viernes, 16 de septiembre de 2016

El consumo: entre los datos duros y las encuestas (3)

En una entrada reciente, citábamos al consultor Carlos Fara: “Más allá de todo lo comentado sobre si el segundo semestre iba a ser o no el punto de inflexión para la recuperación económica, lo cierto es que ya se consumió el aguinaldo y la primera cuota de incremento salarial según los convenios colectivos, y la máquina no termina de arrancar (...) Desde el punto de vista psicosocial, cuando la gente se asusta no consume, y a partir de ahí nada encaja”. Las implicancias de su análisis son serias, porque las políticas del actual gobierno han golpeado al consumo y eso nunca ha tenido un resultado político-electoral neutro, dato clave de cara a las legislativas de medio término del año próximo. Según Hugo Haime, hoy más del 60% de la población no llega a fin de mes; otro 30% está ajustado entre sus gastos e ingresos, y apenas el 10% conserva poder de compra. Este es el segmento que actualmente está traccionando las pocas actividades de nicho que muestran números positivos en lo que va del año. 

En el post anterior veíamos datos duros de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), según los cuales las ventas minoristas cayeron 6,7% en los primeros 8 meses de este año. Para más datos, todas las encuestas que venimos citando coinciden en esas tendencias: el último reporte de CCR (consultora especializada en la medición de tickets de venta) ratifica que el consumo es menor que en 2015. En julio pasado, cayó 3,4% en comparación con igual mes del año anterior. Un matiz: el mes de julio fue un poco mejor que junio pasado, por el “efecto aguinaldo”, aunque el impacto fue muy magro. En el acumulado de los siete primeros meses, sólo se salvaron las golosinas: el volumen de consumo de golosinas aumentó 2% sobre igual período de 2015. El otro rubro que se salvó fue el de productos de freezer, que creció 0,7%. A nivel regional, el bajón es peor que en el interior: el volumen bajó 4,1%,mientras que en ciudad de Buenos Aires y conurbano sólo se redujo 0,7%, según CCR.

Los más recientes datos del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) parecen confirmar las prevenciones que expresa Fara: cayó un 24,7%, respecto del mismo mes del año pasado, según el Centro de Investigación en Finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (ver datos arriba; click para agrandar). Asimismo, con relación a julio pasado, el índice mostró una merma del 6,2%. Así, la confianza de los argentinos sobre la posibilidad de comprar bienes durables descendió un 51,4% en el relevamiento realizado entre el 4 y el 14 de este mes. La percepción de los argentinos sobre su situación económica personal con relación a un año atrás también cayó, en este caso un 20,1%, mientras que la confianza sobre situación económica del país retrocedió un 9,4% respecto de la consulta realizada por la casa de altos estudios en el mismo mes de 2015. 

Juan José Cruces, director del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT, detalló que "en la comparación interanual, el índice muestra una caída de 24,7% respecto a agosto de 2015 y de 2,5% respecto a agosto de 2014". Esta comparación es clave, puesto que reactualiza el riesgo de “kicillofización” que venimos analizando. Además, Cruces señaló que "respecto al mes anterior, entre los subíndices que componen el ICC, Situación Personal, Situación Macroeconómica y de Bienes Durables e Inmuebles caen 2,8%, 9% y 5,8% respectivamente". Por otra parte, el estudio destacó que la confianza de los consumidores cae un 32,6% interanual en el Gran Buenos Aires, un 14,9% en el Interior del país y un 14,8% en Capital Federal. Respecto al mes anterior, el índice cede un 8,6% en el GBA, un 5,3% en el Interior y un 0,8% en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En este sentido, la confianza muestra una performance contraria a la conducto de compra de acuerdo a los datos de CCR, según los cuales la retracción es menor en la zona metropolitana. Finalmente, la percepción de los consumidores se contrae un 27,5% interanual para el sector de los encuestados con menores ingresos y 21,7% para el sector de los encuestados con mayores ingresos, confirmando que el impacto de la crisis es más fuerte en los sectores menos favorecidos. 

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