miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cambio de modales, profundización del modelo


En las últimas semanas, la presidenta Cristina Fernández anunció medidas que impulsan el consumo en los sectores más postergados -se amplió a todo el año la asignación familiar a trabajadores temporarios y se lanzó un bono de $ 220 para beneficiarios de pensiones graciables- y dio señales de reafirmación y profundización del modelo, después de la muerte de Néstor Kirchner:

1) convocó a los empresarios, «en su carácter de formadores de precios» a alcanzar un acuerdo con los sindicatos que «contemple los intereses de toda la sociedad»: "hay sectores que por su grado de concentración económica deben entender que muchas veces las tensiones en algunos precios no son por el aumento de salarios, sino también por la excesiva rentabilidad en virtud de esa concentración».

2) destacó como un logro el hecho de que, cuando el gobierno recibió de las AFJP el fondo de garantía, el monto era de 98 mil millones de pesos y que actualmente esa suma asciende a 170 mil millones de pesos, ponderando la «buena administración» que acompañó a la decisión de reestatización. En un contexto mundial en que los sistemas previsionales de capitalización sufren serios problemas, Cristina destacó que el país cuenta con «el esquema protectivo más importante del continente», y remarcó la importancia de «sostener en el tiempo el actual sistema previsional».

3) resaltó que "la redistribución del ingreso es algo que nos favorece a todos (...) si no hubiera sido por este mercado interno poderoso, con puestos de trabajo y aumentos de salarios, la crisis global nos hubiera arrasado", defendiendo el modelo aplicado desde el 2003. No es retórica: la pobreza en la Argentina se redujo del 21 por ciento al 11,3% entre 2006 y 2009, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), si bien el proceso se dio dentro de un contexto de reducción del número de pobres en América Latina, debido a la recuperación económica de la región.

4) en un acto en Entre Ríos en el que inauguró 600 viviendas en Paraná y otras 192 en Concepción del Uruguay, subrayó que el país está destinando el 6% del PBI a la Educación y el 2% al pago de deuda (en su momento, la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo estableció un aumento progresivo de la inversión en educación, que ya alcanzó el 6 por ciento del Producto Bruto Interno).

5) al inaugurar la escuela número mil del "Programa Más Escuelas", en San Juan, llamada "Presidente Néstor Kirchner", Cristina afirmó que "el mejor homenaje que podemos hacerle a él es profundizar la Argentina por la que soñó", ocasión en la que además defendió las retenciones agropecuarias.

Por su parte, la presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont también defendió el modelo económico y habló de profundizarlo, destacando que "por primera vez en la historia de la Argentina se planteó un modelo económico coherente y consistente que permitió crecer a tasas chinas, y permitió el crecimiento de los trabajadores". Son las características más distintivas del modelo en su faz económica: al crecimiento, fuertemente favorecido por la demanda internacional de materias primas argentinas, los dos gobiernos K le han sumado medidas redistributivas y de mejora salarial de los trabajadores, como acertadamente planteó Martín Sabattella: "el presente es indudablemente mejor que el pasado, aun cuando queda mucho por hacer y a pesar de los evidentes claroscuros y contradicciones que también existieron en los siete años de este proceso histórico. El desafío es defender el rumbo y profundizar los pasos dados".

Por otra parte, el gobierno nacional, ahora liderado de manera indubitable por Cristina (ya no hay espacio para la crítica al "doble comando") también ha realizado en estas semanas anuncios en temas clave de su relación con el establishment económico y financiero:

1) contactos con el FMI para frenar las críticas al Indec y prometer correcciones en las cifras de la inflación

2) la confirmación del aumento de las tarifas eléctricas, a cambio de obras de inversión en el sector energético

3) declaraciones en el sentido de corregir la doble vía para los juicios laborales, que implicaría resolver el pantano en que está envuelto el sistema de las ART (cuestión que preocupa al sector empresario)

Aunque estas señales y medidas también pueden interpretarse como decisiones tácticas para convencer al empresariado de sumarse a una serie de acuerdos sociales (propuesta que también estuvo presente en la campaña del 2007), en conjunto muestran matices distintivos de la gestión presidencial actual respecto de la anterior. "Recordemos que el FMI fue siempre una institución demonizada y fustigada por el kirchnerismo. Y el hecho de que haya sido convocado para tratar una de las cuestiones más delicadas denota que Cristina tiene intención de revertir la merma de credibilidad que afectó al Gobierno en los últimos años", evaluó la consultora Graciela Römer.

Otro elemento que sorprendió a los empresarios fue percibir una actitud distinta y buena predisposición de la presidenta en la última reunión de la Unión Industrial (cambio notable de actitud, ya que en 2009 Cristina ni siquiera asistió al acto por el Día de la Industria, al estar seriamente enfrentada con la gremial fabril).

Según Römer, estos cambios de actitud no son casuales ni productos de un impulso, sino frutos de un estricto cálculo político: "es la consecuencia de haber registrado los cambios de humores sociales en relación con un estilo de liderazgo que generaba crispación en la sociedad. Y Cristina entendió que esa crispación no era negocio para el Gobierno". Otros consultores remarcan el actual perfil menos confrontativo de la presidenta: "desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, la Presidenta ha acentuado la necesidad de evitar o disminuir el nivel de conflicto, sobre todo desde lo institucional", señaló Ricardo Rouvier.

Estos gestos han sido reconocidos incluso por opositores como Ernesto Sanz, quien admitió que existe un "evidente cambio de formas" en Cristina, luego de participar en el acto oficial en que la petrolera YPF anunció el hallazgo de un megayacimiento en Nequén. "Se nota evidentemente un cambio de formas (...) el tiempo tendrá que decir si además de un cambio de formas hay un cambio en el fondo, porque de nada sirve cambiar las formas y ser corteses solamente en el saludo cuando hay una descortesía institucional", remarcó Sanz. Además del titular de la Unión Cívica Radical (UCR), asistieron en esa ocasión otros opositores, como el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves.

Esa imagen de convivencia y "baja de decibeles" en el discurso presidencial marca un punto de inflexión respecto de la desafortunada sucesión de errores políticos y de comunicación que desencadenó el conflicto con los empresarios agrícolas por las retenciones en 2008. Otro cambio, más reciente, es la decisión de lanzar el Ministerio de Seguridad, con Nilda Garré al frente (reconocimiento explícito de la importancia del tema en la agenda oficial) y apurar la solución de la crisis desatada por las ocupaciones de terrenos en Villa Soldati y otros puntos del país, no dejando así que el tema se prolongue en el tiempo -como sucedió con otros temas ríspidos- y enviando un mensaje de liderazgo de Cristina en el primer conflicto social grave desde que Kirchner murió.

Precipitando una solución en conjunto con el gobierno de Capital Federal en el tema ocupaciones, el gobierno apunta a conjurar el riesgo de que el fuerte repunte de la imagen presidencial se amesete por un conflicto, justo en un fin de año propicio para el optimismo: antes de la ocupación y las muertes, la Presidente oscilaba -según las encuestadoras- entre el 40% y el 56% de intención de voto, y todas coincidían en registrar un incremento de la imagen positiva y un descenso de la negativa respecto de estudios anteriores.

El nuevo escenario político muestra una Cristina renovada, con cambios en algunos temas de agenda y un renovado estilo de conducción, sin modificar centralmente su línea discursiva, pero incorporando un tono y matiz más moderados. Esto tiene un doble objetivo: a) ratificar y profundizar el modelo, para consolidar su actual base de apoyo político, redoblando la apuesta por un esquema pro-consumo, sin permitir retrocesos en ese sentido (como lo mostró el debate legislativo por el presupuesto) y b) simultáneamente, modificar los modales, enviando señales conciliadores con los sectores que sentían rechazo por el "estilo" kirchnerista (más que por el modelo en sí). En conjunto, ambas líneas le permitirían a Cristina no sólo conservar un fuerte caudal de votos en los sectores medios y bajos (que valoran la posibilidad de consumir, la política salarial y de recuperación del empleo y medidas sociales como la asignación familiar por hijo) sino también seducir a sectores medios y medio altos refractarios al estilo "K".

La apuesta del oficialismo es vencer en 2011 sin necesidad de ballotage. Las encuestas muestran a Cristina muy lejos del resto de los candidatos y favorecida por el desconcierto y la división de la oposición, que no muestra ningún candidato capaz de capitalizar la resistencia al oficialismo (resistencia que ya venía mostrando una caída a lo largo del 2010). El gobierno también monitorea datos como la mejora del humor social, el estado de ánimo de los consumidores y la predisposición a comprar bienes durables, que siguen creciendo y acercándose a los mismos niveles de fines del 2007, cuando Cristina fue electa en primera vuelta.

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