jueves, 25 de octubre de 2018

Ajustados: el protocolo de crisis en Córdoba y el país


En un posteo del mes de septiembre pasado introducíamos la etiqueta “ajustados” para referirnos a datos detectados por la encuesta provincial de Delfos, a los que a su vez comparamos con la nacional del CEOP de fines de agosto: por entonces, sólo 1 de cada 10 cordobeses/argentinos tenían capacidad de ahorro. El resto vivía con lo justo (49% de los cordobeses y 41% de los argentinos) o no le alcanzaban sus ingresos (41% de los cordobeses y casi 47% de los argentinos). Profundizando en ese análisis, Delfos había encontrado que el 45% de los cordobeses tenía deudas, proporción similar a la que se registraba en 2016, el otro año de fuerte ajuste de la gestión Cambiemos (con una economía que cayó 2,3% y una inflación en torno al 40%). Las actuales estimaciones para 2018 preven una inflación mayor (entre 40% y 45%) y también mayor caída de la actividad (entre 2,5% y 3%), lo cual confirma a estos datos de ajuste como un efecto socioeconómico de gestión de Cambiemos, lo que explica el actual malestar y el deterioro de todos los indicadores del gobierno en las diversas encuestas que venimos citando en este blog. La encuesta de Delfos cerrada a fines de septiembre permite dar una nueva vuelta de tuerca en torno a la etiqueta “ajustados”: por la actual situación económica, el 63,1% de los cordobeses (1.828.734 en cifras) achicó gastos. El ajuste fue un poco mayor en Capital (67,6%, casi 7 de cada 10) que en el interior provincial (60,2%, 6 de cada 10; ver datos arriba, click para agrandar). 




El ranking del ajuste es liderado por la salida al cine, que se redujo un 71,9%; le siguió el delivery de comida, que sufrió un recorte de 67,6%; en tercer término, el uso de tarjeta de crédito como medio de pago (-58,1%). Luego se ubican los talleres y actividades culturales (-57,6%); la salida de vacaciones (-57,2%); compra de diarios y revistas (-56.6%); gimnasio (-48,7%). La “tijera” fue visiblemente menor en celular (-33%), teléfono fijo (-31,1%),  servicio de internet (-28,2%) y TV por cable (-27,7%) lo que confirma que los cordobeses privilegian seguir conectados antes que otros consumos . Por clases sociales, el ajuste es parejo: 63,9% en el nivel socioeconómico alto, 63,4% en el medio y 61,3% en el bajo, sin diferencias estadísticamente significativas, lo cual confirma que la crisis impacta en todos los grupos sociales, aunque sí hay algunos matices en el ajuste por rubro (ver datos arriba; click para agrandar).  En tanto, por segmentos etarios donde más se nota la contracción es en los cordobeses de entre 30 y 49 años (68,9% manifiesta haber recortado gastos); seguido por los de 18 a 29 años (63,3%). El recorte es algo menor a partir entre 50 y 65 años (61,6%) y en más de 65 (51,2%).




Con matices, otras encuestas nacionales confirman el impacto del ajuste. Según la más reciente encuesta nacional de Reale y Asociados, a casi el 58% de los electores argentinos (57,6%) "apenas le alcanza" lo que gana; casi el 23% (22,6%) dice que "no le alcanza para nada" y apenas un 18,4% sostiene que "le alcanza sin dificultades" (ver datos arriba; click para agrandar). De la mano de ese malestar también empeora el sentimiento de la sociedad con el gobierno del presidente Mauricio Macri: hoy el 67% desaprueba su gestión, contra un 62% que la desaprobaba en agosto pasado. Sin dudas, este es el principal problema del gobierno hoy, no sólo en Córdoba sino a nivel país: las consecuencias sociales y perceptuales de un ajuste que ya se percibe y sufre, pero que será peor. Esto agravará la ruptura de la promesa marcaria de Cambiemos, que ganó el ballotage prometiendo a los argentinos que podían vivir mejor y que no perderían nada de lo que tenían pero gobierna diciendo que vivían demasiado bien y que hay que sacrificarse en aras de un futuro venturoso que nunca llega. Como plantea el sociólogo Carlos de Angelis, "la crisis económica parece haberse instalado en la opinión pública como una situación que durará mucho tiempo. El discurso del propio gobierno ha cambiado y colaborado con esto. Quedaron atrás las promesas del “segundo semestre” y de “lo peor ya pasó”. Ahora se instaló una suerte de épica del “sacrificio” y el ajuste. Salvando todas las distancias, podría evocarse la famosa frase de Winston Churchill: “Sólo les prometo sangre, sudor y lágrimas” (...) El ajuste parece no tener un piso. No es que la gente se ajusta un mes y ya está, al siguiente puede tener que apretarse más. Lo de Javier Iguacel fue un sartenazo, más allá del cambio de decisión que tomó después el gobierno. Por ahora un sector amplio de la sociedad-no me refiero al núcleo duro opositor-está resignado a que se vienen muchos meses de ajuste y crisis. El tema es que en este contexto el humor social es muy dinámico. Las cosas se mueven a mucha velocidad. Un paso en falso puede disparar una reacción inesperada. Nadie sabe cuál va a ser la gota que va a rebalsar el vaso"




A favor del gobierno, el consultor plantea que su núcleo duro acompaña ese relato: "son segmentos de la sociedad que prefieren bancarse, por ahora, una crisis que la caída del Ejecutivo (...) “La gran pregunta es si el gobierno podrá enfrentar, con ese discurso de la épica del ajuste, el año electoral. Eso es un misterio”. Efectivamente, esa es la clave, porque la ruptura de la promesa marcaria se da respecto a los electores que Cambiemos necesitó captar para ganar por poco el ballotage: con su núcleo duro (entre el 25% y el 30%) le basta para disputar la condición de primera minoría electoral pero no para ganar en primera vuelta (como muestran hoy todas las encuestas), con lo cual no podría eludir un ballotage riesgoso. Y se hace cuesta arriba enfrentar el turno electoral del 2019 no ya con el ajuste visible hoy, sino con el ajuste en marcha, más duro todavía. En ese marco, el último estudio de Query Argentina confirma el pesimismo en las expectativas de los argentinos de cara al 2019: el 50% sostiene que la economía personal el año que viene "va a estar peor"; sólo 20% cree que estará "mejor" (menos que el núcleo duro de Cambiemos). En tanto, un 16% respondió "igual", respuesta que si se considera la mala situación percibida actualmente también es desfavorable: con respecto al año pasado, el 73% dice estar "peor", el 13% "igual" y sólo el 10%  "mejor" (la mitad que el optimismo del 20% de cara al 2019; ver datos arriba, click para agrandar). En la misma línea, ese estudio muestra que el índice de economía personal sigue en franco descenso. 



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