viernes, 27 de diciembre de 2019

El triple juego: CFK-Alberto Fernández-Mauricio Macri (1)


La decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de competir por la vicepresidencia y de que Alberto Fernández encabezara la fórmula del Frente de Todos fue decisiva para la unificación del espacio pan-justicialista que condujo a la estrepitosa derrota de Juntos por el Cambio en las PASO de agosto (por 49,49% a 32,94%, esto es, 16,55 puntos porcentuales de ventaja). Esa primera tendencia permitió resolver la elección sin necesidad de segunda vuelta el pasado 27-O, si bien por un resultado más ajustado: 48,24% vs 40,28% (7,96 pp de brecha). Claramente, la decisión de CFK resultó crucial, pero el desgaste de la gestión Cambiemos era tal en apenas 4 años, que dificilmente el proceso podría haberse coronado de otra manera: cuando se observa la valoración de los respectivos gobiernos en su último año, se advierte que Mauricio Macri cerró sus 4 años con indicadores favorables casi 7 pp por debajo de los que tenía Cristina al final de sus 8 años de mandato (ver datos arriba; click para agrandar). En ese marco puede entenderse también que la elección de 2015 se haya resuelto en segunda vuelta y por apenas 2,86 pp de ventaja, contra los casi 8 pp de este año en primera ronda. 



Ahora, con el Frente de Todos en condición de oficialismo y Juntos por el Cambio en el rol opositor, el triple juego de estas figuras cobra otro relieve. Alberto Fernández reconoce a CFK como la gran armadora de la coalición electoral, pero quien está al frente del gobierno es él, con lo cual su conducción cobra otra dimensión de liderazgo. La ahora vicepresidenta electa conduce el Senado y es clave en términos de gobernabilidad, mientras que el ex presidente Macri se fue con un no menor 40% de los votos y con aparente disposición a disputar el liderazgo opositor. Sin embargo, su figura no es hegemónica, ya que existen dirigentes con poder territorial y revalidados electoralmente dentro de su espacio (el caso de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es el más nítido), mientras que él, en cambio,  volvió al llano y como el primer presidente argentino que buscó su reelección y no la consiguió. En términos de opinión pública, según la encuesta más reciente de Ricardo Rouvier & Asociados, el acuerdo con que Macri sea la principal figura de la oposición roza el 29%, ubicándose en el orden de magnitud del casi 33% que alcanzó en la PASO y por debajo del 40% obtenido en octubre. Por otro lado, más de la mitad considera que el ex presidente debería correrse y dejar paso a otra figura opositora (ver datos arriba; click para agrandar). El estudio fue realizado del 23 de noviembre al 2 de diciembre vía telefónica sobre una muestra nacional de 1.200 casos, con un error muestral de +-2,8%. 



Así, se puede decir que el rol de Macri oscila entre un apoyo al interior de la coalición que condujo hasta el 10 de diciembre y un rechazo dominante por fuera de ese núcleo duro, de acuerdo a los resultados de la encuesta de Rouvier. A su turno, según el relevamiento realizado por Opinaia entre el 20 y el 27 de noviembre sobre una muestra de 2.000 argentinos vía online, Macri disputa el liderazgo opositor con Roberto Lavagna: 28% a 22%, una brecha de 6 pp que no es categórica si se considera el error muestra de +-2,2% (ver datos arriba; click para agrandar). La preferencia por el ex presidente está en el orden de magnitud de los votos que obtuvo en las primarias de agosto (casi 33%), mientras que la de Lavagna es muy superior a su performance electoral (en el orden del 6%). Asimismo, hay un empate técnico entre María E. Vidal (16%) y Rodríguez Larreta (14%), mientras que Nicolás del Caño alcanza un 11%, muy por encima del 2,16% de los votos que obtuvo el 27-O. Lo mismo sucede con José L. Espert, mientras que Juan Gómez Centurión se ubica en el orden de magnitud de los votos que sumó en octubre (1,71%). 



En el caso de CFK, su figura como vicepresidenta mantiene la percepción de que tendrá una cuota de poder elevada, aunque con menor intensidad luego del resultado electoral de la que se detectaba en junio, cuando recién impactaba su decisión de correrse al segundo término de la fórmula presidencial: 48% vs 43% (ver datos arriba; click para agrandar). Ese desplazamiento sutil puede atribuirse a la creciente visibilidad de Alberto Fernández, en un país cuya cultura presidencialista unipersonal está arraigada en la idiosincrasia política. Este estudio se desarrolló entre más de 1.100 encuestados en noviembre, contactados vía online. 



Cuando se cruza esa percepción por el voto anterior, se advierte que entre los electores del Frente de Todos pesa más la creencia de que el poder será compartido entre CFK y Alberto Fernández, mientras que entre los votantes de Juntos por el Cambio hay una mayoría neta (53%) que le asigna a Cristina una cuota de poder muy alta (del 75% o más; ver datos arriba, click para agrandar). Es decir, entre quienes votaron a la fórmula ganadora no aparece una hipótesis de conflicto entre las figuras del binomio, y sí está latente entre los electores de Macri.  

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