sábado, 6 de octubre de 2018

Efectos socioeconómicos de la gestión Cambiemos: ajuste, malestar y crisis en L

En las últimas entradas venimos cruzando datos "blandos" de encuestas perceptivas con datos "duros" de estadísticas oficiales u organismos especializados que dan cuenta del deterioro socioeconómico que viene generando la gestión Cambiemos. Profundizando en esta línea, si analizamos diversos datos e indicadores clave, se detecta que la gestión Cambiemos no ha sido virtuosa en términos de desempeño ni ha logrado cumplir varias de las promesas de campaña del 2015 Veamos: según el CETyD (centro de investigación de la Universidad Nacional de San Martín), durante 11 años (2004-2015) de los 12 que duró la gestión K la tasa de empleo no registrado presentó una clara tendencia descendente. En 2016 (primer año neto de gestión Cambiemos) se revirtió la tendencia y la informalidad laboral volvió a crecer de manera suave pero ininterrumpida, patrón consistente con el ajuste “gradualista” que el gobierno llevaba adelante antes de la crisis cambiaria y los dos acuerdos con el FMI (ver datos arriba; click para agrandar). Si tomamos los datos de empleo registrado del mes de julio 2018, se advierte que hay 5,9 millones de trabajadores en relación de dependencia (aportantes al SIPA): se trata del registro más bajo desde 2009. Es previsible que ese deterioro se agudice a partir del ajuste más duro comprometido para lo que queda de 2018 y todo el 2019, condiciones del adelanto del desembolso de fondos del organismo financiero internacional. Esto va en el sentido contrario de la promesa de campaña de mejorar el empleo. 

Otro: Mauricio Macri prometió que en su gestión ningún trabajador pagaría impuesto a las Ganancias. En sentido contrario, actualmente lo pagan 560 mil trabajadores más que en 2015. Sobre 1.939.994 retenciones de Ganancias, 1.638.433 son trabajadores en relación de dependencia. De los datos oficiales “se desprende que más trabajadores están alcanzados por el impuesto a las Ganancias que tres años atrás, a pesar que en términos reales los ingresos de los trabajadores, y también de los jubilados y pensionados, en términos reales tuvieron una importante reducción por la vía de una mayor inflación”, apuntó el periodista especializado en economía Ismael Bermúdez. Así, el ajuste de los ingresos resulta más gravoso, pues las retenciones coexisten con la merma del ingreso que genera una inflación rampante: según un informe del Instituto Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana del Trabajo (UMET) que analizó la evolución de los precios y la caída del salario real de los trabajadores registrados, el poder adquisitivo de los salarios se redujo un 14,7% entre noviembre de 2015 (último mes de la gestión CFK) y septiembre de 2018. Ese retroceso de la capacidad de compra fue el más pronunciado desde la crisis de 2002, y se prevé que el traslado a precios de la devaluación de agosto y el aumento de las tarifas seguirá diluyendo la capacidad de compra de los asalariados en los próximos meses. El estudio indicó que “la inflación se disparó al 6,7% en septiembre y este año será la más elevada desde 1991”. Consultoras del sector privado también registraron un fuerte salto de los precios el mes pasado; en el caso de Elypsis, por caso, computó un alza de 7,3%.   

Tercero: Macri prometió en la campaña de 2015 (y reincidió varias veces) una “lluvia de inversiones”. El análisis de 14 sectores en lo que va de la gestión arroja que sólo en uno se concretaron inversiones por casi el 38% de lo anunciado oportunamente, en 5 apenas se han concretado entre el 11% y el 20% de lo anunciado y en el resto la concreción es del 10% o menos (ver datos arriba; click para agrandar). Ni siquiera en aquellos sectores en los que la recomposición de precios y tarifas ha sido muy fuerte desde el comienzo de la gestión Cambiemos (como petróleo y gas) el avance ha sido significativo. El deterioro del escenario económico no permite abrigar expectativas positivas de una recuperación de las inversiones en lo que queda del 2018 ni de cara al 2019: esta semana, una nota de The Wall Street Journal planteó que “la focalización de la política económica en cerrar el déficit fiscal y la meta monetaria puede causar mucho daño. Volver a la década del 70 no parece una buena idea ni un buen camino para la Argentina. Los inversores (internacionales) deben mantenerse alejados”. El autor del artículo, Jon Sindeu, afirma que los problemas inflacionarios en economías como la argentina no se resuelven con emisión cero. “El determinante clave de la inflación no es la cantidad de dinero en la economía. No es el gasto del Gobierno. No es la política del Banco Central. El problema de estas economías es que están expuestas a lo que ocurre con el flujo global de los capitales. Cuando la Reserva Federal eleva las tasas y los inversores se refugian en el dólar, las monedas emergentes se caen y los precios de las importaciones aumentan”, indicó. 



En síntesis, la hoja de ruta elegida por el gobierno al inicio de su gestión aumentó la vulnerabilidad del país a los cambios globales y la hoja de ruta definida pos acuerdo con el FMI agravará la crisis autoinducida por Macri, ya que hace foco en el tema fiscal, cuando los datos comparados muestran que en muchos países conviven el déficit fiscal con el crecimiento (ver datos arriba; click para agrandar). Sobre ese diagnóstico erróneo inicial, no ataca el problema de mayor peso en la economía argentina (la restricción externa) y pretende reducir el problema inflacionario a lo estrictamente monetario. Así, Ismael Bermúdez cuestionó el presunto objetivo del plan: "¿Déficit cero? Si sumamos intereses de la deuda + intereses del BCRA, en 2019 será del 8% del PBI, igual que en 2017"En ese sentido, el economista Walter Graziano interpreta que "este plan económico Primavera II puede desembocar en una muy alta tasa de inflación, sin llegar quizás a una hiper, no bien haya que sacar el pie del acelerador con las tasas de interés y quizás incluso antes dado que este plan económico lejos de combatir la inflación inercial la alimenta, y por varios frentes a la vez (...) es posible que el episodio final, al igual que el plan que hizo caer a Alfonsín, no se demore hasta que uno de esos factores actúe como limitante, sino que la propia demanda de dólares que la multiplicación de pasivos monetarios del Banco Central ocasiona (una Leliq es tan emisión como un peso en circulación) le demanden una cantidad de dólares al Banco Central tal que el Fondo diga basta. ¿Y por qué el Fondo deberá decir basta y no las propias autoridades argentinas? Es sencillo de entrever: para aplicar un plan económico así hay que ser un total irresponsable. Y muy difícilmente quienes puedan caer en tal nivel de irresponsabilidad tengan la suficiente agudeza para caer en la cuenta cuán cerca está el abismo".




En este marco, la crisis en "L" que se transita actualmente confirma la hipótesis planteada por la consultora Poliarquía en julio pasado, luego de la primer gran corrida cambiaria: una caída de la economía sin recuperación a la vista de cara al año electoral repliega el apoyo al oficialismo hacia su núcleo duro y beneficia a la opositora más nítida, CFK. En esa línea, el más reciente relevamiento de la consultora Analía del Franco revela que el 62% de los argentinos evalúa negativamente el desempeño del presidente Macri, de lo que resulta un diferencial negativo de casi 26 puntos porcentuales (ver datos arriba; click para agrandar). Durante el mes de septiembre, el 62% de los argentinos mencionó a  la situación económica como su principal preocupación, dato que se acentúa entre los segmentos sub-45 y en los niveles socioeconómicos medios y altos. Asimismo, las expectativas siguen en terreno negativo: casi 6 de cada 10 (en rigor 57%; tercer registro clave que se ubica en torno al 60%, lo que insinúa una regularidad estadística) cree que la situación empeorará a corto y mediano plazo. Peor todavía, el 73% cree que la inflación se va a mantener con la tendencia actual, mientras apenas un 11% cree que va a bajar (es decir, menos que el núcleo duro de Cambiemos). En contraste, hoy la ex presidenta está adelante tanto en los escenarios de primera vuelta (29,5% contra 28,2% de Macri; ver datos abajo, click para agrandar) como en ballotage (43,5% contra 37%), tendencia que, con apenas matices, ya habíamos advertido en los estudios de Rouvier & Asociados (en primera vuelta, CFK 30% y Macri 27,9%; en ballotage, 41,4% y 38,3%) y Tendencias (en primera vuelta, CFK 33,2% y Macri 27,5%) citados en posteos anteriores. 





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