domingo, 31 de octubre de 2010

EE.UU en la encrucijada


Barack Obama enfrenta una posible derrota política desde que llegó a la Casa Blanca: según los pronósticos, el partido del presidente norteamericano perderá la mayoría en el Congreso a manos de los republicanos y, peor aún, ésta puede ser la peor derrota del partido Demócrata en 15 años.

El analista Stu Rothenberg estima el peor escenario posible para los demócratas: la derrota total. "Tienen posibilidades reales de perder hasta 50 escaños, un baño de sangre histórico, con unas pérdidas que podrían incluso superar los 52 escaños cedidos a los republicanos en 1994".

Salvo que las encuestas en danza estén erradas o no registren algún corrimiento de último momento (algo que, por supuesto, ha pasado varias veces en la historia), en las elecciones legislativas del martes 2 de noviembre los republicanos pueden hacerse con la capacidad de bloquear cualquier propuesta de ley que Obama pretenda sacar de ahora en adelante, lo que incluso podría llevar al presidente a hacer uso de su capacidad de veto para suprimir los intentos opositores de dar marcha atrás con dos de sus principales medidas, la reforma financiera y la sanitaria.

Obama dijo en Filadelfia a sus partidarios: "No se pueden detener ahora, porque el hecho es que estamos ante una elección difícil (...) esta elección no sólo va a fijar el escenario para los próximos dos años, va a fijar el escenario para los próximos 10, para los próximos 20" .

Los demócratas están pendientes de 39 escaños, que son los que necesita el partido Republicano para hacerse con el control de la Cámara de Representantes. Según ABC News, al menos 45 escaños tienen verdaderas posibilidades de cambiar de bando y, de ese total, en 43 se sienta un demócrata. En el Senado, sólo un tercio de sus escaños saldrá a votación, 36 para un total de 100 -dos por estado-. Además, se elegirán 37 gobernadores estatales.

Algunos analistas prevén una remodelación drástica del gabinete de comunicación presidencial, cuya labor en esta campaña se juzga como desastrosa. Obama y su vicepresidente Joe Biden han viajado por la Unión durante varias semanas para defender las posibilidades de los demócratas, pero el pronóstico es adverso. Se considera que las elecciones legislativas actualizarán el estado de opinión en Estados Unidos y los demócratas apuestan a sacar el mejor resultado posible en unos comicios que reconocen como "muy difíciles" para los que sus candidatos "no han podido prepararse mejor", según el presidente del Comité para la Campaña Demócrata al Congreso, Chris Van Hollen.

"Todo se va a reducir a la participación y la persuasión de los independientes (...) Muchos grupos pro-republicanos se han retirado, por lo que la lucha va a ser justa, y está en el aire", arriesga Van Hollen.

Según las tendencias conocidas, en Florida (aporta 25 representantes), el 54% de la población se ha declarado en contra del plan de reforma sanitaria de Obama; la crisis y la reforma sanitaria asustan también a los votantes de Pensilvania (21 representantes), que parecen apostar por los republicanos Tom Corbett para la Gobernación, y por Pat Toomey para el Senado. Texas (32 representantes) también sería una causa perdida. Ohio (con 18 representantes) podría ser la derrota más amarga, ya que en ese estado Obama ganó por cuatro puntos de diferencia en las presidenciales.

La palabra que campea en las filas demócratas es "desánimo": la llama de la larga campaña de un año que llevó al primer afroamericano a la Casa Blanca tiembla. No sería la primera vez que una elección de medio turno resulta adversa al presidente (a Clinton le pasó, y se recuperó con creces) pero en el escenario actual hay elementos nuevos de preocupación: el ascenso del Tea Party, el ala extremista del Partido Republicano, que hace campaña con proclamas racistas y xenófobas y propone una agenda ultraconservadora en materia moral, impositiva y económica, mientras que muchos candidatos oficialistas temerosos de las encuestas eluden ser asociados a Obama y hasta se muestran críticos con referentes emblemáticos de los demócratas, como Nancy Pelosi, líder del ala izquierda demócratas y una pieza clave del esquema de poder obamista.

La crisis de las hipotecas y el desempleo, herencias de la era Bush, han afectado sensiblemente a la gestión de Obama y a una base electoral que no siempre distingue responsabilidades con rigor histórico sino que creyó en el encanto y carisma personal de Obama y su slogan «yes, we can» («sí, podemos»), simbólicamente fuerte pero impotente frente a la realidad de un sistema que venía acumulando tensión por décadas, hasta el derrumbe acontecido entre 2007 y 2008.

El representante John Boehner, que podría convertirse en el nuevo presidente de la Cámara baja si los republicanos obtienen una mayoría, dijo que la agenda de Obama no ha resuelto los problemas económicos del país: "estos problemas no comenzaron bajo el presidente Obama. Pero el lugar de resolverlos, sus políticas los han empeorado", expresó Boehner en un mensaje republicano semanal.

Ayer, fue la personalidad brillante de Obama la que hizo ganar la calle a votantes entusiastas: hoy, el protagonismo lo tiene el movimiento ultraconservador Tea Party, que desplazó a la tradicional nomenclatura conservadora y representa las candidaturas senatoriales del Partido Republicano en Kentucky, Florida, Delaware, Nevada y Alaska. Con un lenguaje básico y consignas pegadizas (con frecuencia retógradas) este movimiento político exacerba el ataque al gasto público (consigna tradicional de los republicanos), los impuestos, las políticas públicas, los inmigrantes y la agenda «liberal» sobre derechos civiles. Una versión norteamericana de la misma reacción conservadora que varios países de Europa también están mostrando a partir de la crisis.

«Ojalá que no, pero si viene una ola de extrema derecha, va a ser muy duro. No han votado una sola de las iniciativas clave del presidente Obama y ya han manifestado que no quieren cooperar», dijo Hilda Solís, secretaria de Trabajo del Gobierno de Obama, quien viajó hasta Miami Beach para apoyar a la candidata a gobernadora de Florida.

En este escenario, una posibilidad que podría amortiguar el golpe a Obama es que el cariz ultraconservador del ala dura republicana despierte una reacción en contrario de sectores que se movilicen a votar a favor del presidente, trocando el entusiasmo de hace dos años por el temor de que la agenda pública quede en manos del extremismo.

sábado, 30 de octubre de 2010

El nuevo escenario político


El 28 de octubre de 2010, un día después de la muerte de Néstor, se cumplieron 3 años de la elección en la que Cristina Fernández de Kirchner ganó con el 44% de los votos, en primera vuelta, sin balottage.

Sin dudas, el funeral de Néstor Kirchner quedará en la historia, como el de Hipólito Yrigoyen en 1933, el de Eva Perón en 1952, el de Juan Domingo Perón en 1974 y el de Raúl Alfonsín el año pasado. Su muerte no lo hace mejor ni peor de lo que fue objetivamente, pero subjetivamente tendrá el efecto de agigantar su figura y empequeñecer relativamente a las demás: según una encuesta de Enrique Zuleta Puceiro/Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), Néstor Kirchner fue inhumado con un 78% de imagen positiva (18% de los encuestados dijo tener una opinión muy buena y 60% una imagen buena).

De todos modos, el nuevo escenario obliga a repensar el impacto político en un panorama donde el kirchnerismo ya no podrá seguir jugando al "pingüino o pingüina" como hizo antes del 2007. Ha muerto el "macho Alfa" del peronismo: venerado o temido, Néstor era la referencia política central de Argentina (dentro y fuera del PJ) y la mitad de la sociedad política que gobierna el país desde 2003. Será Cristina la que tenga que tomar la decisión de ir o no por la reelección, pero una primera certeza es que una nueva candidatura suya funcionaría no sólo como proyección del futuro político del kirchnerismo sino como una condición para mantener firme el timón en el tramo de gestión que queda hasta la próxima elección presidencial (de hecho, el canciller Héctor Timerman ya anunció a la cadena de noticias CNN que la presidenta buscará la reelección).

Al liderazgo que ejercía Néstor Kirchner se agregan otras consideraciones: la supervivencia política del kirchnerismo también pasa en gran medida por la construcción de cuadros y dirigentes en diversos sectores sociales, entre ellos la juventud. El menemismo, que optó por consagrar la política a las corporaciones y subordinarla tecnocráticamente a la economía, pudo marcar así una década del país, pero en esa misma decisión se esterilizó como fuerza de gravitación política a futuro. La figura de Menem murió en el ballotage frustrado del 2003, donde el riojano desertó para no perder arrasadoramente. Hoy, la única expectativa que despierta Menem reside en su presencia o no en el quórum del Senado. El kirchnerismo, en cambio, apostó centralmente a la política y también a la formación de cuadros. Sólo el futuro dirá si logra el éxito allí donde el menemismo fracasó.

En Facebook me preguntaron, en referencia al post anterior donde dije que Néstor coaligó el populismo con la centroizquierda, si yo creía que Hugo Moyano y el sindicalismo eran izquierda. Contesté que no, que eran el componente populista, e invité a seguir el debate en el blog porque en 420 caracteres no se puede analizar nada en profundidad (en Twitter, con 140, menos). Como la invitación no tuvo respuesta, agrego algo en ese sentido: Kirchner armó la transversalidad para configurar un bloque histórico (de nuevo Gramsci) distinto al de Menem. En ese armado, tomó la bandera de la izquierda en materia de derechos humanos, atacó símbolos visibles del menemismo (el combate contra la impresentable Corte Suprema de los años ´90) y volcó una porción de poder en piqueteros, organizaciones sociales y movimientos de centroizquierda.

El primer interrogante es cuánto del fervor popular que desató la muerte de Néstor Kirchner puede convertirse en capital político para una eventual candidatura de Cristina Fernández en 2011 y, por otro lado, qué impacto tendrá en las chances de las distintas figuras de la oposición. El único dato que conozco con posterioridad a la muerte de Néstor Kirchner es un estudio de la consultora Nueva Comunicación, de César Mansilla, según la cual 59,2% del universo entrevistado dijo apoyar a la presidenta en este trance. Respecto a quién votarían a Presidente de la Nación si las elecciones fueran hoy, Cristina Fernández, viuda de Kirchner, obtuvo el 31,8% de las respuestas, seguida por Ricardo Alfonsín (15,9%), Mauricio Macri (13,1%), Eduardo Duhalde (4,5%) y Mario Das Neves (2,8%). Otros candidatos alcanzaron 11,5% y 4,5% dijo que votaría en blanco. A su vez, ante la pregunta "Cón cuánta eficiencia cree Ud. que la Presidente lleva a cabo la administración del Estado?", el 52,2% respondió muy alto grado de eficiencia o bastante eficiencia, 27,3% dijo algo de eficiencia y 18,1% poco o nada de eficiencia.

Es muy probable que las exequias de Néstor Kirchner hayan fortalecido la figura de Cristina Fernández: detrás de bambalinas estuvo Javier Grossman, uno de los arquitectos de los festejos del Bicentenario (exitosos en términos de imagen del oficialismo). Un dato llamativo es que la encuesta de Nueva Comunicación fue realizada en Capital Federal, en forma telefónica y con una muestra de 237 casos efectivos, tomada entre el 28 y el 29 de octubre (con un margen de error de +/- 6,5%). El kirchnerismo nunca ganó en ese distrito (aunque sin dudas fue la decidida intervención de Néstor Kirchner en 2003 la que traccionó la victoria de Aníbal Ibarra como jefe de gobierno contra Mauricio Macri). ¿La muerte de Néstor puede haber provocado un cambio de tendencia y favorecido la reelección de Cristina?

Desde una óptica contraria, el Bank of America Corp arriesga que es poco probable que la actual presidenta consiga la reelección el próximo año después de la muerte de su esposo: "Fernández tiene bajas posibilidades de reunir el apoyo necesario del partido justicialista para presentarse a la reelección en 2011 (...) el partido peronista es probable que se una detrás de un candidato alternativo". Lo escribieron Marcos Buscaglia y David Becker, economista y estrategas de ese banco.

Con anterioridad a la muerte de Néstor Kirchner, Ricardo Rouvier & Asociados dio a conocer un estudio nacional según el cual Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner encabezaban la intención de voto a presidente de cara a 2011, en cuatro escenarios electorales posibles, incluso superando los guarismos de la UCR y el PRO sumados: Néstor Kirchner sumó 35,2% y la actual presidenta Cristina Fernández 37,2%, mientras que los presidenciales Ricardo Alfonsín (UCR) y Mauricio Macri (PRO) rondaban, en conjunto, 31%. Con la inclusión del vicepresidente Julio Cobos como candidato a la presidencia, la oposición alcanzaba entre el 30,1% y el 31,7%.

Detrás de los tres primeros lugares, Eduardo Duhalde obtenía entre el 8,7% y el 9,9% (según fuera el escenario medido) y Fernando "Pino" Solanas entre el 5,9% y el 7,2%. Otros candidatos sumaban poco más del 4%, al igual que las respuestas "ninguno", mientras que el 7,8% al 9,1% se definían como indecisos o no respondían. El estudio fue realizado entre el 4 y el 19 de octubre, sobre 1.400 casos, con una muestra dividida en un 7,8% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 38% por ciento en la Provincia de Buenos Aires y un 54,2% en el resto del país. Esa es, seguramente, una foto que ya cambió. ¿Sin Néstor Kirchner, qué definiciones tendrán figuras como Daniel Scioli y Carlos Reutemann, por ejemplo?

Pero, más allá de eso, cómo se articularán los movimientos en la "oferta" política con los cambios en la "demanda", en la gente? Los miles de personas que se acercaron a expresar sus muestras de cariño sorprendieron en el Gobierno, pero más todavía a la oposición. El opositor Felipe Solá lo sintetizó con una frase: "el que muere rodeado del pueblo por algo será, es así, es la verdad, y no se puede negar la realidad". En esas horas aciagas, Cristina ha tenido la oportunidad de establecer un vínculo distinto con la sociedad. "Fuerza Cristina, Aguante Cristina, Estamos con vos...." , gritaba la gente.

El analista Ricardo Rouvier cree que “Cristina no va a poder ni va a querer eludir la responsabilidad de convertirse en candidata en 2011. No puede escapar a ese destino; es la garantía del kirchnerismo”.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Un legado político


Para quienes crecimos militando en la universidad contra el menemismo -siempre en un marco democrático- la figura de Kirchner en 2003, desde su promoción de una Corte Suprema independiente, despertó expectativas que en sus primeros 2 años de gobierno se vieron cumplidas con creces, cuando no excedidas.

Rodolto Terragno, un interesante intelectual radical, decía en los ´90 que Menem le había dado una identidad definitiva al peronismo, la de un movimiento populista de derecha o centroderecha. Kirchner demostró el error de esa afirmación: el peronismo se reinventó nuevamente, y así como Menem había coaligado el populismo con el neoliberalismo de centroderecha, Kirchner conjugó el populismo con una corriente progresista de centroizquierda. Esta combinación, por supuesto, tampoco supuso darle una identidad definitiva al peronismo, que resiste el encasillamiento ideológico, pero sí configuró una suerte de "bloque histórico", para usar un concepto gramsciano, que implicó un giro copernicano respecto al menemismo.

Quienes conocen la microhistoria política saben que el proyecto presidencial de Kirchner no era para el 2003 sino para el 2007; sin embargo, una combinación inédita de circunstancias aceleró los tiempos, sin que Kirchner pudiera madurar un equipo técnico a la altura del desafío que representaba gobernar el país después del estallido del 2001. El patagónico tenía mucha experiencia de gobierno, pero en un distrito chico como Santa Cruz, nada que ver con la inconmensurabilidad de gobernar un país amplio, complejo, contradictorio y profundamente desigual. En ese escenario, la salida natural fue combinar su fuerte temperamento con la costumbre (nacida de su experiencia en el Sur) de concentrar el poder y las decisiones, delegando poco y nada: dormía muy pocas horas por día, estaba encima de las cifras clave como la recaudación impositiva, el resultado de la Tesorería y el nivel de las reservas. En términos de estilo de poder (no siempre de contenido) manejó el país con un criterio radial similar al que aplicó en su provincia.

Para peor, asumió apenas con 22% de los votos por la defección de Menem, quien no quiso ponerle el cuerpo a una derrota segura en la segunda vuelta del 2003. Desde esa debilidad de inicio, su determinación y habilidad lo llevaron a reconstruir la autoridad presidencial, desgajada desde el 2001.

En lo social, el principal legado de Kirchner es un país mejor que el que él se encontró: asumió con una desocupación del 24%, más de 50% de pobreza, casi 30% de indigencia. En 2007, al finalizar su mandato, la desocupación rondaba el 8,7%, la pobreza había caído al 26%, la indigencia no llega al 9%. Con el hábil Roberto Lavagna como ministro de Economía, reestructuró la deuda en default, en la mayor operación de su tipo nunca realizada en los mercados mundiales: se logró un recorte del 65% (el mayor de la historia) aceptado por el 74% de los bonistas y la deuda pasó de representar 166% el PBI del país en 2002 a equivaler al 74% del producto en 2005. Meses después, canceló toda la deuda con el FMI en un solo pago por u$s 9.500 millones, en el marco de su rechazo a la injerencia del organismo en la economía interna.

Los bajos niveles de actividad de los que partía el país ayudaron a la recuperación y también el contexto externo, pero su decisión de sostener un tipo de cambio competitivo, relanzar las exportaciones, impulsar la industria y el consumo interno permitieron que en sus 4 años de mandato la Argentina creciera 44%, alrededor de 9% por año, tasas chinas. Según sus detractores, que en vida no le reconocieron apenas mérito, todo eso fue sólo "viento de cola" o capitalismo de amigos. Hubo ambas cosas, pero de ninguna manera eso fue todo.

Para aquellos que tenemos en el centro de nuestra agenda ideológica los derechos humanos, la anulación de las leyes de la impunidad y la derogación de la flexibilización laboral fueron mucho más que un soplo de aire fresco. Su decisión de no reprimir la protesta social en ninguna de sus formas también fue un hito en esa línea. Pese a su retórica encendida, nunca acudió a la violencia como método de construcción política. Ni hablar de la firme decisión de avanzar con los juicios a represores, demostrando con claridad que la justicia sólo se mueve en casos así cuando hay un contexto político que lo promueve. Según sus detractores, Kirchner sólo "cazaba en el zoológico"; veremos si los gobiernos por venir siguen cazando en el zoológico, completando la tarea iniciada durante su mandato y avanzando sobre los cómplices civiles de la dictadura.

Su entrega total a la política, incluso con desprecio de su propia salud, lo acerca (lo acerca, no lo iguala) a la mítica Eva Perón. Animal político hasta el paroxismo, murió con las botas puestas, haciendo política y caso omiso a las advertencias de los médicos y las señales de su propio cuerpo.

En su proceso de construcción política, por supuesto, cometió enormes errores, muy probablemente (¿lo dirá la justicia?) hizo negocios, tuvo agachadas, entró en la "rosca" y tuvo aliados "impresentables", como cualquier político que gestiona poder y gobierna sin quedarse sólo en lo testimonial o en la denuncia. Otro déficit pasa por diversos estropicios institucionales, por una serie de políticas arbitrarias e inconsistentes a mediano y largo plazo (entre ellas, la energética) y por no haber acometido antes, con más seriedad, o no haber acometido directamente, desigualdades económicas y asimetrías que aún persisten pese a los años de crecimiento.

Quienes corren al gobierno por izquierda, muchos de ellos aquejados de pereza intelectual, miran el vaso medio vacío o, peor aún, dicen que Néstor Kirchner fue "más de lo mismo". Los empresarios, por supuesto, más lúcidos que la mayoría de la izquierda argentina, no le dieron ni 1% de votos en la encuesta que Ámbito Financiero hizo en IDEA, y consagraron a Menem como el mejor presidente de las últimas décadas (lo que nos llevaría a la siguiente conclusión extrema: si el crecimiento económico de los 4 años de Kirchner en la presidencia no se derramó ni a la sociedad como dice la izquierda ni a las empresas como dice la derecha, todo debe haber pasado a engrosar el patrimonio familiar K).

En este momento, yo miro la mitad llena, y me pregunto si alguna de las alternativas opositoras existentes tiene la más remota idea de cómo hacer lo que falta sin destruir lo que se hizo. En poco más de un año hemos perdido a los dos mejores ex presidentes desde la restauración democrática.

Me están pidiendo un panorama sobre cómo queda el escenario después de esto. En breve.

Néstor Kirchner, 1950-2010


Todos venimos del cosmos, todos somos polvo de estrellas y a ellas retornaremos. La muerte nos iguala, nos revela en nuestra finitud y a la vez nos devuelve a nuestro origen. Todos nuestros momentos se perderán como lágrimas en la lluvia, tal como dijo el replicante de Blade Runner.

Así como es arriba es abajo: la organización del átomo emula al sistema solar, los espermatozoides son cometas en miniatura, el sol -al que justificadamente adoramos como un dios por miles de años- se apagará. Incluso el universo entero morirá por enfriamiento o por la contracción de la gravedad. Todo tiene un origen, un desarrollo y un final (quizá un renacer).

Todos estamos de paso, amamos, sufrimos, lloramos, reímos, nos enojamos, nos peleamos, nos ponemos contentos, nos ponemos tristes, algunos militamos, discutimos por política y nos apasionamos.

La de Néstor Kirchner fue una vida apasionada, dedicada a la política hasta poner en riesgo la propia salud. Falleció a los 60 años en El Calafate, "nuestro lugar en el mundo", según Cristina (¡fuerza, Presidenta!)

La muerte no nos hace mejores ni peores de lo que fuimos, pero sí nos invita a reflexionar cuál fue la huella que dejamos. En lo personal, creo que el legado de Néstor es un país mejor que el que él se encontró. Ya he planteado esto en el blog, y seguramente volveremos sobre ello.

Algunos testimonios que dejan constancia de la huella de Néstor en su paso por aquí:

Martín Sabbatella: "siento un profundo dolor, queda un profundo vacío pero Kirchner deja una profunda huella en Argentina, es el protagonista de un camino nuevo para que el país se ponga de pie, de recuperar un agenda de justicia y de igualdad (...) Su huella, la fuerza para recuperar la política y de correr la barrera de lo posible, esto va a estar presente en todos los que seguimos soñando con una sociedad más justa”.

Daniel Scioli: "estoy muy conmovido por la muerte de mi compañero de lucha, mi amigo (...) es una tragedia".

Antonio Cafiero: "fue un hombre de profundas convicciones al que le tocó afrontar una etapa muy difícil de la Argentina y la superó muy bien" (...) Con sus gestiones, el país estaba encarrilado, a pesar de las opiniones contrarias".

Alfredo De Angeli: "fue un hombre de la política. Tenía una posición muy cerrada, que nunca compartimos. Equivocado o no, fue un hombre de ideas muy potentes”.

Felipe Solá: "se fue un luchador formidable, de esos que se dan cada tanto, incluso él estaba advertido y siguió peleando como si nada. Creo que se ha muerto uno de los políticos más importantes de los últimos 40 ó 50 años. A los opositores les decía que ojo con lo que decían del ex presidente, porque era uno de los políticos más valiosos de los últimos años (...) siempre lo pensé como una persona muy distinta a todas, muy determinada, capaz de enormes aciertos y también errores. Cuando sus rivales descansaban, él seguía trabajando. La historia va a escribir mucho sobre Kirchner. Le mando un abrazo de argentino a todo nuestro pueblo."

Luis D´Elía: "es una enorme pena (...) Es tremendo. Se nos va un grande. Un tipo que sacó a la Argentina del peor momento que le tocó vivir. Un hermano y un compañero inigualable".

Estela Carlotto: “se murió un hermano, dio la vida por su país" (...) Nuestro país lo necesitaba tanto a este hombre. Era un indispensable. No paró nunca, su corazón no resistió".

Julio Cobos: "murió un gran Presidente de la Nación"

Hugo Chávez: "una gran pérdida para Argentina y nuestra América (...) "Ay mi querida Cristina...Cuánto dolor! Qué gran pérdida sufre la Argentina y Nuestra América! Viva Kirchner para siempre!!

Eduardo Accastello: "la historia le va a reconocer haber sacado a este país de la crisis y haberlo llevado a este nivel tan importante".

Luis Juez: "el tema me causa dolor, un tipo que pelea por sus ideas, comparta o no las comparta (...) era un tipo apasionado. Un político de raza, aunque pueda haber estado equivocado".

Alberto Fernández: "es un día de inmensa tristeza. Se ha muerto un gran amigo, por encima de las diferencias que podíamos llegar a tener (...) luchó hasta el último de sus días, haciendo política. Era un político excepcional, con coraje, con valentía. Le volvió a dar valor a la política (...) era un gran presidente, un hombre de bien. Un hombre realmente enorme y creo que su ausencia la vamos a sentir mucho (...) fue la referencia central de la política argentina. Los políticos estábamos más cerca o más lejos de él, pero él era la referencia"

Fernando de la Rúa: "lo más valioso era su entrega total para la política, para las decisiones acertadas o no. Pero nadie puede cuestionar su garra. Dejó un mensaje, porque luchó por el país".

Carlos Menem: "es muy dolorosa la pérdida de una persona que trabajó, más allá de nuestras diferencias políticas".

Agustín Rossi: "hemos perdido a un gran jefe político, un líder, pero además, un amigo, y eso nos duele mucho (...) fue el Presidente que sacó a la Argentina de la peor crisis institucional, quien dio la posibilidad de volver a soñar y ver que la política no era resignación, sino construcción (...) era un ser que amaba la vida, con gran energía positiva".

Carlos Reutemann: "desde que conocí a Néstor Kirchner como gobernador, en 1991, siempre vi a un luchador, con sus ideales, defendiendo sus convicciones, y creo que lo hizo de esta forma hasta el último momento".

Héctor Méndez (UIA): "se trataba de una personalidad fuerte, de esas que no se puede no extrañar".

Daniel Millaci(CGE): "las empresas del país, y en especial las Pymes, tienen mucho que agradecer a la gestión del ex presidente Kirchner (...) "tanto su gobierno como el de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dieron un gran impulso al sector de las PyMES"

Eduardo Eurnekian (CAC): "entristece a toda la sociedad el fallecimiento de un destacado protagonista de la vida argentina, cuyas convicciones y firme decisión le permitieron llevar adelante el país en años de crisis, quien dejó una profunda huella en la política y economía del país, manteniendo su liderazgo político en toda esta década".

Andrés Calamaro: "Despedimos con amor y gratitud al que fue, la historia va a pronunciarse, el mejor presidente de los últimos cincuenta años".

Gustavo Garzón: "vine a expresarle a Néstor mi gratitud y un agradecimiento porque fue un hombre que honró la Casa de Gobierno y la presidencia (...) luchó por sus ideales y por su ideología e hizo mucho por el país (...) hoy siento como que se murió papá, queda mamá pero se murió papá, entonces vine a expresar nuestro dolor".

Liliana Herrero: "fue un gran luchador (...) un hombre que con errores y dificultades se planteó seriamente combatir esta década infame de los 90 y ponerse a construir otro país (...) me gustaba el estilo descontracturado de Kirchner que le permitía pasar de la astucia a la franqueza sin mediaciones y con el que sentó las bases para que empecemos a hablar y a pensar en relación a otra Argentina (...) ojalá que la Presidente pueda reponerse y hay que acompañarla en este dolor y también en sostener las banderas de esta batalla política y cultural que está dando y que es tan importante".

Teresa Parodi: "hemos perdido a alguien que daba todo lo que tenía, su corazón y su fuerza, para construir el país que nos merecemos (...) él fue un político extraordinario, un hombre que era símbolo de la Argentina y de América Latina; su política sobre los derechos humanos va a marcar a todos y va a quedar para siempre en la historia argentina".

Sebastián Piñera: "él apuntó a crear una comunidad de democracias en América del Sur que se comprometa con eficacia y con voluntad en hacer de nuestro continente un continente de paz, democracia, desarrollo, progreso y justicia (...) en que los valores de la democracia y los derechos humanos sean defendidos con tanta eficacia como lo hicimos hace algunas semanas cuando hubo un intento de golpe de estado en la república de Ecuador. En esa oportunidad Néstor Kirchner jugó un papel muy importante y también la presidenta Cristina Fernández".

Roberto “Tito” Cossa: "Néstor Kirchner cambió notablemente a la Argentina al reponer el rol del estado y al recuperar la política para que reaparezca la militancia (...) su aporte a los derechos humanos resultó extraordinario."

Juan Gelman: "una pérdida enorme para Argentina y para la unidad latinoamericana (...) estaré eternamente agradecido por su aporte al esclarecimiento de la desaparición de mi nuera durante la última dictadura militar (...) fue un político de garra, creador de un proyecto de país nuevo que siguió impulsando a pesar de todos los obstáculos que los intereses de siempre, más atentos al bolsillo que al pueblo argentino, levantaron y levantan ahora ante la Presidenta".

Hugo Moyano: "después de Perón y Eva, viene Néstor Kirchner (...) Ha sido un golpe durísimo que hemos recibido con la pérdida de un hombre que va a ser reconocido en muy poco tiempo como alguien que trascendió la política argentina (...) después de Perón, nadie le ha dado tanto a los trabajadores. Le devolvió parte de la dignidad a los trabajadores, los trabajadores somos agradecidos, y por eso no nos vamos a olvidar de Néstor Kirchner".

Mauricio Macri: "claramente fue un presidente que ha hecho su huella".

Ricardo Alfonsín: "la historia se encargará de juzgar las virtudes y los errores de cada uno, pero hoy lo importante es reconocer a este gran militante que tuvo el Frente para la Victoria, que entregó su vida en nombre de sus propias convicciones".

Pino Solanas: “es un momento de duelo para toda la Nación porque murió un gran luchador de la política argentina (...) Los que integramos Proyecto Sur siempre reconocimos sus aciertos y hemos sido opositores francos y con argumentos a sus políticas equivocadas. Pero no es momento de hacer una reflexión política porque los duelos exigen solidaridad y grandeza (...) Siendo yo un opositor a este gobierno, debo decir que Kirchner ha hecho cosas muy importantes por el país que la historia sabrá valorar".

viernes, 22 de octubre de 2010

Las vergüenzas que nos quedan


Según Demian Panigo, doctor en Economía de la Escuela de Altos Estudios de París, en los últimos cinco años Argentina registró un avance en materia previsional, siendo hoy el país de América latina con mayor igualdad entre la población anciana. Panigo es investigador del CONICET, no un economista "K", y sus reflexiones reconocen un sustento empírico incontrastable: 2,4 millones de nuevos jubilados incorporados desde 2003 y la cobertura previsional más alta de Latinoamérica, con 5,6 millones de jubilados, mientras Francia aumenta la edad jubilatoria y España se prepara para hacer lo mismo.

De acuerdo a un informe de la consultora Idesa, la desigualdad económica en la Argentina se redujo 15% desde el estallido posterior al fin de la convertibilidad y se ha posicionado actualmente en su nivel más bajo de los últimos 16 años. El coeficiente de Gini -que mide los niveles de igualdad tomando como referencia que 1 es una sociedad donde sólo una persona tiene todos los ingresos y 0 es un grupo totalmente igualitario- se ubicó al cierre del primer semestre de 2010 en 0,45, mientras que en 2002, que fue el pico máximo histórico de desigualdad, la cifra era de 0,53. Así, los estándares argentinos actuales casi en el mismo nivel que en 1993 (0,44), el mejor año de la convertibilidad en ese indicador. En este sentido, la desigualdad en Argentina es sensiblemente menor a la que existe en Chile y Brasil (ambos casos superan el 0,50 de indicador) aunque superior a la de países avanzados como Italia o España, donde el coeficiente de Gini apenas supera el 0,30.

Idesa es una consultora crítica del actual gobierno nacional, pero estos números reconocen logros en materia de redistribución del ingreso que están directamente vinculados con un modelo económico en el cual el consumo privado explica casi la mitad del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI, que se expandió 9,1 por ciento en los primeros 8 meses del 2010. Este es un dato que no debe ser menospreciado: sea cual fuere el signo del próximo gobierno, la receta del ajuste (en la que el FMI insistió nuevamente hace pocos días) tiraría por la borda lo construido en estos años.

Sin embargo, esos logros no deben hacer olvidar que aún falta mucho por mejorar: por caso, en 1974 el coeficiente de Gini en Argentina alcanzó 0,35, la mejor perfomance que tuvo el país en ese indicador de igualdad. El fuerte crecimiento económico de los últimos años representó mejoras a nivel de igualdad social comparada con la situación heredada en 2003, pero insuficientes en términos estructurales para resolver las profundas cicatrices que dejó en el tejido social la década del ´90 y el estallido de ese modelo en el año 2001.

Esto no debe perderse de vista en el contexto de la muerte de Mariano Ferreyra, un militante social presuntamente asesinado por una “patota” cobijada entre trabajadores de la Unión Ferroviaria conducida por José Pedraza, un sindicalista de los llamados "gordos", que se enriqueció con las privatizaciones de la década de los ‘90 (mientras el sistema ferroviario nacional era sometido a un ajuste cuyas secuelas aún perduran), en tanto que Hugo Moyano combatía al menemismo desde el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA). Aún hoy, Pedraza no está alineado con el camionero.

Lo principal es encontrar a los responsables de este crimen, pero no debe soslayarse el contexto: además de la lucha entre grupos sindicales antagónicos que se disputan la representación gremial, un régimen de contratación de servicios tercerizados, que ya venía recibiendo fuertes críticas por parte de abogados laboralistas. Es posible incluso que este hecho desgraciado impulse la postura favorable a la incorporación de trabajadores que se desempeñan en empresas proveedoras, ya que la "tercerización" es en realidad un eufemismo para evitar el término "precarización": los tercerizados perciben una remuneración promedio de 2.200pesos, mientras que el salario obtenido por los trabajadores de planta permanente tiene como piso una cifra de 4.500 pesos, lo que algunos califican como “un claro fraude laboral”.

Con frecuencia, hay tareas que entran en una “zona gris” en la que puede haber tantos argumentos para defender la tercerización como para cuestionarla, pero especialistas Oscar Martínez, asesor de sindicatos, cuestionan esta modalidad de empleo y su avance en un gran número de empresas argentinas: según él, hay casos en que "un 30% del producto de una compañía es elaborado por el personal interno mientras que el resto se terceriza, cuando hace unos años la relación era exactamente al revés”. En la misma línea, la CTA interpreta que esta modalidad de contratación minimiza la capacidad sindical de parar la producción ante una situación de conflicto. En el caso de los ferroviarios, la tercerización se fue extendiendo hasta afectar en la actualidad a casi un 20% del personal –unos 1.500 trabajadores- que se encuentran encuadrados en convenios diversos y menos favorables que el de los ferroviarios como es el de UOCRA, comercio, maestranza y seguridad privada.

La discusión sobre encuadramiento se profundizó y extendió desde los años ´90, cuando las grandes empresas empezaron a recurrir en forma masiva a la estrategia de fragmentar a los trabajadores en distintos encuadres. En este contexto, se entiende porqué las políticas liberales que encarnó Carlos Saúl Menem siguen cosechando la aprobación de la mayoría de los empresarios que concurren al Coloquio de IDEA, donde el 53% consideró que Menem (1989-1999) en ambas presidencias fue quien mejor condujo los destinos del país en los últimos 50 años (excluyendo los gobiernos militares). Cristina Fernández sólo cosechó 10% de votos y Néstor Kirchner (2003-2007) no recibió ningún sufragio (pese a que los mejores datos de crecimiento de la economía se registraron durante su mandato).

El actual ministro de Trabajo, Carlos Tomada, admitió que la tercerización en la contratación de trabajadores “muchas veces se utiliza para evadir el cumplimiento de las leyes y convenios”. En síntesis, la Justicia tiene que hacer su tarea, y el gobierno también: avanzar en todas las materias pendientes en lo social, lo laboral y lo sindical. El desafío, entonces, para el actual y los próximos gobiernos, es profundizar políticas sociales y de gestión inclusivas, mantener lo que se ha hecho bien, corregir lo que se ha hecho mal y hacer lo que no se hizo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Gobernabilidad, un eje del 2011


¿Hacia dónde tiende la corriente dominante de la opinión pública, hacia la continuidad o al cambio? ¿La gestión vigente, tiene más razones para ser premiada o para ser castigada?¿Es una gestión nueva o ya lleva varios mandatos? ¿Se la percibe agotada o tiene capacidad de renovar el crédito social? Este tipo de preguntas son las que se plantean analistas y consultores ante toda campaña electoral.

Si existe demanda de cambio, ¿es posible que admita continuidad con cambio -es decir, que la misma gestión o un candidato oficialista realice alguno de los cambios que se reclaman- o es una demanda que está apuntando a un cambio del signo político en el poder? La demanda de cambio, ¿atañe a aspectos profundos o accesorios de la gestión? ¿Hace a la forma (se reclama un cambio de estilo, de entorno, de equipo) o de fondo (incluye al mismo gobernante)?

En la medida en que el cambio demandado sea más profundo, es más fácil que lo puedan canalizar los dirigentes opositores, y en cuanto sea más superficial, es más susceptible de ser capitalizado por el oficialismo. Para expresarlo en una fórmula, las chances oficialistas son inversamente proporcionales a la profundidad del cambio que se reclame, y las chances de la oposición son directamente proporcionales al mismo. Como elemento del mensaje, el cambio es el tema de la oposición por excelencia, pero un gobierno en funciones puede abordarlo en algunas circunstancias, por ejemplo, planteando que está en condiciones de plasmar una continuidad (mantener lo que sea valorado de su gestión) con cambio (lo que haya que modificar o corregir). Por contrapartida, la continuidad no es solamente el tema por excelencia de los gobiernos, sino que es excluyente de ellos. Apliquemos estos conceptos a los actores políticos nacionales:

1) el gobierno perdió la mayoría en el mayoría en el Congreso en 2009, cuando muchos votantes golpeados por la crisis económica y ofuscados por el estilo "K" castigaron al oficialismo, en parte influidos también por los ecos del duro conflicto desatado por las retenciones móviles un año atrás. En 2010, en cambio, la economía viene rebotando con fuerza, la aprobación pública del gobierno recuperó algo del terreno perdido y una eventual candidatura "K" es respaldada por alrededor de un tercio del electorado, según algunas encuestas de opinión.

¿A qué apuesta fundamentalmente el gobierno? A qué la aprobación siga creciendo de aquí al 2011 y que parte de ella se traduzca en un incremento en intención de voto. Seguramente, la gobernabilidad será uno de los ejes centrales de campaña, para contrarrestar la opinión adversa (pero dispersa en varias alternativas opositoras) existente. Un adelanto de este eje apareció en el discurso presidencial a propósito del veto al 82% móvil: Cristina dijo "los que más necesitan de un Estado eficiente son los más vulnerables. Los recursos salen de la administración que hemos hecho. Nos quieren hacer vender el fondo de garantía de acciones y títulos en 30 días. Más que favorecer a los jubilados quieren otras cosas".

El gobierno y sus analistas saben que, sobre todo en elecciones ejecutivas, la opinión pública no suele dar saltos al vacío ni cambiar por el cambio mismo: debe haber alguna percepción de que hay alternativas de cambio mínimamente factibles, caso contrario predomina la continuidad o prevalece la continuidad con cambio, porque la gobernabilidad siempre aparece como elemento a la hora de decidir un voto presidencial. Eso se verifica casi siempre (como se verifica la preeminencia del voto útil sobre el testimonial); los grandes cambios o procesos de ruptura en los cuales el elemento de gobernabilidad pierde peso son excepcionales.

Por eso, el año que viene, parte de la artillería del gobierno se dedicará a repasar lo que entienden como logros propios (crecimiento económico casi ininterrumpido, recuperación del empleo, comparación de la Argentina del 2003 vs 2011) y parte a asociar a la oposición con falta de "gobernabilidad". Los "K" harían hincapié en la continuidad (3er mandato) frente a una corriente de cambio que esperan siga dispersa en más de una vertiente opositora.

¿Su debilidad? Si la ola del cambio es más fuerte que la de continuidad y encuentra una expresión opositora que la capitalice, el gobierno estará en serios problemas, porque difícilmente la opinión pública adversa separe las cuestiones de "fondo" vs "forma": el denostado "estilo K" es un aspecto tan marcado y tan característico de las gestiones de Néstor y Cristina que esa impronta no se restringe a una cuestión de forma, sino que para la percepción de la opinión pública es consustancial a su gobierno. El gobierno no será creíble si propone una continuidad con cambio, porque esa carta ya la jugó en 2007. Todo lo que le queda es apostar a que, dentro de una coyuntura volátil (por razones endógenas y exógenas) el oficialismo comunique más certidumbre al electorado (o menos incertidumbre) que las alternativas opositoras existentes.

2) A qué apuesta la oposición? La primer apuesta de la oposición es que la aprobación del gobierno se estanque de acá al 2011 (deje de crecer) o, mejor aún, decline: cuando un gobierno está muy cuestionado, a la mayoría le importa más que ese gobierno se vaya que los pergaminos de quien venga. En este caso, la oposición puede centrar su mensaje en que ella ES el cambio, y está menos obligada a entrar en detalles racionales de cómo va a hacerlo; en circunstancias así, el elemento gobernabilidad pesa menos que en otras (lo que no implica que sea inexistente).

En otras circunstancias, si el gobierno mejora en aprobación, la oposición (las diversas oposiciones) esperan que esa mejora no se traduzca en crecimiento de intención de voto, o que si éste se da no alcance para una victoria en primera vuelta.

¿Qué fuerza de la oposición está mejor parada para capitalizar el descontento con el gobierno? En mi opinión, el Acuerdo Cívico y Social, sobre todo si la UCR logra construir una alianza creíble con otras fuerzas afines, como el GEN conducido por Margarita Stolbizer (ex ARI, distanciada de Carrió) y el socialismo (Hermes Binner acaba de retribuir los halagos de Alfonsín con un guiño, diciendo que ve posible una fórmula en conjunto). Según un ex ministro de Carlos Menem, «el futuro presidente argentino no será peronista. No hay jefe en el peronismo disidente que pueda aglutinar fuerzas. La gente a fines de los 90 estaba cansada del menemismo y ahora lo está del kirchnerismo». En este análisis, una derrota “K” implicaría dividir el voto PJ y afín y beneficiaría a la UCR.

Un punto fuerte de esta potencial alianza es que un discurso suyo basado en el cambio y el respeto a las instituciones sería más creíble que el mismo discurso en boca de un peronista disidente. Algunos trazos de este discurso ya los esbozó el diputado Ricardo Alfonsín: "no hay seguridad jurídica en la Argentina y no utilizo esta expresión en un sentido conservador. En un país en donde no funcionan adecuadamente las instituciones no es un país confiable (…) no genera confianza un país cuyos gobernantes no respetan las instituciones".

Punto débil de esta alianza? Justamente, que recuerde a la fallida Alianza del 99, es decir, la falta de gobernabilidad, asociada además al hecho de que desde 1983 ningún presidente de ese origen logró completar un mandato.

La elección del 2011 se jugará entre las expectativas y las certezas. Volveremos sobre este tema un próximo post.

jueves, 14 de octubre de 2010

Pingüinos en la cama


Trece senadores que rechazaron en 2008 la estatización de las AFJP votaron esta semana el 82% móvil: peronistas federales (Basualdo, Escudero, González de Duhalde, Romero) radicales (Nikisch, Vera, Marino, Morales, Martínez, Sanz), una legisladora de Elisa Carrió (Estenssoro), un renovador salteño (Pérez Alsina) y un monobloquista que ingresó a la Cámara alta por la Coalición Cívica (Cabanchik) acompañaron el proyecto opositor que lleva la jubilación mínima de 1.046 a 1.427 pesos, pero se negaron a devolverle al Estado la administración de la caja de donde deberían haber salido esos mismos fondos.

Cuando esa iniciativa se trató en la Cámara baja, fueron 35 los diputados que aplicaron el mismo criterio (rechazaron la reestatización pero acompañaron el aumento del 82% móvil), entre ellos Elisa Carrió y Patricia Bullrich, esta última una ex ministra del gobierno de Fernando de la Rúa, que recortó un 13% las jubilaciones antes de la crisis de 2001. La votación que desempató el vicepresidente Julio Cobos terminó 35 a 35. La que creó el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y sepultó a las AFJP fue 46 a 18 con una sola abstención.

Según Salvador Treber, uno de mis economistas de cabecera, el debate sobre la eventual modificación de los montos de las jubilaciones y pensiones nacionales y el consiguiente reclamo destinado a imponer un régimen automático que garantice el 82% móvil se ha realizado "en un alarmante marco de irresponsabilidad (...)Varios legisladores, representantes de una heterogénea oposición, han minimizado el problema financiero (...) satisfacer lo requerido por la oposición implicaría asumir un compromiso de unos 26 mil millones de pesos anuales. Restaría, además, resolver el intríngulis que implica la existencia de 4,1 millones de trabajadores no formalizados, que no figuran ni aportan, aunque cuando llegan a cierta edad tratan de lograr una asignación de este tipo (...) Según muchos de los parlamentarios, la plata está; es decir, sobraría en el sistema. No han aportado ningún tipo de cálculo serio para determinar cuánto de los casi 150 mil millones que integran el actual Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del sistema debería ser afectado a cubrir el pasivo contingente".

En pocas palabras: la oposición impulsó un aumento sin proponer fuentes concretas de financiamiento, con el slogan "que sea el gobierno el que vea de dónde sale la plata". La intención, claramente, era hacerles "una cama" a los K, generarles un costo político, pues el gobierno ya había anunciado hasta el hartazgo que la norma sería vetada si la aprobaba el Congreso y recordado además que sus gestiones desde el 2003 han dado más de un 500% de aumento en el haber mínimo jubilatorio.

Treber no es el único economista que plantea esto: Miguel Angel Broda, un economista ubicado en la antítesis del kirchnerismo, sostuvo al momento de la media sanción en Diputados que con el proyecto la oposición buscaba "poner palos en la rueda". Otro tanto puede decirse de Daniel Artana, Nadín Argañaraz, Carlos Melconian y Roberto Cachanosky, todos economistas "no K" que consultados recientemente coincidieron en en que 82% opositor era insostenible, ya que el Fondo de Garantía de Anses (acumula unos 155 mil millones de pesos) alcanza sólo para cubrir unos años, mientras que el compromiso que se estaba tomando era por décadas, y en que la ley aprobada no planteaba qué gastos deberían recortarse para financiar la previsión social, generando un gasto extra anual en previsión de 33 mil millones de pesos. La sanción en el Senado, con el voto de Julio Cobos, apuntaba a un objetivo político-electoral que trascendía sus endebles fundamentos.

Por su parte, Demian Panigo, doctor en Economía de la Escuela de Altos Estudios de París e investigador del CONICET, remarcó que la iniciativa debería haberse llamado de "incremento de haberes máximos y medios en el sistema previsional": "todo el articulado que viene después (del artículo 1°) aumenta las jubilaciones más altas (...) mientras que para aumentar la mínima se contempla destinar entre 18 mil y 20 mil millones de pesos, que es el artículo 1°, en todos los artículos que vienen después, que es para clase media y media alta, se gastarían entre 20 mil y 40 mil millones de pesos, es decir el doble (...) nuestros cálculos, tomando el conjunto de todo el articulado del proyecto de ley, nos dan que aumentaría un 15% la desigualdad y que sólo bajaría 1,5 puntos porcentuales la pobreza (...) nos hace perder cuatro o cinco años de avance en materia previsional. Argentina hoy es el país de América latina con mayor igualdad entre la población anciana".

Lo triste de todo esto es que fuerzas pretendidamente progresistas como Proyecto Sur fueron funcionales a esta "cama" al gobierno. Ya en el momento de la aprobación en Diputados Martín Sabbatella lo dijo claro: “en el momento en que los diputados de Proyecto Sur se sentaron en sus bancas, sin condicionar el quórum al financiamiento, entregaron la posibilidad de restituir los aportes patronales (...). Para aumentar a los jubilados hay que gravar la renta extraordinaria. Pensar que eso se va a lograr con los dueños y los representantes de esa renta extraordinaria es ingenuo y peligroso. (...) ¿Desde cuándo los responsables de haber destruido el sistema previsional, con recortes y congelamiento de los haberes y privatización de los aportes, pueden ser socios de una estrategia progresista que beneficie a los jubilados? Hay dos opciones –consideró Sabbatella-. O hay ingenuidad y no se llega a percibir cuáles son los objetivos y la estrategia de la derecha, o hay picardía y oportunismo. En cualquier caso, terminan siendo la pata progre de la derecha”.

En fin, una oportunidad perdida para una discusión seria del tema previsional, que podría haber contemplado un aumento, con fuentes de financiamiento claras (por ejemplo, restitución de aportes patronales a niveles previos al año 1993, algo que tampoco el kirchnerismo ha impulsado, lo que es un déficit). Hay que tener en cuenta que el ANSES no sólo gestiona “la plata de los jubilados”, como se dice demagógicamente, sino recursos de la seguridad social: los aportes de los trabajadores activos para la jubilación alcanzan a financiar el 58,9% de los gastos de la Anses, un 40,6% es soportado por la Nación y las provincias (que ceden recursos de la recaudación de impuestos) y un 0,5% restante surge del rubro rentas de la propiedad (otro buen punto que habría que modificar en un esquema que busque ser sustentable a largo plazo).

miércoles, 13 de octubre de 2010

Rescate de mineros vs mundial de Fútbol


Según estimaciones de TV Chile y otros medios internacionales, la proeza del rescate de los mineros le ganó al Mundial de Fútbol: 1.000 millones de televidentes contra 800 millones, alcanzando así un pico de audiencia histórico. El encuentro final de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, disputado entre España y Holanda, tuvo una audiencia de casi 800 millones de personas alrededor del planeta, superando el público de las semifinales, de 760 millones de espectadores por partido, según el director de televisión de la FIFA, Nicolas Ericsson. La última final superó a la del mundial de Alemania 2006 (con 760 millones de telespectadores).

Una lista de los eventos de mayor audiencia de la historia de la humanidad (y de la TV) muestra que el comienzo del rescate y la salida hasta la superficie de Florencio Avalos –el primer rescatado- fue tomada en los 5 continentes, con una cobertura de más de 2.000 periodistas de todo el mundo y seguida en vivo por las cadenas noticiosas más importantes del planeta -BBC, CNN y NBC, entre otras- que realizaron transmisiones en directo para la audiencia internacional, apoyadas en la señal estatal chilena, y con corresponsales instalados en el "campamento Esperanza", en tanto que las ediciones digitales de los principales periódicos del mundo llevaron en su primera plana la noticia de los mineros chilenos. Para un cálculo (difícil) de la audiencia total, a las más de 1.000 millones de personas que siguieron las transmisiones televisivas habría que sumarle quienes siguieron las imágenes a través de internet en los cientos de portales que reprodujeron las señales televisivas.

Sin dudas, el operativo de rescate ha sido un éxito, pero ello no debería hacer perder de vista algunas consideraciones:

1) ya han aparecido críticas de la cobertura mediática de toda la historia por excesiva, más propia de un reality show. Pego aquí algunos extractos de muestra, extraídos de blogeros y twitteros:

Ramón Lobo en su blog Aguas internacionales: “más de 1.500 periodistas dispuestos a todo a cambio de un buen titular (...) la información se ha transformado en un plató sobre el que gira un trozo de la realidad. Afecta sobre todo a las televisiones, tan dadas al espectáculo.”
Marco Schwartz en Versión libre: "un intento descarado por rentabilizar el caso, convirtiéndolo en una exhibición de fervor nacional mediante la utilización de la más rancia retórica patriotera.”
La tele que me parió: “no me extraña el tono que está adquiriendo el rescate de los mineros chilenos pero sí que lamento, y mucho, que se use para tapar la realidad más obvia y explotando la pobreza de estos trabajadores y sus familias.”
David Bollero en DB News : “si Piñera quiere cumplir con su pueblo (...) que haga un buen repaso de inspecciones mineras a lo largo y ancho del país. Entonces sí, sí habrá cumplido, no sólo con su pueblo, sino con su trabajo.”
Javier Sanchez: “Efectivamente…el contador de mineros restantes de @el_pais es como la casa de Gran Hermano y los concursantes restantes.”
Ander Izaguirre: “Viva el rescate chileno. Ahora a ver si empezamos a sacar a estos 13.000 menores bolivianos trabajan en la minería”.

Me parece muy pertinente citar a Hörst Holzer, un estudioso de la teoría de la comunicación social, quien plantea que una estrategia usual de los medios de comunicación es la "privatización" o "personalización" de los problemas sociales, lo que lleva al público a una posición de "pasividad política frente al Estado, a considerar las ventajas y problemas de las personas y no las condiciones del sistema social en que vive": "a propagación a través de los medios de masas de una imagen personalizada y personalizadora de la historia y de la sociedad conduce, de esta forma, a una privatización de la política social y de sus problemas".

Y esto nos lleva directamente al segundo punto crítico:

2) la manipulación política del suceso: de acuerdo a un sondeo de CERC, el presidente chileno Sebastián Piñera vió subir su imagen positiva del 31% antes de la salida del primer minero a un 57% luego de finalizado el rescate. El exitoso trabajo de los rescatistas ayudaron a reestablecer la imagen presidencial y la de parte de su gabinete, duramente golpeada tras el terremoto desvastador que sufrió el país a principios de 2010, no resultado afectados en términos de asignación de responsabilidades por el accidente (73% de los chilenos las achaca a los dueños de la mina San José y apenas 11% al ministerio de Minería).

El ministro de minería, Laurence Golborne, pasó de ser un ignoto funcionario en julio (conocido por un escaso 16%) a una aprobación del 87%. Su caso (una imagen beneficiada a partir de una catástrofe real o potencial) tiene un antecedente en el invierno de 2002, con las inundaciones que asolaron a la capital chilena: la entonces ministra de Defensa de Ricardo Lagos (ahora ex presidenta) Michele Bachelet, socorrió a los santiaguinos desde un tanque de guerra.

Justamente de Bachelet provino uno de los comentarios más lúcidos que he leído en estos momentos donde la euforia por el rescate le quita espacio a la reflexión: "creo que este accidente se podría haber evitado", declaró la ahora secretaria general adjunta de la ONU encargada de la agencia "ONU-Mujeres". Aun así, se declaró "muy contenta" por el exitoso rescate. Según Bachelet, se habían identificados numerosos riesgos para los mineros en la mina de San José, pero "no se tomaron todas las medidas que se tendrían que haber tomado para evitar un accidente". Un dato: el salvataje de mineros tuvo un costo de entre 10 y 20 millones de dólares, un tercio de los cuales fue financiado por donaciones privadas, mientras los dos tercios restantes los asumió el Estado (es decir, los contribuyentes chilenos) según el mandatario chileno Sebastián Piñera.

Bachelet, que se retiró del poder en marzo con una popularidad récord, estimó que se tenía que hacer mucho más para mejorar la seguridad de los trabajadores, en las minas y en otros sectores. Esto nos conduce al último punto:

3) el accidente ha puesto también un foco de atención en los débiles controles mineros en un país que es el mayor productor de cobre. Los propietarios de la mina en cuestión, la Compañía Minera San Esteban Primera, son culpados por el hecho y la empresa está realizando una auditoría interna para determinar si debe declarar la bancarrota.

Esa mina tiene más de un siglo de antigüedad y un largo historial de accidentes que han matado o herido de gravedad a muchos mineros en los últimos años. Especialistas han señalado que la empresa minera chilena permitió que se produjera un derrumbe del tipo de los que eran habituales.... en el siglo diecinueve. “Hoy, ese tipo de derrumbe es muy inusual”, afirmó el directivo de una empresa multinacional, quien prefirió que no se conociera su nombre en medio del clima de júbilo que reinaba en Chile. Por ejemplo, el refuerzo de las paredes del pozo minero se había realizado con endebles planchas de madera, en lugar de fuertes columnas de acero. Los familiares de los mineros han cerrado filas contra la compañía pidiendo un total de 10 millones en concepto de indemnizaciones, en tanto que el ministerio público perseguirá a los dueños por la vía penal. Está muy bien, pero hubiera sido mejor prevenir, ¿no?

martes, 12 de octubre de 2010

Escenario nacional de cara al 2011


Según el consultor Carlos Fara, una elección se gana con una suma de sectores de la sociedad que adhieren a la propuesta o se identifican con un candidato. Esto se denomina construir una coalición ganadora mínima: para ello, hay que saber a qué sectores es necesario atraer para poder ganar la elección o, al menos, sacar la mayor cantidad posible de votos.

¿Cuál de los actores y fuerzas políticas está hoy en mejores condiciones de hacerlo? Repasemos y actualicemos el panorama electoral de cara al 2011:

1) Frente para la Victoria: según un informe del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) difundido la semana pasada, Néstor Kirchner alcanza una intención de voto del 36%. Su titular Roberto Bacman afirmó que si las elecciones presidenciales fueran hoy, el ex mandatario estaría cerca de ganar en primera vuelta e incluso podría disputar con chances la segunda con el candidato opositor de mayor crecimiento en los sondeos, Ricardo Alfonsín, cuya intención de voto ronda el 18% (este escenario no mide a Cristina Fernández ni Daniel Scioli, un potencial candidato que podría ser sucesor "K" o bien que podría complicar al kirchnerismo si rompe con ellos).

Según Bacman, Alfonsín aventaja a Julio Cobos en unos dos puntos en intención de voto a nivel general y “ganaría cómodamente” si hubiese internas en la UCR. El consultor le restó chances al peronismo disidente: según sus cifras, Macri alcanza 13% en intención de voto, en tanto que Eduardo Duhalde registra un 8%.

En este sentido, el piso del oficialismo oscila alrededor del 30% -que es lo que obtuvo, aproximadamente, en la sumatoria general de la legislativa de junio de 2009-por lo que según el sondeo de CEOP está mejorando unos 6 puntos porcentuales esa elección, en un contexto de crecimiento económico (8% en promedio), del consumo y el despliegue de la Asignación Universal por Hijo, todos elementos inexistentes en la etapa preelectoral de 2009 y que a mi juicio constituyen los factores de mayor gravitación en la etapa actual (no digamos en 2011 porque todavía falta bastante).

En este esquema, construir una coalición ganadora mínima para el oficialismo pasa por 4 alternativas, algunas de las cuales son excluyentes entre sí (lo que implica que simultáneamente pueden alcanzar dos de ellas o a lo sumo 3, nunca todas): a- crecer hacia sectores de centro izquierda (como Nuevo Encuentro, conducido por Martín Sabbatella) b- cerrar alianzas en distritos claves como Córdoba, Santa Fe y Capital, donde su performance fue pobre en junio de 2009 c- profundizar su penetración electoral en los 3 cordones bonaerense d- recuperar parte del voto del segmento medio, todavía muy refractario al kirchnerismo.

En cualquier caso, una gestión de gobierno que realice una efectiva política de transferencia de ingresos y reconstruya niveles básicos de certeza y confianza social son elementos necesarios para construir una coalición ganadora mínima que le permita ganar en primera vuelta en 2011: obteniendo el 40% + 1 de los votos válidos positivos (a esos efectos no se cuentan en blanco, nulos ni impugnados), si ninguna lista opositora llega al 30%, se evita el ballotage.

2) el de CEOP no es el único estudio de opinión conocido que arroja una ventaja del oficialismo respecto del frente opositor mejor ubicado, que hoy es el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). El año pasado, el ACyS alcanzó alrededor de 25% de los votos en todo el país. Desde ese tiempo a esta parte, los datos nuevos son el ascenso de Alfonsín en las encuestas, la defección de Carrió y el desdibujamiento de Cobos, que aparece con menos chances en la elección general, pero sobre todo en una eventual interna del ACyS. Es en ese marco que hay que leer el 18% de intención de voto de Alfonsín, según CEOP, dato que puede ser tomado como el piso a partir del cual el ACyS debe construir una coalición ganadora.

En esa línea, el precandidato presidencial Ricardo Alfonsín apuesta a fortalecer la alianza con el socialismo: en su último encuentro en Rosario con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, el hijo del ex presidente aseguró expresó que ambos partidos “compartimos 99,9% la doctrina (...) podría decir que soy socialista”. Alfonsín quiere darle al ACyS un perfil progresista, socialdemócrata, ampliando su base electoral para captar también al GEN de Margarita Stolbizer (distanciada ya de manera irreversible de la líder de Coalición Cívica, Elisa Carrió).Alfonsín afirmó además que es "inevitable" una interna con el vicepresidente Julio Cobos, e insistió en que su compañero de fórmula será otro integrante del ACyS, lo que en principio indica no está dispuesto a bajarse de la carrera presidencial, como pretende el cobismo para eludir una interna en la que se ve perdidoso.

El diputado radical también se muestra confiado de atraer una parte del electorado peronista, dado el antecedente de 1983, donde su padre el ex presidente logró reunir adhesiones de ese sector. Hay que ver si Alfonsín tiene éxito en perfilar a la UCR hacia la socialdemocracia, ya que se sabe que el radicalismo (al igual que el peronismo) ha resistido históricamente el encasillamiento ideológico. Igual de difícil es ponderar sus chances de captar segmentos afines al electorado peronista.

3) el peronismo disidente muestra una situación de fuerte fragmentación, con distintos liderazgos compitiendo entre sí (el único que podría aglutinarlos en principio es Carlos Reutemann, pero hasta al momento parece que descarta competir por la presidencia en 2011). En junio del 2009, este frente alcanzó alrededor de 15% de votos nacionales. Hoy muestra algunas señales de fractura entre sus principales referentes: Eduardo Duhalde y Mario Das Neves descartan que esa ala del peronismo pueda encolumnarse detrás de un dirigente no peronista, lo que le resta chances a Mauricio Macri, complicado además en su gestión en la Capital Federal. El jefe de gobierno oscila entre la alternativa de bajarse de su candidatura presidencial, como cuando deslizó que consideraría dejar el lugar a otro, “si sé que le gana a Kirchner" y la apuesta de sostenerla confiando en que el peronismo disidente no consiga un candidato mejor.

Felipe Solá coquetea con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Francisco de Narváez habría descartado ir por la presidencia y competiría por el cargo de gobernador en la provincia de Buenos Aires, llegando incluso a deslizar que podría sellar un pacto para llevar a Julio Cobos como candidato a presidente. Estos ensayos muestran las respectivas debilidades de cada uno (a De Narváez no le gustan ni Duhalde, ni Das Neves, ni Macri, ni Solá como candidatos a presidente y Cobos no tiene un dirigente de peso en provincia de Buenos Aires para ser candidato a gobernador y no parece que vaya a convencer a Alfonsín de bajar a esa provincia).

No obstante sus menores chances "a priori" para la presidencia, la presencia del peronismo disidente es clave en dos sentidos: habiendo descartado ir a internas con el kirchnerismo, puede sin embargo restarle votos "filo-PJ" al oficialismo, complicando las chances electorales K. Asimismo, este frente puede capitalizar parte del voto "castigo" del campo, que según consultores como Rosendo Fraga alcanza alrededor del 15% a nivel nacional. La disputa por ese segmento de voto refractario al oficialismo puede inclinar la balanza respecto a cuál de las fuerzas opositoras esté en mejores condiciones de disputar con los "K".

4) Proyecto Sur con Pino Solanas: en la actual constelación de fuerzas, sus chances aparecen menguadas y Pino lo sabe. De ahí que apunte a seducir al socialismo "para construir una fuerza progresista que confronte con el modelo neoliberal de derecha, enquistada en un brazo y otro del bipartidismo", refiriéndose por supuesto al PJ y a la UCR. Lo óptimo para Solanas sería que el socialismo no constituyera una alianza con el radicalismo, pero si se entronizara una fórmula con Alfonsín y un socialista en segundo término (Binner, en principio) las chances presidenciales de Proyecto Sur se achican hasta la participación testimonial, por más que el cineasta se entusiasme con reeditar en todo el país la sorpresa que el año pasado logró en Capital Federal. El fenómeno Marina Silva en Brasil podría ser un referente, candidata con un discurso ecologista, que logró casi 20% de los votos... para imitar eso, Proyecto Sur tendría que multiplicar por 5 en 2011 lo que logró en 2009 (4% de los votos a nivel nacional).

Todas las fuerzas de la oposición apuestan a que el oficialismo no alcanzará la cifra del 40% + 1 y que el ballotage llevará, por efecto inercial, a aglutinar todos los votos opositores en la lista que ingrese a la segunda vuelta, permitiéndole derrotar a los "K". En ese caso, sería la primera vez que hay ballotage desde la reforma constitucional de 1994.

jueves, 7 de octubre de 2010

Mirar la paja en el ojo ajeno


Según una nota de opinión publicada en el diario El País de España, el “fracaso de Maradona” en el Mundial es una metáfora de la decadencia argentina: “¿Hay alguna relación entre el futbolista (Maradona) y el peronismo? Sí, cuando se eligen entrenadores, presidentes o sistemas de características populistas, autoritarias y con pocos pies sobre la tierra, el resultado es el fracaso”, dispara la nota.

El texto señala también que “Argentina es un país que hace 100 años era uno de los 10 más ricos del mundo, y hoy la tercera parte de los recién nacidos están condenados a crecer en la pobreza, si es que logran crecer. Ocho niños menores de cinco años mueren al día debido a la desnutrición en un país que debería ser, como hace tiempo fue, el granero del mundo (...) la idolatría a los líderes redentores, el culto a la viveza y (su hermano gemelo) el desprecio por la ética del trabajo, el narcisismo, la fe en las soluciones mágicas, el impulso a exculparse achacando los males a otros, el fantochismo son características que no definen a todos los argentinos, pero que Maradona representa en caricatura payasesca y que la mayoría de la población, aquella misma incapaz de perder la fe en el peronismo, aplaude no con risas sino con perversa seriedad (...) El punto de partida es la negación de la realidad. Este es el terreno en el que opera Maradona y en el que su legión de devotos se adentra -como por ejemplo los 20 mil que fueron al aeropuerto de Ezeiza para darle las gracias tras la desastrosa actuación en el Mundial de Sudáfrica- para adorarle”, describe.

La nota de opinión termina despachándose en contra del kirchnerismo, haciendo un parangón con Néstor Kirchner y Cristina Fernández como directores técnicos y augurando un futuro sombrío para Argentina. La firman un periodista que vivió 10 años en Argentina y un médico psicoanalista que trabaja en Buenos Aires.

Tengo que decir que esta tendencia a una lectura psicoanalítica pero berreta de la política (podría ser de altura, pero no lo es), tan en boga en todos lados, me parece una guarrada total, para usar un léxico español. Creo que prácticamente ningún político del mundo saldría airoso de un paso por el diván (en Argentina, a eso se agrega que ninguno resiste un archivo). Agrega muy poco al análisis de los procesos políticos, que son más importantes que los individuos particulares.

Por otro lado, aunque la nota tiene algunos aciertos (principalmente, la nefasta influencia de más de medio siglo de golpes militares) el texto comete un desatino -muy común por cierto- de rememorar con nostalgia el "granero del mundo", un pecado sólo perdonable por la ignorancia de sus escribas. El golpe de 1930, que abrió el ciclo de inestabilidad institucional, es inescindible de la nostalgia que las clases oligárquicas y conservadores tenían por el sistema de fraude patriótico al abrigo del cual creció el "granero del mundo", un modelo económico hiperconcentrado y sostenido sobre la base de grandes latifundios, que apenas derramaba migajas del crecimiento a las grandes mayorías sociales. Se trató, en síntesis, de un modelo absolutamente contrario al seguido por Canadá, para citar un caso de país exitoso con algunas condiciones iniciales de partida similares a Argentina, y el hecho de que la oligarquía no procesara institucionalmente la democracia está en el centro del problema argentino. El mal no es "el populismo".

Pero hay algo más: según Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, España puede terminar como Argentina a fines del 2001. ¿Por qué? Porque eligió consumir por encima de sus posibilidades, generando una gigantesca burbuja inmobiliaria y dilapidando recursos. Hoy, España tiene más de 20 por ciento de desempleo y acaba de recibir recomendaciones de profundizar el ajuste por parte del Fondo Monetario Internacional.

Entre 1999 y 2002, el Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina retrocedió más del 20% por ciento, la tasa de desempleo llegó al 17,8%, se desplomó la participación de la masa salarial en el PBI, crecieron la pobreza y la indigencia. El crecimiento económico de estos años no resolvió estructuralmente los problemas sociales, pero sin dudas "Argentina versión 2010" es un país mejor que "Argentina versión 2001". Y si España tiene chances de parecerse a esa Argentina, el diario El País haría bien en mirar la viga en el propio más que la paja en el ojo ajeno.

Diría el rey Juan Carlos: "Por qué no te callas?"

sábado, 2 de octubre de 2010

Confianza y economía de cara al 2011


Según señala un reciente informe de la consultora de recursos humanos SESA Select, Argentina forma parte de un grupo de cinco países en los que la mayoría de los trabajadores está seguro de poder conseguir un empleo diferente si decidiera un cambio: China (89%), India (87%), México (84%), Canadá (83%) y Argentina (81,5%) integran el selecto grupo de países con mayor índice de empleabilidad del mundo. Por contraposición, España, Italia, Japón y Hungría están entre los países donde los trabajadores se muestran más pesimistas en cuanto a sus perspectivas de empleabilidad, con un índice 17 puntos por debajo de la media, que es de 72%, según el informe trimestral Workmonitor, realizado sobre 26 países por SESA Select.

El índice alcanzado por la Argentina (81,5%) indica "un aumento del 2,51% en la confianza de la dinámica del mercado laboral respecto del trimestre anterior, en junio de este año". La percepción positiva de empleabilidad en el país se ratifica al indicar que el 13,1% de los trabajadores que encararon un cambio de empleo lo lograron en menos de seis meses, según la consultora. Junto con la confianza de los trabajadores disminuyó el miedo a la pérdida del empleo, que se ubicó en un piso anual de 3,3%.

Este indicador de confianza enriquece la permanente discusión sobre estabilidad vs inestabilidad del país en términos de la situación institucional de Argentina, cíclicamente sometida a tensiones, sobre todo desde el punto de vista de quienes reclaman mejores condiciones de inversión y "seguridad jurídica". En este sentido, el profesor de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires Sebastián Etchemendy sostiene que en el país "hay calidad institucional en algunas áreas y falta en otras. En el área laboral hay instituciones de negociación colectiva que no existen en otros lugares de América latina; el hecho de que algunos actores sociales discutan, habla de una calidad institucional alta. En otras áreas hay más problemas, como en los partidos, que están muy fragmentados. A veces se asocia calidad institucional sólo a políticas que tienen que ver con los intereses de algunos sectores".

El especialista rescata que si bien Argentina tiene menos calidad institucional que Chile en el sistema de partidos, las negociaciones colectivas de trabajo y la asignación por hijo hablan de un Estado con capacidad de respuesta y mayor calidad institucional en el ámbito laboral: "eso no se dice porque hay sectores interesados. En Chile no existen los sindicatos, en Argentina sí. Todavía hay niveles de pobreza alarmantes, pero Argentina progresó (...) Argentina es un país más igualitario que otros en los que se elogia la calidad institucional. Brasil y Chile han tenido más estabilidad, pero Argentina tiene una tradición igualitaria más fuerte. Acá los grupos excluidos han tendido a combatir la desigualdad. En otros países la mayor estabilidad viene de la mano de una mayor tolerancia a la desigualdad".

En el terreno económico, la recaudación fiscal en alza y la posibilidad de tomar reservas del Banco Central para abonar también los vencimientos de deuda de 2011 (están contemplados u$s 7.500 millones en el proyecto de Presupuesto) genera en este momento un escenario de tranquilidad en las finanzas del gobierno, al punto que se ha postergado la emisión de un bono internacional pero se mantiene el interés de atraer capitales extranjeros para que realicen inversiones directas en el país, como se puso de manifiesto en la reciente gira presidencial, en la cual Cristina Fernández destacó el crecimiento del país en los últimos años, la política de desendeudamiento, el bajo nivel de vencimientos para los próximos años y la acumulación de reservas del BCRA, obviando los elementos críticos o irresueltos, como la situación del Indec, fricciones con algunos segmentos del empresariado y la prensa del país, la inflación y la relación con el FMI.

De cara al 2011, año electoral, el gobierno refuerza la apuesta de mantener la fuerte correlación (80%) que existe entre la imagen del Ejecutivo y el repunte del PBI y cree que cuanto más crezca el país, mejor le irá en las urnas. “Con la fuerte recuperación de la economía, la imagen pública de la Presidenta viene mostrando un crecimiento sostenido, hasta llegar a un 40% de aprobación, un nivel comparable con el que tenía a comienzos de 2008, antes de que comenzara el conflicto con el campo”, afirma Santiago Rossi, director de la consultora Ipsos Mora y Araujo. Las políticas oficiales apuntan a garantizar una continuidad en el boom de consumo y no permitir que el mismo se diluya, y las encuestas de expectativas muestran que la confianza -tanto en la situación general del país como en particular de los individuos- sigue en aumento: se mantiene la predisposición por hacerse de bienes durables (inmuebles, automóviles, electrodomésticos) sin señales de que haya un amesetamiento, más allá del pico registrado en el Mundial.

Según Javier Casas Rúa, socio de PriceWaterhouse Coopers, el consumo, como una forma de afirmación individual, va de la mano con una “despolitización” de la población: “uno de los principales cambios de los últimos años es una caída en la demanda de una mayor calidad institucional y un deseo de gratificación personal. No hay, como en los ’90, una visión de que consumía aquél que había alcanzado cierta posición social. Ahora el consumo es una aspiración general. Y el Gobierno lo sabe”, sostiene Casas Rúa. Sin embargo, el impulso oficial al consumo –vía incremento de jubilaciones, subsidios y gasto público– continuará ejercerá una presión mayor en el mercado interno, que en la medida que no se cubra con importaciones (lo que pondría en riesgo la balanza comercial y la estabilidad del dólar) seguramente se ajustará por precios, manteniendo una expectativa de inflación no menor de 20 por ciento. En ese marco, la única política "antiinflacionaria" consiste en mantener el peso atado al dólar en una relación 4/1. El problema es que esa apreciación del peso se traduce en un tipo de cambio real menos competitivo (por la inflación y la suba de costos internos), perjudicial para sectores productivos especialmente sensibles por la alta incidencia del empleo, reduciendo progresivamente la competitividad alcanzada con la devaluación en 2002 (la tasa de inversiòn es insuficiente para ganar competitividad).

De ahí la importancia de Brasil para la estrategia económica de los Kirchner: la apreciación del real amortigua la del peso (que es menor), ya que el principal destino de exportaciones argentinas es el país vecino, cuya moneda viene registrando desde 2003 un proceso de fuerte apreciación: tras casi alcanzar 4 R$/US$ en octubre de 2002, se acerca en la actualidad a 1,70 R$/US$. En gran medida, Argentina se mantiene competitiva respecto de su principal socio porque el encarecimiento local por inflación se compensa con la fuerte apreciación nominal del Real. Es por eso que un dato clave posterior a los comicios presidenciales de este domingo es si el Banco Central de Brasil decide incrementar sus intervenciones para lograr una paridad cambiaria más adecuada.

viernes, 1 de octubre de 2010

Otra vuelta de tuerca sobre el destino sudamericano



Con el antecedente del golpe de Estado que sufrió Honduras el 28 de junio del año pasado, la comunidad internacional reaccionó con rapidez a la sedición policial en Ecuador, con mensajes de apoyo a la democracia desde diversos países y un protagonismo especial de la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas), con la presencia de varios jefes de Estado de América Latina que llegaron a Buenos Aires a pocas horas del ataque y secuestro contra el presidente Rafael Correa.

Felizmente, en Argentina esto fue destacado tanto por miembros del gobierno -como el canciller Héctor Timerman, que resaltó la “demostración de unidad” de los presidentes de la Unasur frente al desafío de terminar con el golpismo en América Latina -como por referentes de la oposición, como el presidente de la Unión Civica Radical, Ernesto Sanz, quien recalcó “el respaldo unánime, rápido e inmediato” de los presidentes de los países latinoamericanos y el hecho de que “los que siguen pensando que pueden llegar al poder por vías no democráticas son una minoría absoluta”.

Esto es bueno, ya que la defensa de la democracia es un valor que está por encima de las diferencias políticas e ideológicas. Debe ser una política de Estado, tanto fronteras adentro, como en la articulación con los demás países de la región. En ese sentido, en la "Declaración de Buenos Aires sobre la situación en Ecuador", los mandatarios se pronunciaron por la inclusión de "una cláusula de democrática" en los reglamentos de la Unasur, en la próxima reunión del bloque que se realizará el 26 de noviembre en Guyana: su ítem principal expresa que las naciones de la Unasur "rechazan enérgicamente y no tolerarán un nuevo desafío al orden institucional ni intento de golpe al poder civil legítimamente elegido" y advierten que "en caso de nuevos quiebres del orden adoptarán medidas concretas e inmediatas tales como cierres de fronteras, suspensión del comercio, del tráfico aéreo y de la provisión de energía y otros suministros".

En su carácter de secretario de la Unasur, Néstor Kirchner rechazó las "presiones y amenazas" contra el orden constitucional en Ecuador y manifestó "el firme compromiso y la más absoluta solidaridad del bloque regional" con el presidente Correa, en tanto que el canciller Héctor Timerman expresó su "compromiso solidario y activo para el gobierno democrático" de Correa: "no podemos permitir en Ecuador lo que sucedió en Honduras ...) Honduras es el límite", dijo en alusión al golpe cívico militar que sufrió el año pasado el presidente Manuel Zelaya.

Recientemente, el presidente de Honduras Porfirio Lobo admitió haber recibido amenazas de un nuevo golpe de Estado. "Algunos piensan que me van asustar, me amenazan y ofrecen hasta pijamas”, dijo Lobo, rememorando la forma en que fue sacado del país su predecesor Zelaya, hecho que en su momento Lobo como precandidato a la presidencia calificó como un “empujoncito”, minimizando lo que fue un golpe de Estado (de hecho, Lobo no ha sido reconocido como presidente legítimo por la Unasur, ya que los países de la región entienden que es un presidente surgido de una elección irregular por la interrupción del mandato de un presidente constitucional).

En varias ocasiones Lobo anunció que había recibido mensajes telefónicos donde se le sugería que comprara pijamas, aunque nunca se refirió a nombres específicos. Pero la más reciente amenaza surgió después del conflicto que se dio por la asignación de la frecuencia televisiva del gobierno, que era disputada con el empresario Elías Asfura. La controversia sobre la frecuencia del canal 8 se remonta a 2007, cuando la Comisión Nacional de Telecomunicaciones se la concedió inicialmente al empresario Elías Asfura, pero luego fue asignada al Estado por el Congreso Nacional se le ofreció otra al empresario en cuestión, el cual manifestó su negativa de negociar otro canal.

Llamativamente, en los últimos meses, el presidente de Ecuador Rafael Correa avanzó en una ley de medios rechazada por la prensa (con la que viene teniendo mala relación y a la que acusa de responder a intereses bancarios) y por algunos sectores intelectuales de Ecuador. Ese país no es el único donde hay serias fricciones entre el poder mediático y el poder político: el caso de Argentina es harto conocido para abundar aquí, y otro tanto puede decirse de Venezuela con Chávez.

Brasil, que está por elegir al sucesor de Lula Da Silva este domingo 3 de octubre, es otro claro ejemplo. El presidente brasileño, que recientemente acusó a la prensa de "partidismo editorial" en favor del candidato opositor José Serra, volvió a cargar recientemente contra los medios de comunicación por "inventar" lo que publican, aunque afirmó que ya no tienen poder sobre un pueblo que "distingue qué es verdad" y no se deja manejar como hace 30 años. Centrales sindicales y movimientos sociales de Brasil también se han manifestado en contra del sesgo de ciertos medios en la cobertura de las elecciones de este año.