Hace un año, Juan Schiaretti obtenía 3,71% de los votos en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) como candidato presidencial; en la primera vuelta de octubre sumó 3 puntos porcentuales y llegó a 6,73%, caudal similar al obtenido antes por otra figura de la “avenida del medio”, Roberto Lavagna, quien alcanzó 6,14% en 2019. En los últimos turnos electorales, las listas ligadas al “peronismo federal” en las que se referencia el cordobesismo nunca alcanzaron los 2 dígitos (10% o más) que las posicionarían como una alternativa más competitiva. Según análisis recientes, una eventual crisis del gobierno de Javier Milei junto con las disputas en Juntos por el Cambio (JXC) y Unión por la Patria (UP) podrían abrir una ventana de oportunidad para el cordobesismo como modelo político “de exportación” nacional; veamos qué dicen las últimas encuestas. Según una reciente medición de Explanans, sin Milei en el escenario casi 48% de los electores percibe al ex mandatario cordobés como el más preparado para gobernar el país, escoltado por Axel Kicillof (casi 37%), Horacio Rodríguez Larreta con 10,3% y Martín Lousteau con 5% (gráfico arriba). Schiaretti pica en punta, con un guarismo de volumen mucho mayor a lo que podría ser un efecto inercial de la campaña 2023.
La grieta política que atraviesa al país en los últimos 15 años reaparece al analizar las preferencias en función del voto en el ballotage 2023: casi 80% de quienes optaron por Milei se inclinan por Schiaretti, mientras que la misma proporción de quienes eligieron a Massa se decanta en favor del gobernador reelecto en la provincia de Buenos Aires (gráfico arriba). De todos modos, el dato parece prometedor para el cordobesismo en la escena nacional.
También resulta positivo para la expectativa cordobesista un hallazgo de Synopsis Consultores: casi 25% de los electores cree que la provincia representa mejor el modelo económico productivo deseado para Argentina, mientras que 22,4% se inclinó por Buenos Aires (gráfico arriba); empate técnico, pero aun así un resultado favorable como “aspiracional” nacional.
Sin embargo, el mismo informe arroja una tendencia fragmentada en términos preelectorales hacia 2025 (gráfico arriba): La Libertad Avanza (LLA) cae 9 puntos porcentuales de intención de voto entre julio y agosto, pero ese desgaste es capitalizado por el PRO (+ casi 4 pp) y la UCR (+ 1,1 pp), la izquierda (+, 1,5 pp) y los indecisos (+3,8 pp). El kirchnerismo aparece estabilizado en torno al 15%, mientras que el peronismo no K (una expresión más amplia que el cordobesismo) presenta una leve tendencia declinante y los partidos provinciales (otro espacio donde se podría situar el sello cordobés) oscilan entre 1% y 2%.
Pulso Research (gráfico arriba) también reporta una baja de LLA que la ubica en el mismo orden de magnitud del caudal obtenido hace un año (casi 30%), el peronismo K insinúa una recuperación que lo deja en casi 20%, el PRO también rebota hasta 8,1% y crecen los indecisos; en cambio, el peronismo “federal” perfora el umbral del 10%.
En la misma línea, Mercados y Estrategia (gráfico arriba) muestra a LLA fidelizando su núcleo en torno al 30% y al peronismo K resiliente, en torno al 25%; una lista del peronismo federal “depurada” de referentes de UP apenas alcanza 6%, es decir, lo que obtuvieron Schiaretti en octubre de 2023 y Lavagna 4 años antes.
En un escenario donde no compite JXC, según Solmoirago LLA roza el 42%, pero nuevamente el peronismo filo kirchnerista se muestra resiliente, con 30,5%, mientras que el PJ no K repite el 6% (gráfico arriba). En síntesis: 1) el cordobesismo logró en 2023 instalar un candidato presidencial, pero el resultado repitió el “techo de cristal” de 2019 para una expresión de la “avenida del medio” 2) Schiaretti y Córdoba tienen pregnancia como referencia política y económico-productiva a nivel país, pero eso no se traduce en intención de voto hacia 2025 3) en 2 de 4 encuestas nacionales recientes, las expresiones afines al cordobesismo no superan el resultado de 2023, y en las otras dos el desgaste libertario lo capitalizan otras fuerzas 4) así, se puede concluir que aún no están dadas las condiciones para que el sello provincial despegue a nivel país.