jueves, 1 de noviembre de 2018

En defensa del método: encuestas y promedios de cara al 2019

Así como entre censo y censo tenemos encuestas poblacionales (por caso, la Encuesta Permanente de Hogares, EPH) para detectar (con un margen de error muestral) cambios sociodemográficos sin tener que esperar al próximo censo, entre elección y elección contamos con encuestas preelectorales y estudios de gestión para detectar (nuevamente, con un margen de error) qué cambió desde la elección anterior de cara a la que se viene. Por supuesto, las encuestas tienen otros fines además del de pronóstico o predictivo, pero sin duda este es importante. En La Señal y el ruido, Nate Silver apunta: “En un amplio abanico de disciplinas, desde las predicciones macroeconómicas hasta las encuestas políticas, el simple hecho de realizar una media de todas las predicciones existentes en lugar de fiarlo todo a una sola puede reducir el error entre un 15 y un 20 por ciento de media (…) Reducir el error un 15 o un 20 por ciento gracias a la combinación de predicciones puede no parecer gran cosa, pero es un resultado muy difícil de mejorar en un mercado competitivo”. En esa línea, un buen tip es atender al consenso y de prevenir el exceso de autoconfianza. “El consenso no es nunca un argumento absoluto, pero cuanto más me alejo de dicha posición, más convincentes tienen que ser las evidencias que barajo para decidir que yo estoy en lo cierto y los demás se equivocan”.

En un posteo reciente hacíamos el promedio de 9 encuestas nacionales recientes de cara a la elección presidencial de 2019: Unidad Ciudadana/CFK alcanzaba 31,5%, Cambiemos/Macri/Vidal 30,3% y el Peronismo Federal/Massa 12%. Ese promedio permite prevenir eventualmente los sesgos que pueda haber en una medición, ya que se subsumen (contrapesan, compensan, corrigen) con las otras. Desde aquel posteo, se sumaron otras dos encuestas a nivel país. Según Ricardo Rouvier y Asociados, CFK alcanza hoy 29,2%, Mauricio Macri 27,9%, Sergio Massa 9,9%, Juan Urtubey 6,6% y Nicolás del Caño 4,6%; un 5% votaría en blanco o impugnaría el voto, 7,2% no concurriría a votar y 9,6% no sabe (ver datos arriba; click para agrandar). Respecto a las anteriores mediciones, esta encuesta se distingue por presentar el mejor panorama relativo en una sumatoria lineal del massismo y el peronismo antiK: 16,5% (Massa + Urtubey), aunque hay que decir que esa sumatoria lineal es un presupuesto, no un resultado. De todos modos, ese espacio en construcción sigue quedando fuera del ballotage, ya que aun sumados están unos 10 puntos porcentuales de las fuerzas que se disputan la primera minoría electoral. La diferencia de 1,3 pp entre la ex presidenta y el actual presidente no es estadísticamente significativa e implica un empate técnico, ya que el estudio se basa en una muestra nacional de 1.200 casos, relevados entre el 8 y 28 de octubre, con un margen de error de +/- 2,8% (mayor a la brecha entre ambos).





Por su parte, la consultora Reyes Filadoro efectuó un sondeo nacional de 1.000 casos (del 22 al 26 de octubre), con un margen de error de +/- 3,1%. Ubica a CFK con 34%, a Macri con 28%, Massa con 9%, Martín Lousteau con 5%, Urtubey con 4%, Del Caño con 3%, otro 9%, no sabe 9% (ver datos arriba; click para agrandar). Nuevamente, la tendencia es un ballotage entre Unidad Ciudadana y Cambiemos; en este caso, la diferencia a favor de CFK es más amplia que en el estudio de Rouvier, aunque no categórica (es de 6 pp, o sea que casi duplica al error muestral), y la sumatoria del massismo y el peronismo antiK está 3 pp por debajo del estudio anterior y más lejos de la pelea mayor. Podemos prevenir eventuales sesgos de medición construyendo un nuevo promedio, esta vez con 11 encuestas: nos da 31,6% para CFK/UC, 29,9% para Macri/Cambiemos y 12,5% para la sumatoria del massismo y el peronismo antiK. Vale decir, las variaciones respecto a la media aritmética anterior (31,5%, 30,3% y 12%, respectivamente) son mínimas, lo que sugiere regularidades estadísticas bastante consistentes. Esto nos puede proporcionar una cierta tranquilidad de que la foto es representativa y bien aproximada a la tendencia actual, aunque por cierto puede cambiar de acá hasta agosto de 2019 (mes en que se realizarán las PASO). 




El mismo método de aproximación puede ensayarse para cualquier otra variable y distrito, cruzando datos propios con los de otras consultoras; por caso, imagen. Por ejemplo, la consultora Management & Fit realizó en la provincia de Córdoba, entre agosto y septiembre, una encuesta de 800 casos, con un margen de error del +/- 3,5%, en la que midió la imagen de dirigentes nacionales y cordobeses. El presidente Mauricio Macri tiene en el indicador polarizado una imagen negativa del 36,5% contra una positiva del 34,9%, lo que resulta en un diferencial negativo del 1,6%. Por su parte, CFK tiene una imagen negativa del 66,2% contra una positiva del 20,7%, lo que le da un diferencial negativo del 45,5% (ver datos arriba; click para agrandar). No obstante, en la búsqueda de regularidades estadísticas, es mejor la aproximación si abrimos el dato de M&;F en positivo, regular y negativo, a los efectos de comparar y construir un promedio con datos de otra consultora que mide con frecuencia la provincia (Civix) y propios (ver datos abajo; click para agrandar). De esa forma, el promedio resultante de la imagen de Macri es: positiva 33%, regular 27%, negativa 38%, ns/nc 2%. Para CFK, positiva 21%, regular 15%, mala 62%, ns/nc 2%. Nuevamente, las regularidades estadísticas resultan tranquilizadoras y podemos, razonablemente, pensar que las fotos son buenas aproximaciones de las tendencias actuales. 



Con el mismo método, también podemos detectar potenciales sesgos o desvíos: por ejemplo, según el monitor sobre el humor social y político de la consultora Berensztein/D'Alessio IROL, entre agosto y septiembre la imagen positiva de gestión de Macri pasó del 47% al 51%, mientras que la negativa pasó de 44% a 43%. Si bien las mediciones suelen arrojar brechas entre la imagen de gestión de un gobernante y su imagen en carácter de dirigente o figura, en este caso la brecha con los datos que citamos recién es enorme, lo cual, siendo fiel a lo señalado por Nate Silver al principio del posteo, impone que dudemos de estos registros tan lejos del relativo consenso alternativo de que disponemos. Además, ese dato también discrepa mucho de lo que la medición de M&F registró entre agosto y septiembre (mismo período) en el indicador de aprobación: casi 35% aprueba la gestión de Macri, contra casi 58% que la desaprueba (ver datos abajo; click para agrandar). ¿Hipótesis metodológicas acerca del por qué del sesgo en el monitor? Arriesgamos dos: 1) la medición de Berensztein/D'Alessio IROL fue online, lo que puede sesgar la medición hacia el NSE medio/alto (segmento socioeconómico más favorable al oficialismo), mientras que la de M&F fue telefónica, asistida por encuestador 2) además, la del monitor se basó en una muestra de 422 casos contra los 800 de M&F, lo cual implica un error muestral mayor (4,8%). Adicionalmente, eso transforma en estadísticamente no significativa la aparente "suba" de 4% intermensual. 



1 comentario:

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