Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
sábado, 27 de junio de 2015
viernes, 26 de junio de 2015
La carrera presidencial: en sus marcas…
Tras el anuncio de la fórmula del FPV para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), el binomio Daniel Scioli-Carlos Zannini, el consultor Carlos Fara realizó la siguiente evaluación: “Esto consolida lo que venía proyectándose como esquema político de parte de la Presidenta (…) transmite la continuidad no solamente política, sino también técnica e ideológica. Se trata de una decisión política y no electoral, porque para los votos está Scioli; en cambio, Zannini es una señal para el propio electorado del kirchnerismo (… ) la fórmula será naturalmente bien aceptada y el FPV sin duda va a sacar más votos, no sólo por la proyección actual, sino porque ya tiene el piso más alto”. Respecto a Florencio Randazzo, el consultor evaluaba que “el ministro de Transporte tenía expectativas, pero la diferencia para las PASO era de 70-30 a favor de Scioli, por lo que no había ninguna posibilidad para él (…) Si no hay primaria del oficialismo, todos los votos serán para Scioli, que ya arrancará con una diferencia importante a su favor”.
Los datos de Fara ya marcaban para el oficialismo un 38% de los votos a nivel nacional, seguido por el frente PRO-UCR con 28% y el Frente Renovador con 18%. Con la presentación de las listas el pasado sábado, los precandidatos para las PASO ya están definidos y las encuestas posteriores a ese cierre confirman las tendencias que venimos observando hace meses. Según Julio Aurelio (Aresco y Asociados), la fórmula del FPV alcanza el 40% y Mauricio Macri supera los 30 puntos, lo que implicaría una eventual segunda vuelta; sin embargo, la proyección de la consultora asigna 45,2% a Scioli sobre un 32,4% de Macri, con Sergio Massa relegado al tercer lugar con 13,8%. De darse ese escenario, el oficialismo podría vencer en primera vuelta. Por su parte, un sondeo de Raúl Aragón & Asociados que ubica al FPV con 40,8% sobre el 33,1% del PRO, con un Massa que trepa al 18% de intención de votos.
Como vemos, más allá de los matices entre ambas mediciones, la tendencia de Aragón coincide con el primer escenario de Aresco, que sin proyectar desemboca en una elección que se define en segunda vuelta (ballotage). En cambio, el consultor Hugo Haime presenta un escenario alternativo: le da un 37,4% a Scioli (es decir, lo pone por debajo de la cifra umbral del 40% necesaria para tener chances de ganar sin ballotage), pero a su vez pone a Macri con 26,8% (o sea, por debajo del umbral del 30% necesario para forzar una segunda vuelta). Esto implica que, en el estudio de Haime, ambos candidatos están relativamente más débiles que en las mediciones de Aresco y Aragón; o, visto de otro modo, que hay mayor dispersión y/o indecisión en la intención de voto.
En conjunto, las tres encuestas confirman las tendencias del proceso electoral que venimos revisando desde hace meses en el blog: 1) el candidato del FPV más fuerte, Scioli, se impondría en las primarias con una contundencia que terminó por precipitar el armado político sin llegar a esa instancia; las encuestas hablaron, y la “gran electora”, CFK, definió con pragmatismo la conformación de la fórmula oficialista 2) Scioli absorbe el voto de Randazzo: si comparamos las tendencias de estas tres encuestas con la última medición de Ricardo Rouvier, donde Scioli alcanzaba 23,4% y Randazzo 12%, claramente el gobernador bonaerense capta la intención de voto del ministro, ya que suma entre 37% y 40%, por encima del acumulado lineal de ambas figuras basado en Rouvier, que era 35% 2) Macri se consolidó como la opción opositora más fuerte al oficialismo, oscila entre 27% y 33% y se impone con comodidad a sus “socios” del Cambiemos, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Ya veíamos en la encuesta de Rouvier que el jefe de gobierno porteño alcanzaba 25,5%, contra 3,6% de Sanz y 2,8% de Carrió; 3) Macri sumaría los votos de sus socios derrotados en las primarias, según las encuestas de Aresco y Aragón; no así en la de Haime, si tomamos como referencia las cifras previas de Rouvier (a diferencia de Scioli, que en las tres mediciones absorbe toda la intención de voto de Randazzo) 5) aunque Massa sigue en carrera, no sale de la tercera posición: en los tres estudios queda por debajo de los 20 puntos, y aun si captara la intención de voto de José M. De la Sota (su rival en el Frente UNA) medida por Rouvier (2,1%) quedaría por detrás de Macri en las primarias.
Los datos de Fara ya marcaban para el oficialismo un 38% de los votos a nivel nacional, seguido por el frente PRO-UCR con 28% y el Frente Renovador con 18%. Con la presentación de las listas el pasado sábado, los precandidatos para las PASO ya están definidos y las encuestas posteriores a ese cierre confirman las tendencias que venimos observando hace meses. Según Julio Aurelio (Aresco y Asociados), la fórmula del FPV alcanza el 40% y Mauricio Macri supera los 30 puntos, lo que implicaría una eventual segunda vuelta; sin embargo, la proyección de la consultora asigna 45,2% a Scioli sobre un 32,4% de Macri, con Sergio Massa relegado al tercer lugar con 13,8%. De darse ese escenario, el oficialismo podría vencer en primera vuelta. Por su parte, un sondeo de Raúl Aragón & Asociados que ubica al FPV con 40,8% sobre el 33,1% del PRO, con un Massa que trepa al 18% de intención de votos.
Como vemos, más allá de los matices entre ambas mediciones, la tendencia de Aragón coincide con el primer escenario de Aresco, que sin proyectar desemboca en una elección que se define en segunda vuelta (ballotage). En cambio, el consultor Hugo Haime presenta un escenario alternativo: le da un 37,4% a Scioli (es decir, lo pone por debajo de la cifra umbral del 40% necesaria para tener chances de ganar sin ballotage), pero a su vez pone a Macri con 26,8% (o sea, por debajo del umbral del 30% necesario para forzar una segunda vuelta). Esto implica que, en el estudio de Haime, ambos candidatos están relativamente más débiles que en las mediciones de Aresco y Aragón; o, visto de otro modo, que hay mayor dispersión y/o indecisión en la intención de voto.
En conjunto, las tres encuestas confirman las tendencias del proceso electoral que venimos revisando desde hace meses en el blog: 1) el candidato del FPV más fuerte, Scioli, se impondría en las primarias con una contundencia que terminó por precipitar el armado político sin llegar a esa instancia; las encuestas hablaron, y la “gran electora”, CFK, definió con pragmatismo la conformación de la fórmula oficialista 2) Scioli absorbe el voto de Randazzo: si comparamos las tendencias de estas tres encuestas con la última medición de Ricardo Rouvier, donde Scioli alcanzaba 23,4% y Randazzo 12%, claramente el gobernador bonaerense capta la intención de voto del ministro, ya que suma entre 37% y 40%, por encima del acumulado lineal de ambas figuras basado en Rouvier, que era 35% 2) Macri se consolidó como la opción opositora más fuerte al oficialismo, oscila entre 27% y 33% y se impone con comodidad a sus “socios” del Cambiemos, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Ya veíamos en la encuesta de Rouvier que el jefe de gobierno porteño alcanzaba 25,5%, contra 3,6% de Sanz y 2,8% de Carrió; 3) Macri sumaría los votos de sus socios derrotados en las primarias, según las encuestas de Aresco y Aragón; no así en la de Haime, si tomamos como referencia las cifras previas de Rouvier (a diferencia de Scioli, que en las tres mediciones absorbe toda la intención de voto de Randazzo) 5) aunque Massa sigue en carrera, no sale de la tercera posición: en los tres estudios queda por debajo de los 20 puntos, y aun si captara la intención de voto de José M. De la Sota (su rival en el Frente UNA) medida por Rouvier (2,1%) quedaría por detrás de Macri en las primarias.
lunes, 22 de junio de 2015
¡Ayo, Silver!: la elección de Mendoza y la ley de (López) Murphy
La famosa la frase que pronunciaba el Llanero Solitario montado en su caballo blanco Plata cuando cabalgaba hacia el sol poniente aplica a nuestra entrada: en el post anterior, los datos que arrojó nuestro cálculo emulando a Nate Silver fueron mucho más ajustados al pronóstico que nuestra valoración como analistas. Decíamos en esa entrada que la media aritmética le daba a Cornejo una ventaja de 5 puntos, estadísticamente significativa, pero que había elementos del contexto que podían hacer pensar en una elección más reñida, como señalaban algunos estudios. Finalmente, las urnas dieron su veredicto y esa brecha del 5% estuvo más cerca que las consideraciones del análisis: Alfredo Cornejo (Cambia Mendoza) obtuvo 46,4%, Adolfo Bermejo (FPV) 39,4% y Noelia Barbeito (Izquierda) 10,4, escrutado el 98,9%; 7 puntos porcentuales. No hubo “incumbency advantage” ni otros factores que favorecieran un empate técnico entre el cambio y la continuidad.
De las encuestas que citamos en ese post, las mejores aproximaciones fueron las de la consultora Reale-Dalla Torre (Cornejo 47,61%, Bermejo 39,37% y Barbeito 9,06%), seguida por la de Elbio Rodríguez (Cornejo 45,6%, Bermejo 39,3% y Barbeito 6,2%). En cambio, el consultor Antonio Di Tommaso, quien predijo correctamente el resultado de las primarias, había arrojado un empate técnico entre Cornejo y Bermejo, con proyección favorable al segundo para la última semana previa a la elección; esto confirma la creciente dificultad para hacer pronósticos, dada la complejidad del electorado. Como en Tierra del Fuego, en Mendoza se impuso el cambio (a diferencia de lo que sucedió en las elecciones provinciales de Salta, Neuquén y, según lo que indican los datos que circulan, Santa Fe). En la provincia austral el gobernador se definirá en segunda vuelta, pero el ballotage quedó cerrado entre Roxana Bertone del FPV (42,3%) y el radical Federico Sciurano (33,1%), quienes relegaron al candidato del oficialismo gobernante en ese distrito, el Partido Social Patagónico. Gane quien gane el domingo, será cambio, no continuidad.
El caso Mendoza también nos sirve para ilustrar lo que puede (¿podía?) salirle mal al FPV: en las primarias de ese distrito, la puja entre el PJ y el kirchnerismo duro implicó que Bermejo (el candidato derrotado ayer) tuviera que batir a Guillermo Carmona, el candidato más "K". No haber podido integrar esas listas le costó el puesto al histórico operador peronista Juan Carlos Mazzón. Trascartón, diferencias entre el gobierno mendocino y el nacional y el desdoblamiento electoral facilitaron las cosas a un amplio armado opositor, cuya columna principal es el radicalismo (con el macrismo, el massismo y otras fuerzas como socios minoritarios). A diferencia de Salta (y de las primarias de Chaco), aquí el PJ y el FPV se unificaron tardíamente, y perdieron.
La posibilidad de ese conflicto a nivel nacional estaba larvada hasta hace pocos días, mientras se sostenía la posibilidad de una primaria entre Daniel Scioli (el candidato preferido del PJ) y Florencio Randazzo (el preferido del microclima K “duro”). La del FPV era, como decíamos, una puja mucho más competitiva que la que se insinúa en el Frente Cambiemos (el PRO de Mauricio Macri, la UCR de Ernesto Sanz y la Coalición Cívica de Elisa Carrió), pero aún así de resultado cantado a tenor de las encuestas: todas las mediciones serias venían mostrando una clara ventaja a favor del gobernador bonaerense sobre el ministro, incluso aquellas realizadas por consultores que militaron abiertamente contra Scioli (caso Artemio López, que en diciembre de 2014 mostraba al gobernador 10 puntos por arriba de Randazzo). Encuestas más recientes confirmaban que se mantenía esa ventaja: un estudio terminado el 12 de junio por Ricardo Rouvier ubicaba a Mauricio Macri con 25,5%, a Scioli con 23,4% (ambos en situación de empate técnico) y tercero a Randazzo, con 11,9%, quien mostraba una suba y dejaba atrás a Massa (10,1%), pero aun así quedaba a casi 12 puntos de Scioli. En tanto, medido por espacio, el FPV lideraba con 35,3% contra 31,9% de Cambiemos (PRO+UCR+CC). En ese marco, la definición de una lista única en el FPV apunta claramente a tomar ventaja ya en las PASO, para ubicar primero al candidato del oficialismo (sin dividir votos con uno más débil) y tratar de cerrar la carrera presidencial en la primera vuelta de octubre, sin ballotage. Por ello, siendo consistentes al concepto del FPV (Frente para la Victoria), el candidato del oficialismo que sigue en carrera es el que más mide; el kirchnerismo no tiene vocación de minoría testimonial.
En la misma línea, una encuesta de consultora Aresco focalizada en la provincia de Buenos Aires (distrito cuyo peso nacional es del 38%, y por ello decisivo) revelaba que Daniel Scioli se imponía holgadamente a Florencio Randazzo en las PASO del FPV y que juntos podían llevar la colecta del kirchnerismo al 47,5% de los votos en la instancia de agosto. La diferencia entre uno y otro era grande: Scioli con 31,1% de intención de voto y Randazzo 16,4%, lo cual le aseguraba el pase a octubre al gobernador bonaerense. A modo de conclusión, el consultor Enrique Zuleta Puceiro evaluó, apenas horas antes de que se definiera la fórmula Scioli-Zannini, que la candidatura de Scioli en el FPV estaba afirmada: “la campaña de Randazzo ha dejado de ser un experimento, pero no es tampoco un alternativa política, es bastante poco inteligente jugar una figura como la de Randazzo, en una interna que ya perdió sentido”. Así, primó el pragmatismo, la voluntad de ganar y el clima de opinión, contra el voluntarismo, el pensamiento desiderativo y el microclima.
De las encuestas que citamos en ese post, las mejores aproximaciones fueron las de la consultora Reale-Dalla Torre (Cornejo 47,61%, Bermejo 39,37% y Barbeito 9,06%), seguida por la de Elbio Rodríguez (Cornejo 45,6%, Bermejo 39,3% y Barbeito 6,2%). En cambio, el consultor Antonio Di Tommaso, quien predijo correctamente el resultado de las primarias, había arrojado un empate técnico entre Cornejo y Bermejo, con proyección favorable al segundo para la última semana previa a la elección; esto confirma la creciente dificultad para hacer pronósticos, dada la complejidad del electorado. Como en Tierra del Fuego, en Mendoza se impuso el cambio (a diferencia de lo que sucedió en las elecciones provinciales de Salta, Neuquén y, según lo que indican los datos que circulan, Santa Fe). En la provincia austral el gobernador se definirá en segunda vuelta, pero el ballotage quedó cerrado entre Roxana Bertone del FPV (42,3%) y el radical Federico Sciurano (33,1%), quienes relegaron al candidato del oficialismo gobernante en ese distrito, el Partido Social Patagónico. Gane quien gane el domingo, será cambio, no continuidad.
El caso Mendoza también nos sirve para ilustrar lo que puede (¿podía?) salirle mal al FPV: en las primarias de ese distrito, la puja entre el PJ y el kirchnerismo duro implicó que Bermejo (el candidato derrotado ayer) tuviera que batir a Guillermo Carmona, el candidato más "K". No haber podido integrar esas listas le costó el puesto al histórico operador peronista Juan Carlos Mazzón. Trascartón, diferencias entre el gobierno mendocino y el nacional y el desdoblamiento electoral facilitaron las cosas a un amplio armado opositor, cuya columna principal es el radicalismo (con el macrismo, el massismo y otras fuerzas como socios minoritarios). A diferencia de Salta (y de las primarias de Chaco), aquí el PJ y el FPV se unificaron tardíamente, y perdieron.
La posibilidad de ese conflicto a nivel nacional estaba larvada hasta hace pocos días, mientras se sostenía la posibilidad de una primaria entre Daniel Scioli (el candidato preferido del PJ) y Florencio Randazzo (el preferido del microclima K “duro”). La del FPV era, como decíamos, una puja mucho más competitiva que la que se insinúa en el Frente Cambiemos (el PRO de Mauricio Macri, la UCR de Ernesto Sanz y la Coalición Cívica de Elisa Carrió), pero aún así de resultado cantado a tenor de las encuestas: todas las mediciones serias venían mostrando una clara ventaja a favor del gobernador bonaerense sobre el ministro, incluso aquellas realizadas por consultores que militaron abiertamente contra Scioli (caso Artemio López, que en diciembre de 2014 mostraba al gobernador 10 puntos por arriba de Randazzo). Encuestas más recientes confirmaban que se mantenía esa ventaja: un estudio terminado el 12 de junio por Ricardo Rouvier ubicaba a Mauricio Macri con 25,5%, a Scioli con 23,4% (ambos en situación de empate técnico) y tercero a Randazzo, con 11,9%, quien mostraba una suba y dejaba atrás a Massa (10,1%), pero aun así quedaba a casi 12 puntos de Scioli. En tanto, medido por espacio, el FPV lideraba con 35,3% contra 31,9% de Cambiemos (PRO+UCR+CC). En ese marco, la definición de una lista única en el FPV apunta claramente a tomar ventaja ya en las PASO, para ubicar primero al candidato del oficialismo (sin dividir votos con uno más débil) y tratar de cerrar la carrera presidencial en la primera vuelta de octubre, sin ballotage. Por ello, siendo consistentes al concepto del FPV (Frente para la Victoria), el candidato del oficialismo que sigue en carrera es el que más mide; el kirchnerismo no tiene vocación de minoría testimonial.
En la misma línea, una encuesta de consultora Aresco focalizada en la provincia de Buenos Aires (distrito cuyo peso nacional es del 38%, y por ello decisivo) revelaba que Daniel Scioli se imponía holgadamente a Florencio Randazzo en las PASO del FPV y que juntos podían llevar la colecta del kirchnerismo al 47,5% de los votos en la instancia de agosto. La diferencia entre uno y otro era grande: Scioli con 31,1% de intención de voto y Randazzo 16,4%, lo cual le aseguraba el pase a octubre al gobernador bonaerense. A modo de conclusión, el consultor Enrique Zuleta Puceiro evaluó, apenas horas antes de que se definiera la fórmula Scioli-Zannini, que la candidatura de Scioli en el FPV estaba afirmada: “la campaña de Randazzo ha dejado de ser un experimento, pero no es tampoco un alternativa política, es bastante poco inteligente jugar una figura como la de Randazzo, en una interna que ya perdió sentido”. Así, primó el pragmatismo, la voluntad de ganar y el clima de opinión, contra el voluntarismo, el pensamiento desiderativo y el microclima.
domingo, 21 de junio de 2015
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
Cámaras de video: la hora de la aventura
Tecnología aplicada al ocio. Repaso por novedades recientes y referentes de la oferta en cámaras para aficionados a deportes (extremos y no tanto).
Los aficionados a deportes (extremos y no tanto) y quienes gustan del turismo de aventura son un público de interés para muchas marcas. Por ello, las cámaras "a prueba de todo" ocupan un lugar destacado en los desarrollos y portafolios de productos. En esta nota, un repaso de novedades recientes en este rubro, acompañado de un "refresh" por la oferta disponible.
http://www.lavoz.com.ar/tecno/camaras-de-video-la-hora-de-la-aventura
viernes, 19 de junio de 2015
Haciendo la “Gran Nate Silver”: Mendoza
Nate Silver es un matemático norteamericano especializado en estadística y análisis de datos, que se transformó en una celebridad porque en noviembre de 2008 predijo correctamente el resultado de 49 de los 50 estados norteamericanos en la elección presidencial que consagró a Barack Obama. Cuatro años después, en el 2012, cuando Obama fue por la reelección, Silver lo anticipó en los 50 estados de la Unión y el distrito de Columbia. Actualmente, trabaja para varios medios norteamericanos y su libro “La Señal y el Ruido: por qué tantas predicciones fallan… pero algunas no” se convirtió en bestseller.
El método de Silver se basó en tomar los resultados que fue capturando de los distintos encuestadores en el país; sobre esos datos, diseñó un algoritmo para promediarlos, que terminó por darle un resultado muy ajustado a las elecciones. En Argentina, desde hace tiempo el politólogo Andy Tow trabaja de una manera similar; más recientemente, el Observatorio de Encuestas de LPO avanzó en desarrollos en esa línea. Más modestamente, en este blog desde hace mucho venimos planteando análisis comparativos de las distintas encuestas (sobre todo nacionales) que se dan a conocer. Aunque nuestro foco está puesto en el diagnóstico más que en el pronóstico, y no tenemos un “algoritmo” predictivo como el de Silver, sí le ponemos “algo de ritmo” a la cuestión, y más en este año electoral.
Veamos: el próximo domingo hay elecciones de gobernador en Mendoza. Los protagonistas principales son tres fuerzas: Cambia Mendoza, con Alfredo Cornejo al frente de la lista opositora más fuerte; Frente para la Victoria, con Adolfo Bermejo (candidato oficialista, dado que esa provincia es gobernada por el peronista Francisco Pérez); y Noelia Barbeito, del Frente de Izquierda. Esos candidatos representan a frentes y alianzas que en las primarias pasadas obtuvieron 44,64%, 39,89% (Bermejo derrotó a Carmona, de una lista "K" pura) y 7,09% de los votos, respectivamente. Ese es el primer antecedente relevante. Por otro lado, se dieron a conocer varias encuestas a propósito de estos comicios, que resumiremos aquí. Según Gustavo Córdoba y Asociados, las preferencias hacia el radical Cornejo llegan a 44,3%, mientras que el peronista Bermejo cosecha 42,9% y Barbeito 7,1% (con 5,6% de otros candidatos, indecisos y voto en blanco). Se trata de un empate técnico, dado que la muestra de 800 casos tomados en 17 de los 18 departamentos de Mendoza tiene un error muestral del +- 3,46%; por lo tanto, la diferencia entre Cornejo y Bermejo no es estadísticamente significativa. En la lectura de tendencias, el radical baja respecto a las primarias y el oficialismo sube. En la misma línea, un estudio del consultor Antonio Di Tommaso (que predijo correctamente el resultado de las primarias) arrojó un empate entre Cornejo (43,8%) y Bermejo (43%), pero con proyección favorable al segundo para la última semana previa a la elección (44,3% a 43,5%), si bien en la zona de empate técnico.
En cambio, según la consultora Reale-Dalla Torre, Cornejo alcanza el 47,61% y Bermejo 39,37%, en tanto que Barbeito suma 9,06%, con 4% entre indecisos y voto en blanco. Por su parte, de acuerdo al estudio del consultor Elbio Rodríguez, las cifras son: Cornejo-Montero 45,6%, Bermejo-Martínez Palau 39,3% y Barbeito-Fresina 6,2%; ns/nc y voto en blanco, 8,9%. En esta encuesta, la muestra fue de 975 casos relevados en los 8 departamentos más poblados de esa provincia (Las Heras, Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Luján, Maipú, San Martín y San Rafael, que representan el 78,5% del padrón, con un margen de error del +- 3,2%). Finalmente, Circuitos Consultora pronostica el porcentaje más bajo de todos al oficialismo y el más alto a Cambia Mendoza y la izquierda: Cornejo-Montero 48,2%, Bermejo-Martínez Palau 33,6% y Barbeito-Fresina 9,3%; voto en blanco, 3,7%, ns/nc 5,2%. En este caso, se realizaron encuestas telefónicas con metodología IVR a 2.025 personas en Gran Mendoza y el interior de la provincia, con un error muestral +- 2,2%.
Habiendo citado los estudios de base, hagamos la “Gran Nate Silver”: si calculamos un promedio (o media aritmética) de las primarias y las encuestas revisadas, Cornejo obtendría 46%, Bermejo 41% y Barbeito 8%, con 5% entre indecisos duros y voto en blanco. Esto arroja una ventaja para la oposición de 5 puntos (igual a indecisos y voto en blanco), un poco por encima de los errores muestrales reportados. Es decir, la media estadística le asigna un poco más de chances a Cambia Mendoza que al oficialismo. Ahora, le pongamos “algo de ritmo” a manera de valoración propia: 1) por metodología, confiamos más en las encuestas domiciliarias (que muestran un escenario de paridad) que en las telefónicas que agrandan la brecha a favor de la oposición (como estas técnicas tienden a sesgar por nivel socioeconómico, es razonable que en sus resultados mejoren las chances de la oposición contra las del oficialismo) 2) la ciencia política norteamericana tiene un término específico (“incumbency advantage”, the advantage existing officeholders have in elections against challengers) para referirse a la ventaja de los oficialismos respecto de los desafiantes opositores. Eso podría beneficiar relativamente al FPV; en rigor, ya sucedió en la pasada elección de gobernador, en 2011, cuando el oficialismo remontó un resultado adverso en las primarias 3) todas las elecciones distritales vienen mostrando una tendencia hacia la continuidad más que hacia el cambio, con independencia de los signos políticos que intervengan; Salta (Juan Manuel Urtubey-FPV), Neuquén (Omar Gutiérrez-MPN), Río Negro (Alberto Weretilneck-Juntos Somos Río Negro) y, tendencialmente, Santa Fe (Miguel Lifschitz-Socialismo/Frente Cívico y Social), lo que también podría favorecer a la lista del PJ/FPV. Veremos qué funciona mejor como predictor en pocas horas.
El método de Silver se basó en tomar los resultados que fue capturando de los distintos encuestadores en el país; sobre esos datos, diseñó un algoritmo para promediarlos, que terminó por darle un resultado muy ajustado a las elecciones. En Argentina, desde hace tiempo el politólogo Andy Tow trabaja de una manera similar; más recientemente, el Observatorio de Encuestas de LPO avanzó en desarrollos en esa línea. Más modestamente, en este blog desde hace mucho venimos planteando análisis comparativos de las distintas encuestas (sobre todo nacionales) que se dan a conocer. Aunque nuestro foco está puesto en el diagnóstico más que en el pronóstico, y no tenemos un “algoritmo” predictivo como el de Silver, sí le ponemos “algo de ritmo” a la cuestión, y más en este año electoral.
Veamos: el próximo domingo hay elecciones de gobernador en Mendoza. Los protagonistas principales son tres fuerzas: Cambia Mendoza, con Alfredo Cornejo al frente de la lista opositora más fuerte; Frente para la Victoria, con Adolfo Bermejo (candidato oficialista, dado que esa provincia es gobernada por el peronista Francisco Pérez); y Noelia Barbeito, del Frente de Izquierda. Esos candidatos representan a frentes y alianzas que en las primarias pasadas obtuvieron 44,64%, 39,89% (Bermejo derrotó a Carmona, de una lista "K" pura) y 7,09% de los votos, respectivamente. Ese es el primer antecedente relevante. Por otro lado, se dieron a conocer varias encuestas a propósito de estos comicios, que resumiremos aquí. Según Gustavo Córdoba y Asociados, las preferencias hacia el radical Cornejo llegan a 44,3%, mientras que el peronista Bermejo cosecha 42,9% y Barbeito 7,1% (con 5,6% de otros candidatos, indecisos y voto en blanco). Se trata de un empate técnico, dado que la muestra de 800 casos tomados en 17 de los 18 departamentos de Mendoza tiene un error muestral del +- 3,46%; por lo tanto, la diferencia entre Cornejo y Bermejo no es estadísticamente significativa. En la lectura de tendencias, el radical baja respecto a las primarias y el oficialismo sube. En la misma línea, un estudio del consultor Antonio Di Tommaso (que predijo correctamente el resultado de las primarias) arrojó un empate entre Cornejo (43,8%) y Bermejo (43%), pero con proyección favorable al segundo para la última semana previa a la elección (44,3% a 43,5%), si bien en la zona de empate técnico.
En cambio, según la consultora Reale-Dalla Torre, Cornejo alcanza el 47,61% y Bermejo 39,37%, en tanto que Barbeito suma 9,06%, con 4% entre indecisos y voto en blanco. Por su parte, de acuerdo al estudio del consultor Elbio Rodríguez, las cifras son: Cornejo-Montero 45,6%, Bermejo-Martínez Palau 39,3% y Barbeito-Fresina 6,2%; ns/nc y voto en blanco, 8,9%. En esta encuesta, la muestra fue de 975 casos relevados en los 8 departamentos más poblados de esa provincia (Las Heras, Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Luján, Maipú, San Martín y San Rafael, que representan el 78,5% del padrón, con un margen de error del +- 3,2%). Finalmente, Circuitos Consultora pronostica el porcentaje más bajo de todos al oficialismo y el más alto a Cambia Mendoza y la izquierda: Cornejo-Montero 48,2%, Bermejo-Martínez Palau 33,6% y Barbeito-Fresina 9,3%; voto en blanco, 3,7%, ns/nc 5,2%. En este caso, se realizaron encuestas telefónicas con metodología IVR a 2.025 personas en Gran Mendoza y el interior de la provincia, con un error muestral +- 2,2%.
Habiendo citado los estudios de base, hagamos la “Gran Nate Silver”: si calculamos un promedio (o media aritmética) de las primarias y las encuestas revisadas, Cornejo obtendría 46%, Bermejo 41% y Barbeito 8%, con 5% entre indecisos duros y voto en blanco. Esto arroja una ventaja para la oposición de 5 puntos (igual a indecisos y voto en blanco), un poco por encima de los errores muestrales reportados. Es decir, la media estadística le asigna un poco más de chances a Cambia Mendoza que al oficialismo. Ahora, le pongamos “algo de ritmo” a manera de valoración propia: 1) por metodología, confiamos más en las encuestas domiciliarias (que muestran un escenario de paridad) que en las telefónicas que agrandan la brecha a favor de la oposición (como estas técnicas tienden a sesgar por nivel socioeconómico, es razonable que en sus resultados mejoren las chances de la oposición contra las del oficialismo) 2) la ciencia política norteamericana tiene un término específico (“incumbency advantage”, the advantage existing officeholders have in elections against challengers) para referirse a la ventaja de los oficialismos respecto de los desafiantes opositores. Eso podría beneficiar relativamente al FPV; en rigor, ya sucedió en la pasada elección de gobernador, en 2011, cuando el oficialismo remontó un resultado adverso en las primarias 3) todas las elecciones distritales vienen mostrando una tendencia hacia la continuidad más que hacia el cambio, con independencia de los signos políticos que intervengan; Salta (Juan Manuel Urtubey-FPV), Neuquén (Omar Gutiérrez-MPN), Río Negro (Alberto Weretilneck-Juntos Somos Río Negro) y, tendencialmente, Santa Fe (Miguel Lifschitz-Socialismo/Frente Cívico y Social), lo que también podría favorecer a la lista del PJ/FPV. Veremos qué funciona mejor como predictor en pocas horas.
martes, 16 de junio de 2015
La ley de (López) Murphy aplicada a la campaña electoral (2)
El obligado paréntesis de suspenso en el que quedaron las elecciones de Santa Fe nos impide una respuesta categórica acerca de cómo jugó la ley de (López) Murphy en los comicios de ese distrito. Sin embargo, contra las expectativas previas, el sabor más amargo de la elección del domingo fue para el PRO: el hecho de que Miguel Del Sel fuera el candidato más votado en las primarias de abril y de que el socialista Miguel Lifschitz necesitara remar la elección desde atrás captando votos radicales (de Mario Barletta, a quien derrotó en las PASO), mientras que Omar Perotti tuviera que remontar un tercer puesto en un distrito muy reacio al kirchnerismo alimentaban las chances de un triunfo “amarillo” en esa provincia.
Todavía no pudo ser, y si bien no puede decirse que esta elección le salió definitivamente “mal” a Macri, sin dudas no le salió bien. Mucho mejor parado quedó, relativamente, el candidato del FPV, Perotti, quien salió airoso del riesgo de polarización que implicaba su tercer puesto de las primarias. En el caso del socialista Lifschitz, si el escrutinio pendiente consagra su victoria, tendrá el beneficio de contar con mayoría legislativa por la clara ventaja que el actual gobernador Antonio Bonfatti sacó en ese tramo de la elección. Dicho sea de paso, le sería muy difícil tanto a Del Sel como a Perotti gobernar con minoría legislativa; esta circunstancia potencial es factible en virtud del modelo de boleta que emplea Santa Fe, distinto al de otros distritos (por caso, Córdoba).
No obstante, el PRO y Macri en tanto que líder de ese espacio enfrentan próximos desafíos con riesgo de “ley de (López) Murphy, y en su propio bastión: Capital Federal. Según el encuestador Zuleta Puceiro, titular de OPMS, en esa ciudad Horacio Rodríguez Larreta (PRO) tiene 39% de intención de voto contra 32% de Martín Lousteau (ECO); por el FPV, Mariano Recalde alcanza 14% y Luis Zamora (una de las figuras de otras fuerzas que pasó el filtro de las primarias) registra 4%. La amenaza de ley de López Murphy potencial para Macri radica en que, con estos guarismos, habría una segunda vuelta riesgosa para la carrera presidencial del líder del PRO en el distrito que gobierna. Según Zuleta Puceiro, con Recalde fuera de la pelea mayor, el candidato del PRO no sería capaz de superar a ECO en una segunda vuelta y Mauricio Macri debería distraerse de su carrera presidencial para volcar la elección, de una manera todavía más categórica de lo que lo hizo para definir la “interna” del PRO a favor de Rodríguez Larreta y en contra de Gabriela Michetti . De acuerdo a la encuesta de Zuleta Puceiro, en el actual escenario de balottage Lousteau le ganaría a Larreta con 44% sobre 41% del candidato del PRO. "Son cifras que se pueden revertir, pero Macri deberá distraerse de su carrera presidencial para ocuparse de Capital", evaluó el consultor.
Si bien en rigor lo que vemos es un empate técnico (44% a 41%), como para vencer en balottage en Capital Federal el ganador necesita 50% más 1 de los votos, la amenaza al PRO se agiganta si se considera que en la instancia de segunda vuelta los electores del FPV, ya sin candidato (sólo quedarían en la puja Rodríguez Larreta y Lousteau) podrían (en tren de hipótesis) volcar una parte importante de su caudal en favor de Lousteau para derrotar al PRO en el único distrito que gobierna, asestándole transitivamente un duro golpe a Macri en su carrera presidencial. De ser así, la tracción de Macri como gran elector, decisiva para torcer la “interna” de su espacio en favor de Rodríguez Larreta, podría ser insuficiente para imponerse en la elección final: el candidato más “alineado” sería también el más débil en la general (comparado con Michetti). Esto nos traza un vaso comunicante con otro riesgo potencial: el que enfrenta el FPV. Se conoce largamente la resistencia que despierta la figura de Daniel Scioli en el kirchnerismo duro, sector que preferiría un candidato “puro” para la sucesión de Cristina Fernández y que se abraza a Florencio Randazzo como una suerte de “mal menor” o, si se quiere, un subóptimo de Pareto, frente a la precandidatura del gobernador bonaerense. En estos días, Eduardo Jozami expresó un planteo que, si bien extremo, corporiza los temores de ese sector: que Scioli gane la elección con Máximo Kirchner como vice, y que luego renuncie para propiciar una continuidad "pura". Más papista que el Papa, el planteo de Jozami fue prontamente desautorizado, pero el nudo del conflicto, mutatis mutandis, es análogo al del PRO: el candidato más “alineado” (Randazzo), o más "votable" para el "microclima" K es también el más débil del FPV de cara a la elección general (comparado con Scioli).
Todavía no pudo ser, y si bien no puede decirse que esta elección le salió definitivamente “mal” a Macri, sin dudas no le salió bien. Mucho mejor parado quedó, relativamente, el candidato del FPV, Perotti, quien salió airoso del riesgo de polarización que implicaba su tercer puesto de las primarias. En el caso del socialista Lifschitz, si el escrutinio pendiente consagra su victoria, tendrá el beneficio de contar con mayoría legislativa por la clara ventaja que el actual gobernador Antonio Bonfatti sacó en ese tramo de la elección. Dicho sea de paso, le sería muy difícil tanto a Del Sel como a Perotti gobernar con minoría legislativa; esta circunstancia potencial es factible en virtud del modelo de boleta que emplea Santa Fe, distinto al de otros distritos (por caso, Córdoba).
No obstante, el PRO y Macri en tanto que líder de ese espacio enfrentan próximos desafíos con riesgo de “ley de (López) Murphy, y en su propio bastión: Capital Federal. Según el encuestador Zuleta Puceiro, titular de OPMS, en esa ciudad Horacio Rodríguez Larreta (PRO) tiene 39% de intención de voto contra 32% de Martín Lousteau (ECO); por el FPV, Mariano Recalde alcanza 14% y Luis Zamora (una de las figuras de otras fuerzas que pasó el filtro de las primarias) registra 4%. La amenaza de ley de López Murphy potencial para Macri radica en que, con estos guarismos, habría una segunda vuelta riesgosa para la carrera presidencial del líder del PRO en el distrito que gobierna. Según Zuleta Puceiro, con Recalde fuera de la pelea mayor, el candidato del PRO no sería capaz de superar a ECO en una segunda vuelta y Mauricio Macri debería distraerse de su carrera presidencial para volcar la elección, de una manera todavía más categórica de lo que lo hizo para definir la “interna” del PRO a favor de Rodríguez Larreta y en contra de Gabriela Michetti . De acuerdo a la encuesta de Zuleta Puceiro, en el actual escenario de balottage Lousteau le ganaría a Larreta con 44% sobre 41% del candidato del PRO. "Son cifras que se pueden revertir, pero Macri deberá distraerse de su carrera presidencial para ocuparse de Capital", evaluó el consultor.
Si bien en rigor lo que vemos es un empate técnico (44% a 41%), como para vencer en balottage en Capital Federal el ganador necesita 50% más 1 de los votos, la amenaza al PRO se agiganta si se considera que en la instancia de segunda vuelta los electores del FPV, ya sin candidato (sólo quedarían en la puja Rodríguez Larreta y Lousteau) podrían (en tren de hipótesis) volcar una parte importante de su caudal en favor de Lousteau para derrotar al PRO en el único distrito que gobierna, asestándole transitivamente un duro golpe a Macri en su carrera presidencial. De ser así, la tracción de Macri como gran elector, decisiva para torcer la “interna” de su espacio en favor de Rodríguez Larreta, podría ser insuficiente para imponerse en la elección final: el candidato más “alineado” sería también el más débil en la general (comparado con Michetti). Esto nos traza un vaso comunicante con otro riesgo potencial: el que enfrenta el FPV. Se conoce largamente la resistencia que despierta la figura de Daniel Scioli en el kirchnerismo duro, sector que preferiría un candidato “puro” para la sucesión de Cristina Fernández y que se abraza a Florencio Randazzo como una suerte de “mal menor” o, si se quiere, un subóptimo de Pareto, frente a la precandidatura del gobernador bonaerense. En estos días, Eduardo Jozami expresó un planteo que, si bien extremo, corporiza los temores de ese sector: que Scioli gane la elección con Máximo Kirchner como vice, y que luego renuncie para propiciar una continuidad "pura". Más papista que el Papa, el planteo de Jozami fue prontamente desautorizado, pero el nudo del conflicto, mutatis mutandis, es análogo al del PRO: el candidato más “alineado” (Randazzo), o más "votable" para el "microclima" K es también el más débil del FPV de cara a la elección general (comparado con Scioli).
domingo, 14 de junio de 2015
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
Día del Padre: galería de regalos
Celebración. Aportamos una lista variada de obsequios para Papá. De yapa, tendencias “tecno” de este usuario.
Por Norman Berra (Especial)
El domingo 21 de junio se festeja el Día del Padre. Para quienes aún están a tiempo de elegir regalos, repasamos algunos productos de tecnología, casa y decoración que varias marcas y retailers ofrecen en promoción.
http://www.lavoz.com.ar/tecno/dia-del-padre-galeria-de-regalos
viernes, 12 de junio de 2015
La ley de (López) Murphy aplicada a la campaña electoral (1)
La ley de Murphy (by Wikipedia) es “un enunciado basado en un principio empírico que trata de explicar los hechos acontecidos en todo tipo de ámbitos; a grandes rasgos, se basa en el adagio siguiente: «Si algo puede salir mal, saldrá mal». Esta frase, que denota una actitud pesimista y resignada ante el devenir de acontecimientos futuros, sería aplicable a todo tipo de situaciones, desde las más banales de la vida cotidiana hasta otras más trascendentes. Indudablemente es una ley empírica, de la que se consideran con seriedad sus posibilidades, ya que a pesar de lo banal que puede sonar, su espíritu se puede tomar como una forma de memorizar el diseño defensivo y las precauciones frente a los riesgos inminentes en diversas situaciones y ámbitos”.
Por otro lado, Ricardo López Murphy es un ex ministro de la fallida presidencia de Fernando de la Rúa que fundó el partido Recrear, con el cual en la elección presidencial de 2003 llegó a obtener 3.142.848 votos, un 16,35%, ubicándose tercero (por detrás de Carlos Menem, con algo más del 24%, y Néstor Kirchner, con algo más del 22%). Como se sabe, ante una derrota segura que auguraban todas las encuestas, Menem desistió de competir en la segunda vuelta de esos comicios, lo cual consagró a Kirchner presidente. En lo que respecta a López Murphy, después de esa auspiciosa performance (un tercer puesto y más de 3 millones de votos no es un capital político menor), podríamos decir que todo le salió mal, como en aquella ley: en 2007, su caudal como candidato presidencial se licuó hasta 265.000 votos, y al año siguiente perdió el manejo del partido a manos del ministro de Desarrollo Social porteño Esteban Bullrich, su ex compañero de fórmula en 2007, luego de comicios internos en los que el ex ministro denunció múltiples irregularidades: "Si avalo una cosa así [denuncia de urnas falsas, supuesta falsificación de firmas de candidatos, delegados cuestionados judicialmente] no puedo volver a hablar más en mi vida sobre la necesidad de una reforma política para alcanzar la transparencia. Todo lo que le censuramos al kirchnerismo fue hecho acá", se lamentó López Murphy.
De la combinación de la ley de Murphy y del destino de López Murphy obtenemos un nuevo axioma: “en política y elecciones, si algo puede salir mal, saldrá mal”. En este momento de la campaña, sería obvio aplicar estas leyes a Sergio Massa, de cuya crisis venimos hablando largamente en este blog. Por ello, evitaremos la obviedad y aplicaremos la ley de (López) Murphy no al tigrense, sino a Mauricio Macri, en cuyo espacio, el PRO, milita hoy el “apropiador” de Recrear, Esteban Bullrich. Luego, en sucesivas entradas, haremos lo propio con el FPV y el Frente Renovador. ¿Qué puede salirle mal a Macri en su carrera presidencial? Veamos...
Este domingo hay elecciones de gobernador en Santa Fe. Las primarias ubicaron como candidato más votado a Miguel del Sel del PRO, con alrededor del 32% de los votos. Muy cerca se ubicó la alianza entre el socialismo y el radicalismo, frente dentro del cual Miguel Lifschitz se impuso a Mario Barletta. Si bien es una incógnita saber si los votos del precandidato radical derrotado se sumarán linealmente a los del socialista triunfante, el acumulado de ambos quedó apenas unos 3 mil votos detrás de Del Sel. De todos modos, como los comicios quedaron ciertamente sospechados por la lentitud del escrutinio y serias improlijidades en el proceso de manejo de datos, pos-primarias quedó instalada la sensación de que este turno electoral sería favorable al PRO, después de que en el anterior Del Sel casi lograra el triunfo. Y de hecho, hay sondeos y encuestas que anticipan un triunfo del PRO este domingo. Sin embargo, según un estudio de la consultora Nueva Comunicación, de César Mansilla, Lifschitz lograría el 30,8%; Del Sel el 28,9% y Omar Perotti, del FpV, el 25,4%. Luego aparece Oscar “Cachi” Martínez, el candidato de Sergio Massa, con el 6%, y Octavio Crivaro, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), con el 1,4%. Hay un 3% que dice que no va a votar a ninguno; un 4% está indeciso y menos del 1% afirma que votará en blanco. La encuesta se basó en entrevistas domiciliarias (no telefónicas) a 1.960 personas en Reconquista, Avellaneda, Rafaela, Sunchales, Santa Fe capital, Gálvez, Esperanza, Rosario, Villa Gobernador Gálvez, Carcarañá, Las Parejas, Venado Tuerto y Firmat.
¿Se dará la ley de (López) Murphy y perjudicará al PRO en los comicios de este domingo, con un impacto potencial en la carrera presidencial de Mauricio Macri? ¿Una eventual derrota de Del Sel no afectará las chances presidenciales del líder del PRO? ¿O la ley se dará al revés y perjudicará a los rivales de Macri en la presidencia, es decir, principalmente a los candidatos del FPV y a Sergio Massa? Como planteamos, hay consultoras que siguen diagnosticando que el candidato del PRO mantiene ventaja; otras, en cambio, afirman que Perotti está en ascenso y tiene chances de disputar el primer lugar (sería un batacazo). En rigor, la encuesta de Mansilla lo que arroja es un empate técnico entre Lifschitz y Del Sel, con lo cual podría ganar cualquiera de los dos (Perotti no está tan lejos, pero tendría menos chances; tampoco puede descartarse, por otra parte, un voto oculto o "vergonzante" en favor de Del Sel). El domingo veremos cómo juega la ley de (López) Murphy en esta ocasión.
Por otro lado, Ricardo López Murphy es un ex ministro de la fallida presidencia de Fernando de la Rúa que fundó el partido Recrear, con el cual en la elección presidencial de 2003 llegó a obtener 3.142.848 votos, un 16,35%, ubicándose tercero (por detrás de Carlos Menem, con algo más del 24%, y Néstor Kirchner, con algo más del 22%). Como se sabe, ante una derrota segura que auguraban todas las encuestas, Menem desistió de competir en la segunda vuelta de esos comicios, lo cual consagró a Kirchner presidente. En lo que respecta a López Murphy, después de esa auspiciosa performance (un tercer puesto y más de 3 millones de votos no es un capital político menor), podríamos decir que todo le salió mal, como en aquella ley: en 2007, su caudal como candidato presidencial se licuó hasta 265.000 votos, y al año siguiente perdió el manejo del partido a manos del ministro de Desarrollo Social porteño Esteban Bullrich, su ex compañero de fórmula en 2007, luego de comicios internos en los que el ex ministro denunció múltiples irregularidades: "Si avalo una cosa así [denuncia de urnas falsas, supuesta falsificación de firmas de candidatos, delegados cuestionados judicialmente] no puedo volver a hablar más en mi vida sobre la necesidad de una reforma política para alcanzar la transparencia. Todo lo que le censuramos al kirchnerismo fue hecho acá", se lamentó López Murphy.
De la combinación de la ley de Murphy y del destino de López Murphy obtenemos un nuevo axioma: “en política y elecciones, si algo puede salir mal, saldrá mal”. En este momento de la campaña, sería obvio aplicar estas leyes a Sergio Massa, de cuya crisis venimos hablando largamente en este blog. Por ello, evitaremos la obviedad y aplicaremos la ley de (López) Murphy no al tigrense, sino a Mauricio Macri, en cuyo espacio, el PRO, milita hoy el “apropiador” de Recrear, Esteban Bullrich. Luego, en sucesivas entradas, haremos lo propio con el FPV y el Frente Renovador. ¿Qué puede salirle mal a Macri en su carrera presidencial? Veamos...
Este domingo hay elecciones de gobernador en Santa Fe. Las primarias ubicaron como candidato más votado a Miguel del Sel del PRO, con alrededor del 32% de los votos. Muy cerca se ubicó la alianza entre el socialismo y el radicalismo, frente dentro del cual Miguel Lifschitz se impuso a Mario Barletta. Si bien es una incógnita saber si los votos del precandidato radical derrotado se sumarán linealmente a los del socialista triunfante, el acumulado de ambos quedó apenas unos 3 mil votos detrás de Del Sel. De todos modos, como los comicios quedaron ciertamente sospechados por la lentitud del escrutinio y serias improlijidades en el proceso de manejo de datos, pos-primarias quedó instalada la sensación de que este turno electoral sería favorable al PRO, después de que en el anterior Del Sel casi lograra el triunfo. Y de hecho, hay sondeos y encuestas que anticipan un triunfo del PRO este domingo. Sin embargo, según un estudio de la consultora Nueva Comunicación, de César Mansilla, Lifschitz lograría el 30,8%; Del Sel el 28,9% y Omar Perotti, del FpV, el 25,4%. Luego aparece Oscar “Cachi” Martínez, el candidato de Sergio Massa, con el 6%, y Octavio Crivaro, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), con el 1,4%. Hay un 3% que dice que no va a votar a ninguno; un 4% está indeciso y menos del 1% afirma que votará en blanco. La encuesta se basó en entrevistas domiciliarias (no telefónicas) a 1.960 personas en Reconquista, Avellaneda, Rafaela, Sunchales, Santa Fe capital, Gálvez, Esperanza, Rosario, Villa Gobernador Gálvez, Carcarañá, Las Parejas, Venado Tuerto y Firmat.
¿Se dará la ley de (López) Murphy y perjudicará al PRO en los comicios de este domingo, con un impacto potencial en la carrera presidencial de Mauricio Macri? ¿Una eventual derrota de Del Sel no afectará las chances presidenciales del líder del PRO? ¿O la ley se dará al revés y perjudicará a los rivales de Macri en la presidencia, es decir, principalmente a los candidatos del FPV y a Sergio Massa? Como planteamos, hay consultoras que siguen diagnosticando que el candidato del PRO mantiene ventaja; otras, en cambio, afirman que Perotti está en ascenso y tiene chances de disputar el primer lugar (sería un batacazo). En rigor, la encuesta de Mansilla lo que arroja es un empate técnico entre Lifschitz y Del Sel, con lo cual podría ganar cualquiera de los dos (Perotti no está tan lejos, pero tendría menos chances; tampoco puede descartarse, por otra parte, un voto oculto o "vergonzante" en favor de Del Sel). El domingo veremos cómo juega la ley de (López) Murphy en esta ocasión.
martes, 9 de junio de 2015
Junio, mes decisivo (3)
En paralelo al declive que muestran distintas encuestas,
el otro problema que enfrenta Sergio Massa tiene que ver con su oferta y armado
político-electoral. La sangría de dirigentes dentro del Frente Renovador (FR) es
continua y amenaza sus chances en el distrito electoral más decisivo del país por peso, provincia de Buenos Aires (con una incidencia de 38% sobre el total nacional), precisamente aquel que se constituyó como
base electoral para su precandidatura presidencial a partir de su victoria en
las elecciones legislativas del 2013. Este dato es clave, dado que en 2013 Massa logró el
43,95% de los votos en esa provincia (3.943.056).
Por este contexto, además del seguimiento de tendencias
que arrojan las encuestas conocidas, estimar la merma electoral de Massa en el
distrito que hasta hace unos meses era su bastión se ha constituido en casi una
suerte de “deporte nacional” para entendidos. Recientemente, un ejercicio
periodístico de Perfil que procuraba medir en votos la potencial merma de Massa
en ese distrito atribuible a la fuga de dirigentes partía del siguiente cálculo: el
conurbano bonaerense tiene 28 municipios con casi siete millones y medio de
electores. Representa un 27% por
ciento del padrón nacional y más del 70% del bonaerense. Si se contabilizan
los primeros cuatro intendentes que abandonaron el Frente Renovador (Sandro
Guzmán de Escobar, Gustavo Posse de San Isidro, Jesús Cariglino de Malvinas
Argentinas y Darío Giustozzi de
Almirante Brown), eso representaría (linealmente) un caudal de 397.678 mil
votos menos si los resultados electorales fueran como en 2013, un gran
porcentaje de los casi 4 millones que obtuvo el tigrense en toda la
provincia de Buenos Aires.
Esa merma estimada de casi 400 mil votos ronda el 10% de lo que alcanzó Massa
en ese distrito en las elecciones legislativas de 2013 que lo consagraron diputado nacional: en Escobar obtuvo el 43,78% (58.637),
pero ahora Guzmán decidió volver al Frente para la Victoria (FPV); en Malvinas
Argentinas, logró el 59,46% (106.796 votos), pero ahora Cariglino se acerca al PRO; en San
Isidro, el FR sumó 105.735
votos (52,95%) y Posse podría sumarse también al PRO; en Almirante
Brown, el FR obtuvo el 40,08% (126.510), pero ahora Giustozzi podría volver al
FPV. A ese primer cálculo, sin embargo, hay que sumarle otras
deserciones más recientes: Carlos Oreste, de Coronel Pringles; Raúl Othacehé,
de Merlo, una de las localidades con más cantidad de electores; Humberto
Zúccaro, de Pilar. A partir de esa transformación que sufrió la estructura del
Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires, actualmente sólo quedan 18
intendentes bonarenses dentro del Frente y entre todos ellos suman 1.713.489
electores, mientras que los que se fueron del massismo acumulan 1.645.841 (aquí,
las deserciones se dividen entre el FPV y el PRO). En la medida en que el
libro de “pases” no se ha cerrado, la crisis del Frente Renovador podría
profundizarse.
domingo, 7 de junio de 2015
Nota publicada en suple Tendencias de La Voz
Mi familia es un dibujo
Tecnología y cómics. Sitios, aplicaciones y desarrollos que acercan las historietas al mundo real.
Por Norman Berra (Especial)
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viernes, 5 de junio de 2015
Junio, mes decisivo (2)
En conjunto, las últimas encuestas revisadas en este blog (de OPSM y Gustavo Córdoba) tienden a confirmar que los dirigentes del “podio” tienen grandes chances de quedarse con las candidaturas de los espacios que integran (Daniel Scioli por el FPV, Mauricio Macri por el frente PRO/UCR/CC y Sergio Massa por UNA). Si el líder del Frente Renovador lograra sostener su candidatura el tiempo suficiente para confirmar esa ventaja sobre De la Sota en las primarias de agosto (PASO), podría apostar a hacer una elección que lo dejara no tan lejos de Macri, a los efectos de evitar la polarización entre Scioli y el líder del PRO que parecen insinuar varios estudios.
En este contexto, el último estudio divulgado por la consultora de Julio Aurelio en el escenario para las primarias arroja que Daniel Scioli (FPV) acumula 27,2%, contra 23,8% de Mauricio Macri (PRO), y 17,2% de Sergio Massa (Frente Renovador). Luego aparece Florencio Randazzo, que escala posiciones con 10,3%, por encima de José Manuel De la Sota con 6,8%. Detrás quedan Margarita Stolbizer (Frente Progresista) con 4,2%, Jorge Altamira desde el FIT con 3,7% y cierran la lista los socios de Macri en la coalición opositora, Ernesto Sanz con 3,6% y Elisa Carrió con el 3,3%. En esta medición, los 6,7 puntos porcentuales que Macri obtiene de ventaja sobre el tigrense no son tantos para considerar al útimo fuera de carrera, pero sí sugieren que quedaría rezagado como principal contrincante del oficialismo. Según Juan Manuel Aurelio, director de la consultora, “el margen de error estadístico es muy bajo, apenas del 1,5% de desvío para cualquiera de los valores publicados”; esto implica que esa diferencia de casi 7 puntos sí es estadísticamente significativa (apuntamos aquí que el tamaño de la muestra, superior a 4.000 casos, induce a pensar que quizá haya más de una medición incluida en esa robustísima casuística).
Las altas chances de que Massa quede relegado en la “horse race” se refuerzan si se toma otro dato que indagó esta encuesta: cuando se consultó sobre el candidato preferido, Scioli obtuvo 36,8%, Macri 31,3% y Massa 21,2%. En otro orden, si pasamos al análisis en términos de espacios dentro de las PASO, el oficialismo (FPV) lidera con 37,5%, seguido de la alianza entre PRO, UCR y CC con 30,7%, mientras que UNA (sumatoria de Massa y De la Sota) obtiene 23,9%, cerrando la grilla el FAP (4,2%) y el FIT (3,7%). Medido de esta forma, la distancia entre los “sellos” de Macri y Massa vuelve a rondar los 7 puntos porcentuales que mostraba el escenario por candidatos (6,8%), ya que cada uno acumula la intención de voto de sus competidores al interior de los respectivos espacios (Macri aglutina los de Sanz y Carrió, y Massa hace lo propio con los De la Sota).
En las últimas horas, trascendió que De la Sota y Massa ratificaron su permanencia en la pulseada por la candidatura presidencial dentro del espacio Unidos por una Nueva Argentina (UNA). En cambio, si se confirman las versiones de que Massa se baja de la pelea, el sello UNA-2015 podría terminar siendo aún más efímero que el antecesor UNA-2007, bajo el que el ex ministro (de reconocida militancia peronista) Roberto Lavagna fue candidato presidencial por un frente donde (paradójicamente) el radicalismo constituía la “pata” fuerte. Por entonces, el significado de la sigla UNA era “Una Nación Avanzada”: la historia de ese sello terminó luego de que Lavagna obtuviera 16,9% de los votos, ubicándose tercero por detrás de Elisa Carrió (23%) y la triunfante Cristina Fernández (45%). Tal parece que la suerte de este sello en 2015 está unida a la de Massa: si el tigrense, tercero en la mayoría de los estudios conocidos, declina participar, el resultado será de +A a UNA menos.
En este contexto, el último estudio divulgado por la consultora de Julio Aurelio en el escenario para las primarias arroja que Daniel Scioli (FPV) acumula 27,2%, contra 23,8% de Mauricio Macri (PRO), y 17,2% de Sergio Massa (Frente Renovador). Luego aparece Florencio Randazzo, que escala posiciones con 10,3%, por encima de José Manuel De la Sota con 6,8%. Detrás quedan Margarita Stolbizer (Frente Progresista) con 4,2%, Jorge Altamira desde el FIT con 3,7% y cierran la lista los socios de Macri en la coalición opositora, Ernesto Sanz con 3,6% y Elisa Carrió con el 3,3%. En esta medición, los 6,7 puntos porcentuales que Macri obtiene de ventaja sobre el tigrense no son tantos para considerar al útimo fuera de carrera, pero sí sugieren que quedaría rezagado como principal contrincante del oficialismo. Según Juan Manuel Aurelio, director de la consultora, “el margen de error estadístico es muy bajo, apenas del 1,5% de desvío para cualquiera de los valores publicados”; esto implica que esa diferencia de casi 7 puntos sí es estadísticamente significativa (apuntamos aquí que el tamaño de la muestra, superior a 4.000 casos, induce a pensar que quizá haya más de una medición incluida en esa robustísima casuística).
Las altas chances de que Massa quede relegado en la “horse race” se refuerzan si se toma otro dato que indagó esta encuesta: cuando se consultó sobre el candidato preferido, Scioli obtuvo 36,8%, Macri 31,3% y Massa 21,2%. En otro orden, si pasamos al análisis en términos de espacios dentro de las PASO, el oficialismo (FPV) lidera con 37,5%, seguido de la alianza entre PRO, UCR y CC con 30,7%, mientras que UNA (sumatoria de Massa y De la Sota) obtiene 23,9%, cerrando la grilla el FAP (4,2%) y el FIT (3,7%). Medido de esta forma, la distancia entre los “sellos” de Macri y Massa vuelve a rondar los 7 puntos porcentuales que mostraba el escenario por candidatos (6,8%), ya que cada uno acumula la intención de voto de sus competidores al interior de los respectivos espacios (Macri aglutina los de Sanz y Carrió, y Massa hace lo propio con los De la Sota).
En las últimas horas, trascendió que De la Sota y Massa ratificaron su permanencia en la pulseada por la candidatura presidencial dentro del espacio Unidos por una Nueva Argentina (UNA). En cambio, si se confirman las versiones de que Massa se baja de la pelea, el sello UNA-2015 podría terminar siendo aún más efímero que el antecesor UNA-2007, bajo el que el ex ministro (de reconocida militancia peronista) Roberto Lavagna fue candidato presidencial por un frente donde (paradójicamente) el radicalismo constituía la “pata” fuerte. Por entonces, el significado de la sigla UNA era “Una Nación Avanzada”: la historia de ese sello terminó luego de que Lavagna obtuviera 16,9% de los votos, ubicándose tercero por detrás de Elisa Carrió (23%) y la triunfante Cristina Fernández (45%). Tal parece que la suerte de este sello en 2015 está unida a la de Massa: si el tigrense, tercero en la mayoría de los estudios conocidos, declina participar, el resultado será de +A a UNA menos.
lunes, 1 de junio de 2015
Junio, mes decisivo (1)
Junio
es un mes clave, dado que hay cierres de listas para las elecciones primarias y
generales de octubre y además 4 elecciones de gobernador: Mendoza, Tierra del
Fuego, Santa Fe y Río Negro. De la entrada anterior, nos queda pendiente
revisar escenarios nacionales alternativos a los planteados por Hugo Haime, que
todavía mostraba a Sergio Massa con algunas chances competitivas. Veamos:
La última
encuesta de Management & Fit sigue la misma línea que sus estudios
anteriores: Sergio Massa en caída con 13,8% frente al empate técnico de Daniel
Scioli (33,3%) y Mauricio Macri (32,2%). La muestra, que abarcó 2.400 casos
en todo el país, coloca al oficialismo nacional (FPV) como la fuerza más elegida: la suma de las intenciones de voto del gobernador bonaerense y del ministro de Interior
y Transporte Florencio Randazzo alcanzaría el 35,3%. En segundo
lugar, a más de 5 puntos de distancia, se ubicaría la alianza entre la UCR, la Coalición Cívica y PRO, con el jefe de gobierno porteño como el
precandidato con mejor aceptación dentro del espacio, con 70% de intención de
voto, seguido por el radical Ernesto Sanz (19,5%) y Elisa Carrió (6,6%).
Desde esa consultora, Mariel Fornoni destacó que “un 30% quiere profundizar el
modelo, un 32% quiere un cambio radical y un 36% quiere cambios a medias”,
tendencias que aún muestran un panorama de fragmentación en tres tercios de
similar peso. Hay que decir que en los últimos días, la credibilidad de M&F
fue puesta en entredicho por una serie de correos de donde parecía derivarse una manipulación de los datos, si bien la autenticidad de los mismos no ha sido
confirmada (y, como era previsible, fue desmentida por Mariel
Fornoni). De todos modos, hace tiempo que los estudios de M&F ponen a Massa
tercero, lejos, en la carrera presidencial; en ese marco, desde el Frente Renovador de Massa
sostienen que los sondeos de la firma presidida por Guillermo Seita son una "operación política para
generar en la sociedad un escenario de polarización" que, según la visión de ese
frente, no se condice con la realidad.
Por su parte, según la encuesta de la consultora Opinión
Pública Servicios y Mercados (OPSM) de Enrique Zuleta Puceiro, si las
elecciones fueran hoy Daniel Scioli alcanzaría un 32,2%, Mauricio Macri 29,9% y Sergio Massa 13,6%. Como vemos,
surge un escenario de empate técnico entre los dos primeros y Massa se ubica
tercero, lejos de la pelea grande, al igual que en la encuesta de M&F. Detrás de Massa aparecen Margarita Stolbizer (7,8 %), José Manuel De
la Sota (2,6 %), Jorge Altamira (2,3 %) y Adolfo Rodríguez
Saa (2,3 %). Como dato adicional, de cara a la definición del candidato en
el FPV, según OPSM Scioli le
saca 9 puntos a Florencio Randazzo:
el gobernador bonaerense tiene el 51,1 % de las adhesiones sobre 42,5% del
ministro de Interior y Transporte, con lo cual, luego
del "baño de humildad" solicitado por CFK (que dejó un depurado escenario al interior del espacio
pan-oficialista), la ventaja sigue siendo a favor del gobernador bonaerense.
Recordemos que en un post anterior citamos un estudio de Julio Aurelio que otorgaba
a Scioli un 24% contra 9% de Florencio Randazzo, con lo cual también ratifica
la ventaja del gobernador sobre el ministro. En el estudio de Aurelio aún le queda a
Massa el consuelo de imponerse sobre De la Sota (16% contra 6%), si bien
aparece algo por detrás de Macri, quien alcanza 19%, por encima de Sanz y
Carrió (ambos con 3% cada uno).
A su turno, un estudio del consultor Gustavo Córdoba sobre una muestra de 1.000 casos, pertenecientes a grandes conglomerados urbanos del país y entrevistados telefónicamente, arrojó que un 34,1% se manifestó proclive a votar por el Frente para la Victoria en las primarias de agosto (PASO). Un 29,1% optaría por el PRO y la UCR, mientras que un 12% se inclinaría por el Frente Renovador de Sergio Massa (ahora subsumido en UNA). Al interior de cada fuerza, el oficialismo nacional presenta la mayor paridad entre los precandidatos que se presentarán a las PASO: Daniel Scioli suma una intención de voto superior al 51%, 13 puntos porcentuales más que Florencio Randazzo. No obstante, según esa encuesta, el ministro del Interior es el político que más ha crecido en las adhesiones previas. Tanto en el PRO-UCR como en el Frente Renovador, la situación parece definida: Mauricio Macri y Sergio Massa cuentan con un 81% de adhesiones, muy lejos de sus adversarios Ernesto Sanz y José Manuel de la Sota, respectivamente. En síntesis, más allá de los matices, vemos líneas de fuerza transversales a estos estudios: ventaja general del FPV, ventaja de Scioli sobre Randazzo en un escenario competitivo y ventaja más decisiva de Macri y de Massa sobre los contrincantes en sus espacios respectivos.
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