sábado, 19 de noviembre de 2011

Medios, política y construcción de la realidad (3)


Decíamos en una entrada anterior que era necesario prevenirse contra los peligros del periodismo entendido como propalador del relato oficialista y que volveríamos sobre ese tema; lo haremos ahora. Se trata de un punto que incluso funcionarios identificados con el oficialismo han planteado, como es el caso de Gustavo Bulla, periodista a cargo de la Dirección Nacional de Supervisión y Evaluación de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) al referirse a las posibilidades que abrió la nueva ley de medios: "al Estado le cabe haber abierto la oportunidad legal y después no dejar librado al azar lo que sigue; pero por otra parte, en la concepción de la construcción de una emisora popular, uno no puede depender exclusivamente el Estado, porque incluso el Estado, después de los procesos electorales, puede cambiar de conducción. Y si uno ata la suerte de un proyecto de este tipo, que debería ser de largo alcance, a una elección, es muy peligroso y poco aconsejable".

En otras palabras, la apertura hacia la diversidad requiere, para ser sostenible en el tiempo, construir medios alternativos no sólo autónomos del sistema de comunicación dominante sino también de las estrategias comunicativas del poder político que coyunturalmente tenga las riendas del gobierno. Ello permitiría evitar el vicio de generar, a partir de la crítica del sistema de medios hegemónico, una mirada complaciente del poder político que generó las condiciones para problematizar la matriz comunicativa que se quiere transformar.

Los periodistas Alejandra Gallo y Martín Dinatale (que, dicho sea de paso, han hecho un interesante análisis de la estrategia comunicacional que hoy predomina entre los mandatarios de la región sobre la que trataremos en algún momento) también han tocado el tema, si bien no en el contexto de nuestro país. Ambos abordan el fenómeno que, a su entender, se está manifestando actualmente en países como Ecuador y Venezuela en cuanto al uso de las radios comunitarias. “Originalmente, deberían tener la función de sumar nuevas voces en la comunicación periodística y política, dar visiones distintas y con un anclaje propio de la zona, pero terminan dependiendo tanto de la pauta oficial para su subsistencia que en la práctica funcionan casi como repetidoras locales de las comunicaciones centrales. En este sentido, me parece que hay un compromiso de todos los factores. No hay una conciencia de esto de los gobiernos regionales, o si la hay, quedan atrapados en la propia dinámica de la política del clientelismo, no hay una confianza acabada de los propietarios de los medios y tampoco hay un margen de acción por parte de los periodistas locales y de la dirigencia local para poder transmitir una mirada diferente”, han afirmado.

Sería importante tener en cuenta esas experiencias para conjurar sus riesgos y ganar autonomía en la mirada, condición necesaria, insistimos, para la sustentabilidad en el tiempo de la diversidad que la nueva legislación de comunicación ha pretendido posibilitar y favorecer. En esa línea, Néstor Piccone, integrante del Consejo Asesor de la TV Digital, destacó recientemente la tarea que se viene realizando en todo el país para la producción de contenidos en alianza con las universidades, con 9 polos en todo el país apuntando a establecer "un mapa federal que hay que cargar de participación (...) hay que romper el esquema concentrado que existe hoy y avanzar desde las provincias hacia la Capital". Es decir, participación y multiplicidad de actores (universidades, organizaciones comunitarias, etc.) y el Estado como facilitador, no como regidor del proceso, manteniendo vivo el espíritu del proyecto que nutrió a la nueva ley de medios, surgido de la propuesta de diversas organizaciones sociales reunidas en la Coalición por una Radiodifusión Democrática y el debate en foros realizados en todo el país.

En una entrada anterior en la que revisamos algunos casos en que la prensa nacional incurrió en construcciones ficcionales de la realidad (negativas respecto al gobierno nacional) habíamos afirmado que al periodismo crítico le faltaba a veces autocrítica, punto que prometimos retomar y haremos aquí, corrigiendo o matizando dicha afirmación: lo más justo sería decir que dicha falencia es más propia de las empresas periodísticas que del periodismo como ejercicio, porque hay datos que sí demuestran en los profesionales capacidad de reflexión autocrítica sobre su oficio. Recientemente, FOPEA (Foro del Periodismo Argentino) dio a conocer una encuesta en la que se relevó, entre otros temas, las principales preocupaciones del sector, sobre la base de un sondeo entre 943 periodistas de todo el país realizado por la consultora CIO a pedido del Foro entre junio y julio de 2011.

Algunos resultados dan cuenta de esa autocrítica: después del bajo nivel salarial (el principal problema, con 47% de menciones) la segunda preocupación planteada por los periodistas argentinos fue la falta de rigor en el ejercicio profesional (39%). Además, sólo 3 de cada 10 evaluaron positivamente el compromiso ético de los periodistas (el resto lo consideró como regular, malo o muy malo); 7 de cada 10 afirmaron que en los medios en que se desempeñan no existen códigos de ética y el 91% dijo haber conocido conductas antiéticas por parte de colegas. Apenas 38% valoró positivamente el grado de rigurosidad al informar.

4 comentarios:

  1. Muy buena la encuesta de CIO ¿dónde se puede leer?

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  2. Hola Anónimo! Sí, tiene datos jugosos, seguro le dedicaremos más entradas en el blog. Podés verla en http://bit.ly/nG2Ynr. Saludos!

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  3. La nueva ley de medios creo que se trata de uno de los tantos caprichos por parte del Kirchnerismo, el año pasado fue contra el sector agropecuario, hoy es contra los medios.

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  4. Hola Gerardo, gracias por participar! De todos modos, te hago dos observaciones críticas: 1) revisá el calendario, la crisis del campo con el campo fue en el 2008 a partir de la resolución 125, ¡hace ya más de 3 años! 2) la ley de medios fue sancionada en 2009, hace 2 años; además, podemos estar a favor o en contra de la ley de medios, pero de ninguna manera es "un capricho", tiene una lógica, un sentido político e incorpora además reclamos históricos de diversas instituciones. Seguro estás en condiciones de hacer una crítica inteligente y fundamentada, no un comentario tan básico como el que hiciste. Saludos!

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