La primer encuesta difundida con
posterioridad al lanzamiento del Frente Amplio Unen confirma lo que mostraban los estudios previos y señalábamos en el post anterior: esa alianza tiene que
remontar desde atrás la carrera presidencial hacia el 2015, puesto que sus
referentes (considerados individualmente) hoy marchan por detrás del candidato
que se ubica tercero en las encuestas, el jefe de gobierno porteño Mauricio
Macri. Según una encuesta nacional realizada por Aresco, consultora que
encabeza el sociólogo Julio Aurelio, sobre una muestra de 4.002 ciudadanos de
todo el país estructurada por edad, sexo y nivel socioeconómico, el gobernador
bonaerense Daniel Scioli y el diputado nacional Sergio Massa se disputan el
primer puesto de las preferencias (con 20,9% y 19,8%, respectivamente), seguidos por Macri con
14,3%.
Más allá del empate técnico entre Scioli
y Massa, respecto de estudios anteriores el tigrense aparece estancado o en
leve retroceso, lo cual ha sido asociado a dos factores: 1) compite en ciertos segmentos
electorales con Macri, es decir, la firmeza del porteño complica las chances
del tigrense 2) Scioli recuperó protagonismo ejecutivo con la emergencia en
seguridad y le quitó agenda legislativa a Massa (factores más atendibles, a
nuestro criterio, que las lecturas suspicaces de que Aresco está midiendo para
Scioli). En rigor, el gobernador bonaerense no sube, sino que se mantiene
relativamente estable, mientras que el líder del Frente Renovador pasó del 25%
que medía en enero (de acuerdo a datos previos de Aresco) a casi el 20% actual (una merma apenas estadísticamente significativa y nada dramática). Asimismo, en el conjunto es aún grande la incidencia de los indecisos (casi 20 puntos, es decir, tanto como los que lideran la encuesta).
Además de confirmar lo disputado que está el primer
puesto, este estudio es uno más de los que ratifica fotográficamente (a más de
un año de la elección presidencial la capacidad de pronóstico es bajísima) que
el FAU está, por ahora, rezagado de la pelea mayor: el primer referente que
aparece en la encuesta es Julio Cobos, con 9,7%; lo secunda Hermes Binner, con
6,8%, en empate técnico con Elisa Carrió (6,7%). “Pino” Solanas y Ernesto Sanz siguen “sin
medir”, para decirlo en la jerga. O sea, donde referentes del FAU como Jesús
Rodríguez dicen “todas las encuestas indican que Unen va a entrar al balotaje”,
hay que leer “ninguna encuesta, hasta ahora, muestra tal cosa”. De hecho, este tema es relevante dado que
en las últimas semanas viene discutiéndose si el PRO se integra al Frente o no;
más allá de la polémica ideológica (¿el PRO es centroderecha? ¿el FAU es centroizquierda?), deviene evidente que tal discusión se
plantea por un simple expediente de pragmatismo: por sí solos, ni el PRO ni el Frente están logrando hoy entrar a
segunda vuelta. Si las encuestas siguieran mostrando lo mismo que hasta ahora,
el ballotage del 2015 sería entre un candidato del PJ filo K y un ex ministro disidente
del oficialismo. Si esto habla más de las fortalezas del oficialismo o de las
debilidades de la oposición, es materia para la discusión, aunque no es un dato
menor que Scioli es resistido por el ultrakirchnerismo (que, por ahora, está
mostrando una neta vocación de minoría, contradictoria con el significado de la
sigla “FPV”).
La paradoja es que PRO tiene un
candidato más fuerte que el FAU, pero con una estructura territorial más débil,
mientras que el FAU tiene lo contrario: candidatos más débiles, con una
estructura nacional territorial más fuerte (aunque repartida entre varias fuerzas). En este sentido, a favor de Macri corre
que su intención de voto está encolumnada detrás de un único candidato, en
tanto que la acumulativa potencial del FAU se dispersa en al menos tres potenciales
presidenciables, ninguno de los cuales puede estar seguro de retener el 100%
del voto de los otros dos en caso de vencer en una elección interna del formato
de las PASO. Gran parte de la apuesta del frente es repetir en 2015 el efecto
de sumatoria que se dio en las legislativas de 2013 (si se suman los candidatos
del FA-Unen, el total superaría el 23%, es decir que los pondría a pelear con Scioli y Massa el primer lugar), pero tal efecto es más fácil de lograr en una
elección legislativa que en una ejecutiva como será la presidencial del próximo
año.
Eso es tanto más difícil de lograr si se
considera el protagonismo de Elisa Carrió en esa alianza, quien con las fotos
de presentación del Frente recién expuestas se pronunció a favor de sumar a
Macri y dejó en claro que ella no votaría por él pero tampoco por otros
candidatos del mismo frente que integra. Al poco tiempo, además, declaró que su
“sueño” era ser candidata por la provincia de Buenos Aires (algo que generaría más
de un ruido al interior de ese espacio). En la figura de Carrió, dijimos,
radica uno de los elementos más problemáticos para el laberinto del FAUnen…
para seguir con las referencias poéticas (antes del cineasta Guillermo del
Toro, ahora del pintor Goya) “el sueño de Carrió genera monstruos”.