viernes, 28 de mayo de 2010

Bicentenario


Una de las movilizaciones populares más importantes de la historia del país, con la gente como protagonista central, participando de manera alegre y pacífica en festejos con un fuerte carácter integrador.

Hoy por hoy, carece de sentido tratar de traducir -o reducir-ese sentimiento colectivo en rédito político para el gobierno (principalmente, Cristina y/o Néstor Kirchner) o para la oposición (particularmente, Mauricio Macri, el opositor que logró más visibilidad durante los festejos). Si hay algo así como un "efecto Bicentenario" en la imagen del oficialismo, o en la de quienes aspiran a sucederlo, se verá en los meses por venir, más aún si se recuerda que está cerca otro evento que puede tener efectos colectivos interesantes de analizar (el Mundial de fútbol).

Aun así, los consultores y analistas ya están tratando de evaluar qué consecuencias puede tener este clima de opinión. Un dato coincidente de estas evaluaciones preliminares es el entusiasmo y la emoción puesta de manifiesto en los festejos. Algunos consultores plantean que la sociedad buscó reencontrarse a sí misma y que el Bicentenario fue un catalizador de una suerte de reclamo de unidad o identidad colectiva. Otros destacan que hay un clima de época distinto y que el humor social mejora a corto plazo.

Lo cierto es que el espíritu de autocelebración sorprendió hasta a los mismos organizadores (gobernantes incluidos) y tomó desprevenidos a la mayor parte de los medios de comunicación, que en los últimos meses venían representando una realidad caracterizada por la crispación política, insistiendo en la tensión social y construyendo un sujeto colectivo "desencantado" u "ofuscado".

Existe en opinión pública un fenómeno que Elisabeth Noelle-Neumann no duda en describir como "fascinante", pues se produce en muy raras ocasiones: un clima doble de opinión, es decir, una diferencia entre el clima percibido por la población (la gente en sentido amplio) y el clima representado por los medios.

¿Es probable que estemos a las puertas de un fenómeno de ese tipo?

sábado, 22 de mayo de 2010

¡ Por fin un gobernante que escucha a la gente!


Perdón por el chiste, pero desde que lo escuché quería replicarlo. Ahora me pongo serio. ¿Qué efectos puede tener en la opinión pública el procesamiento de Mauricio Macri en la causa que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide por escuchas ilegales, y que se ha transformado en un dolor de muelas para el dirigente PRO?

Primera posibilidad. Los argumentos defensivos de Macri hacen foco en que la causa fue "armada" por el kirchnerismo (más precisamente, por Néstor Kirchner). De alguna manera, aquí la apuesta del jefe de gobierno porteño es "victimizarse" y que la causa no afecte sus chances electorales como eventual candidato presidencial en 2011. Estaríamos aquí en presencia de un efecto neutro en términos de opinión pública, donde Macri no saldría afectado, ni tampoco beneficiado.

Un segundo efecto posible sería que la causa lo beneficie, posicionándolo como la alternativa política más visible al kirchnerismo. ¿Podría ser como la "causa efedrina" que no perjudicó la suerte del candidato Francisco de Narváez en su compulsa contra Néstor Kirchner en la legislativa del 2009, y quizá hasta lo benefició? Esto último, por supuesto, no puede aseverarse con certeza, es un interrogante y una posibilidad.

A favor de esta segunda posibilidad está el dato objetivo que de Macri es uno de los pocos opositores que está gestionando un gobierno, factor que en la elección del 2011 puede pesar ya que se vota presidente, un cargo ejecutivo (los otros "presidenciables" de la oposición que hoy tienen gestión para mostrar son Hermes Binner, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá). Alfonsín hijo, Carrió y Solanas carecen de ese atributo, mientras que Cobos, Solá, Duhalde y Reutemann gestionaron en su momento, pero hoy no lo hacen.

En contra de esa posibilidad está el dato de que Oyarbide no es Faggionato Márquez (el juez a cargo de la causa efedrina, hoy destituido), el hecho de que la Cámara Federal ha ratificado hasta ahora lo actuado por el juez Oyarbide, y en tercer término el aval dado por el dirigente de la AMIA, Sergio Burstein (una de las víctimas de las escuchas ilegales) al procesamiento.

Finalmente, una tercera posibilidad es que la causa vulnere seriamente los planes presidenciales de Macri en 2011, profundizando la caída de su imagen y afectando su intención de voto. En este marco, datos de consultores como Graciela Römer hablan de una caída en la imagen pública de Macri en los últimos meses, antes del procesamiento decidido por Noberto Oyarbide.

Más lejos en el tiempo, hay que considerar que el resultado obtenido por el jefe de gobierno en la legislativa del 2009 no fue bueno: su candidata Gabriela Michetti obtuvo poco más de 30 por ciento, unos 16 puntos porcentuales menos que Macri como jefe de gobierno en 2007, en tanto que Pino Solanas, un auténtico candidato "tapado" (trepó en las encuestas aceleradamente en el último mes) rondó el 25 por ciento.

Habrá que ver cómo evoluciona la causa en los próximos meses, y qué impacto tiene en la misma en la opinión pública.

viernes, 14 de mayo de 2010

Gobiernos "exitosos" con sucesiones problemáticas


Chile, 2009-2010. La presidenta Michelle Bachelet finaliza su mandato con 80% de popularidad en las encuestas de opinión. El éxito que acompaña el fin de su gestión coexiste, sin embargo, con el hecho de que no la sucede un presidente de la Concertación, coalición a la que pertenece: el mandatario electo es el millonario centroderechista Sebastián Piñera, elegido en segunda vuelta, que batió al candidato oficialista Eduardo Frei, ex presidente. El oficialismo llega al poder debilitado por el desgaste de casi 20 años en el poder, pero también porque no pudo resolver de manera exitosa el proceso interno de elección de candidatos, lo que generó la aparición de un disidente, Marco Enríquez-Ominami, quien decidió postularse como independiente. El efecto de esa candidatura disidente en las chances de la sucesión para el oficialismo quedó puesta de manifiesto en el resultado de la primera vuelta electoral: Piñera obtuvo el 44,02% de los votos, Frei 29,62% de los votos y Enríquez-Ominami 20,12%.

Colombia, 2010. Pese a la alta aprobación que recoge su gestión, el presidente Álvaro Uribe observa con preocupación que su candidato a la sucesión Juan Manuel Santos, una figura clave en la implementación de la política de seguridad uribista y ejecutor de los operativos militares contra las FARC, registra un "empate técnico" en la intención de voto con el candidato verde Antanas Mockus: mientras algunas encuestas le adjudican a Santos una ventaja de dos puntos sobre su contrincante, otras muestran a éste último en punta por diferencias similares. Mockus, un independiente de meteórico ascenso en las encuestas, podría forzar una segunda vuelta con pronóstico reservado para el oficialismo.

Brasil, 2010. El presidente Lula da Silva, de enorme popularidad en su país (80% de aprobación en las encuestas) y de reconocido liderazgo regional, eligió a Dilma Rouseff como su sucesora, pero aunque el mandatario llegó a ser multado por usar el estrado presidencial para hacer campaña a favor de su candidata, le cuesta transferir su popularidad. Durante meses, el opositor José Serra (PSDB) se mantuvo en punta para ganar las elecciones presidenciales del 3 de octubre próximo, y recién en el último sondeo del Instituto Vox Populi Rousseff logró situarse tres puntos porcentuales (38%) por encima de José Serra (35%), escenario de empate técnico. Tercera se ubica Marina Silva, del Partido Verde, quien alcanza un 10% de los votos. Silva se distanció del oficialismo, a quien le critica haber privilegiado el desarrollo económico por encima de preservación de la ecología en regiones del país ricas en biodiversidad, y a partir de allí plasmó una candidatura independiente. El 10% de intención de votos que la ex ministra de Lula obtiene hasta el momento perjudican claramente más al oficialismo que al PSDB.


Estos tres ejemplos nos ilustran sobre algunas claves: 1) una gestión exitosa no garantiza por sí sola la sucesión 2) los oficialismos deben resolver bien sus procesos internos, so pena de sufrir sangrías electorales a manos de disidentes.

sábado, 8 de mayo de 2010

"Candidato tapado" se convirtió en gran elector


La oposición conservadora liderada por David Cameron se convirtió el viernes 7/5 en la bancada más fuerte del Parlamento británico, pero no logró la mayoría absoluta: alcanzó el 36 por ciento de los votos, contra 29 por ciento del oficialismo gobernante (laboristas) y 23 por ciento de los liberal demócratas. La buena performance de esta tercera fuerza generó una reñida elección, en la que por primera vez desde 1974 no hay un claro ganador, ya que los conservadores obtienen cerca de 306 escaños, cuando la mayoría absoluta requiere al menos 326.


Los liberal demócratas se posicionaron como fuerza política gravitante en un país acostumbrado al bipartidismo y su líder Nick Clegg se ha convertido en una suerte de gran elector, ya que los diputados de su formación tienen la llave para constituir un nuevo gobierno, pactando con los conservadores o con quienes en teoría podrían tener más afinidad, los laboristas. Con todo, a éstos el camino se les hace cuesta arriba, ya que los escaños obtenidos les impedirían alcanzar mayoría absoluta, en tanto que los conservadores podrían tratar de convencer a los liberal demócratas o bien tentar un acuerdo con pequeños partidos de Irlanda del Norte, Escocia y Gales para alcanzar los 326 asientos necesarios.


Este resultado electoral agrega incertidumbre política a los problemas económicos que atraviesa Gran Bretaña. Los precios de los activos retrocedieron y la libra se deprecia respecto al dólar, al mismo tiempo que arrecia la crisis de deuda en Europa. En un país poco acostumbrado a las coaliciones de gobierno, el contexto es un desafío, pues el compromiso político necesario para implementar un ajuste fiscal -como reclama el establishment- es más difícil de lograr sin una mayoría clara. Para peor, la amenaza de recorte a la nota crediticia de Gran Bretaña es creciente (el déficit trepa ya al 11% del PBI) en tanto que la calificadora Moody´s advirtió que las entidades financieras de Portugal, España, Italia, Irlanda y el Reino Unido enfrentan riesgos de contagio de la crisis que plantean amenazas comunes y muy reales para todos ellos.