jueves, 20 de octubre de 2016

Claves para un 2017 electoral: el clivaje nacional (2)


En el post anterior veíamos un informe del CEOP en el cual se destacaba que en el último mes el balance de fuerzas parece haberse estacionado: la imagen positiva del presidente Mauricio Macri se mantiene en torno al 45% y  la cantidad de opositores (40,4%) sigue por encima de los que se consideran oficialistas (29,7%); además, existe la misma proporción de pragmáticos independientes (29,9%) que de adherentes al gobierno. En la medida en que el segmento de opositores está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el FPV en las PASO de 2015 (38%),  el segmento de oficialistas está en el orden de magnitud los votos obtenidos por Cambiemos en la misma instancia (30%) y el segmento de independientes está en el orden de mangnitud de los votos obtenidos por las demás fuerzas en esas primarias (29,7%), se puede trazar la hipótesis de que hay vasos comunicantes entre esa configuración actitudinal hoy y el voto pasado. 

Una segunda hipótesis podría inferir que esa combinación estructural de voto en las PASO 2015 más actitud hacia el gobierno hoy tiene cierto valor predictivo de cara a las elecciones del 2017; de ser así, el FPV estaría rondando el 40% de intención de voto, Cambiemos el 30% y las demás fuerzas (Frente Renovador/UNA+Progresistas+Frente de Izquierda+Compromiso Federal) otro tanto. Esto enfrentaría al oficialismo al riesgo de perder los comicios legislativos de medio término, ya que estaría 10 puntos por detrás del FPV como frente, ubicándose como segunda minoría. La premisa de esta línea interpretativa sería que el FPV está hoy (40,4%) algo por arriba del caudal que sacó en las PASO de 2015 (38,2%) pero por debajo de los votos obtenidos en la segunda vuelta de noviembre (48,6%), que Cambiemos está en el mismo caudal de las primarias 2015 (30%) y que las demás fuerzas consideradas como un solo aglomerado también están en el mismo caudal que lograron en esas primarias (30%). En ese marco, la fractura del espacio pan-justicialista quedaría acotada al caudal obtenido por UNA/Frente Renovador, ya cuantificado en ese 30% de pragmáticos-independientes.

Un enfoque alternativo partiría de considerar que la fragmentación de la bancada del FPV implica un desgaste en esa fuerza; en ese caso, el Frente para la Victoria debería estar por debajo de ese 40%. La hipótesis es un tanto problemática, porque implicaría asumir que la fragmentación de la bancada tiene una traducción en materia de electores, cuando empíricamente nada permite asumir tal linealidad. Aun así, es una hipótesis plausible. En ese caso, para ponderar mejor la fortaleza relativa de cada sello político hoy, podemos tomar la cercanía con espacios políticos medida por Ibarómetro recientemente. En su encuesta de agosto de 2016 sobre una muestra probabilística de 1.200 casos a nivel nacional (error muestral de +- 2,8%), el 29,6% se siente cercano al PRO liderado por Mauricio Macri; 2,6% a la UCR liderada por Ernesto Sanz y Morales, y 2,8% a la Coalición Cívica liderada por Elisa Carrió. En este caso, el espacio Cambiemos sumaría 35%, por encima del 29,7% de oficialistas que detectó la encuesta del CEOP y en el orden de magnitud de los votos logrados por ese frente en la primera vuelta presidencial de octubre de 2015 (34%, también por encima del registro logrado en las PASO, que rondó el 30%). En tanto, el 27,1% se siente cercano al FPV liderado por Cristina Fernández de Kirchner. Ese guarismo está por debajo del 40,4% opositor que detectó CEOP y también por debajo de los votos obtenidos por el FPV en las primarias de 2015, pero coincide con el voto duro del kirchnerismo en las primarias legislativas del 2013, lo cual le da plausibilidad a esta hipótesis (ver datos arriba; click para agrandar).  

Finalmente, puede advertirse que dentro del espacio pan-justicialista, la porción que queda por fuera del FPV es sustancialmente menor. Un 10,9% se siente cercano al Frente Renovador liderado por Sergio Massa y un 4,6% al peronismo no K liderado por el titular del PJ José Luis Gioja, el gobernador salteño Juan Urtubey y nacional Diego Bossio (factótum del quiebre del FPV en la bancada de diputados nacionales). Ese 15,5% implica un volumen mayor al casi 11% del FR, pero apenas por encima de la mitad del que tiene el FPV. Eso implicaría que, al menos hoy, el sello FPV tiene una fuerza mayor que la identidad tradicional del PJ, incluso si ese espacio peronista no K se  coaligara con el FR. En el mismo sentido, el PRO hegemoniza la cercanía política dentro de Cambiemos, relegando al sello tradicional del radicalismo y a la marca política de la personalista Coalición Cívica. 

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