martes, 10 de marzo de 2015

Hipótesis preelectorales (1)

En la entrada anterior planteábamos la hipótesis de que a priori Margarita Stolbizer, la dirigente que el renunciante Hermes Binner propuso para sustituirlo como precandidato potencial del espacio de centroizquierda, debería medir menos que el ex gobernador y ex candidato a presidente del socialismo, toda vez que Stolbizer es una figura de volumen político más bonaerense que nacional. Si bien en ese distrito ha hecho elecciones dignas (buen antecedente, toda vez que es el más gravitante), su falta de conocimiento a nivel nacional conspira en principio contra sus chances en una eventual carrera presidencial. Como información de antecedente (previa a tener mediciones de su performance ahora como precandidata presidencial), retengamos el dato de que en febrero pasado una encuesta realizada por Poliarquía la mostró tercera en intención de voto para gobernador en la provincia de Buenos Aires, con 12%, por detrás del ex diputado nacional Martín Insaurralde (del FPV, quien regresó a la intendencia de Lomas de Zamora), con 16%, y Francisco de Narváez (ahora enrolado en el Frente Renovador de Massa), con 15%). Antes de eso, una encuesta de Analogías la había ubicado primera con 17%, escoltada por el dirigente lomense con 14,6% y el titular de Anses, Diego Bossio (FPV), con 13%. 

De todos modos, Stolbizer resistía competir nuevamente en Buenos Aires, con lo cual una precandidatura presidencial podría ser una salida más que elegante para ella. Asimismo, no puede descartarse que, si la UCR define aliarse con el PRO en el Congreso del próximo sábado, los electores de centroizquierda del ya extinto FAUNEN se inclinen por la candidatura de la líder del GEN. En ese caso, el desafío para ella sería superar los registros del socialista en las encuestas (alrededor de un 5% de intención de voto en los estudios nacionales recientes). Un dirigente se baja (Binner), otra quizás se suba (Margarita), pero la lista no se acaba aquí: Julián Domínguez, precandidato del FPV a la presidencia, pasaría a competir en provincia de Buenos Aires (en sentido contrario al “ascenso” eventual de Stolbizer). En rigor, el diputado nacional nunca midió lo suficiente para tener chances de éxito en la carrera presidencial: en las encuestas de listas largas de candidatos ("todos contra todos") apenas figura, y medido en un escenario como candidato único del kirchnerismo (es decir, con todo el peso del signo FPV detrás) apenas medía 5,7%, por detrás de los opositores Sergio Massa (Frente Renovador, 31,1%), Mauricio Macri (PRO, 24,9%) y Julio Cobos (FAUNEN, 11,8%), según una encuesta de Artemio López (consultora Equis) de fines de 2014. 

De paso, estos mismos datos desmienten una afirmación recurrente en López: que lo que “mide” es el espacio. Tomada en sentido lato, evidentemente, no era así en el caso de Domínguez, pues aun medido como candidato único del FPV su performance estaba muy por debajo del sello. Sin duda, el espacio tracciona, pero tiene que haber un candidato con volumen político nacional para que eso se verifique en las encuestas, y Domínguez (claramente una figura acotada a Buenos Aires y zona metropolitana) no lo tenía: las encuestas por venir dirán si lo tiene para competir por la gobernación de Buenos Aires. Por su poco peso interno en términos de opinión pública (no hablamos de otros atributos en este blog), es difícil que su pase al costado incida en el reordenamiento interno del espacio pan-oficialista, donde sólo dos precandidatos aparecen con volumen político para la carrera presidencial, si bien con matices: el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. En todas las encuestas conocidas, incluso de aquellos consultores que plantean con todas las letras y sólidos (aunque no incontrovertibles) argumentos que Scioli no debe ser el candidato del FPV (es el caso de Artemio López), el gobernador bonaerense le saca palpable ventaja al ministro.

¿Esa ventaja puede desaparecer, o revertirse? Veamos lo que opinaba recientemente otro consultor, Carlos Fara, de esta cuestión: “Con tendencias tan consolidadas hoy a favor de Scioli y en desmedro de Randazzo es difícil que el resultado final sea distinto, más allá de los porcentajes. La pregunta del millón es si la presidenta se arriesgará a definirse por alguien que puede perder la primaria. El titular sería: ´fue derrotado el candidato de CFK´. No es negocio. La presidente le tira toda la onda, pero ¿le alcanza al ministro del Interior y Transporte para reducir la brecha con Scioli? Vamos a los números nacionales de fines de enero: Imagen positiva: Scioli 62 % vs. Randazzo 55. Intención de voto en el escenario general: Scioli 20 %, Randazzo 5. Intención de voto dentro de la primaria del Frente para la Victoria: Scioli 69 %, Randazzo 11, otros 17. En noviembre Scioli tenía 67 % y su principal adversario 7. Como se puede apreciar, no hay mucho para discutir: la diferencia es abismal”. No obstante, esto era a fines de enero, y con candidatos que ya no juegan. Como seguramente en los próximos meses (y semanas) veremos otras deserciones y “pases de distrito”, pues el problema de falta de volumen político persiste en un escenario recargado de precandidatos, estas hipótesis preelectorales aún pueden seguir siendo trabajadas. 

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