
La realidad aumentada (RA) es una técnica que añade a una imagen auténtica (captada por ejemplo con una cámara digital o con la de un teléfono móvil) información virtual adicional en tiempo real; no sustituye la realidad física, sino que le añade información (si algun@ psicólog@ lee este post, seguro tiene algo para aportar al respecto).
La metáfora de la realidad aumentada me parece apropiada para el "relato" kirchnerista, que (con la excepción obvia y ya tratada antes aquí de la manipulación de datos estadísticos sobre inflación) más que ficcionar la realidad, lo que hace es aumentarla, añadiéndole información y, en ocasiones, sobrevalorando los méritos propios del modelo o bien incurriendo en una riesgosa autocomplacencia.
Los logros del kirchnerismo son palpables. Por limitarnos sólo a los que transitan el terreno económico, hay que destacar, más en el actual contexto de crisis global, que los gobiernos K redujeron sensiblemente la vulnerabilidad financiera de la Argentina, como producto del proceso de desendeudamiento que inició el ex presidente Néstor Kirchner, lo que pone al país en una situación mucho más sólida en la región y en el mundo. Recordemos que en 2003 la deuda representaba el 150% del PBI, en tanto que actualmente apenas representa el 39% y sólo el 9% está en manos privadas, con lo cual se puede afirmar que la ponderación de la deuda externa como problema actual es ínfima respecto a lo que fue en otras épocas.
Por otro lado, según la consultora estadounidense CEBR (la misma que estimó la semana pasada que la economía brasileña alcanzó el 6to lugar a nivel global, desplazando al decadente Reino Unido) en 2011 Argentina logró el 22º PBI más importante del planeta, colocándose junto con Brasil, Rusia, India y China como uno de los países de mayor crecimiento, en el contexto del nuevo rol que las economías emergentes juegan a nivel global en lo político y en lo económico. Con la convertibilidad, Argentina había alcanzado el puesto 17 (también logró transitoriamente una mejoría en el Índice de Desarrollo Humano). Pero, evidentemente, ese modelo de paridad cambiaria con la economía más fuerte del mundo era una ficción insostenible que se mantuvo a costa de la destrucción de la industria y el crecimiento del desempleo y la deuda externa, lo que llevó al país a la debacle de 2001 (en 2002, el PBI argentino devaluado se desplomó a la posición 37). Con el modelo K, el país recuperó 15 puestos en ese ranking y también logró una recomposición en el IDH, aunque algunos se regodeen en que "Menem lo hizo mejor" (es claro que no lo hizo mejor, porque el cierre del ciclo de la convertibilidad provocó el desplome generalizado de todos esos indicadores). Durante el kirchnerismo, además, se recuperó el empleo, creció el consumo y se reactivó fuertemente la industria.
En síntesis, retomando los conceptos de "relato" y de "realidad aumentada" es importante extraer la lección de que no es tan importante llegar, sino mantenerse. O sea, la clave es la sustentabilidad de un modelo. Ciertamente, la convertibilidad no era sustentable en el tiempo. El desafío del kirchnerismo es darle sustentabilidad a su modelo político-económico. Y, para ello, una condición es prevenirse contra la autocomplacencia.
En ese sentido, me parecen muy pertinentes las afirmaciones de Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su informe de fin de año ante el directorio ejecutivo del organismo internacional:
"Latinoamérica va por buen camino. Tenemos economías más fuertes, con una sólida posición de divisas, bajos niveles de endeudamiento y un sector financiero solvente y bien regulado". Precisamente por ello, agregó Moreno,
"nuestro principal enemigo es la complacencia; pensar que se puede bajar la guardia y disminuir el impulso de las reformas sería un error imperdonable. Aunque tenemos motivos verdaderos para sentirnos satisfechos por lo que hemos hecho, quiero subrayar que la tarea no está completa. Los riesgos están presentes y todavía enfrentamos una extensa lista de asuntos pendientes para que la región consolide los logros alcanzados y siga avanzando".
Moreno resaltó que pese a que la incertidumbre a nivel internacional redujo el ritmo de la recuperación global durante 2011, las economías latinoamericanas y caribeñas mantuvieron una tasa de crecimiento de 4,3% y subrayó que el porcentaje de población regional en situación de pobreza continuó bajando, llegando a un estimado de 30,4% por ciento para 2011. La misma tendencia se registró en el desempleo urbano, que se redujo a 6,9% por ciento de la fuerza laboral.
"Contamos, además, con Gobiernos democráticos que son cada vez más efectivos en la reducción de la pobreza estructural, la cobertura de los servicios públicos y la dotación de infraestructura", indicó en un comunicado de prensa.
Entre los desafíos de Latinoamérica, Moreno subrayó la necesidad de aumentar la productividad en la región, y apuntó a un atraso "descomunal" en materia de infraestructura, la mala calidad de la educación y el escaso gasto en investigación científica y desarrollo tecnológico como causas fundamentales.
"Si bien en años recientes han aumentado las inversiones, todavía no es suficiente para ponernos a la par de otras economías emergentes", recalcó.
A su juicio, otros de los temas impostergables para la región son la lucha contra la violencia y la criminalidad, así como el combate a la corrupción.
Creo que son palabras muy oportunas para la región y para nuestro país.