lunes, 23 de diciembre de 2019

Expectativas e imágenes en la nueva gestión (1)



Al cierre del posteo anterior repasábamos un dato de la encuesta de Marketing & Estadística que arrojaba un margen de tolerancia para el nuevo gobierno en lo relativo a los efectos socioeconómicos de gestión. A mediano plazo se perfilaba un moderado optimismo en relación a la perspectiva económica futura: un 37% decía creer que su situación económica será mejor en dos años, vs 21% que espera que sea igual y un 22% que prevé un empeoramiento. Evalúabamos que este era un dato clave, dado que si las expectativas de mejora al principio de la gestión son muy altas o a corto plazo, crecen las chances de una frustración. En la misma línea, las expectativas tiene que ver con el "aguante" a cada nueva gestión. En politología se suele hablar de la "luna de miel", refiriéndose a un período de tiempo variable en el cual el nuevo gobierno cuenta con un aval de la opinión pública que puede ser mayor al voto obtenido en las urnas. Según la encuesta realizada por D´Alessio /Irol-Berensztein en noviembre pasado, el 45% de los electores argentinos espera mejoras dentro de un año, el 21% en el segundo semestre de 2020, el 19% pasado el verano y un 15% "inmediatamente" (ver datos arriba; click para agrandar). 


En materia económica, la expectativa positiva en el plazo de un año es del 49%, un guarismo que está en el orden de magnitud del resultado obtenido por el Frente de Todos en las PASO de agosto (49,49%) y el 27-O (48,24%). Por otro lado, el pesimismo alcanza el 45% (ver datos arriba; click para agrandar). 



En conjunto, los datos sugieren una expectativa favorable pero no tan inmediata en cuanto a los resultados, desde un punto de partida negativo: el 48% consideraba que la situación económica del país en noviembre pasado era mucho peor que la de un año atrás y el 37% la veía peor, acumulando así un 85% de negatividad, vs apenas un 14% de positividad (ver datos arriba y abajo; click para agrandar).


Respecto a las expectativas en temas como resolver la crisis económica y la deuda, el acompañamiento positivo oscila entre el 50% y el 56%. En cambio, hay pesimismo en los issues "corrupción" (el 58% cree que Alberto Fernández no podrá evitar los escándalos asociados a ese tema) y "cerrar la grieta" (el 80% es pesimista al respecto; ver datos abajo, click para agrandar). 





Estos datos van en la misma línea que los que vimos en la encuesta de Trespuntozero, donde la expectativa de desempeño favorable del nuevo presidente estaba asociada a la agenda socieconómica y la desfavorable a la corrupción. En otro orden, el estudio muestra al flamante presidente y al nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires al tope de la imagen positiva como dirigentes (52% y 48%, respectivamente), seguidos de cerca por la ex gobernadora de PBA, María E. Vidal, y el reelecto jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, con 47% en ambos casos. En tanto, según la consultora Marketing & Estadística, en noviembre la imagen positiva de Alberto Fernández alcanzaba el 46%, un guarismo en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos en octubre pasado, mientras que la negativa llegaba al 34%, que se ubica en la proporción del caudal alcanzado por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto (32,94%). En los segmentos etarios menores de 50 años la imagen positiva ronda el 50%, mientras que perfora el umbral del 45% entre los adultos de 50 y más años (ver datos abajo; click para agrandar), lo que confirma que, en gran medida, la grieta es etaria. 



La imagen positiva de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es similar a la del presidente: 43% (la diferencia de 3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa). Sin embargo, su imagen negativa es más alta: 47% vs 34%, confirmando que su figura polariza opiniones en mayor intensidad que el presidente, al menos antes de la asunción al poder (ya que la encuesta es de noviembre pasado). Al igual que con Alberto, su calificación positiva crece entre los electores menores de 50 años y baja a partir de ese punto de corte, replicando el patrón de "grieta" etaria (ver datos abajo; click para agrandar). 



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