lunes, 30 de diciembre de 2019

Inflación y recesión como desafíos de la nueva gestión


La inflación no sólo es un tema intersubjetivamente percibido (como surge de las encuestas que venimos repasando en este blog) sino también un issue objetivamente presente en las estadísticas oficiales y privadas: según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), en 4 ítems del rubro supermercados el aumento en los 4 años de la gestión Mauricio Macri trepó a 343,6%, con pico de casi 420% en perfumería y piso de casi 334% en bebidas (ver datos arriba; click para agrandar). En ese marco, no es de extrañar que la inflación sea el principal problema a resolver entre los más urgentes percibidos antes de que Alberto Fernández llegara a la presidencia, como se desprende de encuesta de la consultora Opinaia que venimos citando, con 31% de las menciones. Los demás 6 problemas planteados también pertenecen a la dimensión socioeconómica, confirmando su papel central en la coyuntura (ver datos abajo; click para agrandar).



Por otro lado, ese mismo estudio arroja una moderada expectativa favorable respecto a que la nueva gestión logre mejorar la situación económica: 46%, en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos el 27-O (48,24%; ver datos arriba, click para agrandar). El pesimismo está muy por debajo del caudal de Juntos por el Cambio: 21%, la mitad del 40,28% que sumó esa fuerza en octubre y 2/3 de lo que obtuvo en las PASO de agosto (32,94%). Sin embargo, hay un tercio que espera que la situación siga igual, dentro de lo cual caen seguramente muchos votantes de Macri. Esto puede ser visto desde una faz positiva: al no tener expectativas de mejora, que la situación tuviera un leve rebote podría lograr cierto impacto en este segmento, si bien acotado por su perfil adverso al nuevo oficialismo en lo político. 



En la encuesta de Trespuntozero que revisamos recientemente, bajar la inflación es la segunda demanda más fuerte, con 23,3% y escoltando a reactivar la economía (41,5%). Esos dos issues acumulan casi el 65% de las menciones, como se advierte. Recién en tercer término aparece corrupción, con casi 16%. Como dato clave, a fines de diciembre la confianza en que el equipo del presidente electo estaba en mejores condiciones para resolver las demandas casi duplicaba a la confianza en el gabinete el presidente saliente: 42,5% vs 22,1%. Un 23% se mostraba escéptico ("ninguno") y un 12,4% ns/nc (ver datos arriba; click para agrandar).  


A su turno, la consultora Synopsis realizó su último relevamiento en los tres días previos al recambio de gobierno (del 6 al 9 de diciembre). Fue una muestra nacional de 1.302 casos, telefónicos y online, en Capital, Gran Buenos Aires y las principales ciudades del interior del país, con un margen de error de +/- 2,9%. Al igual que Opinaia, sus resultados ubican al tope de la agenda a inflación, con casi 42%, escoltada por desempleo (28,2%). Completa el podio corrupción (15,2%). La suma de los dos primeros problemas acumula casi 70%, más todavía que el acumulado que resultaba del estudio de Opinaia. 



Finalmente, según el relevamiento de expectativas de inflación de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), para diciembre la inflación esperada se mantiene en 30% para los próximos 12 meses, según la mediana. El promedio roza el 32%. Aunque dentro de niveles elevados, una inflación así marcaría un descenso respecto a la que arrojará 2019 (por encima del 50%), y esa inercia inflacionaria torna difícilmente alcanzable un aumento de precios que se acerque a esa expectativa. De ahí que el desafío de paliar la inflación sea quizá el mayor que enfrenta el gobierno, junto con el objetivo de reactivar una economía que al cierre de la gestión Macri se contrajo, perfilando así un escenario peor que el de la estanflación (estancamiento con inflación).  

viernes, 27 de diciembre de 2019

El triple juego: CFK-Alberto Fernández-Mauricio Macri (1)


La decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de competir por la vicepresidencia y de que Alberto Fernández encabezara la fórmula del Frente de Todos fue decisiva para la unificación del espacio pan-justicialista que condujo a la estrepitosa derrota de Juntos por el Cambio en las PASO de agosto (por 49,49% a 32,94%, esto es, 16,55 puntos porcentuales de ventaja). Esa primera tendencia permitió resolver la elección sin necesidad de segunda vuelta el pasado 27-O, si bien por un resultado más ajustado: 48,24% vs 40,28% (7,96 pp de brecha). Claramente, la decisión de CFK resultó crucial, pero el desgaste de la gestión Cambiemos era tal en apenas 4 años, que dificilmente el proceso podría haberse coronado de otra manera: cuando se observa la valoración de los respectivos gobiernos en su último año, se advierte que Mauricio Macri cerró sus 4 años con indicadores favorables casi 7 pp por debajo de los que tenía Cristina al final de sus 8 años de mandato (ver datos arriba; click para agrandar). En ese marco puede entenderse también que la elección de 2015 se haya resuelto en segunda vuelta y por apenas 2,86 pp de ventaja, contra los casi 8 pp de este año en primera ronda. 



Ahora, con el Frente de Todos en condición de oficialismo y Juntos por el Cambio en el rol opositor, el triple juego de estas figuras cobra otro relieve. Alberto Fernández reconoce a CFK como la gran armadora de la coalición electoral, pero quien está al frente del gobierno es él, con lo cual su conducción cobra otra dimensión de liderazgo. La ahora vicepresidenta electa conduce el Senado y es clave en términos de gobernabilidad, mientras que el ex presidente Macri se fue con un no menor 40% de los votos y con aparente disposición a disputar el liderazgo opositor. Sin embargo, su figura no es hegemónica, ya que existen dirigentes con poder territorial y revalidados electoralmente dentro de su espacio (el caso de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es el más nítido), mientras que él, en cambio,  volvió al llano y como el primer presidente argentino que buscó su reelección y no la consiguió. En términos de opinión pública, según la encuesta más reciente de Ricardo Rouvier & Asociados, el acuerdo con que Macri sea la principal figura de la oposición roza el 29%, ubicándose en el orden de magnitud del casi 33% que alcanzó en la PASO y por debajo del 40% obtenido en octubre. Por otro lado, más de la mitad considera que el ex presidente debería correrse y dejar paso a otra figura opositora (ver datos arriba; click para agrandar). El estudio fue realizado del 23 de noviembre al 2 de diciembre vía telefónica sobre una muestra nacional de 1.200 casos, con un error muestral de +-2,8%. 



Así, se puede decir que el rol de Macri oscila entre un apoyo al interior de la coalición que condujo hasta el 10 de diciembre y un rechazo dominante por fuera de ese núcleo duro, de acuerdo a los resultados de la encuesta de Rouvier. A su turno, según el relevamiento realizado por Opinaia entre el 20 y el 27 de noviembre sobre una muestra de 2.000 argentinos vía online, Macri disputa el liderazgo opositor con Roberto Lavagna: 28% a 22%, una brecha de 6 pp que no es categórica si se considera el error muestra de +-2,2% (ver datos arriba; click para agrandar). La preferencia por el ex presidente está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo en las primarias de agosto (casi 33%), mientras que la de Lavagna es muy superior a su performance electoral (en el orden del 6%). Asimismo, hay un empate técnico entre María E. Vidal (16%) y Rodríguez Larreta (14%), mientras que Nicolás del Caño alcanza un 11%, muy por encima del 2,16% de los votos que obtuvo el 27-O. Lo mismo sucede con José L. Espert, mientras que Juan Gómez Centurión se ubica en el orden de magnitud de los votos que sumó en octubre (1,71%). 



En el caso de CFK, su figura como vicepresidenta mantiene la percepción de que tendrá una cuota de poder elevada, aunque con menor intensidad luego del resultado electoral de la que se detectaba en junio, cuando recién impactaba su decisión de correrse al segundo término de la fórmula presidencial: 48% vs 43% (ver datos arriba; click para agrandar). Ese desplazamiento sutil puede atribuirse a la creciente visibilidad de Alberto Fernández, en un país cuya cultura presidencialista unipersonal está arraigada en la idiosincrasia política. Este estudio se desarrolló entre más de 1.100 encuestados en noviembre, contactados vía online. 



Cuando se cruza esa percepción por el voto anterior, se advierte que entre los electores del Frente de Todos pesa más la creencia de que el poder será compartido entre CFK y Alberto Fernández, mientras que entre los votantes de Juntos por el Cambio hay una mayoría neta (53%) que le asigna a Cristina una cuota de poder muy alta (del 75% o más; ver datos arriba, click para agrandar). Es decir, entre quienes votaron a la fórmula ganadora no aparece una hipótesis de conflicto entre las figuras del binomio, y sí está latente entre los electores de Macri.  

martes, 24 de diciembre de 2019

Expectativas e imágenes en la nueva gestión (2)


En las entradas que venimos dedicando al repaso de las expectativas a futuro se advierte que, en gran medida, ellas están atravesadas por el clivaje político, esto es: suben entre los votantes del Frente de Todos y bajan entre los electores de Juntos por el Cambio. Esto resulta muy evidente en el gráfico publicado por la consultora RTD como dato de su estudio nacional realizado en noviembre pasado (ver arriba; click para agrandar), donde el optimismo entre quienes aprueban a Macri comienza a descender luego de junio y se desploma después del 27-O, mientras que sucede lo contrario entre quienes desaprueban al ex presidente: hay una suba acelerada en agosto (mes de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, cuando Alberto y Cristina Fernández le sacan a Mauricio Macri-Miguel Pichetto 16,55 puntos porcentuales de ventaja) y una nueva suba en octubre, mes de la elección general, y noviembre, con la confirmación de la victoria opositora.  


Las expectativas también están cruzadas por la variable geográfica. Las consultoras Reyes Filadoro y Numeral 8 realizaron una encuesta entre 600 bonaerenses residentes en el conurbano, mayores de 16 años, entre el 1 y el 3 de diciembre pasados. De sus resultados se desprende una expectativa positiva del 42% y una negativa del 54%; aunque el diferencial sigue siendo desfavorable (-12 pp) en ese conglomerado, el estudio apunta que la brecha entre ambas viene reduciéndose desde febrero (cuando era de alrededor de 60 pp; ver datos arriba, click para agrandar). Recordemos que el Gran Buenos Aires (GBA) está entre los distritos donde más pegó la crisis y donde el Frente de Todos le sacó más ventaja a Juntos por el Cambio en las PASO de agosto y el 27-O. El estudio fue realizado combinando encuestas telefónicas y coincidentales, y reporta un error muestral de +-4%. 


En cuanto al tiempo de tolerancia para esperar una mejoría de la situación, el 17% responde un plazo de 1 año o más y un tercio responde entre 6 meses y 1 año, pero casi la mitad (49%) dice que puede esperar menos de 6 meses o que no puede esperar, confirmando así lo acuciante de la crisis en este conglomerado (ver datos arriba; click para agrandar). Aun así, la respuesta "no puedo esperar", indicador de la máxima urgencia, viene en descenso desde el pico registrado en febrero pasado.  


A su turno, la consultora Opinaia realizó un relevamiento online entre el 20 y el 27 de noviembre sobre una muestra de 2.000 argentinos. En el plano emotivo, el estudio detectó que la asunción de Alberto Fernández generaba un 50% de sentimientos positivos, un guarismo que está en el orden de magnitud del resultado obtenido por el Frente de Todos (49,49% en las PASO y 48,24% el 27-O). Por otro lado, un 46% se identificó con sentimientos negativos, una proporción algo mayor al resultado alcanzado por Juntos por el Cambio en octubre (40,24%), aunque cercana en orden de magnitud. Entre los positivos, el sentimiento más fuerte es "esperanza" (casi 4 de cada 10), mientras que entre los negativos sobresale "preocupación" (casi 3 de cada 10; ver datos arriba, click para agrandar). Finalmente, Opinaia empleó un diferencial semántico para evaluar los atributos de Alberto Fernández: su figura obtuvo un diferencial positivo de +8 pp en honestidad, uno negativo de -5 pp en lucha contra la corrupción, un positivo de + 5 pp en confiabilidad, un positivo de + 6 pp en soluciones e ideas innovadoras, un positivo de + 24 pp en sensibilidad social, un positivo de + 6 pp en liderazgo, un positivo de +22 pp en saber gestionar, un positivo de +15 pp en resolver problemas económicos y un positivo de + 5 pp en generar un gobierno de unidad (ver datos abajo; click para agrandar). En resumen, sobre 9 atributos medidos, Alberto Fernández obtiene diferenciales positivos de 15 pp o más en 3 (sensibilidad social, saber gestionar y resolver problemas económicos), mientras que obtiene diferenciales positivos menores (entre 5 pp y 8 pp) en otros 5 atributos, y sólo en 1 (lucha contra la corrupción) tiene un diferencial desfavorable. 
   

lunes, 23 de diciembre de 2019

Expectativas e imágenes en la nueva gestión (1)



Al cierre del posteo anterior repasábamos un dato de la encuesta de Marketing & Estadística que arrojaba un margen de tolerancia para el nuevo gobierno en lo relativo a los efectos socioeconómicos de gestión. A mediano plazo se perfilaba un moderado optimismo en relación a la perspectiva económica futura: un 37% decía creer que su situación económica será mejor en dos años, vs 21% que espera que sea igual y un 22% que prevé un empeoramiento. Evalúabamos que este era un dato clave, dado que si las expectativas de mejora al principio de la gestión son muy altas o a corto plazo, crecen las chances de una frustración. En la misma línea, las expectativas tiene que ver con el "aguante" a cada nueva gestión. En politología se suele hablar de la "luna de miel", refiriéndose a un período de tiempo variable en el cual el nuevo gobierno cuenta con un aval de la opinión pública que puede ser mayor al voto obtenido en las urnas. Según la encuesta realizada por D´Alessio /Irol-Berensztein en noviembre pasado, el 45% de los electores argentinos espera mejoras dentro de un año, el 21% en el segundo semestre de 2020, el 19% pasado el verano y un 15% "inmediatamente" (ver datos arriba; click para agrandar). 


En materia económica, la expectativa positiva en el plazo de un año es del 49%, un guarismo que está en el orden de magnitud del resultado obtenido por el Frente de Todos en las PASO de agosto (49,49%) y el 27-O (48,24%). Por otro lado, el pesimismo alcanza el 45% (ver datos arriba; click para agrandar). 



En conjunto, los datos sugieren una expectativa favorable pero no tan inmediata en cuanto a los resultados, desde un punto de partida negativo: el 48% consideraba que la situación económica del país en noviembre pasado era mucho peor que la de un año atrás y el 37% la veía peor, acumulando así un 85% de negatividad, vs apenas un 14% de positividad (ver datos arriba y abajo; click para agrandar).


Respecto a las expectativas en temas como resolver la crisis económica y la deuda, el acompañamiento positivo oscila entre el 50% y el 56%. En cambio, hay pesimismo en los issues "corrupción" (el 58% cree que Alberto Fernández no podrá evitar los escándalos asociados a ese tema) y "cerrar la grieta" (el 80% es pesimista al respecto; ver datos abajo, click para agrandar). 





Estos datos van en la misma línea que los que vimos en la encuesta de Trespuntozero, donde la expectativa de desempeño favorable del nuevo presidente estaba asociada a la agenda socieconómica y la desfavorable a la corrupción. En otro orden, el estudio muestra al flamante presidente y al nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires al tope de la imagen positiva como dirigentes (52% y 48%, respectivamente), seguidos de cerca por la ex gobernadora de PBA, María E. Vidal, y el reelecto jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, con 47% en ambos casos. En tanto, según la consultora Marketing & Estadística, en noviembre la imagen positiva de Alberto Fernández alcanzaba el 46%, un guarismo en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos en octubre pasado, mientras que la negativa llegaba al 34%, que se ubica en la proporción del caudal alcanzado por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto (32,94%). En los segmentos etarios menores de 50 años la imagen positiva ronda el 50%, mientras que perfora el umbral del 45% entre los adultos de 50 y más años (ver datos abajo; click para agrandar), lo que confirma que, en gran medida, la grieta es etaria. 



La imagen positiva de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es similar a la del presidente: 43% (la diferencia de 3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa). Sin embargo, su imagen negativa es más alta: 47% vs 34%, confirmando que su figura polariza opiniones en mayor intensidad que el presidente, al menos antes de la asunción al poder (ya que la encuesta es de noviembre pasado). Al igual que con Alberto, su calificación positiva crece entre los electores menores de 50 años y baja a partir de ese punto de corte, replicando el patrón de "grieta" etaria (ver datos abajo; click para agrandar). 



viernes, 20 de diciembre de 2019

La agenda del nuevo gobierno


Según el consultor Felipe Noguera, “es indispensable saber realizar un manejo de cartera. Donde los deseos de la gente y la ideología del gobernante coinciden, ese debe ser el centro del gobierno. Luego será necesario hacer algunas cosas que quizá sean impopulares, y para ello se deberá trabajar más el tema de la comunicación. Por otro lado, el gobernante deberá realizar algunas cosas que no son de su agrado, pero que resultarán indispensables para mantener el apoyo (...) Realizando un cuadro de doble entrada, las cosas que ni los gobernantes ni la gente quieren hacer, no se hacen. Las cosas que ambos quieren hacer, obviamente son las prioridades. Luego, es preciso encontrar un equilibrio entre los otros dos cuadrantes, ir en una dirección ideológica propia, ir construyendo algo que sea coherente, sin dejar por eso descontenta a la gente”. Es decir, la información sobre la opinión pública ha de ser utilizada como insumo para el diseño y ejecución de la gestión gubernamental, y esto incluye tanto prever la formación de consensos como el surgimiento de conflictos, para así poder gobernar sobre el conocimiento cierto, que no sustituye a la intuición y al arte de la política; más bien la complementa y la potencia. 



La decisión del nuevo gobierno de reimplantar la doble indemnización para el despido sin causa en el marco del paquete de ley de emergencia es un buen ejemplo de ese manejo de cartera. Por un lado, toma nota de la crisis laboral, con un desempleo que alcanzó el 9,7% en el tercer trimestre de este año (según el Indec) y casi 140 mil puestos de trabajo perdidos en el sector privado en un año (según Undav, sobre la base de datos oficiales; ver gráfico al inicio del posteo, click para agrandar). Es decir, se trata de un problema real, objetivo. Al mismo tiempo, se trata de un problema intersubjetivamente percibido como prioritario para los ciudadanos. La consultora Marketing y  Estadística evaluó, sobre una muestra de más de 1.200 electores relevada entre el 6 y el 11 de noviembre pasado, cuáles son los principales problemas: casi el 50% puso de trabajo/empleo/desempleo al tope de las preocupaciones, escoltado por inflación (42%). El tercer puesto del podio se lo disputan corrupción (29%), endeudamiento (28%), sistema judicial y seguridad/inseguridad (ambos con 27%; ver datos arriba, click para agrandar). Vale decir, es un acierto de la nueva gestión poner el foco en el tema, más allá de que habrá que esperar para ver si el paquete de medidas acierta en mejorar la situación. 



En el posteo anterior repasábamos una encuesta de Zuban-Córdoba & Asociados/Focus Market, de la cual surgía que casi el 61% de los argentinos enfrenta una situación económica ajustada (suma del 41,4% que apenas llega a fin de mes y el 19,5% que dice vivir endeudado). En la misma línea, según Marketing & Estadística el 60% de los argentinos dice que su situación económica es peor que la de hace 2 años, vs casi un 30% que dice que es igual y apenas un 9% que percibe una mejora. El análisis por segmentos etarios muestra que la respuesta "peor" alcanza o supera el 60% en todos los niveles desde los 18 hasta los 59 años, y sólo perfora el umbral del 50% entre los adultos de 60 años o más (ver datos arriba; click para agrandar). 



Respecto al segundo problema en el ranking mencionado, la inflación, la inercia del fenómeno mantiene la expectativa de que seguirá siendo alta en el último mes del año (donde conviven el cierre de la gestión de gobierno saliente y la nueva): el 54% cree que será más alta que la de noviembre, vs un 30% que espera la misma inflación y apenas un 7% que prevé un descenso (ver datos arriba; click para agrandar). En cambio, a mediano plazo se perfila un moderado optimismo en relación a la perspectiva económica futura: 37% cree que su situación económica será mejor en dos años, vs 21% que espera que sea igual y un 22% que prevé un empeoramiento (ver datos abajo; click para agrandar). Este es un dato clave, dado que si las expectativas de mejora son muy altas o a corto plazo, crecen las chances de una frustración. En principio, este resultado de la encuesta de Marketing & Estadística arroja un margen de tolerancia para el nuevo gobierno en lo relativo a los efectos socioeconómicos de gestión.  


miércoles, 18 de diciembre de 2019

Las expectativas en el nuevo gobierno (3): el eje socioeconómico



Con la agenda socioeconómica al tope de las urgencias y preocupaciones de la ciudadanía, como vimos en posteos recientes, está claro que la economía resulta la dimensión dominante para evaluar la nueva gestión que se inicia. Según la encuesta más reciente realizada por Zuban Córdoba y Asociados/Focus Market, casi el 61% de los argentinos enfrenta una situación económica ajustada (suma del 41,4% que apenas llega a fin de mes y el 19,5% que dice vivir endeudado); casi un 18% ha tenido que usar ahorros para cubrir sus gastos, mientras que apenas un 18,4% conserva aún poder de ahorro (ver datos arriba; click para agrandar). Esto confirma que la situación doméstica de los argentinos es ajustada. Se trata de una encuesta se realizó vía IVR y plataforma web, sobre una muestra nacional de 1.500 casos relevada entre el 23 y el 25 de noviembre de 2019.



Dada esa situación económica heredada de la gestión anterior, casi el 51% de los electores cree que Alberto Fernández logrará mejorarla, un guarismo que está en el orden de magnitud del resultado obtenido por el Frente de Todos el 27-O: 48,24%. El pesimismo (31,1%) prácticamente coincide con el caudal obtenido por Juntos por el Cambio en las primarias de agosto pasado: 32,94%, y está por debajo del 40,28% que sumó Mauricio Macri en las generales de octubre, de lo que se deduce que una parte de quienes votaron al ex presidente (alrededor de 9 puntos porcentuales) abriga expectativas positivas o al menos no es pesimista respecto a la nueva gestión. Por otro lado, un 18% no sabe/no contesta (ver datos arriba; click para agrandar). Así, la expectativa positiva es favorable, pero moderada, en línea con los resultados de relevamientos anteriores repasados en este blog. 


La imagen positiva del ahora nuevo presidente está algo por encima de las expectativas favorables: casi 57%, vs casi 35% de negativa (en una escala que no admite respuestas regulares). Por otro lado, casi 9% no sabe o no contesta (ver datos arriba; click para agrandar). El resultado es mejor respecto a la creencia de que Alberto Fernández cuenta con un plan económico: más del 60% está de acuerdo con esa frase (suma del 40% de acuerdo total y 21,2% de acuerdo parcial; ver datos abajo, click para agrandar), mientras que el desacuerdo roza el 29% (en el orden de magnitud del núcleo duro de Juntos por el Cambio, que es de 33%). Recordemos que esta encuesta fue realizada antes de que asumiera el nuevo gobierno, y por lo tanto bastante antes también de que se lanzara el paquete de medidas conocido por estos días. 



Finalmente, esta encuesta también procuró articular las expectativas microeconómicas con las macroeconómicas: casi el 60% cree que el nuevo gobierno podrá reactivar la economía y mejorar la economía personal (suma del 29,6% que dice "mucho" y el 29,4% que dice "algo"), vs un 33,5% que cree que lo hará poco o nada (guarismo que está en el mismo orden de magnitud del voto de Juntos por el Cambio en las PASO, que fue de casi 33%). Por otro lado, un 7,5% ns/nc (ver datos abajo; click para agrandar). En síntesis, la negatividad y pesimismo respecto a la nueva gestión oscilan entre el 31% y el 35%, ubicándose por debajo del 40,28% que sumó Macri en la elección general de octubre, mientras que el acompañamiento ronda entre el 51% y el 60%, según la variable que se mida.  


lunes, 16 de diciembre de 2019

Las expectativas en el nuevo gobierno (2): sentimientos y desempeño esperado


En el posteo anterior anticipábamos que las expectativas a futuro resultan atravesadas (en gran medida) por la "grieta" electoral. Este matiz resulta visible en la encuesta online más reciente realizada por la consultora Trespuntozero, sobre una muestra nacional de 1.000 casos: un 39,1% de los electores abriga sentimientos positivos respecto al futuro del país, vs casi un 59% que tiene sensaciones negativas (ver datos arriba; click para agrandar). El estudio fue realizado del 16 al 19 de noviembre pasados, es decir casi un mes antes de la asunción de Alberto Fernández. Si tenemos en cuenta que el Frente de Todos obtuvo 48,24% de los votos el 27-O, implica que las sensaciones positivas (esperanza, tranquilidad, entusiasmo) están algo por debajo del orden de magnitud de ese guarismo. Si cruzamos esa respuesta por el voto en octubre, entre los votantes de Fernández las menciones optimistas trepan al 77,2%, mientras que entre los de Mauricio Macri las pesimistas alcanzan 94%. 



Respecto a las imágenes de dirigentes, la positiva de Alberto Fernández aparece estable en ese estudio, en torno al 50% (la suba de la negativa no es estadísticamente significativa, dado que el error muestral es de +-3,2%). La del reelecto jefe de gobierno de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta, también aparece estable en torno al 50%, pero en su caso la suba de la negativa (6,6 puntos porcentuales, de 20,1% a 26,7%) sí está cerca de resultar estadísticamente significativa. Algo similar sucedía con la ahora ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María E. Vidal, cuya imagen positiva rondaba el 49%, con una negativa en ascenso (+4,8 pp entre mediciones; ver datos arriba, click para agrandar). 



La consultora dirigida por Shila Vilker también indagó cuál es el área esperada de mejor desempeño de Alberto Fernández. Un 31,5% respondió inflación y tarifas, casi 17% pobreza y 11,3% desocupación, con lo cual las principales 3 respuestas, todas de la agenda socioeconómica, acumulan 59,7% de las menciones. Disputan el cuarto lugar corrupción (3,4%) y educación (2,3%), mientras que casi un tercio no supo qué responder (ver datos arriba, click para agrandar). Esa concentración en los temas socioeconómicos confirma el patrón que habíamos visto respecto a las demandas más urgentes en un posteo reciente de este blog.  



En sentido contrario, la corrupción se destaca como el área esperada de peor desempeño, con 30,5% de las menciones. Las demás aparecen dispersas, con menos del 10% de participación. Nuevamente, casi un 33% ns/nc. Esto perfila que las expectativas más positivas respecto al nuevo presidente tienen que ver con la agenda de temas más prioritaria entre los votantes del Frente de Todos, mientras que, al contrario, las más desfavorables tienen que ver con un tema que es más fuerte entre los votantes de Juntos por el Cambio. Como afirma la encuestadora y comunicóloga Shila Vilker, titular de Trespuntozero, hay que leer los resultados de su encuesta en clave de grieta: "los votantes de Macri ponen el acento en la corrupción, aunque su principal preocupación también sea la economía, y los de Fernández, casi exclusivamente en la economía".

viernes, 13 de diciembre de 2019

Las expectativas en el nuevo gobierno (1): demandas y agenda socioeconómica


Cerrado el ciclo Cambiemos, diversas consultoras ponen el foco en las demandas y expectativas respecto a la gestión que se inicia. En ese marco, la consultora Oh Panel! realizó entre el 11 y el 20 de noviembre pasados una encuesta sobre una muestra de más de 1.000 argentinos mayores de 16 años con conexión a internet. Los datos arrojan que 8 de las principales 10 demandas se vinculan con la agenda socioeconómica (inflación, trabajo, pobreza, deuda con FMI, salarios, distribución del ingreso, jubilaciones y pensiones, servicios públicos). Sólo 2 de los 10 issues principales eran centrales en la agenda del gobierno saliente: inseguridad y corrupción (ver datos arriba; click para agrandar). Respecto a la demanda más acuciante, la inflación, el 55% tiene expectativas positivas de que el nuevo gobierno la reducirá, mientras que un 25% no sabe y un 20% cree que se incrementará. La confianza está algo por encima del orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos el 27-O: 48,24%. Con todo, casi 7 de cada 10 creen que llevará muchos años reducirla (ver datos abajo; click para agrandar). 



Asimismo, el 52% cree que el nuevo gobierno propiciará una suba del consumo, guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Alberto Fernández. Un 27% no sabe y un 21% cree que se reducirá, guarismos que replican la duda y el escepticismo en cuanto a sus posibilidades de reducir la inflación (con diferencias estadísticamente no significativas en las respectivas proporciones; ver datos arriba, click para agrandar).


Una distribución similar se observa en las expectativas respecto a la negociación con el FMI (50% de optimismo, 20% de pesimismo y 23% de neutralidad) y la capacidad del programa económico para enfrentar la crisis (51% de optimismo, 27% de pesimismo y 15% de neutralidad). El optimismo cede (perfora el 50%) en favor del pesimismo (trepa al 30%) en lo relativo a las chances de Alberto Fernández de resolver la crisis económica. Sin embargo, se recupera y trepa por encima del 60% cuando se mide la frase "la economía argentina se reactiva a partir de las pymes y del consumo interno, no tanto de las inversiones extranjeras", que traduce el cambio de paradigma al que apuesta la nueva gestión (ver datos arriba; click para agrandar). El diagnóstico del equipo de Alberto Fernández es que el gobierno saliente perdió principalmente por los efectos socioeconómicos de gestión negativos que generó, y que por lo tanto la nueva gestión debe hacer foco en esa agenda pendiente. 

Si se comparan estos datos con los reportados por la consultora D´Alessio Irol/Berensztein (ver datos arriba; click para agrandar) luego de conocerse el resultado electoral del 27-O, se confirma que el optimismo relativo a la perspectiva socioeconómica de acá a un año supera el 50%, en el orden de magnitud del resultado electoral obtenido por el Frente de Todos entre las PASO de agosto (49,49%) y la elección general de octubre (48,24%), mientras que el pesimismo se ubica en el orden de magnitud de los votos de Juntos por el Cambio: 40,28%. Insistimos en remarcar este clivaje porque, como veremos en próximos posteos, en gran medida las expectativas a futuro son atravesadas por la "grieta" electoral.  

martes, 10 de diciembre de 2019

Balance de cierre de la gestión Macri (2): imagen de fin de ciclo

Otras mediciones recientes permiten completar el panorama de las percepciones de la opinión pública al cierre de la gestión presidencial de Mauricio Macri. La consultora Opinaia realizó un relevamiento de 2.000 casos entre el 20 y el 27 de noviembre, con un error muestral de +/- 2,2%. Hay un polo de negatividad casi absoluta: el 44% se identificó con la opinión de que la gestión ha sido "negativa en casi todo", proporción que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos el 27-O: 48,24% (la diferencia no es estadísticamente significativa). El extremo opuesto, "positivo en casi todo", es menor al margen de error: apenas 2%. Pero, si lo sumamos al 29% que respondió "positivo, pero con cuestiones por mejorar" tenemos un 31%, guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto pasado: 32,94%. Por otro lado, hay un 25% de opiniones ambiguas, que en nuestra opinión se debe a la caprichosa construcción de las categorías de respuesta, en particular la que expresa "negativo, pero se han mejorado muchas cosas" (contradictoria y poco conducente para el análisis; ver datos arriba, click para agrandar). 


Por su parte, la consultora Opina efectuó un estudio de 1.100 casos, entre el 26 y el 29 de noviembre, con +/- 3% de margen de error. Relevó tanto la imagen de gestión como la de Macri: en ambos casos, hay un 44% de opiniones negativas de la mayor intensidad ("muy mala"), lo que se estira hasta rondar el 60% cuando se suma la respuesta "mala". Nuevamente, ese 44% está en el orden de magnitud del caudal del Frente de Todos. Por otro lado, las calificaciones positivas, sumando las categorías de respuesta "muy buena" y "buena" oscilan entre el 38% y el 40% de las respuestas, guarismo que está en el orden del caudal obtenido por Macri el 27-O: 40,24% (ver datos arriba; click para agrandar). Así, hay una fuerte correspondencia entre las valoraciones y los caudales relativos del oficialismo saliente y del entrante en los comicios nacionales de 2019. 



La misma tendencia se advierte en otros estudios: una encuesta de Hugo Haime sobre una muestra nacional de 1.000 casos señala que Macri se va con una imagen negativa del 67% y una positiva de 30%, mientras que su gestión se cierra con una evaluación desfavorable del 68% y una favorable del 27%; las diferencias entre esos registros no resultan estadísticamente significativas. A su turno, la más reciente encuesta Zuban Córdoba y Asociados/Focus Market arroja que el 39,3% tiene una imagen positiva de Macri, vs casi un 59% que lo evalúa de manera negativa (ver datos arriba; click para agrandar). Esa proporción del 39,3% está en el mismo orden de magnitud de los votos obtenidos por Juntos por el Cambio el 27-O. Esta encuesta se realizó vía IVR y plataforma web, sobre una muestra de 1.500 casos relevada entre el 23 al 25 de noviembre de 2019.



Finalmente, algunas mediciones indagaron en qué áreas le fue mejor al gobierno de Macri y en cuáles peor. Según Opinaia, las de mejor desempeño fueron infraestructura y obras públicas (37%) y política exterior (24%); luego, hay un empate técnico entre lucha contra la corrupción (13%) y seguridad, delito y crimen (11%). Entre las áreas peor percibidas, el manejo de la economía es la principal (38%), y hay un empate técnico entre reducción de la inflación (22%) y reducción de la pobreza (21%). En el caso de la encuesta de Rouvier que comenzamos a citar en el posteo anterior, sólo la justicia aparece con una percepción de mejora nítida (40,6%), aunque no llega a ser mayoritaria; en educación, servicios públicos, salud y seguridad la opinión de que esas áreas están igual que antes pesa más que las valoraciones positivas y las negativas, mientras que en economía la percepción dominante es de deterioro: 59,3% cree que esa área empeoró con Macri (ver datos arriba; click para agrandar). En síntesis, se podría decir que el discurso de la gestión Cambiemos recoge un aval acotado a quienes lo acompañaron electoralmente y con valoraciones favorables en áreas e issues acotados, como la infraestructura y la lucha contra la corrupción/el manejo de la justicia (dos cuestiones muy asociadas y sostenidas por el sistema de medios favorable a Macri). 



Finalmente, según un estudio realizado por la consultora CEIS a fines de noviembre, la gestión de gobierno de Mauricio Macri se cerró con una aprobación del 33%, un guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto de 2019: 32,94%. Del otro lado, 2 de cada 3 electores (67%) desaprobaban la gestión presidencial (ver datos arriba; click para agrandar). La encuesta se realizó vía IVR sobre una muestra nacional de 1.480 casos de mayores de 16 años, con un error muestral de +-2,5%. 

lunes, 9 de diciembre de 2019

Balance de cierre de la gestión Macri (1): imagen de fin de ciclo



La derrota del macrismo en las elecciones de Boca Juniors luego de 24 años en el poder completa la parábola del fin de ciclo de Cambiemos en la presidencia. El desgaste en apenas 4 años de gestión es visible incluso en la plaza que le resultó más favorable durante todo su mandato, la provincia de Córdoba, donde se mantuvo invicto en elecciones nacionales desde la primera vuelta del 2015 hasta la general del 27 de octubre pasado. Según datos de la consultora Delfos, de un 65% de imagen positiva que alcanzó en diciembre de 2015 (luego de asumir el poder), cayó a un 27% en noviembre pasado, luego de la derrota a nivel país y pese a haber logrado más del 60% de los votos en la provincia, a contramano de la tendencia en la mayoría de los demás distritos (ver datos arriba; click para agrandar). Las muestras realizadas en todo el período provinciales de 1.800 casos, con un error muestral de +-2,3%. 




El desgaste es más notorio en los sondeos nacionales. La consultora D'Alessio IROL/Berensztein realizó una encuesta online en el mes de noviembre, sobre una muestra de más de 1.100 argentinos mayores de 18 años en todo el país. Los datos arrojan que 2 de cada 3 argentinos tienen una imagen mala o muy mala de la gestión Macri, mientras que un tercio tiene una valoración favorable, guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto pasado: 32,94%. El análisis por voto anterior muestra que entre los electores del Frente de Todos la calificación negativa de Macri es casi unánime (94%), mientras que entre quienes lo votaron casi 3 de cada 4 lo valoran de manera positiva. La tendencia se invierte entre quienes eligieron a terceras fuerzas: casi 3 de cada 4 (74%) lo califican de manera desfavorable (ver datos arriba; click para agrandar). Cabe destacar que esta encuesta no incluye la opción de respuesta "regular", a diferencia de otras mediciones (como la propia citada arriba). 



Otra medición reciente que indagó la imagen de la gestión saliente y la presidencial fue la realizada por la consultora Ricardo Rouvier y Asociados, sobre una muestra de más de 1.200 casos relevados telefónicamente entre el 23 de noviembre y el 2 de diciembre pasados. Según los datos, la imagen de Mauricio Macri llegó al pico negativo en la serie evolutiva: 56,5%. Al mismo tiempo, la valoración positiva está en su valor piso (38,7%), en los mismos niveles de hace casi un año (en diciembre de 2018 tenía 39,2% de positiva; la diferencia no es estadísticamente significativa). Al comenzar su gestión, había logrado un pico de valoración favorable de 71,3% y un piso negativo de 26%, con lo cual perdió 32,3 puntos porcentuales de imagen positiva en sus 4 años de mandato (ver datos arriba; click para agrandar). 



Su imagen de gestión también acusa un desgaste pronunciado: ya en diciembre de 2016, con apenas un año de gobierno, el diferencial positivo era de apenas +3,8 pp. Luego de la victoria en las elecciones de medio término del 2017, mejoró a 7,3 pp, pero un año después la imagen positiva se desplomó casi 16 pp, resultando un diferencial negativo de 21,6 pp. Al cierre de su gestión, su gobierno registra casi 35% de imagen positiva (un guarismo que se ubica en el orden de magnitud del resultado obtenido en las PASO de agosto, 32,94%, y algo por debajo del logrado el 27-O, 40,28%), y llega a un pico negativo que supera el 60%. Así, desde fines de 2016 a fines de 2019 hay una pérdida de imagen positiva de 16,5 pp que se traduce en un crecimiento casi lineal de la negativa (13,9 pp; ver datos arriba, click para agrandar). 



En síntesis, cuando se comparan los guarismos de imagen con el caudal electoral, se advierte que la base electoral del oficialismo saliente, su núcleo duro, oscila alrededor del 33% del total, aunque su base social en una situación de polarización de cuasi-ballotage es más amplia, en el orden del 40% que alcanzó el 27-O (ver datos arriba; click para agrandar). Por contraste, la base electoral del espacio pan-justicialista a partir de la unificación de su oferta electoral es consistente: el FPV alcanzó 48,66% de los votos en el ballotage de 2015, mientras que el Frente de Todos logró el 49,49% en las PASO de este año y el 48,24% en la presidencial del 27-O.