viernes, 2 de septiembre de 2016

Efectos socioeconómicos: entre los datos duros y las encuestas (1)

Recordemos una vez más la premisa central de nuestros análisis: a mediano y largo plazo, los efectos socioeconómicos son los que construyen las tendencias de opinión pública, más allá de los vaivenes de la coyuntura. En este marco, los efectos socioeconómicos pueden medirse a más de un nivel, e interesa tanto mirar los datos duros como no perder de vista las creencias, percepciones y actitudes con las que conviven (usualmente captadas a través de encuestas). Habiendo repasado en las entradas recientes muchas encuestas, veamos algunos datos duros: 

Durante el pasado mes de julio (primero del segundo semestre), la capacidad de compra de las familias argentinas volvió a caer con fuerza al experimentar una contracción del -11,3% con relación a igual mes del año anterior, según datos de la consultora FyE. La variación muestra un ritmo de deterioro ligeramente superior al observado en el segundo trimestre (-10,6%) y mucho mayor al del primer trimestre del año (-4,6%). Esto implica que el arranque del segundo semestre (en su momento, la “tierra prometida” en el discurso del oficialismo) está lejos de mostrar una recuperación. Según FyE, el fuerte descenso de la capacidad de compra de las familias obedeció en primer lugar a "la abrupta suba de los precios domésticos (tomando los índices de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CABA), que alcanzaría niveles del 46/48% en un año durante julio".  En segundo lugar, influyó "el debilitamiento de la demanda laboral, que se reflejó en una pérdida de empleo de 81.060 puestos de trabajo entre noviembre y mayo último en términos desestacionalizados (-1.3%), cifra equivalente a 162.120 puestos de trabajo anuales (o -2.6% anualizado)". Asimismo, la consultora señala, en tercer lugar, que "la postergación de las paritarias moderó el ritmo de incremento salarial interanual hasta julio (30/35% salarios formales promedio en contexto de gran dispersión sectorial)".  No es la primera vez que este efecto socioeconómico de “salarios viejos vs precios nuevos” se da, ciertamente, pero no es un dato menor que no se observen señales de recuperación a corto plazo en un contexto en el cual el actual gobierno nacional necesita imperiosamente empezar a dar buenas noticias (ver datos arriba; click para agrandar). 

Asimismo, el informe de FyE resalta que "la política monetaria contractiva adoptada por el Banco Central retrajo la demanda y oferta de crédito a las familias, al pasar del 36,7% al 24,2% interanual entre noviembre y julio último (datos nominales)". En este contexto, "siguen sin aparecer señales de recuperación en el corto plazo", si bien podríamos estar en presencia de niveles "piso", afirmó FyE. El informe agrega la caída de la capacidad de compra de las familias (demanda doméstica) está explicando la retracción del consumo que se reflejó en los datos de ventas de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entidad que también releva datos duros. En efecto, las ventas minoristas, según CAME, registraron una disminución del 9,8% interanual en junio, lo que es la caída más pronunciada desde 2009 (en pleno impacto de la crisis financiera internacional, coyuntura que, para recobrar el contexto político interno, coincidió con las elecciones legislativas de medio término del primer mandato CFK en las cuales la fórmula liderada por Néstor Kirchner perdió por dos puntos en provincia de Buenos Aires contra la lista opositora encabezada por Francisco de Narváez). La consultora recordó que, en marzo de 2016, las ventas según CAME se contrajeron un 5,8% interanual, mientras que en diciembre de 2015 aumentaron un 3,1%, lo cual sería indicativo de la profundización de la recesión en el segundo trimestre de 2016.

La tendencia indica que el año 2016 terminará con una caída del salario real, lo que implica que el consumo y la economía doméstica de los argentinos se ajustará a la baja. Esta retracción ya tiene una traducción política en las encuestas que muestran un sensible caída en la imagen de gestión del gobierno nacional y también se corresponde con las encuestas que monitorean el consumo. En ese marco, el más reciente estudio realizado por la consultora Delfos en el mes de agosto en la provincia de Córdoba detectó que el 20% de los cordobeses activó su protocolo de crisis y recortó diversos gastos, entre ellos esparcimiento (31% ajustó esas actividades), vacaciones (27%), tarjeta de crédito (28%) y telefonía celular (27%). Luis Dall´Aglio, director de la consultora, remarcó que “esas cifras permiten mensurar la crisis y ver cómo se está efectivizando a nivel doméstico el proceso de sinceramiento económico” (ver video debajo). 



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