martes, 18 de junio de 2019

Lecturas del "finde" largo electoral y tendencias previas el cierre de listas nacionales (2)



La lógica del marketing político, siguiendo a Carlos Fara, indica que un candidato (o partido) debe concentrar sus mensajes en algunos sectores de la sociedad, típicamente aquellos en los cuales tiene más posibilidades de recoger votos: así se le saca el mayor rédito a los esfuerzos comunicacionales. La tarea de determinar el público objetivo forma parte de un proceso más amplio que es el de construir la coalición ganadora mínima: la elección se gana con una suma de sectores de la sociedad que adhieren a la propuesta o se identifican con un candidato o fuerza. En 2015, Cambiemos construyó su coalición ganadora mínima pensando en el ballotage de noviembre (de ahí la etiqueta "partido del ballotage"). En las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de agosto (PASO) de ese año, definió la candidatura presidencial: se impuso Mauricio Macri/PRO (24,5%) sobre Ernesto Sanz/UCR (3,34%) y Elisa Carrió/Coalición Cívica (2,28%). El FPV, en tanto, presentó sólo una fórmula, liderada por Daniel Scioli, que alcanzó 38,67% de los votos. El sello UNA presentó dos listas, una de Sergio Massa/Frente Renovador que se impuso sobre José De la Sota por 14,32% a 6,24%. Entre las PASO y la primera vuelta, Macri no sólo sumó los casi 6 puntos electorales de Sanz y de Carrió, sino que creció otros 4,4 puntos electorales y trepó al 34,15%, de la mano de la victoria de su candidata a gobernadora en provincia de Buenos Aires, María E. Vidal, y de un incremento de la participación electoral (trepó al 80%). Scioli, en cambio,  apenas creció en volumen electoral, mientras que en proporción sobre electores retrocedió al 37,08%; Massa se mantuvo firme en 21,39%. Dada la diferencia menor a 5 puntos porcentuales entre Scioli y Macri (2,93 pp), tal como indica la teoría empíricamente fundamentada de ballotages en Latinoamérica, el resultado de la primera vuelta era reversible en la segunda; las chances se repartían simétricamente entre ambos contendientes. El ballotage arrojó 51,34% para Macri y 48,66% para Scioli, una brecha de 2,68 pp similar a la de la primera vuelta, pero en sentido inverso.

De cara a las PASO de agosto, oficialismo y oposición procuran construir ahora cada uno su coalición ganadora mínima. Aunque el resultado de las elecciones legislativas del 2017, en las que obtuvo 42% sobre 24,5% de Unidad Ciudadana (la lista opositora más votada) crearon en Cambiemos la expectativa de ganar en primera vuelta, diciembre de 2017 (reforma de movilidad jubilatoria mediante) y todo el 2018 (con corridas cambiarias, inflación récord desde 1991 y recesión) mellaron las chances del oficialismo, que ahora arranca la carrera electoral nacional desde atrás, ensayando una estrategia de cara al ballotage en la cual incorporó como compañero de fórmula de Macri al senador proveniente del justicialismo Miguel Pichetto. Se trata de un cambio rotundo respecto al manual duránbarbista que venía aplicando (basado en la antinomia con el peronismo, en componer siempre una fórmula presidencial PRO-pura y con una mujer como vice en el binomio), bajo un nuevo sello: Juntos para el Cambio. Del lado de la oposición, la construcción de la coalición ganadora mínima ha tenido dos pasos centrales y parece más orientada a ganar en primera vuelta que al ballotage: 1) en primer término, la definición de Cristina Fernández de ceder la candidatura a presidente a Alberto Fernández y correrse al lugar de vice, para mejorar el acercamiento a los dirigentes del PJ no K y del espacio pan-justicialista 2) sumar a Massa dentro de un nuevo frente, denominado de Todos, para dar fe de esa vocación aperturista y de esa forma evitar que Massa vuelva a ser "tapón" de las chances de victoria (como fue en 2015). 




¿Qué nos dicen las encuestas respecto a los respectivos estados de  conformación de la coalición ganadora mínima? Veamos: según el consultor Federico González, hace alrededor de un mes Macri tenía 23,6% de intención de voto, vs 27,8% de Alberto Fernández-CFK, mientras que Massa alcanzaba 16,5% y Daniel Scioli 4,2%. Ahora, Macri-Pichetto tienen 29,7%: una suba de 6,1 pp. En tanto, AF-CFK tienen 33,9%: idéntica suba de 6,1 pp, lo que sugiere que tomaron todo el caudal de Scioli y ganaron otros 1,9 pp. Massa, que tenía 16,5%, ahora tiene 14,2%; una merma de 2,3 pp, que sugiere que esos 1,9 pp que de incremento que vemos en los Fernández pueden provenir de una transferencia inicial de votos de Massa (previa al 12/6). Con una PASO por la candidatura presidencial, González proyecta hasta 48,1% para el Frente de Todos, lo cual le daría a esa frente una chance de ganar en primera vuelta al rebasar el 45% (ver datos arriba; click para agrandar). En cambio, si Massa no fuera candidato presidencial sino candidato a diputado nacional, como parece haber definido hoy mismo, el frente alcanzaría 42,1%, con una buena chance de ganar en octubre, pero menor al escenario anterior. En cualquier caso, de acuerdo a las proyecciones de González, el Frente de Todos tiene ventaja sobre el oficialismo en la construcción de la coalición ganadora mínima. 

Otra medición la realizó la consultora Ceis, y arroja que el Frente de Todos suma para las PASO de agosto una intención de voto del 44%: 39% para la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, en tanto que Sergio Massa alcanza un 5,2%. Con esa sumatoria, el frente opositor le sacaría en primarias 10 pp de ventaja a Juntos por el Cambio (Macri-Pichetto): 33,7%. En tercer lugar, Consenso 2030 (Lavagna-Urtubey) llegan al 10%, el "libertario" Espert a 3%, y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) al 2,5%. Entre el rubro indecisos y el "otros" hubo un 7% de los consultados, lo que sugiere que el margen para crecer en ese terreno es bajo y que la mayoría de los electores tiene una posición tomada. Esta encuesta cerró el viernes 14/6 y se basó en una muestra de 1.642 casos en todo el país.  

Hay otra medición, la del CELAG. Si revisamos sus encuestas anteriores, CFK alcanzaba 36,6% de intención de voto, vs 24,9% de Macri y 11,% de Massa; ahora, la encuesta más reciente arroja 42,8% para AF-CFK, lo que da una suba de 6,2 pp. Macri alcanza 26,4% (suba de 1,5 pp), lo cual deja a los Fernández con doble chance de cara a una primera vuelta: a) sacarle a Macri una diferencia de 10 pp b) alcanzar el 45% (factible, dado que el escrutinio deja afuera los votos no positivos, es decir, en blanco/nulo, y también se detraen, obviamente, quienes no votarían). Con matices, al igual que el estudio anterior, este deja al Frente de Todos con ventaja en la construcción de la coalición ganadora mínima (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). De todos modos, habrá que esperar no sólo el resultado de las PASO, sino el efecto que ese resultado arroje: si el Frente de Todos sacara ventaja nítida sobre Juntos para el Cambio, se nos ocurren al menos dos, contradictorios en su impacto 1) temor a un regreso del kirchnerismo al poder, que ayudaría a Macri de cara a la primera vuelta (efecto del candidato menos favorecido) 2) que la decepción con Macri favorezca el voto castigo, dándole a AF/CFK el envión necesario para ganar en primera vuelta (efecto del carro ganador). 

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