desde agosto de 2010 (automotriz, alimentos y bebidas y metalmecánica) experimentaron en enero una variación promedio de 23,3%, explicando el 72,3% de la expansión total.

Analistas privados estiman un crecimiento del PBI de entre un 5,5% y un 6,0% para el 2011, aunque algunos ya están revisando sus proyecciones al alza.

2) mientras la rueda gira, se apalanca el consumo: en tanto los sueldos suban y haya crédito, aunque haya inflación, el consumo sigue sostenido: durante el 2010, los sueldos, en promedio, han subido cerca de un 27% y los préstamos al sector privado han crecido un 40%, combinación que ha empuja el llamado "boom" de consumo, favorecido asimismo por el hecho de que el aumento de precios hace que consumir hoy sea más barato que postergarlo para mañana.

Por supuesto, no todos los sueldos suben al mismo ritmo: aquí late una amenaza, pues puede suceder que cada vez más que algunos sectores que quieran consumir pero perciban un salario que se ajustó a un ritmo menor que la inflación no puedan hacerlo, escenario que puede combinarse con un crédito menos accesible que en el 2010.

Con todo, a corto plazo no aparece ese riesgo: por caso, los especialistas prevén que el consumo de alimentos y bebidas volverá a crecer este año, pese a la inflación. “Las expectativas son optimistas. En el bimestre diciembre de 2010 y enero de 2011, el consumo masivo de alimentos y bebidas creció 3%. Para este año proyectamos un aumento del 3% al 5%”, afirmó Gustavo Mallo, director de Nielsen Argentina. “La confianza del consumidor es alta e incluso creció 4% frente a 2010 (...) No cree que cambien sus finanzas ni teme perder el empleo, y eso alienta el consumo" agregó.

Esto perfila un proceso de "fuga hacia el consumo", donde los argentinos muestran una fuerte disposición para el consumo de bienes durables: en el primer bimestre del año se patentaron un 33% más de vehículos que hace un año atrás, y teniendo como parámetro de comparación no ya un año recesivo como el 2009 sino uno de fuerte recuperación como el 2010. Guillermo Oliveto, especialista en tendencias del consumo, lo grafica así: "en una sociedad que construyó su identidad bajo la impronta de la movilidad social ascendente, el 0km -símbolo por antonomasia de la autonomía de movimiento- tiene múltiples significados, pero hay uno que sintetiza todos los demás: 'Llegué'" y destaca que ningún análisis sobre la coyuntura electoral puede obviar un dato de tanta relevancia.

Otros datos que ratifican este fenómeno:
a) las ventas de los comercios minoristas crecieron un 8,5% real (es decir, no en pesos sino en volúmenes, por lo que el dato no está distorsionado por la inflación) respecto del primer bimestre de 2010.
b) la última encuesta de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revela un nivel de actividad comercial que superó las expectativas.
c) el rubro electrodomésticos, que en febrero creció casi 12%, sigue creciendo firme, contra los pronósticos agoreros que hablaban de un enfriamiento de las ventas posterior a la "fiebre del LCD".

3) en marzo, el índice de confianza del consumidor (ICC) se acercó a su máximo histórico: según el centro de investigación en finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), subió 6,3%, el valor más alto desde 2007. La confianza presentó un comportamiento homogéneo entre las distintas regiones: aumentó 9,5% en Capital Federal, se elevó 7,4% en el Interior del país y 4,9% en el Gran Buenos Aires. En el desagregado por rubros, el subíndice de Durables e Inmuebles creció 12,6%, mientras que la Situación Personal aumentó 4,7% y Expectativas Macroeconómicas subió 3 por ciento. Asimismo, la predisposición actual para comprar autos y casas es la mayor en los últimos 11 años.

De esta manera, el Índice quedó posicionado sólo 5,9 puntos porcentuales por debajo de su récord, alcanzado en enero de 2007, año en que Cristina Fernández resultó electa en primera vuelta con el 45% de los votos y más de 20 puntos porcentuales por encima de la segunda candidata más votada en esos comicios, Elisa Carrió.

Esta es la dimensión económica de una coyuntura que, al menos hoy, aparece francamente favorable a la continuidad del oficialismo en el poder. En breve, repasaremos la dimensión política subyacente.

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