viernes, 31 de diciembre de 2010

Datos y tendencias económicas de fin de año


En 2010, el riesgo país argentino se redujo a menos de la mitad: llegó a estar cerca de los 900 puntos a finales de mayo, y actualmente se ubica por debajo de 500. Sin embargo, pese a esa sensible caída, Argentina aún mantiene un nivel muy superior al de Brasil (175), Perú (160) o Uruguay (180). Brasil y Perú, que tienen la calificación "investment grade" (economías con grado de inversión) vieron reducirse su riesgo país 8% y 4%, respectivamente, este año.

¿Por qué Argentina es peor calificada? Los analistas lo atribuyen centralmente a cuestiones políticas: pese a las críticas que corren al gobierno por "izquierda", el modelo "K" es menos amigable para el establishment financiero que gobiernos de la región considerados de "centroizquierda" o "progresistas" (como Brasil y Uruguay, por caso). Javier Kulesz, de UBS (Unión de Bancos Suizos) admitió recientemente que las razones no tienen nada que ver con los fundamentos macroeconómicos. En la misma línea, Hans Humes -del fondo de inversión Greylock Capital Management- también ha coincidido en que Argentina está "subvaluada" en comparación con los países de la región, por lo que el establishment llama "incertidumbre política".

Por su parte, las calificadoras de riesgo incrementaron este año la nota de la Argentina, pero la economía nacional todavía está lejos del grado de inversión. Para Fitch Ratings, la calificación argentina es "B", un nivel que si bien tiene perspectiva estable, pertenece a la lista de países "con un significativo riesgo crediticio", según los estándares de las calificadoras. Para Moodys, la calificación es "B3". En este sentido, Alejandro Vanoli, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), señaló que existe un fuerte sesgo de las calificadoras con la Argentina: "estoy seguro de que si le pasamos todos los datos sin ponerle el nombre del país, tendríamos un resultado muchísimo mejor. Ya deberíamos estar dentro del grado de inversión". Fundamentos de esta postura: fuerte crecimiento de la economía en 2010 (alrededor del 9%), acumulación de reservas en el Banco Central por encima de los 52 mil millones de dólares y un canje de deuda que superó el 90% de aceptación.

Aunque Jaime Reusche (director de calificaciones soberanas para Latinoamérica de Fitch) sugiere que una forma de escalar rápidamente posiciones para la economía local podría ser "regresar a los mercados internacionales, porque diversifica las fuentes de financiamiento", Vanoli discrepa: "si no se volvió al mercado, es porque no se necesita. Hubiera sido un mal mensaje que no bien hubiéramos podido endeudarnos al 10% o en un dígito, hubiéramos salido corriendo a los mercados (...) no hay que olvidarse que éstas son las mismas calificadoras que les dieron nota máxima a las estructuras titulizadas en Estados Unidos y algunos países europeos que no entraron en default gracias al eurogrupo".

Un repaso por los principales datos, diagnósticos y tendencias que destacan economistas y estudios econométricos de distinta filiación y organismos internacionales:

1) Miguel Bein (estudio Bein) remarca que se ha diversificado la producción y las exportaciones: no sólo hay un boom de materias primas agrícolas, también las manufacturas de origen agropecuario (MOA) crecieron de manera significativa y las industriales (MOI) vienen en ascenso. En este crecimiento confluyen las políticas del Gobierno y también la combinación de una revolución agrícola, desde la oferta, y la explosión de la demanda. "La Argentina se convirtió en una economía a la que le sobran dólares. Desde una visión optimista, se puede decir que se van afuera los dólares que surgen de la estructura económica, por el superávit de cuenta corriente, es decir que se produjeron dentro del país. Las híper en la Argentina se dieron como resultado de falta de dólares". Por esta razón, Bein descarta la posibilidad de nuevas hiperinflaciones a corto y medio plazo, si bien plantea que el aumento de precios es un problema alimentado por el nivel alto del gasto público. Para 2011, Bein estima que la inflación rondará el 24%, aunque si hay acuerdo social, puede bajar al 20%. Otro punto a favor del país es la menor incidencia de la deuda pública. "Un poco con el canje, otro con los bonos que ajustan por CER, pero se logró que hoy represente un 16% del PBI la deuda que flota en el mercado" destaca Bein, quien augura que en 2011 la economía va a crecer un 6,5%.

2) Santiago Gallichio (asesor económico del senador Ernesto Sanz, titular de la UCR y potencial precandidato presidencial para 2011) resalta que la recuperación se dio más rápido de lo que se esperaba, ya que se creía que éste iba a ser un año mediocre -con un crecimiento del 4,5%- y en realidad termina con un alza superior al 7%. "Esperamos que 2011 sea un año bueno pero no sorprendente. Es importante ver el nivel de incertidumbre que habrá el año próximo, dado que es un año electoral (...)Si hay un desenlace electoral favorable al actual Gobierno seguirá un buen desempeño económico, pero con continuidad de política antimercado" .

3) Iván Heyn (de La Cámpora) enfatiza que en los últimos siete años la deuda bajó del 160% del PBI al 20% y la producción industrial creció un 60%. Admite los movimientos de precios -que atribuye a surge de tener una economía que crece fuerte- plantea que hacia futuro hay que resolver esas tensiones mediante "acuerdos sociales" (en la línea que impulsa el gobierno nacional), y defiende la política cambiaria: "si se hubiera dejado flotar el tipo de cambio, hubiésemos estado hoy con un dólar depreciado, hecho que no favorece al resto de los sectores productivos. El agropecuario tiene una fuerte productividad, pero el industrial necesita otro tipo de cambio. La política económica desde 2003 supo interpretar esta heterogeneidad".

4) Federico Sturzenegger (presidente del Banco Ciudad) cuestiona los déficits en materia de institucionalidad: "los empresarios sienten que no hay certidumbre y no invierten. Hoy la Argentina está 5ª en ranking de inversión extranjera en Latinoamérica" y critica al Banco Central, "que emite al 35%, y a ese número apunta la inflación. Lo peor es que no puede haber financiamiento a largo plazo con esta inflación. Creo que puede bajarse el nivel de emisión sin afectar el crecimiento".

En cuanto a la política cambiaria, es oportuna una digresión: en 2010 la compra de dólares del BCRA sobrepasa los u$s 11.000 millones (cifra que es la segunda más alta desde la salida de la convertibilidad, sólo superada por los u$s 14.000 millones adquiridos en 2006) monto prácticamente idéntico al superávit comercial de este año: las autoridades del BCRA defienden esta fuerte intervención, pese a que requiere de una gran emisión de pesos, con el argumento de que «si no interveníamos no hubiéramos podido defender la paridad cambiaria, con la pérdida de competitividad que eso conlleva» (es decir, el dólar hubiera bajado).

5) Según Econométrica, el año que viene se combina un contexto internacional muy favorable que, si Europa no patea el tablero, va a ser bueno para los emergentes: para Argentina, los términos del intercambio vuelven a los máximos de 2008 y se proyecta un crecimiento del 5,5%.

6) Econviews trabaja con una hipótesis de que el consumo privado tenga un crecimiento promedio real de 5,5% durante 2011, con algunos renglones como electrodomésticos, que seguirán en un ritmo más alto, en torno de 8%. También se espera un nuevo récord de venta de autos cero kilómetro: "a pesar de la inflación, el consumo seguirá impulsado por el mantenimiento de políticas de ingreso fuertemente expansivas, apoyadas en aumentos salariales que promueven mayores ingresos en vastos sectores de la población, especialmente valuados en dólares", destaca la consultora que dirige Miguel Kiguel.

7) La entrada de capitales ya es la más alta en dos años y medio: el tercer trimestre del 2010 reflejó un fuerte ingreso de los mismos, que no se verificaba desde hacía dos años y medio. La entrada neta de fondos en el período julio-septiembre alcanzó los u$s 848 millones, el valor más alto desde los u$s 969 millones del primer trimestre del 2008 (a partir de ese momento, el conflicto interno con el campo y los efectos de la crisis financiera global provocaron una constante salida de capitales).

8) de acuerdo a la consultora Orlando Ferreres & Asociados, la inversión en noviembre creció, alcanzando el nivel más alto de los últimos años: el monto invertido totalizó u$s 7.168 millones, un 3% más que en octubre (representa un crecimiento interanual del 16,7% y una participación sobre el PBI del 23,6%).

9) según la consultora Deloitte, la economía argentina continuará su etapa expansiva en 2011, aunque moderará levemente su ritmo: el 2010 cerrará con una suba del 8,5%, mientras que el año próximo avanzará 5,7%.

10) finalmente, ¿qué perciben los ciudadanos? Según TNS Gallup, en materia de expectativas, la mitad de los argentinos piensa que 2011 será un año mejor que 2010, mientras que 3 de cada 10 creen que va a ser igual y sólo el 20% piensa que será peor. Ricardo Hermelo, director de Opinión Pública de la consultora, explica que "el optimismo de los argentinos para el 2011 se asocia más a mejoras económicas que a una esperanza en que se solucionen los conflictos sociales". En este contexto, 4 de cada 10 entrevistados afirman que la evolución de la economía del país se mantendrá igual, el 30% espera una mejoría y el 20% anticipa problemas económicos. Respecto al desempleo, el 40% opina que se mantendrá igual al 2010, el 30% considera que aumentará y el resto que disminuirá, mientras que la mitad de los argentinos considera que los conflictos sociales en la Argentina se mantendrán en el mismo nivel durante 2011 (3 de cada 10 encuestados afirma que aumentará y sólo un 10% considera que disminuirán).

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Datos y tendencias políticas de fin de año


Encuestas de opinión y estudios cualitativos realizados a lo largo y ancho del país -salvo ocultos sondeos "indepen-dientes" a los que accedió el periodista Luis Majul, cada vez más "metropolitanizado" y parecido a Elisa Carrió en su catastrofismo- señalan, con apenas matices, lo siguiente:

1) si las elecciones presidenciales fueran hoy, la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganaría en primera vuelta. Hay que recordar que en Argentina, en virtud de la reforma constitucional de 1994, vencer en primera vuelta es relativamente más fácil que en otros países (por ejemplo, Brasil). No hace falta llegar al 50% + 1 de los votos, alcanza con obtener (1) al 45% (votos válidos positivos) o, si no, (2) 40%, con más de 10 puntos de ventaja respecto del segundo. Cristina cumple la condición 1 o bien la 2 en todos los estudios conocidos, favorecida, no sólo por el envión adicional que significó la muerte del ex presidente Néstor Kirchner al proceso de recuperación previo que ya venía mostrando durante 2010, sino también por la dispersión de las alternativas opositoras, que al ser muchas, terminan fragmentando el malestar con el gobierno nacional y achicando las chances de que un candidato de la oposición pueda forzar un ballotage.

En esta línea, un sondeo realizado entre 1.200 personas de la zona metropolitana y diferentes poblaciones del interior del país por la consultora Ibarómetro muestra que Cristina Fernández lidera imagen e intención de voto, mientras la valoración de los dirigentes de la oposición sigue relegada: un 59,1% de los consultados evaluó como “muy buena” y “bastante buena” a la mandataria (contra un 33,9% que la considera “bastante mala” o “mala”) y la misma recoge linealmente (sin proyectar indecisos) un 38,7% de intención de voto (ese guarismo, obtenido sobre el total de las respuestas, supera el 40% si se consideran sólo los votos validos positivos, que es lo que sucede en el escrutinio). Entre los referentes opositores, Mauricio Macri y Ricardo Alfonsín aventajan al resto, pero apenas alcanzan una intención de voto que ronda el 10%, respectivamente. Macri tiene mayor imagen positiva que Alfonsín (48,2%) pero una negativa más alta que la del diputado radical (40%, contra 33,2%). Por su parte, el ex ex presidente interino Eduardo Duhalde tiene una imagen negativa de 61% y Elisa Carrió 59,5%.

Otras encuestas realizadas en distritos clave que en 2009 resultaron adversos al oficialismo muestran ventajas de Cristina aún más holgadas que las del sondeo de Ibarómetro: en Capital Federal, por ejemplo, la presidenta alcanza 44% de intención de voto; en Santa Fe, 47%, y en Córdoba, oscila entre el 30% y el 40% por ciento (en todos los casos, con más de 20 puntos de ventaja respecto de cualquier candidato opositor). Aunque faltan casi diez meses para las presidenciales del año 2011, la ventaja actual del oficialismo implica un vuelco drástico de la tendencia que habían insinuado las legislativas del 2009; en esto coinciden tanto analistas cercanos al oficialismo como otros "independientes" (término, por cierto, tan engañoso como el de "periodismo independiente"), como lo evidencia una nota recientemente publicada en Perfil, donde cuatro consultores -Alejandro Catterberg, de Poliarquía; Artemio López, de Consultora Equis; Carlos Fara de Fara y Asociados y Graciela Römer de Römer & Asociados- convergen, con matices, en afirmar que 2010 fue un año positivo para el gobierno de Cristina Fernández (más allá de la pérdida que supone la muerte del ex presidente, socio político estratégico del proyecto "K", como resaltó Artemio López).

Römer, por caso, interpretó que "ha sido positivo para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Comenzó a crecer a partir de los festejos del Bicentenario y de la Ley de Matrimonio Gay. Y después se amesetó, hasta la muerte de Néstor Kirchner, que le dio un nuevo envión a su figura". Por su parte, Fara opinó que "desde el punto de vista político fue un año positivo para el Gobierno ...La recuperación económica se hizo sentir y la gente hace un balance positivo del año, y tiene una perspectiva positiva respecto a 2011" en tanto que Catterberg planteó que "fue un año de recuperación de expectativas, de confianza, de optimismo. De pasar, en 2009, de ser una sociedad pesimista ahora ya se está en una situación casi neutra".

Respecto a la oposición, Römer destacó que "frente a la precandidatura de Kirchner, la oposición tenía un factor aglutinante. Muerto Kirchner, la oposición quedó desnuda frente a sus propias falencias", mientras que Fara remarcó que "estos opositores son los que están en peor situación en estos 27 años de democracia, por lejos. En primer lugar, el gran tema es que la sociedad ve un solo relato, el del Gobierno. La sociedad no kirchnerista sabe que no quiere votar a los Kirchner, pero no sabe por quién optar porque no ve una alternativa. Básicamente, está un poco mejor en las encuestas Macri, pero la realidad electoral y política no se describe solamente con las encuestas. Porque el radicalismo, fuera del Gobierno, es el partido que tiene mayor estructura a nivel nacional. Nosotros no lo vemos mal a Cobos, tiene un perfil más apto para los independientes que Alfonsín. Y la otras dos alternativas, tanto Carrió como Solanas, probablemente estarán en el 10%". López, por su parte, afirmó que el opositor "más visible y que hoy tiene mayor intención de voto es Ricardo Alfonsín, que está bastante por arriba de lo que es una estructura de derecha más clásica, encabezada por Macri... la posición de Carrió me parece que es muy dramática en términos electorales, y respecto a Cobos, creo que no tiene chances".

En cuanto a las perspectivas para 2001, Römer afirmó que si bien "es muy difícil anticipar, si las elecciones fueran hoy no hay segunda vuelta", Fara asintió y agregó "obviamente, con triunfo de Cristina Kirchner o del kirchnerismo" en tanto que Catterberg planteó que "las chances del peronismo el año que viene son muy altas, en la cabeza de quien sea, Cristina, Scioli o algún otro. Antes del fallecimiento de Kirchner parecía que la victoria estaba en manos de la oposición. Hoy se da la situación inversa" y López arriesgó que "que no hay segunda vuelta, y no me extrañaría que Cristina haga una elección incluso superior a la de 2007".

En cuanto a los matices de cambio en la imagen de Cristina posteriores a la muerte de Néstor Kirchner, Römer resaltó que “hay un evidente cambio de estrategia en el discurso de la Presidenta. Hay un cierto pasaje de un estilo de gestión que era tatcheriano a uno merkeliano. De un perfil varonil y agresivo, que acompañaba el perfil de Kirchner, a uno más maternal, componedor”. Artemio López y Carlos Fara, en cambio, hicieron hincapié en que la recuperación del Gobierno y de la imagen de la presidenta era previa a la muerte del ex presidente, aunque ese hecho reafirmó la mejora del oficialismo.

Esta última interpretación es la que ya hemos expuesto varias veces en este blog: el kirchnerismo empezó a "salir del placard" a principios de este año y fue reforzándose mes a mes, desarrollando una espiral de opinión positiva al mismo tiempo que la espiral adversa (que alcanzó su máximo desarrollo a mediados del 2009, en coincidencia con las elecciones legislativas) iba remitiendo, en un movimiento de sístole y diástole combinados, que hizo eclosión con la ola de adhesión popular que despertó la muerte de Néstor Kirchner. Como resultado, hoy, en la carrera por la espiral del silencio, la ventaja la lleva el oficialismo. Cometen un error quienes subestiman al oficialismo (y lo que es peor, al electorado) y atribuyen todo al "efecto luto" (o "efecto Lupo", el apodo del ex presidente): la mejora del oficialismo no es meramente epidérmica, es sustancial (más allá de que es cierto que la muerte generó cierto "estado de gracia" respecto a Cristina). Lo que no quiere decir, por supuesto, que el actual sea un clima de opinión inmodificable de aquí a octubre de 2011, puede correr mucha agua bajo el puente...

lunes, 27 de diciembre de 2010

... y también clima agitado


Dos meses después de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, una serie de recientes episodios de violencia en el marco de protestas sociales -ocupación de tierras en Villa Soldati y Villa Lugano e incidentes en Constitución, las más emblemáticas- han agitado el mes de diciembre y han servido para recordar además que la persistencia de problemas sociales genuinos son también caldo de cultivo para negocios non sactos e intereses políticos desestabilizadores (desde distintos extremos del espectro político).

Respecto a los incidentes en Constitución, los medios mostraron a grupos de jóvenes -algunos aparentemente organizados- atacando a la Policía, iniciando focos de incendio en la estación y saqueando locales cercanos. Hubo heridos (policías y civiles) y varios detenidos, lo que dio lugar a acusaciones al Partido Obrero (PO)por su presunta responsabilidad en el desmadre de la situación: pedradas, incendios y saqueos a locales terminan desvirtuando la protesta social, emparentándola con la agitación organizada con el propósito de enrarecer el clima político y social. En este sentido, el remanido y gastado argumento extremista de «cuando peor, mejor» , ya ha revelado su desacierto varias veces en la historia argentina (especialmente a partir de 1975) y hoy resulta funcional a los sectores duros del antikirchnerismo, así como en otros momentos sirvió a los reaccionarios de turno. «Conocen dónde pueden generar conflicto con cierta facilidad. Hicieron el corte y después mandaron a 20 pibes a tirar piedras» se dijo desde el Gobierno nacional.

Por otro lado, el dirigente Marcelo Ramal, del PO, vinculó a la "patota de Pedraza" con la violencia en la estación Constitución, interpretando que el jefe de la Unión Ferroviaria "está mandándole un mensaje mafioso al Gobierno y a la sociedad (...) estos son métodos patoteros de los que quieren que la situación se pudra", se quejó. En cualquier caso, hay intencionalidades desestabilizadoras evidentes en episodios que, combinados con otros hechos -tomas de tierras, piquetes, bloqueos sindicales, paros sorpresivos, falta de dinero en los cajeros, cortes de luz y hasta incendios de edificios públicos- redondean un diciembre donde conviven un clima optimista y festivo con la agitación y el conflicto social.

Otro dato de la situación es el protagonismo de los jóvenes en la protesta social: hace pocos días, un grupo de estudiantes ligados a partidos de izquierda quemó con gomas la puerta de la Jefatura de Gobierno porteño, y en Córdoba hubo marchas contra la sanción de la ley de educación provincial (en ambos distritos, meses atrás, hubo otras medidas de protesta, incluso tomas de establecimientos).

Estos hechos deben ser leídos en el marco de la creciente politización del país a partir del 2003, que marcan una impronta diferenciadora de la "era K". A partir de 1983, la experiencia de la juventud radical -Franja Morada y la "Coordinadora" capitalizó la adhesión de los segmentos de jóvenes de clase media, de la mano de la restauración democrática liderada por el ex presidente Raúl Alfonsín, mientras que en la década del ´90 la subordinación de la política a la economía en su versión neoliberal por Carlos Menem esterilizó incluso al propio menemismo como fuerza de gravitación política a futuro. El kirchnerismo, en cambio, apostó a la re-politización de la sociedad y a la formación de cuadros políticos también entre la juventud, interpretando que esa apuesta hace a las condiciones de supervivencia de su proyecto (ya se verá si resulta exitoso o no en este sentido).

Incluso el PJ ha mostrado una llamativa apertura a incorporar estrategias innovadoras propias de la web 2.0: recientemente, la vicepresidenta del PJ Bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez, presentó una nueva red social (www.pejoteros.com.ar), acompañada por el secretario de la Juventud del PJ, José Ottavis: "es una nueva herramienta hecha por y para jóvenes comprometidos (...) significará para nuestro partido una indispensable actualización de las herramientas y formas de comunicación, permitirá interconectar a todos los distritos y compañeros de la Provincia y ser un lugar de los jóvenes en la participación política y militante con una herramienta como Internet" destacó la dirigente, en un acto en la ciudad de La Plata.

Alvarez, ministra de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires y referente de la Agrupación "Peronismo 2020", es además sobrina-nieta de María Eva Duarte de Perón, y como tal reivindicó que "el primer peronismo fue el que entendió muy temprano lo que significaban en su época las industrias culturales y su alcance masivo como formadores de conciencias (...) la batalla cultural y simbólica es quizás tan o más importante que la distribución de la riqueza material", sostuvo, alentando a los jóvenes a participar de la red.

Dato sintomático, la politización de la juventud se da no en el marco de una crisis social sino en un contexto de mejora relativa de las condiciones económicas y sociales que alcanza a esos segmentos etarios: en el Gran Córdoba, por caso, la tasa de desocupación entre los jóvenes se redujo más de la mitad durante el tercer trimestre de 2010 en relación a igual período de 2009, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) difundidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Para el caso de las mujeres de hasta 29 años, el desempleo disminuyó del 24,8% al 12,8% en un plazo de doce meses, mientras que para los varones bajó del 21,2% al 11%. La performance del segundo conglomerado más grande del país -condición confirmada por los datos preliminares del último Censo 2010- fue ampliamente mejor a la observada en el conjunto de los 31 aglomerados que mide el organismo estadístico oficial, donde la desocupación en los menores de 30 años bajó 1,4 puntos porcentuales (de 18,6% a 17,2% para el caso del sexo femenino y apenas 2,2 puntos, de 14,8% a 12,6% para los masculinos).

Asimismo, la recuperación del empleo fue evidentemente mejor para los jóvenes que para el conjunto general de quienes integran la Población Económicamente Activa (PEA), puesto que a nivel general la desocupación había bajado, siempre según el Indec, de 10,8% a 7% en el Gran Córdoba, entre julio y setiembre. Sin embargo, los guarismos relevados aún no lograron alcanzar los mejores valores de la década, obtenidos durante el tercer trimestre de 2008, cuando la tasa de desempleo se ubicó en el 9,8% para las mujeres y en 9,7% para los varones. Con todo, el crecimiento del empleo juvenil ha sido evidente y, más allá de la expansión general de la economía, una primera explicación rápida del fenómeno es que la crisis de fines de 2008 e inicios de 2009 afectó principalmente a los más jóvenes, que son por lo general quienes están más predispuestos a trabajar informalmente y los que, por lógica, cuentan con menos antigüedad, por lo que usualmente son los primeros en ver recortados sus puestos de trabajo en contextos de crisis.

Como sea, la politización es un dato característico de la época, y a mi entender, tiene más de positivo que de negativo, pues sirve para recordar las materias pendientes del país: es incontrastable que mientras gran parte de la población disfruta del boom de consumo y ha visto mejorar su situación, existen segmentos vulnerables con necesidades básicas insatisfechas, a las cuales no les llegan los beneficios de un modelo que ha logrado crecimiento a tasas chinas y mejorar los índices de empleo pero aún tiene por delante reforzar la inclusión social y la distribución de la riqueza.

Todas son, en definitiva, respuestas que deberá dar la política, la del actual gobierno o de quienes le sucedan. Pero la política en serio, la que se toma en serio a sí misma y a la realidad, no la "nueva política" protagonizada por figuras como la de la legisladora del Frente Cívico y Social (juecismo), Sara Cristina Díaz de Malone, que la semana pasada se hizo conocer por haber presentado un pedido de beneplácito legislativo porque Fabio "La Mole" Moli se coronó campeón de "Bailando por un Sueño" (¡¡¡¡tsunami de chanes!!!) iniciativa que mereció el fuerte rechazo de distintos bloques en la Legislatura cordobesa, entendiendo que "habiendo tantos temas importantes que tienen que ver con cuestiones de la gente, discutir este beneplácito, es un despropósito”, como interpretó correctamente la legisladora de Izquierda Unida, Liliana Olivero.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Clima festivo...


Según IBOPE, los argentinos estamos entre los más optimistas del mundo: el 60% de los encuestados en el país cree que 2011 será mejor que 2010 (frente a una media mundial de 42%) y el 75% prevé que la situación económica permanerá igual o mostrará mejoras. Sólo 17% de los argentinos consultados cree que la situación del año próximo será peor, mientras 19% estima que se mantendrá igual. El dato surge del Barómetro Global de Optimismo realizado por Ibope Inteligencia junto con la Red Mundial Independiente de Investigación de Mercados (WIN), que agrupa a las principales empresas de opinión pública del mundo.

El estudio indagó las expectativas para 2011 de más de 64.000 personas en 53 países, que suman 76% de la población mundial. La expectativa argentina para 2011 es similar a la de los habitantes de los países del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), caracterizada por el optimismo, destaca Ibope. En cambio, hay un grupo de naciones "ricas" que si bien muestran altos por ingresos per cápita, tienen bajas expectativas para 2011, lo que puede interpretarse como efecto de la crisis global, en contraposición con las elevadas expectativas que muestran los países emergentes entre los que se encuentra Argentina, que han resistido mejor la crisis.

La encuesta también destaca que más de siete de cada diez argentinos (71%)consideran que su actual empleo es seguro, mientras que 38% estima que el desempleo no aumentará y 26% que disminuirá. A su vez, un 42% de los argentinos considera que no tendría dificultades para encontrar un nuevo empleo.

A fines de 2008, la expectativa para 2009 en la Argentina era mucho menos optimista: apenas 30% esperaba un mejor año: en la serie histórica, "la proporción actual de optimistas es una de las más altas de la década, sólo superada por el 2003, año de la salida de la crisis", resalta el documento.

En materia económica, sólo uno de cada cinco argentinos (21%) estima que el año próximo será peor y 42% sostiene que se mantendrá sin cambios.

Estudios realizados dentro del país coinciden en destacar una corriente de optimismo, fuertemente basada en las expectativas económicas, que arrojaron una significativa mejora en la medición de noviembre del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE), revirtiendo de esta manera la tendencia negativa que se había registrado en los últimos dos meses. El resultado responde a las subas observadas en todos los indicadores, especialmente los que reflejan la percepción de población sobre el estado actual de la economía y las perspectivas para los meses próximos. Por contrapartida, el informe también revela que para 8 de cada 10 argentinos los precios aumentaron mucho en los últimos 12 meses.

El IGEE alcanzó un valor de 106 puntos en la última medición, exhibiendo una variación positiva de 11,2% con respecto al relevamiento de octubre, resultado que representa el valor más alto del índice en los últimos 33 meses y lo ubica un 30,6% por encima del nivel registrado en el mismo período del 2009. Los datos surgen de una encuesta de alcance nacional que la Escuela de Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS Gallup Argentina realizan mensualmente con el objetivo de registrar la opinión de la población acerca de la situación económica actual y futura, así como su percepción sobre el empleo, el ingreso familiar y la capacidad de compra.

Por supuesto, esto impacta en el consumo: según los analistas, los argentinos -prácticamente de todos los estratos socioeconómicos- están privilegiando la gratificación inmediata y ahorrando menos: se estima que hoy las familias sólo vuelcan al ahorro poco más del 10% de sus ingresos, cuando en 1998 destinaban -según datos de la Fundación Mercado- cerca del 30 por ciento. En ese contexto, el crecimiento del consumo ha sido palpable durante todo 2010, como lo muestran indicadores clave: 50% más de ventas de electrodomésticos, 30% más de autos vendidos en el mercado interno, crédito vía tarjetas y préstamos personales escalando a tasas del 30%. Las proyecciones para 2011 anticipan que la actual euforia consumista continuará.

Los especialistas hablan de "la democratización" del consumo, planteando que adquirir determinados bienes (por ejemplo, un LCD o el celular más nuevo) ya no son elementos que discriminan entre clases sociales, ya que el acceso a ellos -si bien no se ha universalizado- sí se ha facilitado. En esta línea, algunos analistas plantean incluso la idea de "sobredosis de consumo": según Javier Casas Rúa, de Pricewaterhouse Coopers (PwC) los argentinos están inmersos en un "hiperconsumismo", que se extiende a los distintos segmentos de la pirámide socioeconómica: "hoy se trata de la búsqueda de la satisfacción rápida. Y esto contribuye a que las personas que quieran cumplir con sus deseos ya no pertenezcan a un determinado segmento social en particular".

También Guillermo Oliveto, de la Consultora W, entienden que el consumo se "democratiza" hacia todos los sectores socioeconómicos: "es un boom transversal donde cada uno compra más, ya sea un auto importado, uno nacional o una moto. Lo que sea. Lo importante es darse el gusto". Para Oliveto, el actual contexto ha dado lugar a un "nuevo argentino" que él define como el "consumidor oportunista compulsivo", una mezcla entre el prototipo del "compratodo" de los años '90, con el "aprovechador serial" de oportunidades de compra (promociones y descuentos) que se desarrolló en estos últimos años y que en gran parte es transversal a distintos segmentos socioeconómicos.

Oliveto considera que el consumo será igual en 2011 y también otros analistas prevén que la tendencia no se modificará. Al parecer, las financiaciones seguirán ejerciendo un rol clave y el nivel de deuda de los argentinos resulta aún controlable, en comparación con el de otros países.

La "noche de los shoppings" mostró en prácticamente todo el país centros comerciales abarrotados. En Córdoba, Luis Oliva, gerente de la Cámara de Comercio, destacó que “fue el mejor diciembre de los últimos años”, en función de los exitosos resultados obtenidos en las ventas de fin de año: “en general cerramos un año muy bueno, hasta ayer veníamos con una perspectiva del 7 % más. En general, en cuanto a facturación registramos niveles superiores al 30 %”.

martes, 21 de diciembre de 2010

Arrecia la crisis europea


Irlanda aceptó ayuda financiera internacional por 120.000 millones de dólares, pese al rechazo social al ajuste drástico que implica, pues primó el temor al efecto dominó que podría haber arrastrado a otros países de Europa que también enfrentan serios problemas financieros. Ese país está recortando sueldos y subsidios familiares, con su Producto Bruto Interno (PBI) en franco descenso, mientas que en los 90 se dejó llevar por una burbuja especulativa que se formó con la combinación de factores explosivos: sobrevaloración de las propiedades (de la mano de tasas de interés irresponsablemente bajas y bancos poco regulados), atraer multinacionales ofreciendo un muy bajo impuesto a las sociedades (lo que le valió ser calificada como “paraíso fiscal”), achicar otros tributos y liberar mercados. La economía creció un promedio del 7 % anual entre 1990 y 2006, pero el tiempo mostró que ese crecimiento inflado no era sustentable en el tiempo.

Según el premio Nobel de Economía Paul Krugman, el plan de rescate europeo a Irlanda tiene pocas chances de funcionar, ya que lo que realmente necesita ese país (y, por transición, también Grecia, Portugal y España) es el alivio de la deuda real, no devolver la confianza: Irlanda tendría que pagar muy cara la financiación en el mercado, por el costo de rescatar a sus bancos y el daño que el plan de austeridad está infligiendo en su economía, por lo que es muy difícil que el gobierno del país pueda cumplir con los compromisos tomados. De hecho, la agencia de calificación Moody’s rebajó la credibilidad crediticia de Irlanda en cinco niveles, pasando de ‘Aa2‘ a ‘Baa1‘, y advirtió de la posibilidad de nuevas decisiones en el misma sentido si ese país no controla su deuda en un período razonable (la nota ‘Baa1‘ se ubica sólo dos niveles por encima de la considerada sin credibilidad o ‘basura‘).

El gobierno irlandés presentó un plan de ajuste para de cuatro años, que prevé recortes por 3.000 millones de euros, el ahorro de 1.200 millones con la eliminación de 24.750 puestos de funcionarios y suba generalizada de impuestos. Además, el gobierno encarecerá las tasas del sector educativo, con una suba de entre 500 y 2.000euros de las tarifas universitarias anuales y elevará la edad de jubilación (a 66 años en 2014, a 67 en 2021 y a 68 en 2028). Con esas y otras medidas, el Ejecutivo de Dublín apuesta a reducir el déficit público hasta el 9,1% del PBI en 2011, tras llegar este año al 32%, como consecuencia de los 35.000 millones de euros inyectados en el sector bancario. El paquete es resistido por los sindicatos y agentes sociales a través de marchas y manifestaciones.

Algo similar (aunque hasta ahora menos dramático) sucede en España, también afectada por una burbuja inmobiliaria, que ocultó hasta donde pudo la baja competitividad de la economía ibérica, pero ahora revela un panorama de desempleo (más de 4 millones de "parados", en la jerga) y caída de la producción. Para peor, Portugal también está en la mira y puede contagiar fácilmente a España: hay 1.400 empresas de capital español que facturan 16.000 millones de euros anuales (un 9% del PBI de Portugal) y compañías energéticas (como Repsol), de servicios públicos, constructoras y distribuidoras con fuertes inversiones en ese país. Ni hablar de los bancos españoles (Santander, BBVA y Popular), los más expuestos al riesgo portugués, ya que controlan gran parte del sector financiero lusitano, pues compraron grandes entidades allí y no sólo acumulan acreencias del sector privado, sino también del sector público. A eso se suma la tenencia de bonos de Grecia, Irlanda e Italia, lo que implica que la banca española tiene en cartera una exposición por valor de unos 118.000 millones de euros (equivalente al 1,2% del PBI).

Se estima que un posible rescate español rondaría los 500.000 millones de euros (el problema es que los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal dejarían al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera con muy poco margen para encarar un salvataje de España, una economía mucho más grande). De ahí que el riesgo-país de España haya tocado niveles récords hace pocas semanas. El gobierno español avanza en una serie de reformas, entre ellas el sistema de pensiones (el proyecto pretende ampliar en dos años la edad de jubilación), la eliminación de subsidios por desempleo y privatizaciones. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) informó que España emergió en el primer semestre de 2010 de una profunda recesión, pero su crecimiento será "flojo" a causa de los ajustes que aún debe realizar el sector de la construcción y del elevado nivel de la deuda privada: "como consecuencia de ello, el desempleo permanecerá elevado", diagnostica el organismo, previendo un retroceso del PBI de España de 0,2% este año, antes de recuperarse con un crecimiento de 0,9% en 2011.

La agencia de calificación Moody's ha advertido que podría rebajar la calificación "A1" de la deuda soberana de Portugal en uno ó dos escalones, tras una revisión que tardaría hasta tres meses, a causa de sus débiles perspectivas de crecimiento y altos costos de endeudamiento. El mercado (y buena parte de los especuladores) creen que ese país de la eurozona será el próximo en pedir un rescate (después de Irlanda y Grecia). Ese panorama hace que su calificación 'A1' no aparezca como consistente por mucho tiempo más, si bien los bancos portugueses son considerados más sólidos que los de Irlanda. La calificación de Moody's para Portugal está dos escalones por encima de la de Standard and Poor's, que puso a ese país en panorama negativo el 30 de noviembre, pero sólo un escalón por debajo de la nota de Fitch.

En el Reino Unido, las universidades de Oxford, Birmingham, Cardiff, University College London (entre otras grandes instituciones) han visto sucederse protestas de estudiantes contra los planes para elevar la matrícula anual de 3.000 a 9.000 libras (13.000 dólares), una de las medidas de la coalición de centro derecha incluidas en el severo paquete de ajuste que el ejecutivo del primer ministro conservador David Cameron aplicará sobre la Educación (el Reino Unido también teme que Irlanda se desbarranque, ya que su vecino le debe a los bancos británicos al menos 80.000 millones de libras).

Por su parte, en Italia, agrupaciones estudiantiles, profesores, académicos, intelectuales y científicos también han realizado protestas contra los ajustes que el gobierno de Silvio Berlusconi planea implementar en ese país (cuyo déficit se ubica entre los mayores de la eurozona) entre los cuales se destaca la reforma del sistema educativo, que contempla para el 2011 recortes de 700 millones de euros sólo en la educación secundaria.

Hace pocas semanas, el riesgo de deuda italiana (al igual que el español) alcanzaron sus niveles más altos, y la agencia de riesgos Moody's anunció que estudiaba una nueva baja en la calificación de la deuda soberana española, por la vulnerabilidad del país a nuevas tensiones derivadas de sus necesidades de refinanciación en 2011 (en el pasado mes de septiembre pasado, Moody's había rebajado la calificación de su deuda desde "AAA" -su máximo rating- a "Aa1", tras haberla puesto en junio bajo vigilancia). Las otras dos agencias de medición de riesgos, Standard and Poor's (S&P) y Fitch, también retiraron su máxima calificación a la deuda española a largo plazo, en abril y mayo del 2010, respectivamente.

Grecia sufre periódicamente medidas de protesta de los sindicatos que afectan el transporte público y marítimo, además de la actividad en las oficinas públicas. La agencia de calificación Moody's anunció oportunamente que considera rebajar una vez más la nota de Grecia -situada en "Ba1"- a raíz de las dificultades que tiene ese país para reducir su deuda.

En todos los países del continente afectados por la crisis es visible la resistencia colectiva a que la crisis financiera se afronte con recortes del gasto social, pero ese movimiento choca con el rechazo de los habitantes de países ricos y económicamente más sólidos (principalmente Alemania) a tener que pagar con sus impuestos la “irresponsabilidad” de otros. Incluso los países sumidos en plena crisis han mostrado un corrimiento ideológico hacia posiciones menos tolerantes. En este contexto, algunos analistas plantean que la ruptura de la ruptura de la unidad económica ya no se vea como una posibilidad descabellada, al punto que la propia canciller alemana, Angela Merkel (expuesta a las presiones políticas de los votantes contrarios al rescate de los países débiles) remarcó recientemente que, cuando surgen los problemas, los bancos e inversores no deben ser rescatados sin más por los contribuyentes sin soportar parte de las pérdidas: "estamos en una situación extraordinariamente seria en lo que concierne al euro", afirmó la jefa de Gobierno con sede en Berlín.

En la pelea por los efectos sociales de la crisis, Europa parece estar mostrando que se activan con más fuerza los resortes reaccionarios y conservadores que los solidarios: según el psicoanalista Jorge Alemán, consejero cultural de la Embajada Argentina en España, "Europa tiene el sentimiento de haber sido muy importante y de que todo lo que va a venir puede empeorar el asunto. Entonces, se ha vuelto muy conservadora. A la vez, la crisis económica ha generado nuevas formas de racismo, ya pronosticado por el propio Lacan cuando decía que ni siquiera iba a ser necesaria una ideología explícita para ser racista (...) Hay como una metamorfosis política que tiene mucho que ver con la presencia de lo extranjero y los fenómenos racistas. (...) En Europa, la política está cautivada por su dimensión gerencial y administrativa, no aparece la invención ni la posibilidad de construir un relato emancipatorio. No aparece el problema de la justicia ni el de la igualdad, porque se suponía que esto estaba superado (...) a la vez, se ha producido un desmantelamiento de la experiencia política, la crisis la están pagando los inmigrantes, los trabajadores, que no disponen del arsenal teórico, crítico ni simbólico para afrontarla, porque hubo muchos años de despolitización. Por ejemplo Italia, que tiene uno de los partidos comunistas más importantes del mundo, en este momento está bajo el fenómeno Berlusconi. Es una catástrofe moral la de Italia (...) Pero, para no tener sólo una visión oscura del asunto, pienso en la contingencia, otra gran enseñanza del psicoanálisis (...) Puede ser que la contingencia introduzca algo imprevisible que ahora nosotros no podamos pensar".

Crisis también puede ser entendida como oportunidad. ¿Saldrá algo bueno de la europea?

viernes, 17 de diciembre de 2010

Inflación, INDEC y FMI en contexto


Antes de partir de regreso a Washington, la vocera del FMI, Caroline Atkinson, comunicó que la misión para asesorar al INDEC terminará su trabajo en abril del 2011. En esta etapa de asistencia técnica, la misión no hizo ninguna recomendación y se manejó con un muy bajo perfil, bajo el objetivo declarado de colaborar con el organismo de estadísticas oficial para crear «un índice de precios con una credibilidad más fuerte» que la actual. Durante los ocho días de su misión, los seis funcionarios del FMI se reunieron con los directores del INDEC, Ana María Edwin y Norberto Itzcovich, con técnicos del organismo y con economistas privados (de los estudios Ecolatina, MyS , Orlando J. Ferreres y Asociados, Bein y Fundación FIEL) que elaboran sus propios índices de precios. Estaba previsto un encuentro con los profesores universitarios que conforman el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento (CAES), que elaboraron un crítico informe sobre el INDEC y el índice de precios al consumidor (IPC), pero el mismo no se concretó. También fueron dejados de lado figuras desplazadas del organismo de estadísticas, como la ex directora de precios del INDEC, Graciela Bevacqua.

Semanas atrás, el ministro de Economía, Amado Boudou (potencial candidato a jefe de gobierno de Capital Federal por el kirchnerismo) sorprendió con el anuncio de que el gobierno nacional solicitaba al FMI asistencia técnica para la elaboración del índice de precios a nivel nacional. Mientras la misión del Fondo estuvo en el país, el Indec dio a conocer el IPC correspondiente a noviembre, que para las estadísticas oficiales se ubicó en 0,7%, cifra muy por debajo de las estimaciones de consultoras privadas, para las cuales la inflación osciló entre 1,3% y 1,9% en ese mes.

Según analistas financieros, el día en que se publicó la inflación oficial se percibió un impacto desfavorable en el mercado bursátil, ya que se desvaneció la expectativa de un sinceramiento en la manera de medir el costo de vida (distinto hubiera sido el comportamiento del mercado, se especula, si la medición se hubiera acercado al 1%). Por otro lado, también hay cierto escepticismo en que el FMI pueda realmente colaborar en la confección de un nuevo índice de precios que sea tenido en cuenta por el Gobierno nacional. En esa línea, el economista Pablo Nicolini (profesor de la Universidad Torcuato Di Tella) interpretó que traer técnicos del FMI tiene que ver en realidad con una estrategia del Gobierno para acercarse a los mercados de crédito: "no tengo claro que los técnicos del FMI sean mejores que los de acá. El Fondo tuvo grandes errores estratégicos en 2001 para con la Argentina. Apoyaron reformas que profundizaron el déficit fiscal y después hablaron de un país irresponsable". Otros especialistas recelan de hasta dónde llegará la injerencia del Fondo y de qué variaciones pueden esperarse si el chequeo final del IPC que se elabore lo hará el mismo Indec.

En cambio, el economista argentino y ex director el Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Claudio Loser -habitual crítico del gobierno- calificó en su momento como “extraña”, pero “muy buena” la decisión de pedir al organismo asesoramiento en la elaboración de un nuevo IPC: "es un acercamiento que vale la pena intentar. Más allá de lo que diga el gobierno, la situación indica que está bajo presión del Club de París y de los miembros del G-20. Me parece que ha optado, en ese contexto, por una forma inteligente de acercarse al Fondo y empezar por algo. Este esquema le permite al país una posición más constructiva, pararse mejor en el mundo (...) el anuncio ya implica que institucionalmente estamos dispuestos a cooperar". Loser interpretó además que el principal oponente al FMI era Néstor Kirchner, quien tenía una especie de "cuestión personal" con el organismo, mientras que ahora "la Presidenta busca una vinculación más sana; quiere arreglar algunas cuestiones porque eso le va a permitir al país conseguir más financiamiento, aprovechar las condiciones internacionales".

Según el sondeo que realiza la Universidad Torcuato Di Tella, el público espera una inflación anual de 35,1% para los próximos doce meses, si se toma el promedio de las respuestas (considerando la mediana de las respuestas, las expectativas de inflación rondan el 30%). En cualquier caso, las cifras en la percepción del público son más cercanas a las estimaciones privadas que a las mediciones oficiales. La persistente falta de credibilidad de las cifras del IPC del INDEC siguen siendo una materia pendiente clave -y la intervención al organismo, una de las peores decisiones- del actual gobierno, porque además afecta indirectamente a otros indicadores, como el crecimiento económico y la evolución de la pobreza.

El gobierno, sin embargo, demora una solución del tema, confiando en que el contexto favorece esa dilación. En cualquier otro país del mundo, una elevada tasa de inflación genera usualmente incertidumbre colectiva y pesimismo, que se traducen más temprano que tarde en una caídas del consumo, pero en Argentina no sucede así: a pesar de que la suba de precios ronda entre el 20 y 25% anual, los índices de confianza no sólo no han descendido, sino que mantienen una suba persistente, comparable a la de épocas de crecimiento sin la inflación actual. Los estudios que miden el pulso del humor social muestran que las expectativas favorables sobre el futuro del país siguen en franco crecimiento, por una serie de indicadores clave: 1) el alto nivel de consumo 2) el fuerte freno registrado en la fuga de capitales 3) el creciente interés por vacacionar en el exterior, favorecido por la tranquilidad del dólar (que es casi la única ancla antiinflacionaria en la que incide el gobierno).

En ese sentido, la Universidad Di Tella mide el clima de optimismo sobre la base de tres "percepciones": cómo se ve la economía del país hoy respecto de la de hace un año, y cómo se espera que evolucione en los próximos 12 meses; cuál es la situación personal de los entrevistados respecto a la de un año antes y cómo ven su futuro para los próximos meses; cómo califican al escenario actual para la compra de bienes (electrodomésticos, autos, inmuebles). En noviembre, ese termómetro del humor social mostró una suba acumulada del 37% respecto al grado de confianza que imperaba hace un año (y un 10% más respecto a octubre 2010). Más aún, la mejor percepción no se limita a la euforia causada por el boom de consumo, los argentinos creen en el buen desempeño que tendrá el país y apuestan a que también les irá bien en lo personal. Es por eso que el consumo actual supera lo que podría entenderse meramente como un comportamiento defensivo ante la inflación. Los estudios de la Fundación Mercado, de la Universidad Católica y la de la Universidad Tres de Febrero también muestran índices de confianza elevados y en ascenso.

Según Ernesto Kritz, director de SEL consultores, la clave que define el humor social parece estar más directamente vinculada con el empleo que con la inflación: "la mejora en el humor social es una combinación de varias causas. Y sentir que hay estabilidad en el empleo es una de las principales, porque es lo que hace posible tomar decisiones de gasto. En cambio, la inflación es un problema contra el cual hay protección, al menos para los asalariados del sector formal". El gobierno ha tomado nota de ese dato, y también de que el ADN del argentino muestra más la tolerancia hacia la inflación que hacia la volatilidad del dólar.

Por su parte, Manuel Mora y Araujo considera que la inflación como preocupación social está rezagada respecto de temas como la seguridad y el empleo: “la inflación no resalta demasiado, preocupa, pero no aparece entre las prioridades para solucionar, porque la actividad económica equilibra estas preocupaciones” (...) históricamente la población se ha dividido entre quienes creen que hay que producir más y quienes creen que hay que distribuir mejor para bajar la pobreza, y hoy domina esta última opción, estamos en una corriente distribucionista, la gente está pidiendo distribuir mejor y no producir más”.

En este sentido, otro dato clave es la línea discursiva del gobierno sobre la inflación, que recurrentemente pone a los empresarios como responsables o al menos co-responsables por el tema: en los últimos tiempos, se advierte un deterioro de la consideración social del empresariado en la Argentina. Un relevamiento de la consultora de investigación de opinión pública y medios CIO muestra cómo, entre el 2009 y 2010, las empresas cayeron del 23% al 13% en nivel de confianza, el más bajo en décadas, mientras que el gobierno creció del 12% al 22% (datos tomados antes del fallecimiento de Néstor Kirchner). Como después de la muerte del ex presidente se aceleró la recuperación de la imagen del gobierno, el hecho de que el mismo cuente con una mejor valoración que los empresarios "es novedoso y debiera encender una luz amarilla en el empresariado: si callan ante las acusaciones de que son los culpables de la inflación, corren el riesgo de convertirse en actores sociales más debilitados de lo que ya están", evalúa el especialista en imagen Diego Dillenberger.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cambio de modales, profundización del modelo


En las últimas semanas, la presidenta Cristina Fernández anunció medidas que impulsan el consumo en los sectores más postergados -se amplió a todo el año la asignación familiar a trabajadores temporarios y se lanzó un bono de $ 220 para beneficiarios de pensiones graciables- y dio señales de reafirmación y profundización del modelo, después de la muerte de Néstor Kirchner:

1) convocó a los empresarios, «en su carácter de formadores de precios» a alcanzar un acuerdo con los sindicatos que «contemple los intereses de toda la sociedad»: "hay sectores que por su grado de concentración económica deben entender que muchas veces las tensiones en algunos precios no son por el aumento de salarios, sino también por la excesiva rentabilidad en virtud de esa concentración».

2) destacó como un logro el hecho de que, cuando el gobierno recibió de las AFJP el fondo de garantía, el monto era de 98 mil millones de pesos y que actualmente esa suma asciende a 170 mil millones de pesos, ponderando la «buena administración» que acompañó a la decisión de reestatización. En un contexto mundial en que los sistemas previsionales de capitalización sufren serios problemas, Cristina destacó que el país cuenta con «el esquema protectivo más importante del continente», y remarcó la importancia de «sostener en el tiempo el actual sistema previsional».

3) resaltó que "la redistribución del ingreso es algo que nos favorece a todos (...) si no hubiera sido por este mercado interno poderoso, con puestos de trabajo y aumentos de salarios, la crisis global nos hubiera arrasado", defendiendo el modelo aplicado desde el 2003. No es retórica: la pobreza en la Argentina se redujo del 21 por ciento al 11,3% entre 2006 y 2009, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), si bien el proceso se dio dentro de un contexto de reducción del número de pobres en América Latina, debido a la recuperación económica de la región.

4) en un acto en Entre Ríos en el que inauguró 600 viviendas en Paraná y otras 192 en Concepción del Uruguay, subrayó que el país está destinando el 6% del PBI a la Educación y el 2% al pago de deuda (en su momento, la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo estableció un aumento progresivo de la inversión en educación, que ya alcanzó el 6 por ciento del Producto Bruto Interno).

5) al inaugurar la escuela número mil del "Programa Más Escuelas", en San Juan, llamada "Presidente Néstor Kirchner", Cristina afirmó que "el mejor homenaje que podemos hacerle a él es profundizar la Argentina por la que soñó", ocasión en la que además defendió las retenciones agropecuarias.

Por su parte, la presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont también defendió el modelo económico y habló de profundizarlo, destacando que "por primera vez en la historia de la Argentina se planteó un modelo económico coherente y consistente que permitió crecer a tasas chinas, y permitió el crecimiento de los trabajadores". Son las características más distintivas del modelo en su faz económica: al crecimiento, fuertemente favorecido por la demanda internacional de materias primas argentinas, los dos gobiernos K le han sumado medidas redistributivas y de mejora salarial de los trabajadores, como acertadamente planteó Martín Sabattella: "el presente es indudablemente mejor que el pasado, aun cuando queda mucho por hacer y a pesar de los evidentes claroscuros y contradicciones que también existieron en los siete años de este proceso histórico. El desafío es defender el rumbo y profundizar los pasos dados".

Por otra parte, el gobierno nacional, ahora liderado de manera indubitable por Cristina (ya no hay espacio para la crítica al "doble comando") también ha realizado en estas semanas anuncios en temas clave de su relación con el establishment económico y financiero:

1) contactos con el FMI para frenar las críticas al Indec y prometer correcciones en las cifras de la inflación

2) la confirmación del aumento de las tarifas eléctricas, a cambio de obras de inversión en el sector energético

3) declaraciones en el sentido de corregir la doble vía para los juicios laborales, que implicaría resolver el pantano en que está envuelto el sistema de las ART (cuestión que preocupa al sector empresario)

Aunque estas señales y medidas también pueden interpretarse como decisiones tácticas para convencer al empresariado de sumarse a una serie de acuerdos sociales (propuesta que también estuvo presente en la campaña del 2007), en conjunto muestran matices distintivos de la gestión presidencial actual respecto de la anterior. "Recordemos que el FMI fue siempre una institución demonizada y fustigada por el kirchnerismo. Y el hecho de que haya sido convocado para tratar una de las cuestiones más delicadas denota que Cristina tiene intención de revertir la merma de credibilidad que afectó al Gobierno en los últimos años", evaluó la consultora Graciela Römer.

Otro elemento que sorprendió a los empresarios fue percibir una actitud distinta y buena predisposición de la presidenta en la última reunión de la Unión Industrial (cambio notable de actitud, ya que en 2009 Cristina ni siquiera asistió al acto por el Día de la Industria, al estar seriamente enfrentada con la gremial fabril).

Según Römer, estos cambios de actitud no son casuales ni productos de un impulso, sino frutos de un estricto cálculo político: "es la consecuencia de haber registrado los cambios de humores sociales en relación con un estilo de liderazgo que generaba crispación en la sociedad. Y Cristina entendió que esa crispación no era negocio para el Gobierno". Otros consultores remarcan el actual perfil menos confrontativo de la presidenta: "desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, la Presidenta ha acentuado la necesidad de evitar o disminuir el nivel de conflicto, sobre todo desde lo institucional", señaló Ricardo Rouvier.

Estos gestos han sido reconocidos incluso por opositores como Ernesto Sanz, quien admitió que existe un "evidente cambio de formas" en Cristina, luego de participar en el acto oficial en que la petrolera YPF anunció el hallazgo de un megayacimiento en Nequén. "Se nota evidentemente un cambio de formas (...) el tiempo tendrá que decir si además de un cambio de formas hay un cambio en el fondo, porque de nada sirve cambiar las formas y ser corteses solamente en el saludo cuando hay una descortesía institucional", remarcó Sanz. Además del titular de la Unión Cívica Radical (UCR), asistieron en esa ocasión otros opositores, como el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves.

Esa imagen de convivencia y "baja de decibeles" en el discurso presidencial marca un punto de inflexión respecto de la desafortunada sucesión de errores políticos y de comunicación que desencadenó el conflicto con los empresarios agrícolas por las retenciones en 2008. Otro cambio, más reciente, es la decisión de lanzar el Ministerio de Seguridad, con Nilda Garré al frente (reconocimiento explícito de la importancia del tema en la agenda oficial) y apurar la solución de la crisis desatada por las ocupaciones de terrenos en Villa Soldati y otros puntos del país, no dejando así que el tema se prolongue en el tiempo -como sucedió con otros temas ríspidos- y enviando un mensaje de liderazgo de Cristina en el primer conflicto social grave desde que Kirchner murió.

Precipitando una solución en conjunto con el gobierno de Capital Federal en el tema ocupaciones, el gobierno apunta a conjurar el riesgo de que el fuerte repunte de la imagen presidencial se amesete por un conflicto, justo en un fin de año propicio para el optimismo: antes de la ocupación y las muertes, la Presidente oscilaba -según las encuestadoras- entre el 40% y el 56% de intención de voto, y todas coincidían en registrar un incremento de la imagen positiva y un descenso de la negativa respecto de estudios anteriores.

El nuevo escenario político muestra una Cristina renovada, con cambios en algunos temas de agenda y un renovado estilo de conducción, sin modificar centralmente su línea discursiva, pero incorporando un tono y matiz más moderados. Esto tiene un doble objetivo: a) ratificar y profundizar el modelo, para consolidar su actual base de apoyo político, redoblando la apuesta por un esquema pro-consumo, sin permitir retrocesos en ese sentido (como lo mostró el debate legislativo por el presupuesto) y b) simultáneamente, modificar los modales, enviando señales conciliadores con los sectores que sentían rechazo por el "estilo" kirchnerista (más que por el modelo en sí). En conjunto, ambas líneas le permitirían a Cristina no sólo conservar un fuerte caudal de votos en los sectores medios y bajos (que valoran la posibilidad de consumir, la política salarial y de recuperación del empleo y medidas sociales como la asignación familiar por hijo) sino también seducir a sectores medios y medio altos refractarios al estilo "K".

La apuesta del oficialismo es vencer en 2011 sin necesidad de ballotage. Las encuestas muestran a Cristina muy lejos del resto de los candidatos y favorecida por el desconcierto y la división de la oposición, que no muestra ningún candidato capaz de capitalizar la resistencia al oficialismo (resistencia que ya venía mostrando una caída a lo largo del 2010). El gobierno también monitorea datos como la mejora del humor social, el estado de ánimo de los consumidores y la predisposición a comprar bienes durables, que siguen creciendo y acercándose a los mismos niveles de fines del 2007, cuando Cristina fue electa en primera vuelta.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El protagonismo de la juventud


Recientemente, segmentos de estudiantes secundarios de la enseñanza pública porteña -con fuerte presencia de fuerzas políticas de izquierda- impulsaron protestas contra la política educativa del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la falta de inversiones en establecimientos educativos. La toma de colegios porteños se produjo en el marco de una cultura de participación que promovía la discusión acerca de la modalidad y continuidad del 'plan de lucha' para sostener los reclamos estudiantiles. Pocos tiempo atrás, también en Córdoba hubo tomas de colegios en reclamo por obras edilicias y protestando contra la nueva ley de Educación provincial.

Estos síntomas de una especie de ola de "activismo joven" -que muestra un nivel de compromiso impensado para el pensamiento del lugar común según el cual los jóvenes "están en cualquiera"- lejos de ser una mala señal, son positivos, mucho más que, por ejemplo, la apatía social y el desencanto que campea actualmente, por ejemplo, entre los jóvenes españoles: según datos recientes, el 54% de los españoles situados entre los 18 y los 34 años afirman no tener proyecto alguno por el que sentirse especialmente interesado o ilusionado. Los analistas ibéricos acuñaron el término "jóvenes ni-ni" (ni trabajan ni estudian) y han propuesto algunas explicaciones del fenómeno: entre ellos, el trabajo precario o mileurismo (ganar hasta 1.000 euros, poco para los parámetros europeos) alineado con la falta de reconocimiento explícito de la formación adquirida han generado que muchos jóvenes se planteen que no vale la pena estudiar y ni mucho menos trabajar por sueldos tan magros. En ese contexto, las pretendidas ventajas de la juventud chocan con dificultades crecientes para emanciparse y desarrollar un proyecto vital de futuro (en España en particular, el riesgo en ciernes es que la crisis haga que por mucho tiempo la calidad de vida de los hijos de clase media sea inferior a la de sus padres).

Eduardo Bericat, catedrático de Sociología de la Universidad de Sevilla, plantea que a los jóvenes no les resulta emocionalmente rentable comprometerse en un proyecto de vida definido, porque piensan que estaría sometido a vaivenes continuos y que difícilmente llegaría a buen puerto: "aplican la estrategia de flexibilizar los deseos y de restar compromisos; nada de esfuerzos exorbitantes cuando el beneficio no es seguro". Por su parte, el catedrático de Psicología Social Federico Javaloy cree que los jóvenes no son apáticos y desilusionados, aunque lo estén, por contagio ambiental. "Lo que pasa es que rechazan el menú laboral que les ofrecemos. El fallo es nuestro, de nuestra educación y nuestros medios de comunicación", sostiene. El catedrático de Sociología de la UNED, José Félix Tezanos, dice haber detectado entre los jóvenes ibéricos una atmósfera depresiva, un proceso de disociación individualista, condensado en la expresión "sólo soy parte de mí mismo" y el debilitamiento de la familia. Tezanos se pregunta hasta cuándo aguantará el colchón familiar español y qué pasará cuando se jubilen los padres que tienen a sus hijos viviendo en casa: en su opinión, el previsible declive de la clase media, la falta de trabajos calificados, la baja natalidad y el desfase en gasto social respecto a Europa están creando un potencial polvorín que abre la posibilidad de estallidos similares a los de Grecia o Francia en 2009.

No me parece una posibilidad descabellada, ya que muchos países europeos (incluida España) están aplicando recetas de ajuste en el marco de la actual crisis. En el Reino Unido, la movilización estudiantil de esta semana contra las políticas de primer ministro David Cameron provocó serios incidentes en las cercanías del Parlamento británico, en donde los legisladores votaban la nueva ley de Educación que incluye una impopular propuesta para triplicar el costo de la matrícula universitaria. La propuesta se suma a un fuerte recorte a la inversión estatal en educación superior, en el marco de un paquete de medidas tendientes a recortar el abultado déficit público británico.

En Argentina, el grupo de jóvenes que no cuenta con experiencia laboral ni habilidades en oficios ni estudios formales representa alrededor del 22% de la población económicamente activa entre 18 y 24 años (aproximadamente un millón), dato que debe ser adecuadamente considerado por el Gobierno y los empresarios y puesto en el centro de la agenda social, educativa y productiva de los próximos años, para prevenir que no suceda lo que está pasando en otros países del mundo.

Con todo, una señal positiva es que al parecer el desánimo de los jóvenes españoles no se replica linealmente aquí: en Córdoba, por caso, según un estudio realizado por la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina (Apora), el 70% de los alumnos proyecta estudiar y trabajar. “En Córdoba, la expectativa de estudiar para el logro de proyectos futuros es del 92 % de los jóvenes”, según la psicopedagoga cordobesa y coordinadora de Apora Córdoba, Verónica Castañeira.

Otra señal alentadora, en la misma línea marcada por el activismo estudiantil, es la creciente participación política juvenil en los últimos años y el perfil fuertemente comprometido, tanto en el nivel secundario como en la universidad. Este proceso, intensificado a partir del 2003, es hoy de una actualidad insoslayable: ya hemos planteado antes en este blog que una de las condiciones de persistencia del proyecto político kirchnerista pasa por la formación de cuadros juveniles. Sin embargo, aunque un mérito indudable del actual gobierno y del anterior es la recuperación del discurso político (y la construcción política) como ordenador social, es positivo que se critique al oficialismo y, por qué no, que haya juventud dispuesta a correr "por la izquierda" a la agenda del kirchnerismo, para presionar por cambios y transformaciones más profundas en materia de derechos sociales, redistribución de la riqueza y políticas de inclusión.

sábado, 4 de diciembre de 2010

La oposición en su laberinto


El año parlamentario 2010 muestra a una oposición que no estuvo a la altura de la expectativa generada por el resultado electoral del 2009 y el recambio legislativo de fines de ese año, pues no logró aprobar varios de los proyectos que consideraba clave: en el Senado fracasó en su intento de eliminar los superpoderes, de reformar el Consejo de la Magistratura y de cambiar el régimen de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), y en Diputados no pudo habilitar que el tratamiento del Presupuesto volviera a comisión; también quedaron como materias pendientes de su agenda la modificación a las retenciones agropecuarias y la reforma de la ONCCA. En cambio, sí pudo avanzar sobre la reforma del INDEC y aprobar la aplicación del 82% móvil a las jubilaciones (posteriormente vetada por el Poder Ejecutivo).

La gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, quien llegó al poder encabezando una fuerza opositora al oficialismo (por el ARI) lanzó recientemente un nuevo partido y destacó que tiene grandes acuerdos con la política del gobierno nacional en lo que hace a un criterio redistributivo y en poner a la política en el centro de la construcción institucional, si bien no acuerda con su estilo y maneras: "Yo tengo una historia política y de militancia que hace que adscriba a sectores de izquierda y no del peronismo, lo que no quiere decir que no reconozca cuestiones política que han significado pasos adelante en Argentina (...) la estatización de los fondos de las AFJP, la estatización de las líneas aéreas, la asignación por hijo que es un salto cualitativo, son cuestiones de la macro política que uno las ha sostenido a lo largo del tiempo desde la militancia".

Ríos criticó además a Elisa Carrió por "invisibilizar el trabajo político" en la provincia del sur, en el lanzamiento de su fuerza, junto a ex militantes del ARI de la provincia de Santa Fe (que en septiembre pasado protagonizaron una ruptura con Carrió) y algunos dirigentes del socialismo, el radicalismo y el GEN. Ríos recordó que su fuerza política en Tierra del Fuego "surgió como la necesidad de construir a un partido que sostuviese a un gobierno que se había quedado sin partido a mitad de mandato: hubo un ARI que había decidido desaparecer en Buenos Aires fusionándose en una Coalición Cívica, sin considerar que en ese mismo momento estaba dejando sin partido a la única gobernación provincial que tenía el ARI", sostuvo. La gobernadora patagónica también planteó que en los últimos años vio "un corrimiento ideológico de Carrió muy fuerte (...) yo no tengo por qué explicar qué hace el diputado nacional Alfonso Prat Gay en una fuerza política en la que yo milito. Yo estaba golpeando con los martillos los bancos y con los muchachos del Frente Nacional Contra la Pobreza, cuando Prat Gay estaba del otro lado con la banca Morgan".

El discurso de Ríos plantea cuestiones interesantes vinculadas a la construcción política desde la oposición y el ejercicio del poder, porque existen dirigentes opositores netamente confrontativos y críticos -y hasta se diría despreocupados- por la cuestión de cómo construir, no digamos ya con vocación de administrar el poder sino el paso previo: construir con vocación de mayoría (lo básico que debe pretender cualquier político que quiera ser gobierno). El caso de Elisa Carrió es quizá el más sintomático, pues fundó el ARI, luego lo disolvió para conformar la Coalición Cívica, se acercó a un sector del radicalismo para formar el Acuerdo Cívico y Social y luego se distanció del mismo... en esos vaivenes, pasó de tener como principal economista a Rubén Lo Vuolo (de centroizquierda) a Alfonso Prat Gay, una suerte de "golden boy" formado en la banca Morgan.

La ex-ARI Ríos tiene responsabilidades como gobernadora y eso le da un diferencial para entender que el ejercicio del poder cuando uno administra es muy distinto al que se pone en juego como opositor neto, y esta cuestión es central de cara al 2011, como ya lo hemos planteado en este blog refiriéndonos a la cuestión gobernabilidad. Sin embargo, no es justo cargar todas las tintas en Carrió, cuando en rigor este tipo de déficit en materia de construcción política aqueja a muchas figuras de la oposición.

Julio Cobos, por ejemplo, que para el sistema de medios opositor al kirchnerismo era hace 2 años el candidato "puesto" del radicalismo, no deja de perder posiciones en las encuestas y en la interna de la UCR, mientras sigue pendiente una definición respecto a si pedirá licencia, si renunciará a su cargo de vicepresidente o si se lanzará como candidato presidencial conservando su actual lugar en el Ejecutivo (situación institucional probablemente insólita en los anales de la política mundial). El cobismo viene de fracasar en su intento de desbancar a Gerardo Morales de la presidencia del bloque radical en el Senado, pero anunció la creación de un sub-bloque que tendrá otra conducción, con lo cual termina por debilitar la posición política e institucional del radicalismo en su rol de opositor al gobierno. Las fricciones en el Senado se gatillaron luego de que en la Cámara baja el alfonsinismo obtuviera la mayoría y desplazara de la conducción del bloque al cobista Oscar Aguad, para colocar en su lugar a Ricardo Gil Lavedra, cercano a "Ricardito".

El radical Ricardo Alfonsín, de la mano del socialista Hermes Binner y Margarita Stolbizer (GEN) es el opositor que hasta ahora muestra una mayor vocación de construir una coalición en condiciones de enfrentar al oficialismo, tratando de amortiguar las tendencias centrífugas asociadas a la ruidosa salida de Elisa Carrió del Acuerdo Cívico y Social (de difícil vuelta atrás, si se consideran sus posteriores acusaciones a los radicales de pactar con el oficialismo), las dudas de Julio Cobos y los cruces internos en los bloques de Diputados y Senadores. Alfonsín trata de darle un sello progresista a ese frente, para prevenir también los intentos de seducción del socialismo que periódicamente ensaya Fernando "Pino" Solanas, de Proyecto Sur. Alfonsín es también el opositor más consciente de que difícilmente se puede ganar la elección presidencial en 2011 si no se capta una parte del voto filo-PJ.

No la tiene fácil "Ricardito", porque la interna radical por las candidatura presidencial se complicó más con la insistencia del mendocino Ernesto Sanz de especular con un lanzamiento de su propia postulación, pretensión que el cobismo y el alfonsinismo salieron a cruzar (la puja pone en un brete a la mesa de conducción del Comité Nacional radical en el que Sanz operaba como una suerte de árbitro entre los dos grupos). Desde lo positivo, "Pino" Solanas ha admitido en algunas oportunidades que ve "coincidencias" con el socialismo, con el GEN y con el sector del radicalismo que encabeza Ricardo Alfonsín, dejando de alguna manera la puerta abierta a un "gran acuerdo" de cara a las elecciones de 2011, aunque por otro lado ha confirmado el lanzamiento oficial de su candidatura a presidente.

Por su parte, el Peronismo disidente (Federal) viene sufriendo sucesivas tomas de distancia (por parte de Carlos Reutemann, Felipe Solá y Marios Das Neves) mientras el ala dura liderada por Eduardo Duhalde, los Rodríguez Saá, Ramón Puerta y Juan Carlos Romero no acierta a definir una estrategia ni un candidato de unidad, en tanto que Mauricio Macri depende fuertemente de una estructura política que lo mira con recelo. Respecto del jefe de Gobierno de la Capital, Duhalde ha dicho que "en el supuesto de que se haga un frente lo podría acompañar, pero ya no voy a elegir ni apoyar a nadie"; sin embargo, hasta ahora el bonaerense mantiene su pretensión de lanzar su propia candidatura a presidente.

No puede de todos modos descartarse un acercamiento final entre Duhalde y Macri, probablemente forzado por el hecho de tener que definir un nombre para enfrentar a un gobierno que, en términos de opinión pública, ha salido sin dudas reforzado después de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, como lo han admitido ya incluso referentes opositores (el más reciente de ellos, el macrista Federico Pinedo, al decir que la situación política "cambió sustancialmente porque la Presidenta con la muerte de Kirchner aumentó 20 puntos").

Poliarquía, consultora que en el 2009 trabajó para la oposición, realizó una encuesta en la que imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández llega al 57% (una suba de 21 puntos porcentuales) y sólo 17% la califica de manera negativa. Además, la proyección electoral de la primera mandataria hacia 2011 es del 46% de los votos, contra 19% de Ricardo Alfonsín, 15% de Mauricio Macri y 10% de Pino Solanas. Medida contra Julio Cobos como candidato radical en lugar de Alfonsín, Cristina treparía al 48%, contra 19% de Cobos, 13% de Macri y 11% de Solanas. Mientras tanto, el 75% de los encuestados evalúa de manera regular o negativa al conjunto de la oposición partidaria al Gobierno.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La decadencia del imperio americano


El título de esa película canadiense de 1986 dirigida por Denys Arcand, me parece sumamente apropiado en referencia al "Wikigate", la mayor filtración de la historia, que tiene hoy en vilo a la Casa Blanca y pone en ridículo a EE.UU en sus relaciones con el mundo: de hecho, en la prensa ya se lo compara simbólicamente con el 11 de septiembre de 2001, sólo que Wikileaks es una suerte de "atentado diplomático".

Los cables exponen de manera tosca -justo lo contrario que se supone debe ser la diplomacia- dudas sobre mandatarios (por ejemplo, respecto a la salud mental de la presidente Cristina Fernández de Kirchner) y duros comentarios sobre primeros ministros (el italiano Silvio Berlusconi, descripto como "irresponsable, vanidoso e ineficaz" y "afecto a fiestas salvajes") entre otras linduras plasmadas en documentos oficiales. Más grave todavía, revelan detalles escabrosos sobre el accionar de las tropas estadounidenses en Afganistán: muertes de civiles en manos de militares norteamericanos, fuerzas especiales creadas para asesinar altos mandos talibanes, crímenes de periodistas, vuelos clandestinos de la CIA que utilizaron aeropuertos europeos para llevar sospechosos de terrorismo capturados ilegalmente avalados por acuerdos entre George Bush y sus pares europeos... y pensar que según Julian Assange, el australiano fundador de Wikileaks, el material publicado no incluye documentos de máxima seguridad ni informes de la CIA sobre las acciones en Afganistán desde el comienzo de la guerra (¿será eso lo que esconde el material encriptado que al parecer Assange preparó como réplica por si algo sucede con su vida?).

La filtración pone en ridículo a EE.UU, le obliga a tener que disculparse ante los demás países (como el llamado de Hillary Clinton a Cristina) y, lo más importante, revela en toda su magnitud que el imperio es aún fuerte, pero cada vez más vulnerable y torpe. Según los analistas, a raíz del escándalo Washington deberá reconstruir muchas relaciones personales con líderes y funcionarios mundiales y el rol de ordenador del mundo que Barack Obama intentó recomponer luego de las medidas unilaterales e impopulares de George Bush ha quedado en un herido seriamente. EE.UU quedará en una posición de mayor debilidad relativa, ya sea para condenar violaciones a los derechos humanos en otros países, para negociar acuerdos o apoyos en distintas materias y para buscar información clave en los puntos del mundo donde destine a sus embajadores. "La gente seguirá reuniéndose con la embajada de EE.UU. pero tomarán más recaudos. Cuando estas personas van, hablan y participan en reuniones con funcionarios de la Embajada suponen que su identidad va a quedar preservada. Sabían que la persona iba a reportar, lo que no se imaginaban es que se iba a filtrar", planteó Ignacio Labaqui, profesor del Instituto de Ciencias Póliticas y Relaciones Internacionales de la UCA.

Sin embargo, la decadencia no es sólo diplomática. Hace apenas un mes, EE.UU celebró elecciones legislativas en las que el Partido Demócrata perdió la mayoría en la Cámara de Representantes, lo que fue interpretado en gran medida como un “voto castigo” por los magros resultados que ha obtenido el presidente Barack Obama en materia económica. En las últimas semanas, varios funcionarios en altos cargos económicos de relevancia renunciaron al gabinete, lo que obliga a Obama a reconfigurar su equipo para afrontar la segunda parte de su mandato después del revés electoral.

Estudios recientes muestran que las parejas americanas se casan menos y cohabitan más (ese ítem aumentó 13% este año), dato ligado a la tasa de desocupación, al igual que la caída en el número de parejas en la que ambos tienen empleo. El último informe del Censo revela que la pobreza en EE.UU llegó a su nivel más alto en 2010 y la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres creció el año pasado al pico más alto de la historia: el 20% de los estadounidenses que más ganan -superan los u$s 100.000 anuales- sumaron el 49% de los ingresos nacionales, contra el 3,4% obtenido por quienes se ubican debajo de la línea de la pobreza. A su vez, el coeficiente de Gini revela que la desigualdad de ingresos en EE.UU alcanzó su nivel más alto desde que la Oficina del Censo comenzó a registrar los ingresos por familia en 1967; ese país también tiene la mayor disparidad social entre las naciones occidentales industrializadas.

Hasta ahora, la estrategia de Obama frente a la crisis tenía un matiz distintivo de la europea: privilegiaba los paquetes de estímulo antes que el ajuste. Sin embargo, esta semana, en la misma línea que Grecia, España o Irlanda, el gobierno norteamericano anunció que congelará los salarios estatales y hará recortes en el gasto federal para reducir el déficit presupuestario en u$s 1,3 billones. El congelamiento de los salarios de empleados del gobierno federal será por dos años, se aplicará al personal administrativo y la Casa Blanca apuesta a que permitirá ahorrar u$s2 mil millones en 2011, otros 28 mil millones en los próximos 5 años y más de 60 mil millones en la década. Con todo, el presidente Barack Obama aún insiste en que un endurecimiento fiscal muy abrupto pondría en riesgo la recuperación económica. Se estima que el déficit presupuestario habría alcanzado el récord de 1,47 billones de dólares en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre del 2010, situación fiscal francamente insostenible.

En el mes de noviembre, la economía de ese país creó apenas 39 mil empleos, mucho menos de lo esperado, mientras que la tasa de desocupación subió al 9,8%, el máximo en siete meses, según mostraron este viernes cifras oficiales. Para peor, la Cámara de Representantes votó recientemente en contra de extender los subsidios a millones de desocupados, que se quedarán sin el beneficio.

Otros datos demostrativos de la profunda crisis de EE.UU:

1) la lista de los bancos de Estados Unidos que se encuentran atravesando dificultades financieras sigue engrosándose, aún cuando la crisis en el sector parecía haber quedado atrás. Incluso grandes entidades siguen en problemas: el Bank of América registró una pérdida neta de 7.300 millones de dólares en el tercer trimestre de 2010.

2) hay más de dos millones de viviendas en ejecución hipotecaria y otras 2,3 millones en proceso de serlo, como efecto del estallido de la burbuja hipotecaria-financiera, lo que tiene en jaque al mercado inmobiliario y conspira contra las posibilidades de recuperación económica.

3) el déficit comercial muestra una tendencia preocupante: EE.UU. está comprando mercadería de alta tecnología de países como China y Brasil, incluyendo motores para aviones, computadoras, turbinas y camiones pesados, y exportando cada vez más productos con escaso valor agregado, incluyendo pulpa y papel, oleaginosas y otros commodities. En promedio, la gente que pierde su trabajo en EE.UU. pasa a puestos que pagan cerca de un quinto menos que en sus puestos previos.

4) un contexto político crispado: la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes está decidida a lanzar en enero de 2011 una ofensiva para derogar la reforma del sistema de salud que impulsó Obama, a través de recortes del presupuesto de la medida. También hay referentes de ese partido decididos a frenar los proyectos de la administración Obama de transferir a los detenidos de Guantánamo. La creciente influencia del movimiento ultraconservador Tea Party -acérrimo enemigo de la inmigración y de la intervención estatal en la economía- hace que la agenda pública se cargue con un tono cada vez más reaccionario, xenófobo y derechista, lo que hace a EE.UU potencialmente más peligroso para el mundo. Los opositores más duros acusan a Obama de «socialista» o "comunista" y no ahorran epítetos para descalificarlo, sin ningún respeto siquiera por su investidura, llegando incluso a sembrar dudas sobre su legitimidad funcional.

martes, 30 de noviembre de 2010

Medios, cultura y kirchnerismo


Un campo donde el kirchnerismo ha influido fuertemente en estos años es el de la cultura y los medios, en sentido amplio, generando adhesiones y divergencias por parte de referentes de la comunidad artística, intelectuales, periodistas y críticos culturales, diviendo aguas en grupos bien reconocibles del lado pro-oficialista (como Carta Abierta, por caso) y también del lado opositor (los periodistas e intelectuales ligados al grupo Clarín, como caras más visibles).

Sin embargo, la influencia kirchnerista no se agota en los grupos manifiestamente identificados con el oficialismo sino que se traslada a otros referentes que son cercanos a él aunque no se enmarquen dentro de una comunidad nítidamente definida como adherente. Este tipo de movimientos en el campo cultural -en sentido amplio- era visible desde hace al menos un par de años, pero se intensificó a partir de la muerte del ex presidente: allí podríamos nombrar a Andrés Calamaro, Andrea del Boca, Florencia Peña, por ejemplo, en una lista que en rigor es mucho más amplia (por caso, en ocasión de cumplirse el primer mes del deceso de Néstor, trascendieron revindicaciones de su figura por parte de Juan Gelman y Gustavo Santaolalla, entre otros). A su vez, figuras como Pablo Echarri y Osvaldo Santoro destacaron oportunamente que gracias al kirchnerismo hoy existe el derecho de la propiedad intelectual que fue negado sistemáticamente durante 77 años y de la que hoy se benefician dramaturgos, compositores, autores y directores de cine, entre otros referentes artísticos.

Por su parte, los críticos del gobierno tienden a denostar en bloque a quienes adhieren al oficialismo, reduciendo todo a un mero intercambio de favores, lo que es un error conceptual serio, tan serio como creer que Mirtha Legrand -en el otro extremo de este campo necesariamente difuso- sólo prefiere al ex presidente Carlos Menem porque él le dio la posibilidad de volver a la TV, cuando lo que subyace a esa adhesión es en realidad un contenido ideológico no diremos articulado, pero sí más profundo, que a los efectos de la síntesis podemos definir como una mirada conservadora de la sociedad y la política (justamente Mirtha Legrand, reconocida crítica del kirchnerismo, protagonizó en estos días un cruce de opiniones con Federico Luppi, defensor del gobierno).

Un tema fundamental para enfocar el por qué de la influencia del kirchnerismo en la cultura es la llamada ley de medios, que permitió reabrir el debate en torno a temas emblemáticos, como la necesidad de una pluralidad de voces y el enfoque de la comunicación como un campo proactivo de efectos de sentido en materia cultural, educativa y politica, no simplemente un negocio. En esa línea se expresó recientemente el sociólogo Hugo Lewin, expositor de la jornada convocada por el Observatorio Contra la Discriminación en Radio y Televisión: "la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual abre la posibilidad de un debate sobre los medios que era una utopía para quienes estudiamos en los `80 y `90 (...) una de las cosas más valiosas de la nueva ley es que le permite a las minorías tener sus propios medios para expresarse sin que sus discursos sean tamizados por la mirada de otro"

Por otro lado, el contexto propiciado por el kirchnerismo -y centralmente, el debate que desató la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual- han generado no sólo espacios de reflexión en el periodismo, los medios, la comunidad artística e intelectual, sino también repercusiones en la opinión pública en general: el más reciente estudio sobre "la confianza y el prestigio" de las instituciones y la percepción en la sociedad que sistemáticamente lleva a cabo la consultora Julio Aurelio (sobre la base de una encuesta de 2.300 casos en el área metropolitana, con un margen de error del 2,07 por ciento) muestra que los medios ya no son lo más creíble para la gente, sino que por primera vez desde 1983 aparece como dato novedoso una cierta distancia crítica respecto del periodismo y los medios. Según Federico Aurelio, director del estudio, la credibilidad en los medios se redujo del 25% al 18,6% en 2010, lo que los colocó en el segundo puesto, relegados por la institución presidencial, que aumentó del 8% a casi el 30% en 2010. La interpretación de Aurelio es que “la gente cree que los medios reflejan un humor social peor del que existe" (tema al que en este blog nos hemos referido al hablar del doble clima de opinión) y "la Ley de Medios también influyó en la pérdida de credibilidad de algunos medios”.

Por supuesto, también es posible arrojar una mirada crítica sobre la comunicación oficial, desde “6, 7, 8” (el programa de Diego Gvirtz que hace, valga la redundancia, crítica de medios por canal 7) hasta el "Fútbol para Todos", lo que no implica desconocer aciertos como el canal Encuentro, motorizado por Tristán Bauer (también integrante del grupo Carta Abierta). Todos temas importantes en torno al debate de una política cultural -que el oficialismo no inauguró ni mucho menos revolucionó, pero sí reinstaló- y necesarios, porque después de todo los recursos del presupuesto nacional destinados a comunicación y prensa pasaron a ser $ 46 millones en el año 2003 a $ 829 en el año 2009 (a los que hay que sumarles los “egresos publicitarios oficiales” del "Fútbol para Todos").

Sin embargo, pese a los déficits y cuestiones pendientes, es un error pensar que la discusión de los medios es un capricho del kirchnerismo o simplemente una estrategia política para mejorar las chances del "relato oficial" sobre la realidad. Por el contrario, forma parte de un movimiento cultural más amplio, reconocible incluso a nivel regional, en Ecuador, en Bolivia, y próximamente en Brasil: el gobierno de ese país ya comenzó a elaborar un proyecto de ley de medios en el cual se estimula la participación de los ciudadanos en la comunicación e impide que solo rija la ley del mercado, según anunció recientemente el ministro de Comunicación Social, Franklin Martins. El presidente Luiz Lula da Silva solicitó a Martins la redacción de un “marco regulador” del sistema de medios que será entregado a la presidenta electa Dilma Rousseff, que asumirá a comienzos de enero del 2011. La propuesta contempla -al igual que la norma boliviana que rechazan las empresas periodísticas y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)- un artículo sobre contenidos que impedirá la apología del racismo y la discriminación racial o sexual, a la vez que estimulará la cultura nacional. La iniciativa, al igual que sucedió aquí, ya recogió una reacción adversa por parte de los grupos que dominan la comunicación: la Asociación Nacional de Diarios y la Asociación Brasileña de Radio y Televisión acusaron al Gobierno de promover un modelo autoritario y de control informativo, a lo que Martins replicó diciendo que “ciertos sectores ven fantasmas, no quieren la regulación de los medios porque piensan pequeño (...) el mundo está cambiando, Brasil está cambiando, y en todos los países democráticos hay regulación de los medios, en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, España hay regulación de medios y nadie dice que esos países no son democráticos”.

En este sentido, me parece interesante rescatar las palabras de Gustavo Bulla, a cargo actualmente de la Dirección Nacional de Supervisión y Evaluación de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), quien planteó recientemente en los Talleres de Comunicación Popular que se realizan en la ECI que la oposición acérrima al gobierno no ha entendido el sentido político profundo (más allá de lo coyuntural) de la ley de medios: "los partidos de la oposición, como un modo de ningunear a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no han integrado todavía, después de un año, la Comisión Bicameral para el seguimiento de la Ley (...) En su momento decían que la Ley estaba suspendida. La Corte Suprema ya hace varios meses que le dio vigencia. Y esto trae consecuencias, por ejemplo, que no han nominado a los dos directores, por la 2da y 3era minoría, que les corresponden en la Autoridad de Aplicación y en RTA (Radio y Televisión Argentina). Además, la Comisión Bicameral debe elegir el Defensor del Público de los Medios Audiovisuales de la Nación, y no se ha podido elegir (...) pensando que le hacen un daño al Poder Ejecutivo Nacional o a la Ley, están privando a los ciudadanos que dicen representar, de tener una participación. Hoy dicen que Canal 7 y Radio Nacional son partidarios, son oficialistas. Y ellos tienen dos sillas en RTA para criticar, ponerlo en cuestión, disputar e incluso hacer las denuncias que quisieran sobre los supuestos desmanejos. Sin embargo, prefieren, entendemos que por una línea bajada por los principales grupos de medios, principalmente Clarín, restarle legitimidad a la Ley no sentándose. Es la profecía autocumplida. Ellos decían que la Ley era demasiado gubernamental. Les decíamos que había una participación inédita en la historia de la Radiodifusión argentina. Ellos no participan y luego, entonces, es gubernamental y es la profecía auto realizada".