lunes, 28 de octubre de 2019

Primeras lecturas del 27 de octubre (2)

En la estratégica provincia de Buenos Aires (PBA), Axel Kicillof (Frente de Todos) se impuso a la gobernadora María Eugenia Vidal (Juntos por el Cambio) por 52,3% a 38,4% (ver datos arriba con 95,66% escrutado; click para agrandar). La contundencia del resultado deja a Vidal con pocas chances de disputar el liderazgo en la coalición oficialista cuando le toque ser oposición a partir del 10 de diciembre de 2019. Además, le permite al espacio pan-justicialista retomar la conducción de la provincia más gravitante del total país, a la que gobernó ininterrumpidamente desde 1987 a 2015. 




En CABA, Horacio Rodríguez Larreta aventajó a Matías Lammens por 55% a 35% (ver abajo datos con 98,08% de escrutado; click para agrandar). Eso deja al Jefe de Gobierno de CABA como el único líder del PRO con un territorio propio, mientras que en el radicalismo las futuras que se sostienen de cara al futuro inmediato son el saliente gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo (quien logró que su delfín gane las elecciones en esa provincia) y Gerardo Morales (reelecto en Jujuy). Con respecto a Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, habrá que ver qué sucede en 2020, cuando esa provincia tiene sus comicios distritales. Asimismo, habrá qué ponderar en qué rol queda Macri; aunque su resultado mejoró respecto a las PASO, en la historia argentina los candidatos a presidente perdedores suelen no tener chances de volver a pelear por el poder. Macri es el único presidente argentino que buscó su reelección y no la logró, a diferencia de Juan Domingo Perón, Carlos Menem y Cristina Fernández de Kirchner. No obstante, puede conservar chances de disputar el liderazgo dentro del PRO. En la provincia de Catamarca, Raúl Jalil superó el 60% de los votos, vs alrededor del 33% que alcanzó Roberto Gómez, de Juntos por el Cambio, con lo cual casi duplicó en votos a su competidor. En La Rioja, Ricardo Quintela superaba a Julio Martínez por alrededor de 40% vs 30% de Julio Martínez. Eso estira la hegemonía del justicialismo en ambos distritos. Por la tanto, en las elecciones distritales de este domingo, el espacio pan-justicialista ganó en 3 de los 4 que se disputaban. 

Respecto a la performance de las encuestas previas, cabe destacar cuatro aproximaciones que en su momento repasamos en este blog y una quinta que no fue publicada. Udesa presentó oportunamente tres escenarios, bien a lo Nate Silver: el intermedio logró una aproximación razonablemente buena al resultado, con un desvío de - 1 punto porcentual para Alberto y Cristina Fernández y de 2 pp para Macri-Pichetto (ver datos abajo; click para agrandar). esta medición fue online. 



Por su parte, la consultora Giacobbe & Asociados proyectó 51,3% para el Frente de Todos vs 36,3% para Juntos por el Cambio: los desvíos son de +3,2 pp y -4,1 pp, respectivamente, por lo cual se trata de una aproximación razonablemente buena si se considera el error muestral de +-2%. Esta medición fue mixta: sobre celulares y usando un sobre cerrado (simulación de voto; ver datos abajo, click para agrandar). 



Por su parte, la consultora Análisis y Tendencias reportó 50,65% vs 37,40%, un desvío de + 2,55 pp y -3 pp, respectivamente. Este sondeo se realizó a través de plataformas digitales, entre el 29 y 30 de agosto, sobre una muestra distribuida proporcionalmente conforme a la población en todo el país. Dado que fue realizado mucho tiempo antes de la elección, se la puede calificar como una aproximación buena (ver datos abajo; click para agrandar). 



En tanto, la brasileña Atlas Intel había reportado 48,2% para el Frente de Todos vs 38,5% para Juntos por el Cambio; el desvío es de +0,1 pp para Alberto Fernández y de -1,9 pp para Mauricio Macri, una aproximación buena (ver datos abajo; click para agrandar). En su momento habíamos sido escépticos con esta proyección, dado los desastrosos antecedentes de las consultoras brasileñas BTG Pactual e Ideia Big Data en las PASO, pero, nobleza obliga, esta vez la aproximación fue digna de ser destacada. 


Trespuntozero hizo un relevamiento nacional entre el 23 y el 26 de octubre (durante la veda de datos, por lo cual no fue publicado ni lo repasamos en este blog) y el sábado 26 casi a la medianoche envió sus datos a Clarín: 48,2% a 37,2%. El desvío es de +0,1 pp y -3,2 pp, respectivamente. Su cierre anterior daba 17,7 pp a favor de Fernández, y al medir en el sprint final logró una buena aproximación. En cuanto a los promedios que manejamos en este blog, la mejor aproximación relativa no fue la construida a través de los sondeos nacionales, sino el distrital: 50,64% para el Frente de Todos (un desvío de +2,54 pp) y 33,21% (desvío de -7,19 pp). Aquí la mayor debilidad fue la falta de encuestas en distritos que mostraron un cambio de tendencia respecto al resultado de las PASO, como Entre Ríos, Santa Fe y Mendoza, en particular. En general, las mediciones (incluidas las bocas de urna publicadas el domingo 27) sobreestimaron a Fernández y subestimaron a Macri. En estadística, esto se llama covarianza: en términos simples, significa que cada punto de más que le demos a un candidato también es computable como un punto que le falta a otro, y viceversa. Al haberse polarizado la elección (diluyendo a las terceras fuerzas), la covarianza generó esa transferencia lineal del error entre los dos principales candidatos. Así como las primarias de agosto funcionaron como una primera vuelta anticipada, la elección general de ayer funcionó como un ballotage prematura, empujando la polarización hasta el 88,47% de los votos. 
En el caso de provincia de Buenos Aires, en cambio, el acierto de las encuestas fue generalizado, considerando el margen de error. 

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