miércoles, 27 de enero de 2021

Pandemia y comienzo de clases en las encuestas (columna publicada en CBA24N)



Desde hace unas semanas se instaló en la agenda pública el debate sobre el dictado de clases en el ciclo lectivo 2021. Como se sabe, la llegada de la pandemia de Covid-19 en marzo del año pasado abortó el inicio de las clases presenciales, dado que el 19 de ese mes arrancó el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). Conocida popularmente como cuarentena, entre mayo y junio de 2020 esa medida se fue flexibilizando y segmentando geográficamente; sin embargo, las escuelas, dado el riesgo de contagio, permanecieron durante todo el 2020 con clases en modalidad virtual y a distancia. La llegada de las vacunas desde diciembre de 2020 y el relativo amesetamiento de los contagios en Argentina reposicionó este tema, que también ha caído dentro de la disputa política entre el oficialismo y la oposición. Según la última encuesta realizada en todo el país por la consultora Analogías, casi un 37% de los adultos cree que en marzo podrá iniciarse el ciclo lectivo en la modalidad presencial en forma más o menos regular, mientras que casi 42% cree que eso no será posible; 21,3% no sabe (gráfico arriba). Así, el escepticismo en esta materia supera al optimismo por casi 5 puntos porcentuales, lo que estadísticamente es un empate técnico. Ahora bien, ¿qué pasa con las preferencias de la opinión pública al respecto? A propósito de la intención del jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta, de iniciar las clases presenciales en febrero, Clivajes consultores sondeó en todo el país las opiniones en torno a ese concepto a través de una serie de opciones de respuesta. Un 46,5% se mostró de acuerdo con iniciar clases presenciales tomando las medidas adecuadas, mientras que un 3,6% se mostró de acuerdo con la presencialidad independientemente de la situación sanitaria; por otro lado, 27,4% no estuvo de acuerdo y planteó que no debe haber presencialidad hasta que todos los trabajadores de la educación estén vacunados, en tanto que casi 21% se mostró en desacuerdo y se inclinó por comenzar con clases virtuales para evitar la suba de contagios (gráfico abajo).



Si más allá de los matices agrupamos esas respuestas según acuerdo o desacuerdo, tenemos 50,1% que se inclina por retomar la presencialidad en el dictado de clases versus 48,1% que se opone; nuevamente, un empate técnico en términos estadísticos.A su turno, la última encuesta de la consultora Zuban Córdoba & Asociados presentó varias opciones: casi 41% de los electores se inclina por un mix entre clases virtuales y presenciales, 30,6% prefiere clases presenciales todo el año, 17,5% se decanta por la modalidad virtual hasta el fin de la pandemia y 9,2% prefiere que todo 2021 se curse en forma virtual; 1,8% ns/nc (gráfico abajo).



En síntesis, el análisis comparado de datos aporta evidencia empírica de que las opiniones están divididas: no aparece un clamor generalizado, ni siquiera mayoritario, de la opinión pública por una vuelta a las clases presenciales. ¿Por qué entonces tanta insistencia y repercusiones mediáticas en torno al tema? Básicamente, porque este “issue” forma parte de la puja política entre el oficialismo y la oposición, y en segundo término porque Juntos por el Cambio está viviendo una disputa por su liderazgo luego de la derrota de 2019 a nivel país. Ese turno electoral dejó a figuras como el ex presidente Mauricio Macri y la ex ministra Patricia Bullrich fuera del gobierno al mismo tiempo que revalidó los pergaminos de Rodríguez Larreta en CABA, que ganó la reelección en ese distrito sin ballotage (un logro que Macri, líder natural del PRO hasta 2019, nunca pudo conseguir). Así, la carta pública del ex presidente reclamando la apertura de las escuelas de manera extemporánea (en pleno enero) y Larreta de comenzar con clases presenciales en febrero cuando la situación sanitaria del distrito que gobierna no acompaña esa intención son mensajes de posicionamiento en la lucha por el liderazgo de ese espacio.



Para esa pelea y de cara al turno electoral 2021, CABA es clave, dado que desde 2007 se configura como un bastión del PRO y en ella sí hay mayoría a favor de la presencialidad: según la última encuesta realizada por Consultora CEIS en ese distrito, 60,1% de los electores de esa ciudad cree que el inicio de clases debe ser de forma presencial, mientras que 23,1% se inclina por la virtualidad y 13,1% por un mix entre encuentros presenciales y virtuales; por otro lado, 2% plantea que las clases no deberían comenzar si hay segunda ola de coronavirus y 1,8% ns/nc (gráfico arriba). En esa línea, la convergencia de Rodríguez Larreta, Macri y Bullrich en las clases presenciales funciona como un mensaje de fidelización del electorado de Juntos por el Cambio.

https://www.cba24n.com.ar/opinion/pandemia-y-comienzo-de-clases-en-las-encuestas_a6011526b0e78d162f0393c7e

miércoles, 20 de enero de 2021

Sale Trump, entra Biden: un repaso de encuestas (columna publicada en CBA24N)



Esta semana se concretó el traumático traspaso de mando en los Estados Unidos, luego de la escandalosa toma del Capitolio por parte de los manifestantes adherentes al mandatario saliente hace unas semanas. Según los guarismos de Morning Consult, después de esos hechos la aprobación de Donald Trump se desplomó, perforando el umbral del 40%, mientras que la desaprobación superó el 55% (gráfico arriba). Así, pese a haber hecho una elección mejor a la esperada en el marco de la pandemia del coronavirus, el magnate que llegó al poder de la mano de los republicanos se retira con más luces que sombras y con el lastre de haber sido uno de los pocos presidentes norteamericanos que fracasó al buscar su reelección. Según la misma consultora, el presidente entrante, Joe Biden, asume el cargo con una imagen positiva de 54% versus una negativa del 43%. Esos guarismos se ubican en el mismo orden de magnitud del resultado de la pasada elección presidencial, en la cual el demócrata rondó el 51% de los votos y el republicano el 47%. El análisis de variables arroja que Biden logra sus mejores valores de imagen entre sus votantes propios (93%, previsible), electores menores de 45 años (59%), votantes urbanos (68%) y afroamericanos (81%; gráfico abajo).    


Para más datos, la popularidad del nuevo mandatario presenta una leve tendencia ascendente desde que se declaró su victoria el 7 de noviembre de 2020: pasó del 51% al 54% (gráfico abajo). 



Por otro lado, ratificando que la política de Estados Unidos también resulta atravesada por la “grieta” o polarización, comparado con el momento de la asunción de Trump el flamante presidente recoge más apoyo entre sus electores (63% entre demócratas vs 52% de Trump entre republicanos) y al mismo tiempo más rechazo entre los votantes de su contrincante (69% entre republicanos vs 63% de Trump entre demócratas; gráfico abajo). 


Si comparamos la imagen que Biden tiene en su propio país con la que genera en el nuestro, surgen algunos datos interesantes. Según la medición realizada en diciembre de 2020 por la consultora Zuban Córdoba, casi un 30% de los electores argentinos ns/nc y 21,3% no lo conoce, con lo cual la opinión positiva se ubica en niveles más bajos, aunque duplica a la negativa: 33,6% a 15,2% (gráfico abajo).



 También a diferencia de lo que se observa en EE.UU, donde Biden logra sus mejores resultados de imagen entre los electores menores de 45 años, en nuestro país los valores más altos aparecen entre los electores de 46 años y más (entre 37% y 34,3%), si bien con diferencias estadísticamente no significativas respecto a los segmentos etarios más jóvenes, donde ronda entre el 30,8% y 33,6% (gráfico abajo).


Finalmente, quizás lo más importante: las expectativas en el impacto de la gestión del nuevo presidente norteamericano respecto a la Argentina. El 46,6% de los electores de nuestro país tiene expectativas positivas en el gobierno de Joe Biden para con Argentina (sumando muy favorable + algo favorable), mientras que 26,5% es más bien pesimista o al menos escéptico (sumando poco favorable + nada favorable). Un 27% ns/nc, con lo cual el resultado de la variable expectativa futura en su gobierno es más positivo que el de la variable de su imagen actual (gráfico abajo).


https://www.cba24n.com.ar/opinion/sale-trump--entra-biden--un-repaso-de-encuestas_a60088fa9e3e63c3a0436c39b


viernes, 15 de enero de 2021

Las expectativas económicas para 2021 en las encuestas (columna publicada en CBA24N)



En febrero de 2020, antes de la llegada de la pandemia del Covid-19, la expectativa de mejora de la situación con el por entonces nuevo gobierno nacional encabezado por Alberto Fernández trepaba al 57,1%, ubicándose así casi 9 puntos porcentuales por encima del caudal obtenido por el Frente de Todos en octubre de 2019 (48,24%). En marzo, la llegada del coronavirus al país cambió drásticamente el escenario: con 9 meses de gestión en plena pandemia global, a fines del año pasado la expectativa de mejora de la situación seguía por encima del pesimismo y de la perspectiva de estabilidad, pero el optimismo alcanzaba a apenas 1 de cada 3 electores argentinos: 33,4%. En cambio, el pesimismo había crecido del 19,6% a 28,8%, al mismo tiempo que la incertidumbre expresada en la respuesta ns/nc subió de 1,8% a 13,7% (gráfico arriba). Así, queda claro que el impacto del coronavirus se tradujo en una caída del optimismo: la incógnita es qué puede pasar en 2021, lo que depende fundamentalmente de la posibilidad de superar la pandemia, como queda puesto de manifiesto en el último estudio de Rouvier & Asociados. Según ese informe, el 48,3% cree que una vez que termine la pandemia la economía va a mejorar, un guarismo que está en el mismo orden de magnitud del voto oficialista en 2019. En cambio, 32,1% cree que la economía va a seguir igual y 13,2% es pesimista (gráfico abajo). 



Si vemos la serie evolutiva de ese estudioque arranca en abril de 2020 (mes de cuarentena plena), se detecta que el optimismo alcanzó su punto más alto en noviembre pasado, al igual que la perspectiva estable; en cambio, el pesimismo se mantuvo sin variaciones estadísticamente significativas entre abril y noviembre (gráfico abajo). 



Cuando repasamos las mediciones que hacen foco en el tránsito hacia el nuevo año, encontramos algunos matices relevantes. A fines de 2020, la consultora Voices indagó las percepciones para el 2021: el 58% consideró que este será un año de dificultad económica, mientras que 22% espera una mejoría y 17% cree que será igual (gráfico abajo). 



El análisis por variables arroja que el mayor optimismo se da en el segmento etario de 30 a 49 años (28%), el nivel socioeconómico (NSE) bajo (27%) y el Gran Buenos Aires (GBA, 26%), mientras que el mayor pesimismo se da en adultos de 65 años y más, el NSE alto y Capital Federal. En este punto, cabe destacar que el GBA es un bastión electoral del Frente de Todos, mientras que Capital lo es de Juntos por el Cambio (gráfico abajo). 



Cuando se comparan las expectativas argentinas con las de la región y el mundo en general, se advierte que nuestro país es el más pesimista relativamente. Esto no se da a costa del optimismo (las diferencias entre quienes esperan que 2021 sea un año de mejoría económica no son estadísticamente significativas), sino que pasan fundamentalmente por el segmento de quienes esperan que este año sea igual al pasado (gráfico abajo). 



En cambio, la última encuesta de Clivajes detectó un optimismo de 55,8%, dividido entre casi 24% que cree que la situación económica mejorará bastante en 2021 y casi 32% que cree que apenas mejorará; en sentido contrario, casi 42% es pesimista, con un 25,5% que cree que la economía empeorará un poco más y 16,13% que cree que será mucho peor (gráfico abajo). Si comparamos ese casi 56% de optimismo acumulado, tenemos una  expectativa positiva similar a la que detectó CEIS en febrero de 2020, mientras que el pesimismo acumulado (41,7%) se ubica en el mismo orden de magnitud del voto de Juntos por el Cambio en octubre de 2019 (40,28%). 



Ese optimismo en torno al 55% en materia de expectativas socioeconómicas coincide con la confianza en el gobierno nacional para resolver los problemas económicos actuales, según la misma medición, mientras que el pesimismo se corresponde con la desconfianza (43,7%; gráfico abajo). 



Con matices, este clivaje electoral de las expectativas socioeconómicas también se advierte en los guarismos de la consultora CELAG: su estudio de fin de año reportó un optimismo de casi 60% respecto a que el gobierno pueda resolver la crisis económica, pero distinguiendo entre el corto plazo (22,1% que espera que suceda este año) y 37,5% que lo espera a mediano y largo plazo (dentro de 2 o 3 años). En sentido contrario, un 37,6% se mostraba pesimista, nuevamente un guarismo que está en el orden de magnitud del caudal de JxC en 2019. 



En síntesis, el repaso de encuestas de expectativas socioeconómicas para 2021 arroja que el optimismo depende fundamentalmente de dos cuestiones: 1) que se supere la pandemia 2) la variable electoral, dado que el optimismo se articula con la confianza en el actual gobierno, al mismo tiempo que el pesimismo se corresponde con la desconfianza en el oficialismo. De cara a la elección de medio término de este año, un test crucial para el gobierno nacional, el desafío para el presidente Alberto Fernández será administrar las expectativas a efectos de que no resulten tan bajas como para acotar las posibilidades de una recuperación económica traccionada (al menos en parte) por el consumo interno, pero tampoco tan altas como para dejar paso a una desilusión preelectoralmente riesgosa. 

https://www.cba24n.com.ar/opinion/las-expectativas-socioeconomicas-para-2021-en-las-encuestas_a6000de617d89dc7a4b6a9f86

jueves, 7 de enero de 2021

Las posturas permeables a las vacunas y las antivacunas en las encuestas (columna publicada en CBA24N)

En la última década, el movimiento antivacunas ha crecido en el mundo, lo cual supone una amenaza a la salud pública que se agrava en tiempos de pandemia global como la generada por la aparición del Covid-19. En este contexto, una encuesta global realizada por WIN Internacional detectó que un promedio de siete de cada 10 personas en el mundo dicen que se aplicarían una vacuna contra el coronavirus. Los países de la región Asia-Pacífico muestran la mayor predisposición a la vacunación, con Vietnam, India y China ocupando el podio con tasas por arriba del 90% de predisposición acumulada (sumando a quienes dicen que seguramente se vacunarán + quienes dicen que lo harán probablemente). En tanto, en Latinoamérica el podio lo ocupan Brasil, México y Ecuador, con predisposiciones entre el 80% y 85% respectivamente. Argentina, con 76%, aparece en cuarto lugar en la región, unos 6 puntos porcentuales por encima del promedio global y en la posición número 14 de los países relevados en ese estudio, casi a la mitad de la tabla (gráfico arriba). 

A su turno, una encuesta nacional realizada por la consultora Ricardo Rouvier & Asociados a fines de noviembre (antes de que llegaran las primeras vacunas al país) arrojó que casi un 49% de los adultos argentinos confía en todas las vacunas que el gobierno nacional piensa comprar para controlar la pandemia, mientras que 12,4% confía en algunas y 20,4% desconfía de todas, posición que podríamos asociar a la postura antivacunas; 18,5% no sabe (gráfico arriba). Como referencia, ese 48,7% de confianza en todas las vacunas está en el orden de magnitud del voto obtenido por el Frente de Todos en octubre de 2019 (48,24%).  Según la consultora Real Time Data (RTD), la proporción de electores sin preferencia es aún mayor: 55%, si bien distribuidos de manera asimétrica por voto anterior. Entre quienes votaron por Alberto Fernández en 2019 casi 7 de cada 10 no tienen preferencia por ninguna vacuna en particular, actitud que desciende al 42% entre los votantes de Mauricio Macri (gráfico abajo). Del mismo modo, la posición antivacunas entre los electores de Juntos por el Cambio más que duplica los del oficialismo.


El análisis de preferencias general por vacunas arroja una ventaja para la de Oxford-AstraZeneca (13%), con empate para Sputnik y Pfizer (ambas con 7%). Entre los electores del oficialismo saca ventaja la rusa, mientras que entre los de JxC se impone la de origen británico que se fabricará también localmente. 


Otro estudio, en este caso el último realizado por la consultora Management & Fit, reporta que 41,3% está dispuesto a vacunarse de manera inmediata, mientras que 28,5% prefiere esperar unos meses. Esta actitud permeable acumula casi 70% (69,8%), versus 24,1% que dice que no tiene pensado vacunarse, algo mayor al 18% antivacunas que veíamos en el estudio de RTD. Las predisposiciones inmediatas más altas se dan en los adultos de 40 años o más y los niveles socioeconómicos (NSE) bajo y alto (44,2% y 43%, respectivamente), mientras que la posición antivacunas más fuerte aparece en el NSE medio (28,8%) y los menores de 40 años (29%). Si hacemos un promedio de los cuatro estudios que venimos citando, tenemos un 72,2% de permeabilidad a la vacuna y un 21,6% de antivacunas en nuestro país. 


Según la última encuesta realizada por la consultora Proyección en la provincia de Buenos Aires (PBA), el 57% de los electores de ese distrito se aplicaría la vacuna contra el Covid-19, mientras que casi 21% dice que no lo haría y casi 22% no sabe (gráfico arriba). Si tenemos en cuenta que en PBA Alberto Fernández alcanzó 52,2% de los votos en 2019, nuevamente la postura favorable a las vacunas se ubica en el mismo orden de magnitud que el caudal oficialista, lo que sugiere la presencia de una regularidad estadística.


Finalmente, profundizando en el análisis, el 83,4% de los electores de la PBA está muy de acuerdo o de acuerdo con la decisión del gobierno nacional de que los primeros grupos en vacunarse sean los trabajadores esenciales y las personas de mayor riesgo (gráfico arriba). 


https://www.cba24n.com.ar/opinion/las-posturas-permeables-a-las-vacunas-y-las-antivacunas-en-las-encuestas_a5ff7c524d2d35117fba572db