martes, 15 de abril de 2014

Imágenes e intención de voto (1)

Decíamos en el post anterior que detrás de la competencia de posicionamiento entre Scioli y Massa descansaba una suerte de constatación, alimentada por algunos analistas de opinión pública: el freno en la caída de la imagen presidencial obedecería, al menos parcialmente,  a que las expectativas en el gobierno nacional, que ya venían en baja, ahora se están trasladando a figuras alternativas al kirchnerismo puro, pelea en la que Massa y Scioli llevan una luz de ventaja respecto de los demás dirigentes “presidenciables” de cara al 2015, a tenor de las últimas encuestas conocidas.
En este sentido, resulta pertinente, sin embargo, una aclaración: a tanto tiempo de la elección presidencial, lo que hoy puede medirse en la opinión pública es un estado de opinión preelectoral, no una intención de voto, ni siquiera una actitud electoral. Si va de suyo que toda encuesta es una foto de hoy, con limitada capacidad de predicción hacia futuro, cuando falta más de un año para la elección del 2015 esto es doblemente cierto. Dicho esto, aun así reviste interés repasar encuestas y sondeos al respecto, algunas de las cuales miden más bien imagen y otras que ingresan de manera más decidida en lo que puede insinuar voto futuro. Por ejemplo, una encuesta nacional de la consultora Mora y Araujo difundida a fines de marzo  (realizada entre el 21 de febrero y el 10 de marzo pasado, sobre 997 personas de Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, y las principales ciudades del país) ubicó al ex intendente de Tigre, Sergio Massa, como el dirigente mejor ubicado en intención de voto para presidente, con un 61% que afirmó que lo votaría en 2015 y un 34% que no lo votaría (un 4% respondió "no sabe"). Del voto afirmativo, el 34% dijo que “lo votaría” y el 27% que “probablemente lo votaría”. Del voto en contra, el 14% “probablemente no lo votaría”, y el 20% dijo que “seguramente no lo votaría”. 
Ahora bien, si se analizan estos datos, deviene evidente que no se mide propiamente intención de voto, sino pisos y techos electorales virtuales, dado que el encuestado no está obligado a dar una respuesta excluyente, como sí sucede en la intención de voto (si vota a X, no vota a Y). Lo pongamos en claro con otro ejemplo: en este estudio, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, quedaba 8º entre 10 postulantes, con un 12% que lo votaría (1% respondió que sí lo votaría, 11% que probablemente lo haría) y un 81% que no lo votaría (el 36% dijo que “probablemente no lo votaría”; y el 45% que “seguramente no lo votaría”); un 6% respondía  “no sabe”. De ahí que este dato no permite proyectar intención de voto, aunque sí sirve para perfilar posicionamientos relativos de dirigentes “presidenciables”. Así, el estudio citado arrojaba que en segundo lugar detrás del tigrense se ubicaba el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, con un 45% respondiendo que “lo votaría” para suceder a CFK y un 53% asegurando que no lo haría. 
Además de Massa, Scioli y De la Sota, el sondeo incluía entre los precandidatos del espacio peronista y kirchnerista al jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich (ocupó el 6º lugar en preferencia); el ministro de Interior, Florencio Randazzo (quedó 7º), y el de Entre Ríos, Sergio Urribarri (en 10º lugar). En cuanto a los precandidatos del Frente Amplio Progresista, la encuesta sondeaba al ex gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y al mendocino Julio Cobos: el ex vicepresidente quedaba en cuarto lugar, con un 29% que dijo que “lo votaría” para Presidente y un 68% que sostuvo que “no lo votaría”, y en quinto puesto se ubicaba Binner, a quien “lo votaría” el 25% de los encuestados, y “no lo votaría” el 68%. En tanto, detrás de Massa y Scioli aparecía el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Al líder del PRO, según el informe, “lo votaría” el 35% de los consultados, mientras que el 63% dijo que no lo votaría. De ese voto negativo, un 34% respondió que “seguramente no lo votaría”; en esa encuesta, la diputada Elisa Carrió quedaba en noveno lugar, con guarismos similares al cordobés De la Sota.
Otro sondeo, divulgado en plena embestida de Massa contra la reforma del Código Penal (tema que entronca con la agenda, como lo hemos visto en posts recientes) confirmaba a Massa al tope de las preferencias: según una encuesta nacional de la consultora Federico González y Cecilia Valladares en asociación con la firma MGMR (sobre 1.200 casos) el ex intendente de Tigre obtenía el 29,3% de intención de voto a presidente, frente al 21,3% de Scioli. En ese escenario, Macri se ubicaba tercero (con 16,5%) mientras que el ex vicepresidente y actual diputado radical, Cobos, se quedaba con el 11,3%. En tanto, Binner, otro referente del espacio socialista-panradical, alcanzaba el 7,7%, en un empate técnico con los indecisos (8,1%). De acuerdo a este estudio, Massa capta un alto porcentaje de voto anti-k (43,5%), pero también un segmento de voto “independiente” (25,3%) e incluso una porción de votantes que se reconocen como kirchneristas (9,4%). Esto, con matices, replica un posicionamiento que Massa ya había logrado en 2013, dado que su paso como jefe de gabinete K lo favorecía con un residual de candidato “catch all”(atrapalotodo), si bien hoy ya tiene un sesgo opositor más claro.
En esas semanas, el alineamiento de Scioli al discurso K hacía que el gobernador bonaerense el mandatario obtuviera un alto porcentaje de sufragios del electorado kirchnerista (79,3%), apenas  9,5% del “independiente”, y sólo 2,2% de electores “anti-k”. Asimismo, este estudio arrojaba que la imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner caía levemente respecto al sondeo anterior: CFK obtenía el 36,1% de visión positiva, mientras que en noviembre de 2013 poseía un 39,4%. En rigor, esta es una variación similar al error muestral, y por lo tanto estadísticamente no significativa. Aun así, de la misma se desprende un dato de valor cualitativo: CFK también lograba reducir la imagen negativa, de un 44,3% a fines de 2013 a un 40,4% en este sondeo de marzo. De acuerdo al estudio, la imagen positiva más alta era la del diputado del Frente Renovador, Sergio Massa, con el 38,4%. Muy cerca, lo seguían Julio Cobos (36,4%) y Daniel Scioli (36,2%). En tanto, por debajo de la imagen positiva de la presidenta se ubicaban Hermes Binner (35,7%) y Mauricio Macri (33,5%). Estos datos pueden ser leídos recuperando la hipótesis expresada inicialmente: el freno en la caída de la imagen presidencial se da al mismo tiempo que buena parte de las expectativas se trasladan hacia figuras alternativas al kirchnerismo puro, que hasta ahora y en tanto el oficialismo no defina su proceso de sucesión entre los aspirantes a herederos (Uribarri, Capitanich, Scioli, Urtubey, cada uno con sus matices de pertenencia y diferenciación dentro del espacio PJ y filo K), sigue siendo representado pura y exclusivamente por CFK. 

2 comentarios:

  1. El artículo de más arriba se centra en las estadísticas, tomadas por dos consultoras, acerca de las imágenes e intención de voto respecto a posibles candidatos presidenciales en 2015. En tal caso, hablamos de estadísticas inferenciales o inductivas, aquellas que permiten atribuir a la población completa, características significativas que se obtuvieron de una parte (muestra) de la misma. Aquí, los datos estadísticos obtenidos son de carácter cualitativo, ya que se trata de la preferencia personal por un partido, o en este caso, un líder político.

    Dicha muestra (cualquier subconjunto de la población que estudiamos) debe ser representativa de la población, es decir, que sus datos no sólo representen a los elementos de la población que fueron seleccionados para integrar la muestra, sino también a aquellos que no lo fueron.

    En este caso contamos, por un lado, con la encuesta nacional de Mora y Araujo, cuya muestra abarca a 997 personas de Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, y las principales ciudades del país. De esta forma, la encuesta se vale de la sección más significativa del país, a nivel poblacional, para así obtener resultados que pueden generalizarse al resto de la Argentina.

    Uno de los datos más significativos, sino el más importante, es que el 61% de los encuestados afirmó que votaría a Sergio Massa en 2015, y un 34% que no lo votaría. A su vez, el voto afirmativo se subdivide entre quienes “lo votarían” (34%) y quienes “probablemente lo votarían” (27%). Mientras que el voto en contra se subdivide entre quienes “probablemente no lo votarían” (14%) y los que “seguramente no lo votarían” (20%). Este detalle no es menor, ya que, a pesar del gran porcentaje de votantes a favor, existen matices en dichas opiniones, y no hay una diferencia abismal entre quienes opinan con seguridad y los que lo hacen con cierta duda o inconsistencia.

    Vemos entonces que hay una diferencia entre un sí categórico, y un sí probable, lo que, tal vez, le otorga menor estabilidad a la encuesta, en tanto son datos que podrán variar, máxime si falta más de un año para dichas elecciones.

    Lo que se hizo más arriba, en definitiva, fue comparar resultados entre dos o más subgrupos de una misma muestra.

    Por otro lado, la consultora Federico González y Cecilia Valladares, en asociación con la firma MGMR, realizó otra encuesta nacional con una muestra de 1.200 casos. Si comparamos esta muestra con la tomada por Mora y Araujo, y consideramos el tamaño de la población a estudiar, podemos afirmar que no hay una diferencia significativa entre una y otra, ya que, a mayor tamaño del universo, menor es la muestra necesaria para realizar el estudio estadístico.

    Contra los datos arrojados por la encuesta de Mora y Araujo (el 61% votaría a Massa, y el 45% a Daniel Scioli), en el segundo sondeo Massa obtuvo el 29,3% de intención de voto, mientras que Scioli logró el 21,3%.

    Aquí observamos que se da una variabilidad muestra a muestra, es decir, que la estadística calculada desde una muestra de la población no concuerda exactamente con la estadística calculada desde otra muestra de la misma población. En este caso, si bien son porcentajes diferentes, aplicados a cada muestra en particular, los resultados ubican a ambos políticos a la cabeza, es decir, coinciden en la predicción final.

    En este segundo sondeo también se subdividió la muestra, de modo que pudo inferirse el partidismo político entre los que votarían a Massa. De allí que un 43,5% sería anti-k, el 25,3% se dijo independiente, y un 9,4% se reconocieron como kirchneristas.

    En este caso, como en la primera encuesta, hablamos de una escala nominal o clasificatoria: una clase de personas u objetos se subdivide en más subclases que se excluyen mutuamente unas a otras. El requisito principal es que se puedan distinguir dos o más categorías significativas, y que se establezcan los criterios según los cuales los individuos, objetos o grupos serán incluidos en una o u otra categoría. La variable que aquí se definió nominalmente fue la simpatía partidaria.

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    1. Gracias Joaquín por tu aporte! Una corrección: vos escribís "contra los datos arrojados por la encuesta de Mora y Araujo (el 61% votaría a Massa, y el 45% a Daniel Scioli), en el segundo sondeo Massa obtuvo el 29,3% de intención de voto, mientras que Scioli logró el 21,3%. Aquí observamos que se da una variabilidad muestra a muestra, es decir, que la estadística calculada desde una muestra de la población no concuerda exactamente con la estadística calculada desde otra muestra de la misma población". Para poder hablar de variabilidad muestra a muestra, es necesario que las variables medidas sean las mismas en ambos estudios, y en este caso no lo son, porque en la primera encuesta citada no se mide propiamente intención de voto (pregunta excluyente) sino pisos y techos electorales relativos (yo puedo responder que "seguramente votaría a Massa", pero también puedo responde que votaría "probablemente a Scioli", por ejemplo, o sea, condiciones no excluyentes). En cambio, la segunda encuesta sí trabaja sobre intención de voto, con opciones excluyentes de respuesta. Saludos!

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