martes, 23 de abril de 2024

Marcha del 23 de abril e impacto del ajuste en las universidades, según las encuestas (nota publicada en CBA24N)

Este martes 23 de abril se realizará la marcha nacional educativa por la universidad pública, movilización que se inscribe en un proceso de lucha frente al ajuste del gobierno de Javier Milei. En ese marco, ¿qué dicen las últimas encuestas sobre este tema? A fines de marzo, la medición de la Universidad de San Andrés (Udesa) arrojó que 60% está en desacuerdo con congelar el financiamiento a las universidades públicas, vs 32% de acuerdo (gráfico arriba). Así, el apoyo a la medida se ubica en el mismo orden de magnitud del voto a La Libertad Avanza (LLA) en las primarias de agosto de 2023 y la primera vuelta de octubre (30%), pero la oposición lo duplica y supera por casi 16 puntos porcentuales al caudal obtenido por Unión por la Patria en el ballotage de noviembre (44,3%), lo que confirma que se trata de una postura mayoritaria.  

Con más fuerza todavía, la encuesta realizada en marzo por Proyección Consultores reportó 71,1% de acuerdo con la frase “Las universidades fomentan la igualdad de oportunidades y la movilidad social”, vs apenas 19,5% de desacuerdo (gráfico arriba). El mismo estudio muestra que en una época donde predomina el descrédito, las universidades públicas lideran la confianza en actores sociales, con casi 51% de las menciones y casi 11 pp de ventaja sobre su escolta, las pequeñas y medianas empresas (gráfico abajo).  


En ese marco, la última encuesta de Zuban Córdoba arrojó que 58,5% de los votantes está en desacuerdo con congelar el presupuesto universitario, vs  38,4% está de acuerdo (gráfico abajo). Aunque el apoyo es mayor al caudal duro de LLA, es superado por 20 pp por la postura adversa, lo que confirma que la “causa universitaria” supera con creces al voto de UP.    

El mismo informe detecta un consenso cercano a la unanimidad respecto a la frase “La educación pública es un derecho de todos y debemos defenderla”: 87,4%, con apenas 10,7% de desacuerdo (gráfico abajo). Así, todos los datos convergen en el sentido de un apoyo social a las universidades públicas, lo que favorece las expectativas de una movilización multitudinaria en todo el país. Independientemente del debate que pueda generarse en torno a la masividad de la protesta, sería otro síntoma de la debilidad del gobierno nacional en la calle, puesto que, más allá de la aplicación o no del “protocolo Bullrich”, desde el momento de la asunción del poder en diciembre de 2023, cuando se produjeron los primeros cacerolazos de protesta, el oficialismo nunca pudo contar con masas movilizadas a su favor como contrapeso a las opositoras.  

Además de una calle copada por movilizaciones adversas, otro problema para el oficialismo es la negatividad en las redes sociales, un ámbito donde Milei construyó su posicionamiento: desde que comenzó 2024, el sentimiento social arroja valores de pesimismo muy por encima del optimismo, y la conversación en redes sobre educación reforzó ese patrón: según el último monitoreo de Scidata, durante la disputa electoral del año pasado el sentimiento de diálogo sobre el tópico se mantuvo entre “regular/malo” y “algo malo”. Sin embargo, tras la asunción de Milei, la charla sobre la educación comenzó a rozar valores de clima “malo”, mientras que la conversación sobre las universidades se negativizó (gráfico abajo).  

Durante abril se detectó una leve mejoría en la charla de redes sociales sobre las universidades (gráfico abajo), debido al incremento de las menciones de respaldo a las casas de altos estudios públicas ante los cuestionamientos oficiales al manejo de fondos en esas instituciones: entre febrero y marzo pasados, la charla migró de un diálogo de corte propositivo a otro “politizado”.  

Hasta octubre de 2023, la conversación sobre las universidades se centraba en deseos y augurios de un país mejor, sostenido en parte por los aportes de una educación de más calidad. Sin embargo, entre noviembre y abril el diálogo viró hacia el debate político, centrado en la relación de las instituciones educativas (especialmente la Universidad de Buenos Aires) con el gobierno libertario. Habrá que ver cómo el oficialismo procesa la movilización, a casi un mes del “Pacto de Mayo”, en semanas claves que pueden definir la suerte del mega decreto (DNU) y del proyecto de ley “Bases” en el Congreso Nacional. 

miércoles, 17 de abril de 2024

Cómo evolucionó la gestión económica de Milei, según las encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

Con 51,6% de inflación acumulada en el primer trimestre y 11% en marzo (el gobierno nacional apostaba a 10% para acercarse al objetivo de perforar los 2 dígitos), se impone un repaso de cómo evolucionó la evaluación de la gestión económica del presidente Javier Milei en las encuestas nacionales. Entre diciembre 2023 y enero 2024, Opinaia detectó que las medidas económicas del gobierno anunciadas por el ministro Luis Caputo cedieron de una calificación positiva de 49% a 44%, en tanto que la negativa creció de 44% a 47% (gráfico arriba), lo que arrojó un diferencial desfavorable de -3 puntos porcentuales al cierre del primer mes de gestión.  

En febrero, la consultora Opina midió la política en esa materia: reportó 47% positiva vs 51% de negativa (gráfico arriba), un diferencial desfavorable de 4 puntos porcentuales (pp), en tanto que la política de ayuda hacia los más pobres alcanzó -6 pp, la política exterior -2 pp y la de seguridad +1 pp. Así, en términos comparativos y dentro de resultados magros, se ubicó en tercer término.   

Según la Universidad de San Andrés (Udesa), en marzo se ubicaba como la tercera política con mayor satisfacción, por detrás de la exterior (41%) y de seguridad (41%), dentro de un panorama también magro: 38%, vs 58% de total insatisfacción (gráfico arriba). Eso arrojó un diferencial negativo de 20 pp. Ese mismo mes, el informe de Atlas Intel reportó 49% positiva (excelente + bueno) vs 46% negativa (regular + malo; gráfico abajo) para la gestión económica y la responsabilidad fiscal: diferencial favorable de apenas 3 pp, un empate técnico, que se ubicó segunda como área detrás de transparencia y lucha contra la corrupción. Si se suma el regular (un nivel menos intenso de malestar), el saldo queda negativo en 2 pp.   

Entre el 5 y el 11 de abril, Ágora Consultores midió el manejo de la economía: 48% positivo (muy buena + buena) vs 43% negativo (mala + muy mala; gráfico abajo), lo que arroja un diferencial favorable de 5 pp, un nuevo empate técnico dado el error muestral de +/- 2,1%. En este caso, se ubicó segunda por detrás de la política de seguridad. Se midió aparte el manejo de la inflación: 44% positivo vs 45% negativo.   

Si hacemos un promedio de esas cinco encuestas nacionales que abordaron el tema de forma comparable, el resultado de la evaluación de la gestión económica es 45,2% positiva vs 49% negativa; un diferencial desfavorable de 3,8 pp. Eso implica que el apoyo a la política económica se ubica 10,6 pp por debajo del voto a Milei en el ballotage (55,6%), mientras que los detractores superan al caudal obtenido por Unión por la Patria (UP) en la misma instancia por 4,7 pp. Esa distribución de tendencias replica el resultado del relevamiento realizado por Zuban Córdoba entre el 10 y el 11 de abril: respecto a su economía personal, 46,4% cree que el sacrificio actual valdrá la pena en el futuro, vs 50,6% que considera que no valdrá la pena (gráfico abajo).

 

Finalmente, entre el 4 y el 8 de abril, Proyección Consultores midió la percepción del rumbo de la economía: 40,2% lo consideró correcto y 39,7% incorrecto (gráfico abajo), empate técnico. En este caso, una elevada proporción de los electores (uno de cada cinco) no supo responder.  

En conclusión: 1) al gobierno nacional no le sobra nada en la evaluación de la política económica  por parte de los votantes 2) la distribución de tendencias es consistente con las creencias a nivel del metro cuadrado de los electores, donde el ajuste en marcha tiene un acompañamiento no menor, pero se ubica por debajo del casi 51% que no tiene expectativas al respecto 3) esto confirma que los resultados en esa materia en la opinión pública hasta el momento son, en el mejor de los casos, magros.

jueves, 11 de abril de 2024

A cuatro meses del cambio de gobierno se agudiza la polarización, según las encuestas (nota publicada en CBA24N)

Ayer 10 de abril, el gobierno nacional cumplió 4 meses de gestión. El balance que arrojan las últimas 10 encuestas nacionales marca que 47% de los electores la aprueban vs 48% que la desaprueban, lo que pone en evidencia una marcada polarización: quienes apoyan se ubican 8,6 puntos porcentuales por debajo del 55,6% de los votos que obtuvo La Libertad Avanza (LLA) en el ballotage de noviembre de 2023, mientras que los críticos se consolidan por encima del 44,4% de caudal que sumó Unión por la Patria (UP) en la misma instancia. La encuesta más representativa de las realizadas entre fines de marzo y lo que va de abril es la de Atlas Intel, que reportó 47,7% vs  47,6%, respectivamente (gráfico arriba). Si pasamos de la variable aprobación a la de imagen de gestión, el promedio de las últimas mediciones ubica la calificación positiva en 46% vs una negativa de 50%; la encuesta más representativa de la serie reciente es la de D´Alessio/IROL, que arrojó 47% de positiva vs 52% de negativa (gráfico abajo).  

Al hacer foco no en la gestión sino en la imagen de Javier Milei, el promedio de las últimas 10 mediciones arroja 49% positiva vs 49% negativa. En este caso, la encuesta más representativa de la serie fue realizada por Opina, que reportó 51% vs 49%, respectivamente (gráfico abajo).   

En este marco coexisten dos movidas políticas. Por un lado, la oposición que lidera UP explora con el socialismo, la izquierda y el ala crítica de la Unión Cívica Radical (UCR) estrategias para derribar en la Cámara de Diputados el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ya sufrió un primer revés en el Senado, buscando darle representación al casi 50% de votantes que se siente opositor y también se expresa contra esa medida, según Atlas Intel (gráfico abajo).  

Por otro, el oficialismo tantea las chances de revertir en el Congreso el revés que sufrió en febrero el proyecto de ley “Bases” (antes denominado “ley ómnibus”) a partir de una versión más acotada. No es algo sencillo, pues la caída del primer proyecto dejó un residual desfavorable, según la encuesta realizada por Pulso en marzo: 35,5% de acuerdo vs 42,4% en desacuerdo (gráfico abajo). Así, el aval se ubica 5,5 puntos porcentuales por encima del voto a LLA en las primarias de agosto y la primera vuelta de 2023 (30%), mientras que los detractores se ubican en el mismo orden de magnitud del voto a UP en la segunda vuelta.  

Con todo, el oficialismo apuesta a que la negociación con sectores dialoguistas permita sortear una tendencia desfavorable: la postura de que la oposición colabore con el presidente está en el piso de la serie evolutiva desde el cambio de gobierno, mientras que la posición contraria está en un nivel pico y se ubica en el mismo orden de magnitud del voto a UP en noviembre pasado, según Opina (gráfico abajo).  

Con apenas matices, la misma distribución de actitudes surge de la última encuesta realizada por Casa Tres. Un 53% de optimistas opina que el gobierno de Milei logrará terminar sus 4 años de mandato con logros, vs un pesimismo de 45% donde se distinguen dos segmentos: 18% cree que completará su mandato pero será un fracaso, mientras que 27% piensa que no lo completará (gráfico abajo). Ese último grupo se corresponde con el núcleo duro de UP en las primarias de 2023.   

En síntesis, al cumplirse 120 días del cambio de gobierno, el análisis de las últimas mediciones nacionales permite extraer tres conclusiones: 1) no hay diferencias estadísticamente significativas entre las variables aprobación de gestión, evaluación de imagen de gestión y opinión de Milei; en todas ellas se advierte paridad y marcada polarización entre adherentes y opositores 2) tanto el mega DNU como el proyecto de ley “Bases” enfrentan una oposición consolidada, que ronda entre 42,4% y casi 50% de detractores 3) en términos de debate parlamentario, la postura favorable a que la oposición colabore con el presidente aún es mayoritaria pero se debilitó respecto a su asunción en diciembre, mientras que se afirma la actitud que prefiere una oposición que intente bloquear el programa económico de LLA.   

domingo, 7 de abril de 2024

Un liderazgo transicional, aupado en una intensidad insostenible (nota publicada en Perfil)

Los primeros cien días del presidente pueden ser analizados desde distintas variables. En esta columna, el especialista desmenuza los componentes de su comunicación digital y el impacto en su audiencia en redes sociales.

El informe de conversación digital de marzo de Ad hoc apuntó que la irrupción y disrupción de Javier Milei mantienen al país en un estado de tensión total y desgastante por la profunda intensidad que conlleva su modelo de conducción política.

“La confrontación no es solo un arraigo de su personalidad, es su modelo de implementación. Es la competencia, no la cooperación, la que guía la economía y la acción política del Presidente (…) El riesgo: pensar en corto plazo puede prepárate para la llovizna del verano, pero no para la tormenta del invierno”.

Ese análisis se completaba con el dato de la tendencia alcista en la negatividad del sentimiento social en redes sobre su figura. Con matices en las cifras (66 puntos negativos a fines de marzo), el último monitoreo de Scidata también arrojó que el presidente transitó sus primeros 100 días de gobierno con la negatividad en redes agravándose cada mes.

La comunicación de Milei
Ya en febrero pasado, el monitor social de Taquión ponía en evidencia que una primera minoría de casi 46% percibía que el presidente debía modificar su forma de comunicar.  Con matices, la última encuesta de Explanans también arrojó que casi a 44% de los electores no les gusta “para nada” el modo de expresión de Milei, versus casi 32% a quienes les gusta su estilo.

La primera minoría replica el caudal obtenido por Unión por la Patria en el balotaje, mientras que la segunda confirma que la comunicación del presidente sólo fideliza el voto propio, que se ratificó tanto en las primarias como en la primera vuelta de 2023 (30%).

El consenso de los especialistas ya venía reprobando la comunicación de Milei aun antes de que la epidemia del dengue escalara en la agenda social: una medición realizada por la revista Imagen en febrero entre un panel de expertos reportó que mala, agresiva, confrontativa y peligrosa surgían como los calificativos más fuertes. Asimismo, 64,1% de los especialistas consideraban riesgosos los ataques de Milei a artistas críticos. 

El liderazgo de Milei


El perfil de la comunicación de Milei permite construir un puente a la percepción de su liderazgo: según la última medición de la consultora Pulso, 6 de cada 10 electores creen que es inflexible y que busca imponer sus decisiones. 

En la misma línea, la última encuesta nacional de Analogías arroja que 54,3% cree que Milei es agresivo. Recientemente, Pablo Touzon y Federico Zapata escribieron: “En los primeros meses de gestión, la primera pulsión constitutiva del joven mileísmo (la batalla contra la casta entendida como un mandato permanente e intransigente) sostiene el liderazgo en la opinión pública, pero al mismo tiempo dinamita los puentes que Milei necesita para fundar un nuevo poder”.

Aquí radica una de las debilidades de su liderazgo: el 55,6% de los votos que obtuvo en el ballotage conviven con el 30% que alcanzó en primera vuelta y plasman un mapa parlamentario (configuración del Congreso Nacional) y territorial (ausencia de gobernadores e intendentes propios) que obligan a una política transaccional (en el sentido de construcción de consensos) a la que no parece dispuesto.    

En el mix de comunicación de conflicto y negativa de Milei a la política transaccional reside el principal riesgo de que su liderazgo se agote rápidamente. El sentimiento social en redes aportó las primeras alertas al respecto, pero el problema ya permea en las encuestas. En febrero pasado, Taquión detectó que el presidente perdió la pulseada digital por el aumento de sueldos nada menos que con CFK, la figura más demonizada de la política argentina.

Consistente con eso, la última encuesta de CB Consultora detectó que casi 48% de los electores no creyó en la explicación del presidente respecto al aumento de sueldos.

En un contexto de máxima agitación e intensidad emocional, un modelo de conducción política no transaccional puede derivar en un liderazgo transicional, no sustentable a largo plazo. “Si Milei persiste en su actual hipótesis política, será probablemente en el mediano plazo el presidente que inauguró una nueva era, pero no el que fundó un nuevo orden”, apuntaron Touzon y Zapata.

jueves, 4 de abril de 2024

Gobernabilidad, rol del Congreso y vínculos Nación- Provincias, según las últimas encuestas (nota publicada en CBA24N)

Este jueves 4 de abril, el ministro del Interior Guillermo Francos y el jefe de Gabinete Nicolás Posse recibirán a un pelotón de gobernadores procedentes de Juntos por el Cambio en el marco de las negociaciones para la aprobación de la ‘Ley Bases’ y el blindaje del decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 70/2023). En este marco, es oportuno repasar las últimas encuestas al respecto. Según CB Consultora, casi 47% de los electores está de acuerdo con el DNU vs casi 44% en desacuerdo (gráfico arriba). Esto perfila una oposición que se consolida en el mismo orden de magnitud del voto obtenido por Unión por la Patria en el ballotage (44,35%), mientras que el apoyo a la medida de Javier Milei se ubica casi 9 puntos porcentuales (pp) por debajo del caudal que lo consagró como presidente: 55,65%. Eso implica un empate técnico, puesto que la brecha de 3 pp entre ambas posturas no resulta estadísticamente significativa. 

Asimismo, el último informe de la Universidad de San Andrés (Udesa) muestra que 48% de los electores creen que el Congreso debe debatir y negociar algunas reformas propuestas por Milei; apenas 22% prefiere que apruebe sus proyectos de ley, y al otro extremo de esta minoría intensa un 18% se inclina por el rechazo a esos proyectos (gráfico arriba). Así, la postura a favor de una discusión parlamentaria se configura como primera minoría, muy por encima de quienes avalan que el Congreso le extienda una carta blanca al presidente o, en el otro extremo, rechace de plano sus proyectos.   

Luego del rechazo al DNU en el Senado, el sistema de comunicación oficialista calificó como “traidores” a quienes aún tienen la llave para destrabar el trámite parlamentario, lo cual plantea la duda de si a Milei le interesa realmente construir el consenso que surge de las encuestas como reclamo y que necesita para sus proyectos sean aprobados. Con una Cámara de Diputados donde el balance de fuerzas arroja 91 legisladores nacionales aliados vs 104 opositores, el gobierno nacional tiene que persuadir a 62 “traidores” si quiere evitar que ese recinto también rechace el decreto (gráfico arriba), con lo cual dejaría de tener vigencia y abriría un escenario manifiesto de crisis de gobernabilidad.    

En este contexto en el que la demanda de consenso emerge por encima de las posturas extremas, las últimas medidas del oficialismo no ayudan: luego de haber recortado a las provincias recursos para transporte, educación y fondos discrecionales, la semana pasada el DNU 280/24 eliminó los artículos 92, 93 y 94 de la Ley de Presupuesto 2023 prorrogado para este año. Esos párrafos estipulaban que la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) debía transferir el día 20 de cada mes la doceava parte del déficit anual a las provincias que no hubieran transferido sus regímenes previsionales al Estado nacional. La medida afecta a las cajas de 13 provincias (Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego) e implica una nueva vuelta de tuerca al conflicto que arrancó en febrero y que alcanzó su pico con el cruce entre Ignacio Torres (gobernador de Chubut) y Milei. La encuesta realizada en marzo por la consultora Mercados & Estrategia en la Patagonia detectó que casi 52% de los electores de esa región le dio la razón a los mandatarios provinciales, aventajando por casi a 10 pp a quienes se inclinaron por el presidente (gráfico arriba).  

Finalmente, la última medición de Zuban Córdoba ratificó lo que ya había arrojado su encuesta de febrero pasado: casi 62% de los electores creen que los gobernadores deben defender los intereses de sus provincias aunque tengan que enfrentar al presidente, mientras que casi 36% prefieren que los mandatarios ayuden a Milei aunque eso implique pérdida de recursos para sus distritos (gráfico arriba). Ese 35,9% se ubica en el mismo orden de magnitud del voto obtenido por La Libertad Avanza en las primarias de agosto y la primera vuelta presidencial de octubre, muy lejos (casi 20 pp) del 55,6% del ballotage. En un contexto en el que el presidente acelera el conflicto mientras la opinión pública reclama debate y consenso, el protagonismo de los gobernadores y de los diputados nacionales será central en abril. 

miércoles, 27 de marzo de 2024

Cómo evolucionó la tolerancia social al ajuste, según las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

Recientemente, el presidente Javier Milei planteó que el país tocará piso entre marzo y abril, luego de lo cual comenzaría una mejora, por lo que resulta oportuno ver cómo evolucionó el aguante social al plan de ajuste implementado por su gobierno desde su asunción en diciembre. A fines de enero, la consultora Reale-Dalla Torre (RDT) reportó que 28% de los electores no podía esperar nada para que el actual plan económico comience a dar resultados positivos, lo que configura la primera minoría. Por otro lado, 13,5% aguantaría hasta abril; eso acumula un 41,5% cuya paciencia social estaría agotada al fin del lapso apuntado por el mandatario, perfilando una situación de alto riesgo social. Luego, 16,5% podría tolerar 6 meses y agotaría su paciencia al comenzar el segundo semestre (gráfico arriba). Así, 58% de los electores (un caudal mayor al que votó a Milei en el ballotage) no toleraría más allá de julio. Por otro lado, 33% aguantaría un año o más, lo que se ubica en el mismo orden de magnitud del voto a La Libertad Avanza (LLA) en las primarias de agosto y la primera vuelta de octubre de 2023, alrededor del 30%.   

El análisis por nivel socioeconómico (NSE) revela que 50,6% de la clase baja agotaría su aguante en abril, mientras que casi 40% del nivel medio y 28,2% de la clase alta se encuentran en la misma situación (gráfico arriba). Esto implica que la vulnerabilidad crece conforme baja el NSE.  

A fines de febrero, Taquión también midió el aguante social (gráfico arriba); nuevamente, la primera minoría fue un 27% sin disposición a esperar, casi el mismo resultado que vimos en RDT. Luego, 16% podría tolerar entre 1 y 3 meses, con lo que agotaría su paciencia entre marzo y mayo. Esto acumula 43% de electores que bajaría el pulgar antes del primer semestre. Después, las respuestas se fragmentan en 11% que esperaría entre 3 y 6 meses, 16% entre 6 meses y 1 año, y 30% 1 año o más. Nuevamente, sólo 30% muestra tolerancia a largo plazo, consistente con el voto duro a Milei.  

Este mes de marzo, Proyección Consultores también midió la paciencia social: 35% dijo no estar dispuesto a esperar nada y 13,5% hasta 3 meses. Así, a fines del primer semestre habría 48,5% de los electores cerca de un punto socialmente crítico (gráfico arriba). Por otro lado, 14,4% toleraría de 3 a 6 meses (no más allá de la llegada de la primavera), casi 20% entre 6 meses y un año y 17,3% más de un año. En este caso, el umbral de alto riesgo social se ubicaría al terminar el invierno, cuando casi 63% de los argentinos habría agotado su tolerancia.  

Consultora Delfos también midió la variable en marzo: nuevamente, 35% dijo no tener margen para esperar, mientras que 12% dio un plazo de 1 a 3 meses. Así, 47% agotaría su paciencia al fin del primer semestre (gráfico arriba). Por otro lado, 10% toleraría de 3 a 6 meses (no más allá del fin del invierno), casi 20% entre 14 meses y un año, y 20% más de un año. En este caso, el umbral crítico se ubicaría al terminar la primavera para 57% de los argentinos.  

Más allá de los matices, los datos de estas 4 encuestas nacionales convergen en plantear dos plazos críticos para Milei: 1) el primero se ubica entre abril y mayo, cuando un promedio de 38% de los electores agotaría su tolerancia; este es el núcleo duro de resistencia al gobierno, que resulta consistente con el voto a Unión por la Patria en la primera vuelta presidencial de octubre (casi 37%) y que también coincide con la proporción de electores que cree que el presidente no podrá finalizar sus 4 años de gobierno, como reportó Giacobbe a fines de enero pasado (gráfico arriba).  Luego, aun si sortea este umbral, aparece un segundo plazo crítico: 2) entre julio y agosto, cuando el aguante se agotaría para más de la mitad de los argentinos y ya no sólo para los opositores intensos, configurando una situación de altísimo riesgo social. En este proceso, intervienen elementos que pueden funcionar como aceleradores de la crisis versus otros que pueden ser amortiguadores. Los principales aceleradores son responsabilidad del oficialismo: un ajuste que sigue adelante más allá de los reveses legislativos (mega decreto de necesidad y urgencia en zona de riesgo y proyecto de ley Bases demorado), aumentos de tarifas, despidos en la planta de empleados estatales y paralización de la obra pública (de alto impacto en el sector construcción). Del lado opositor, el principal acelerador es la protesta social, que podría desembocar en el segundo paro general nacional contra la gestión Milei en abril. En términos de amortiguadores, hay poco: una desaceleración inflacionaria aún por verse (es probable que la suba de precios de marzo sea similar o incluso superior a la de febrero) y algunas medidas paliativas, como el programa de vouchers educativos para padres o tutores con hijos en colegios privados subvencionados por el Estado nacional, la extensión de los plazos de registración en la SUBE para demorar el impacto del aumento del transporte público y un plan de entrega gratuita de medicamentos entre afiliados al PAMI.

miércoles, 20 de marzo de 2024

100 días de gobierno: demanda de consenso, Pacto de Mayo y DNU, según las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

El rechazo del Senado al mega decreto de necesidad y urgencia (DNU) dictado por el presidente Javier Milei amerita un repaso por la demanda de consenso según las encuestas, como marco contextual de la convocatoria al “Pacto de Mayo” y el debate del DNU que se viene en la Cámara de Diputados cuando el oficialismo acaba de cumplir  100 días de gestión. En febrero, consultora Analogías reportó que 53,3% de los electores creen que el gobierno nacional debe acordar con otras fuerzas políticas y con los gobernadores para sacar adelante leyes en el Congreso, lo que duplica a la proporción que piensa lo contrario (gráfico arriba). Profundizando el análisis, se observa que ese consenso mayoritario es transversal por género, edad y nivel educativo.  

Consistente con eso, según Analogías casi 49% valora de manera positiva el consenso, lo que más que duplica a quienes tienen una mirada negativa (gráfico arriba). Al mismo tiempo, 46,3% espera que el Congreso sirva como freno al presidente (gráfico abajo), lo que confirma las preferencias por el debate parlamentario por encima de quienes avalan que el Poder Ejecutivo “legisle” vía DNU.  

La última medición de consultora Opina detectó una mayoría aún más robusta en torno al consenso: 58% prefiere que Milei negocie y busque acuerdos con la oposición, lo que supera por 21 puntos porcentuales a quienes están a favor de que imponga sus ideas y agenda de gobierno (gráfico abajo). Si bien el panorama en febrero era más desfavorable al oficialismo, el saldo es contundente a favor de la vía consensual. 

Según Opina, la demanda de actitud negociadora también aplica a la oposición: 58% cree que debe colaborar con el presidente y permitirle aplicar su programa económico. Sin embargo, hay una alerta para el oficialismo en el evolutivo: con respecto al inicio de su gestión, la postura a favor de que la oposición bloquee al gobierno creció 7 puntos porcentuales y ronda el 40% (gráfico abajo).   

En su discurso de apertura de sesiones del Congreso el 1 de marzo, Milei pareció ensayar una  apertura negociadora al convocar a los gobernadores a un pacto el 25 de mayo. Sin embargo, según la última medición de Proyección Consultores, los electores no están muy convencidos: 45,2% interpreta que el presidente busca imponer su postura, lo que supera por 6,6 pp a quienes creen que apunta a generar diálogo y consenso (gráfico abajo).   

En cuanto a sus posibilidades de éxito, las opiniones están divididas: según la última encuesta de consultora Explanans, una primera minoría de 33,4% cree que será un éxito, lo que se ubica en el orden de magnitud del voto a Milei en las primarias de agosto y en octubre (30%); por otro lado, 27,3% lo ve como una forma de ganar tiempo, mientras que un 31% de pesimistas opinan que fracasará, aunque con matices en su mirada (19,1% lo ve como una mala idea y casi 12% como buena; gráfico abajo).   

Por otro lado, el último monitoreo de redes que realizó Scidata sobre el sentimiento social en torno al DNU arrojó una negatividad de casi 54% vs una positividad de 46,1% (gráfico abajo). El saldo desfavorable es de casi 8 pp; esto muestra que el territorio de las redes (que durante mucho tiempo jugó a favor de Milei) ya no tracciona de la misma manera.  

Consistente con eso, el mismo informe reportó una negatividad de casi 66% vs una positividad de 34,2% en la reputación digital de Milei (gráfico abajo). Con un saldo desfavorable de 31,6 pp, el aval al presidente se ubica 21,4 pp por debajo del 55,6% que lo consagró en el ballotage. 

En conclusión, mientras el presidente no transmita una voluntad clara de construir consenso, el panorama negativo instalado en el clima social resultará muy difícil de revertir, dado que su decisionismo se articula con un ajuste que erosiona su capital político. Dadas estas tendencias, si la Cámara de Diputados atendiera la demanda social debería votar en el mismo sentido que el Senado: según la última encuesta de Zuban Córdoba, 56,3% se pronuncia por el rechazo al DNU, vs 41,4% que se inclina por la aprobación (gráfico abajo).  

miércoles, 13 de marzo de 2024

Cómo evolucionó la confianza en Milei a nivel país y en Córdoba (nota publicada en CBA24N)

El presidente Javier Milei declaró que en abril el país “tocará fondo” en el actual proceso de ajuste, por lo que será clave monitorear los indicadores en ese momento bisagra. Mientras tanto, es oportuno repasar cómo evolucionó la variable confianza desde el cambio de gobierno. Según consultora Opinaia, la confianza en que Milei pudiera estabilizar la economía era del 53% apenas asumió (sumatoria de mucha + bastante) y se ubicaba en el mismo orden de magnitud de su voto en el ballotage de noviembre (55,6%). En tanto, la desconfianza (poca + ninguna) alcanzaba 39%, en el orden de magnitud del voto a Sergio Massa en la primera vuelta (casi 37%). Desde entonces, en cada medición la confianza fue a la baja, al punto que en la encuesta de febrero quedó 2 puntos porcentuales (pp) por debajo de la desconfianza: 47% a 49%, respectivamente (gráfico arriba).  

A fines de febrero, Zuban Córdoba reportó que la confianza en una mejora de la economía rozaba el 45%, vs una desconfianza de 54,5% (gráfico arriba). El saldo desfavorable es de 9,6 pp e invierte el resultado del ballotage en sentido contrario a Milei. Consistente con eso, el mismo informe arrojó que el gobierno ya perdía el “mano a mano” con su predecesor: casi 51% adjudicaba la mala situación económica del país al tándem Milei-Caputo, vs 47% que la asociaba a Fernández-Massa (gráfico abajo). Desde la asunción, la atribución de responsabilidades a la actual gestión casi se duplicó, mientras que la del gobierno anterior perforó el umbral del 50%.  

En enero, Pulso Social midió la variable en la provincia de Córdoba, donde 74,05% de los electores votó al libertario en segunda vuelta, vs 25,95% que eligió a Massa: la suma de mucha + algo confianza trepó a 60%, contra una desconfianza de 39% (gráfico abajo). La positiva, si bien alta, era menor al caudal que lo votó, en tanto que la desconfianza superaba en casi 15 pp al caudal de Massa.  

En febrero, Pulso Social volvió a medir: la suma de mucha + algo confianza bajó 2 pp, que se transfirieron a la desconfianza (41%; gráfico abajo). Como se advierte, aun con matices, la tendencia también es declinante, tal como se aprecia en la serie evolutiva de Opinaia a nivel país.  

Si pasamos de la confianza en materia económica a la confianza política, el resultado es aún más adverso a Milei: en enero, Circuitos reportó que 42,5% de los electores tenía mucha confianza en su liderazgo en esta etapa, casi 13% tenía poca confianza y casi 39% no tenía confianza (gráfico abajo).  

Como se ve, en ese momento la desconfianza replicaba, con apenas matices, el voto a Massa en primera vuelta, mientras que la confianza intensa se ubicaba en 42,5%, 13,1 pp por debajo del voto a Milei en noviembre pasado. En febrero, descendió casi 6 pp y se ubicó en 36,6%, básicamente por un crecimiento de la incertidumbre expresada en el “no sabe” (gráfico abajo).  

Finalmente, el enfrentamiento con las provincias en febrero puso a Milei al borde de perder otro “mano a mano”: el informe de Zuban Córdoba reportó un empate técnico entre la confianza generada por el presidente vs la de los gobernadores, 44,4% a 44,3% (gráfico abajo).   

Esto confirma lo que aseveramos en una nota anterior (*) y permite ampliar el análisis: 1) el presidente viene perdiendo capital político 2) su legitimidad de ejercicio muestra una brecha significativa con su legitimidad de origen 3) Milei comete un error al plantear su legitimidad de origen como fundamento de programa, porque los gobernadores también cuentan con la legitimidad de origen por la que fueron electos 4) la confianza en su capacidad para mejorar la economía y para liderar políticamente también muestran tendencias declinantes.